Por René González
Las ollas y sartenes llaman como campanas a misa. Los invitados corren “Todos a la Mesa” para disfrutar de eso único y exquisito que -con alma, cocina y fuego- se genera cuando unos cocineros depositan su arte en el plato que el comensal lleva al paladar. Una mirada cómplice llega con un “gracias” al anfitrión que responde sonriente “que disfrutes y buen provecho”. Esta es la ceremonia del buen comer que se vive en la Feria Paladar, que se realiza hasta hoy, en el Centro de Convenciones Mariscal.
Un trago de mburucuyá con ají, un buen café, cervezas artesanales, una copa de vino servida previa explicación de un sommelier, el mejor ron del mundo o caña paraguaya, un estofado o hamburguesa de cordero, ceviche, un surubí a la plancha con crema de limón y merengue ácido, quesos, pastas, un lechoncito a la parrilla, chorizos caseros, sándwiches vegetarianos, hamburguesas de lentejas; de postre se puede elegir helados o volcán de dulce de leche, entre otras delicias. Estos son algunos de los motivos para visitar y mimarse en la feria. La música con Mente Nativa, risas, abrazos y reencuentros, generan momentos sumamente emotivos. Reinan un mundo de sabor y opciones en una edición más de la fiesta gastronómica.
Entre charlas, recetas y degustaciones de platos, el embajador de la cocina paraguaya, Rodolfo Angenscheidt, define a Paladar como la mayor cita culinaria que reúne a la familia con la gastronomía.
En tanto que los maestros parrilleros Salim Leyzman y Giannina Alfieri Nisenbaum, quienes llevan experiencia alrededor de las brasas, coinciden en que hacer un buen asado con el tiempo y arte que implica servir una rica carne, es un homenaje al ciclo de vida de un animal.
El master chef José Torrijo, con marcado acento español, cuenta que la raíz de un plato bien servido con todas sus esencias, depende de los frutos de la tierra que se cuidan en el campo. Considera que es esencial el apoyo y continua formación de los agricultores para que los buenos productos lleguen a manos de los cocineros y a los platos de los comensales.
Para Laura Ferreira, más conocida como “La Pink”, ofrecer y consumir comida alternativa es un desafío y encanto de todos los días. Lleva años elaborando comida vegetariana. Dice que con amor y sabor descubre y aprende constantemente para transmitir la magia detrás del mundo vegetal.
En Paladar, con la "Cocinota", los más pequeños cuentan con un espacio para comprender el valor de la gastronomía e identificar y aprender con los sabores.
Tanto cocineros con experiencias y talentos emergentes se esfuerzan por ofrecer porciones gourmet de alta gama en esta cita. Y como dice el artesano gastronómico, Alberto “LuChef” , tanto comer como cocinar, es un hermoso acto de amor.