La Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa) resaltó que el sector de la construcción haya sido uno de los pocos rubros que se mantuvieron pujantes pese al contexto de la pandemia durante el 2020.
Según el último Informe Económico del Banco Central del Paraguay (BCP), el rubro de la construcción contribuyó un 9,8% al Producto Interno Bruto (PIB) en el 2020. La cifra preliminar, no obstante, está sujeta a revisión.
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Rol clave
“Con la participación del sector de la construcción en el PIB, se consolida de esta forma su rol clave en la reactivación de la economía nacional, aquejada por la pandemia”, expresa el gremio en un posteo.
El sector mencionado fue uno de los que más crecieron en términos de participación, ya que de 0,3 y 2,5 entre 2018 y 2019, respectivamente; en el último año trepó a casi el 10% del PIB, por encima incluso de los rubros claves como la agricultura (9,0%) y la ganadería (5,0%). En tanto que las proyecciones para este 2021 son que el segmento de la construcción injiera en un 5% en los resultados económicos generales.
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Ejecución del MOPC
Por su parte, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) no dudó en ensalzar que ni el COVID-19 pudo parar a uno de los principales motores de la economía paraguaya, el de la construcción. “La decisión del Gobierno Nacional, de no parar la ejecución de las obras públicas, fue clave para oxigenar la economía ante la irrupción de la pandemia a principios del año pasado”, expone en su sitio.
En cuanto a la ejecución de la cartera de Obras, mencionaron que en el 2020 se superaron los US$ 1.000 millones, alegando un récord que permitió el efecto derrame en la economía, beneficiando a 85.000 personas. Asimismo, destacaron que la caída del PIB en el 2020 fue de solo -1%, enfrentando a la pandemia, conforme las estadísticas preliminares por rama de actividad económica del BCP.
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Concepción: grandes inversiones viales se dan luego de muchos años de olvido, resaltan
En el marco de la Jornada de Gobierno desarrollada en Concepción, el Gobierno anunció la firma del decreto que autoriza la contratación de préstamos por hasta USD 185 millones para la construcción de la ruta Concepción-Vallemí y asimismo, la firma del convenio que posteriormente darán inicio a las obras en el tramo Concepción-Pozo Colorado.
“Nuestro departamento siempre estuvo bastante golpeado y dejado de lado por muchos gobiernos y el pueblo no creía más en las autoridades. Hoy el presidente Santiago Peña nos ha devuelto la esperanza en las autoridades y en las obras que hoy son realidad”, expresó la gobernadora Liz Meza.
En conversación con La Nación/Nación Media, manifestó que la presencia del mandatario en el departamento marcó un precedente, puesto que en compañía de los ministros y más autoridades realizaron anuncios e inauguraciones importantes que forman parte del trabajo que se ha llevado adelante a lo largo de estos 15 meses, resaltó.
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“En el tramo de Concepción-Pozo Colorado, por más de 35 años estuvimos con ese calvario y ese pesar, lastimosamente perdimos muchas vidas por la falta de un camino en condiciones, pero finalmente ya se firmó el convenio con las empresas que van a hacer la obra y culminar dentro de estos dos años”, indicó.
Por otro lado, mencionó también otro hecho relevante para el departamento y es el inicio de la construcción el Gran Hospital del Norte, el cual está previsto para el 2025. Meza indicó que esta es una necesidad en Concepción, puesto que la población ha aumentado en los últimos años y además, esta zona del país se ha convertido en un polo de desarrollo.
“Es muy alentador y esperanzador lo que está sucediendo porque lo que ha prometido el presidente en los primeros días, de hacer un trabajo en conjunto entre el Gobierno central, departamental y municipal hoy día es realidad y se han llevado adelante proyectos en la parte vial, infraestructura, salud, educación y la parte social que son importantes. Se han entregado más de 610 viviendas, y ya se superaron las 1.000 viviendas en un año”, concluyó.
