AFP.
Guerra en Ucrania, catástrofes climáticas, inseguridad alimentaria. En un mundo acosado por las crisis, los dirigentes del planeta se reúnen desde ayer en la tribuna de una Asamblea General de la ONU profundamente dividida. A lo largo de una semana, unos 150 jefes de Estado, de gobierno y cancilleres de todo el mundo participarán en esta gran cita diplomática anual que se realiza presencialmente por primera vez en dos años perturbados por la pandemia de covid-19.
Líderes mundiales pidieron ayer redoblar esfuerzos contra la creciente inseguridad alimentaria, agravada por la convergencia de crisis, la invasión rusa de Ucrania y la falta de fertilizantes. Reunidos el martes al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Estados Unidos, la Unión Europea, la Unión Africana y España encabezaron un encuentro ministerial sobre el tema con el propósito de asumir el reto de la inseguridad alimentaria.
Esta reunión se produce tras el G7 de junio, cuando las principales potencias prometieron dedicar cerca de 5.000 millones de dólares para combatir esa fuente de inestabilidad. “No hay paz con hambre y no hay lucha contra el hambre sin paz”, dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y su homólogo alemán, el canciller Olaf Scholz, pidió “actuar con sentido de urgencia”. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablará hoy ante la ONU y anunciará planes de ayuda, dijo su secretario de Estado, Antony Blinken.
Rusia fue acusada de poner la seguridad alimentaria en peligro con su invasión de Ucrania que se sumó a otros factores de crisis como la pandemia de covid, que alteró las cadenas de distribución, y el cambio climático. “La verdad es que (el presidente ruso Vladimir) Putin está chantajeando a la comunidad internacional utilizando el arma de los alimentos”, dijo Sánchez. Estados Unidos ha hecho de la seguridad alimentaria una prioridad diplomática apuntando a la responsabilidad de Rusia. Por otra parte, muchos países del sur también hacen hincapié en esta cuestión en el contexto más amplio de la crisis climática y los precios de la energía