EEUU. AFP.
Pasajeros nerviosos se agolparon ayer en el metro de Nueva York mientras la policía intensifica la búsqueda de un pistolero que la víspera hirió a balazos a 10 personas en un vagón. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, pidió a los residentes estar “vigilantes”, pero dijo que no hay pruebas de que el tirador tuviera un cómplice, y añadió: “Parece que actuó solo”.
“Estamos prestando un servicio completo en todas las líneas después de que la NYPD (Policía de Nueva York) completó su investigación”, dijo la autoridad de tránsito de la ciudad, de casi nueve millones de habitantes. Subrayo que el servicio es “normal” aunque poco después informó de algunos retrasos. El incidente del martes en Brooklyn, que no causó muertos, no está siendo investigado como un acto terrorista y ninguno de los heridos está en peligro de muerte.
Las autoridades ofrecieron 50.000 dólares de recompensa por cualquier información para detenerlo. Armado con una pistola, el sospechoso se puso una máscara antigás cuando el tren estaba llegando a la estación, luego abrió dos latas de humo y empezó a disparar, dijo la policía.
“Lo que se ve es como una bomba de humo, humo negro que estalla, y luego… la gente (que) se abalanza hacia la parte de atrás”, dijo a la CNN una de las víctimas de los disparos, Hourari Benkada, refiriéndose a una corrida de los pasajeros hacia la puerta del final del vagón. Benkada dijo que se subió al primer vagón en la calle 59 y se sentó al lado del pistolero. Pero por estar usando auriculares no se dio cuenta de nada hasta que el vagón empezó a llenarse de humo.
Dijo que primero no se dio cuenta de los disparos y trató de confortar a una mujer embarazada que estaba a su lado. “Fui empujado y ahí fue cuando recibí un balazo atrás de mi rodilla”, dijo. El atacante hizo 33 disparos, dijo el jefe de policía de Nueva York, James Essig. La policía encontró una pistola Glock 17 de 9 mm, tras cargadores de municiones adicionales y un hacha.