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Hace 182 años Paraguay inició proceso contra la esclavitud con el tratado de Libertad de Vientres
Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Entre el 24 y el 27 de noviembre de 1842 fue planteado en el Congreso General Extraordinario en Asunción, el tratado de la Libertad de Vientres, que fue el inicio para cortar la esclavitud en el territorio paraguayo. Sus resoluciones fueron trascendentales para la vida política, económica, social y cultural del Paraguay.
“La Libertad de Vientres significaba cortar la herencia de régimen de esclavitud en todos los niños y niñas nacidos desde el 1 de enero de 1843″, explicó la historiadora Ana Barreto Valinotti, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Esta libertad implicaba que una madre esclava ya no daría a luz a un hijo esclavo y ya no podría ser vendido. “Sin embargo, los llamados en adelante “libertos” debían quedar sujetos al servicio de sus amos hasta la edad de 25 años para los varones y 24 años para las mujeres”, aclaró.
Es así que los niños y niñas que nacieron antes de la entrada en rigor de este decreto podían ser comprados o vendidos, al igual que la madre. “Este decreto establecía que no se podía separar a un lactante de su madre antes de los 3 años y desde los seis años, si la madre debía ser vendida, el amo o ama podía hacer acuerdos con el futuro comprador sobre el destino del chico”, replicó.
Donados para la guerra
Barreto indicó que es difícil pensar que este decreto se haya cumplido con la finalidad de la libertad, ya que mujeres y varones solo podían alcanzar su libertad entre los años 1867 y 1868. En ese periodo hubo la movilización total de la población paraguaya en la Guerra contra la Triple Alianza e impidió esta libertad.
“En este punto se debe señalar que el Estado paraguayo solicitó la entrega de libertos para el servicio de las armas con la posibilidad de remuneración a sus amos, pero casi toda la documentación en el Archivo Nacional menciona que muchos de estos muchachos de 14, 15 y 18 años o más fueron entregados como donación patriótica para ir al frente”, refirió.
Acotó que el historiador Ignacio Telesca señaló que un trabajo de investigación efectuado hace años por José González (estudiante de historia de la UCA) daba cuenta de una población de 9.000 personas afrodescendientes paraguayas entre 1843 y 1867.
Abolida en 1869
Finalmente, recién en 1869 la esclavitud fue abolida, esta a pedido por el gobierno provisorio, aun en plena guerra. El decreto fue confirmado en la Constitución Nacional el 25 de noviembre de 1870. El artículo 25, dice: “En la República del Paraguay no hay esclavos, si alguno existe queda libre desde la jura de esta Constitución, y una ley especial reglará las indemnizaciones a que diere lugar esta declaración. Los esclavos que de cualquier modo se introduzcan, quedan libres por el solo hecho de pisar el territorio paraguayo.”
“El concepto histórico de esclavitud que involucró en un comercio transatlántico de gran escala a personas nacidas en África está circunscripto entre los siglos XV y XIX y fue en esencia, controlado y dirigido por europeos. La presencia de personas esclavizadas la encontramos en la partida de Don Pedro de Mendoza en el establecimiento de la ciudad de Asunción”, aclaró la historiadora en nuestro medio.
Mencionó que el historiador Guillaume Candela escribió recientemente sobre la vida de dos hombres de origen africano. “La narrativa histórica oficial en el Paraguay no siempre los ha considerado, pero las personas de origen africano, vendidas y compradas, estuvieron desde el minuto cero en la construcción de esto que llamamos hoy Paraguay”, refiere.
Regalaban o vendían esclavos
Barreto Valinotti explicó que según los censos de la segunda mitad del siglo XVIII y algunos informes del historiador Ignacio Telesca, en 1682 Asunción tenía 1.120 esclavos (siendo mestizos, criollos y españoles unas 7.500 personas y otras 2.000 indígenas). A estos datos debemos agregar que el obispo Manuel de la Torre señaló sobre la existencia de 3.500 esclavos y Telesca señala que no fueron incluidas unas 2.200 personas esclavizadas que vivían en las estancias de religiosos.
