La 65ª cumbre del Mercosur este viernes en Montevideo busca ser escenario de un anuncio “histórico”: la finalización del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE) tras 25 años de negociaciones.
El pacto entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, miembros fundadores del Mercosur, y los 27 países de la UE se anunció en 2019. Pero se estancó ante la oposición de sectores agropecuarios europeos que temen la competencia sudamericana, liderados por Francia, primera potencia agrícola de Europa, en medio de cambios de gobierno en el bloque sudamericano.
Las conversaciones se reanudaron en los últimos meses impulsadas por países como España y Alemania. “Es esencial que la Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, finalice políticamente el acuerdo”, dijo el martes la jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock, para quien la cita en Uruguay es “probablemente la última oportunidad” para hacerlo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene potestad de concretarlo, pero no se espera que lo haga sin apoyo político de los Estados miembro. Su presencia en Montevideo aún no se ha anunciado.
Un posible acuerdo en esta dilatada negociación desató una nueva ola de protestas en Europa, especialmente en Francia, donde el gobierno de Emmanuel Macron rechaza “plena y decididamente” el TLC. Brasil, que representa el 70 % del PIB del Mercosur, es optimista.
“Tenemos esperanzas”, dijo el lunes Mauricio Lyrio, secretario de Asuntos Económicos y Financieros del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño. “Estamos en un momento crítico” para un acuerdo “que sería histórico”, destacó de su lado Omar Paganini, canciller de Uruguay.
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El texto prevé eliminar buena parte de los aranceles entre las dos zonas, que suman más de 700 millones de consumidores y un PIB combinado de 21,3 billones de dólares. Pero los gremios agropecuarios de la UE denuncian competencia desleal porque su producción no está sometida a los mismos requisitos ambientales y sociales ni a las mismas normas sanitarias, que la del bloque sudamericano.
“Eso lo toman de pretexto”, dijo a la AFP el expresidente uruguayo José Mujica, referente de la izquierda mundial, para quien el acuerdo Mercosur - UE “no sale ni en el año del golero (Ndlr. Nunca)” por el peso de los campesinos franceses.
A la cita en Montevideo están convocados los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, países fundadores del Mercosur en 1991, así como de Bolivia, miembro pleno desde julio, y de Panamá, que se incorporará como Estado asociado.
Será la última participación del mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, que entregará el cargo el próximo 1 de marzo, y la primera de su par argentino, Javier Milei, que asumió en diciembre de 2023, pero faltó a la cumbre de julio en Asunción.
Ambos abogan por flexibilizar el Mercosur para que los países puedan negociar por su lado tratados bilaterales, algo que Lacalle Pou promovió sin éxito desde que asumió en 2020 con miras a conseguir un TLC con China. El ultraliberal Milei quiere modernizar el bloque y, tras el triunfo de Donald Trump, aspira a un TLC con Estados Unidos.
“Los acuerdos están pensados para que las cosas sean mejor para los países, pero no para ser un corsé que te limite y no te permita crecer”, declaró días atrás el canciller argentino, Gerardo Werthein. No es sencillo para Argentina patear el tablero, porque Brasil es su mayor socio comercial y “tiene que pasar mucha agua bajo el puente” antes de un TLC con Estados Unidos, advirtió a la AFP Ignacio Bartesaghi, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Católica del Uruguay.
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Para este experto, sin acuerdo con la UE, Milei podría tener argumentos para querer marcharse. “Irse no es el plan A. El plan A es que podamos comerciar de la mejor manera. El plan B es que el Mercosur sea de libre comercio. Si eso no ocurre, el plan C es evaluar salir del Mercosur”, señaló una fuente gubernamental argentina al diario Clarín, aunque un eventual retiro debe ser aprobado por el Congreso donde Milei no tiene mayoría.
Milei y Lula, que se vieron en la reunión del G20 en Rio, pero mantienen una relación tensa, podrían finalmente hablar en Montevideo. “Nunca es bueno que dos grandes economías regionales, y una de ellas con intentos de proyección global, como es Brasil, se lleven mal”, destacó Bartesaghi.
Con la partida de Lacalle Pou, Milei quedará más aislado en un Mercosur alineado con Lula. El presidente electo uruguayo, Yamandú Orsi, que asistirá a la cumbre invitado por Lacalle Pou, viajó a Brasilia a reunirse con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva días después de su triunfo electoral. Orsi, delfín de Mujica, dio así una clara señal de su respaldo al liderazgo regional del gigante sudamericano.
Fuente: AFP