El presidente de Kenia, William Ruto, prometió reprimir firmemente la “violencia y la anarquía” tras nuevas protestas contra un proyecto de aumento de impuestos, que desembocaron en enfrentamientos en la capital Nairobi y dejaron al menos cinco muertos.
El Gobierno anunció que pidió la movilización del ejército para hacer frente a la situación. “Daremos una respuesta completa, eficaz y rápida a los acontecimientos de traición de hoy”, declaró Ruto. “No es normal, ni concebible, que criminales que fingen ser manifestantes pacíficos puedan desatar el terror contra el pueblo (...) y esperar quedar impunes”, añadió, advirtiendo también “contra los planificadores, financiadores, orquestadores y cómplices de la violencia y la anarquía”.
Los incidentes se desencadenaron en el centro financiero de Nairobi, donde se celebraba la tercera manifestación en ocho días del movimiento “Occupy Parliament” (“Ocupar el Parlamento”), que se opone a un proyecto de los presupuestos 2024-2025 que prevé instaurar nuevos impuestos en este país de África oriental.
Los manifestantes forzaron el cordón policial e ingresaron en instalaciones del Parlamento, donde los diputados acababan de aprobar las enmiendas al texto, antes de su aprobación definitiva prevista para antes del 30 de junio.
Varias oenegés, entre ellas Amnistía Internacional Kenia, afirmaron que “al menos cinco personas murieron” y 31 resultaron heridas, sin precisar las ciudades donde se produjeron los hechos.
La principal coalición de oposición, Azimio, acusó al Gobierno de “desatar su fuerza bruta contra los hijos de nuestro país”. Estados Unidos, más de una decena de países europeos, el jefe de la Comisión de la Unión Africana –Moussa Faki Mahamat– y el jefe de la ONU –Antonio Guterres– afirmaron estar “profundamente preocupados” por la situación