“Hoy no lo imaginamos, pero en el momento de la independencia en 1811 era usual una vida cotidiana asuncena con personas que podían ser compradas, vendidas; con mujeres que parían hijos e hijas en igual condición de esclavitud; con niños y niñas que eran a veces separados de sus padres para ser vendidos, donados, regalados. El comercio de esclavos en el Paraguay incluía la importación y sobre todo, la reproducción natural: todo niño o niña nacido de un vientre eslavo que adquirían la condición”, apuntó en LN.
En Asunción los esclavos eran mayoritariamente domésticos desempeñándose en tareas de cocina, limpieza, lavado y planchado de las ropas; realización de mandados, ejecución a veces de instrumentos musicales o incluso adquisición de algún oficio. En el interior del país se aplicaba ya que los esclavos desempeñaban tareas de ganadería y agricultura.
“Recién durante el gobierno de Carlos Antonio López (1844-1862) se inició el proceso de una transición hacia su completa abolición. Este proceso gradual puede ser entendido en el marco de disposiciones como “la libertad de vientres” en el Paraguay. En Sudamérica la transición de la condición de esclavitud a libertad de las nuevas repúblicas comenzó entre 1811 y 1825, podríamos ver que en el Paraguay fue tardío”, aclaró.
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La historiadora resaltó que hasta la fecha no se sabe la cantidad de personas que quedaron libres tras la abolición de la esclavitud en territorio paraguayo. “Lo que sí es posible ver hoy en día como una herencia que sobrevivió siglos la trata, sigue latiendo bajo la piel morena y alrededor del cabello enrulado de muchos paraguayos y paraguayas”, puntualizó.
DATOS CLAVE
- En el año 2018, Ana Barreto Valinotti, junto con el historiador Vicente Arrúa habilitaron la muestra “Los Invisibles”, que planteó la exhibición de documentación del Archivo Nacional referente a la esclavitud y la representación de la vida de las 9 personas que vivieron en calidad de esclavos del matrimonio Martínez Sáenz durante las fiestas patrias de mayo.
- Fue la primera vez que el Museo Casa de la Independencia se centró en la narrativa sobre una población que nunca había sido incluida en los relatos de la historia oficial y para quienes la palabra libertad tardó tiempo en ser alcanzada.
- La muestra fue un gran aporte para la visibilidad pública de una nueva historia donde poblaciones de afroparaguayos han sido incluidas en sucesivos aportes académicos con Josefina Plá, Alfredo Viola, Margarita Durán, Branislava Súsnik pasando por Jerry Cooney, Capucine Boidin, Barbara Potthast, Jan Kleinpenning y más recientemente Ignacio Telesca, Guillaume Candela, Ana María Arguello y Aldo Torres.
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“Subida del dólar suele ocurrir en economías en ascenso”
“La economía en Latinoamérica se encuentra mucho más previsible, más homogénea y menos volátil, una muy buena señal para el clima de inversiones en países como Paraguay”, afirmó Ricardo Dessy, máster en Economía y director de Relaciones Públicas de Citi para el Cono Sur, al realizar una radiografía de la situación económica regional y global. Subrayó que, según las cifras, las economías emergentes tienen un crecimiento mayor que las más desarrolladas.
“En este 2024 Paraguay tendrá un crecimiento en el orden del 4 %. Si bien les preocupa un poco la subida del dólar, esta situación suele ocurrir en las economías en ascenso, y en países donde las herramientas y bienes son importados. Además, el precio de la soja está bajando y el efecto de la sequía está causando estragos en el campo”, dijo el experto, en ocasión del conversatorio organizado por la Cámara de Comercio Paraguayo-Americana
BUENA DECISIÓN
En el contexto de la charla “Paraguay: oportunidades globales y regionales”, el experto destacó que Paraguay fue uno de los primeros países en subir la tasa de interés para atenuar el efecto pospandemia, decisión que nos permitió seguir avanzando a pesar de los desafíos financieros que conllevan los altos costos de importación.
Sobre este punto, para equilibrar dichos costos, recomendó convertir la oferta en valor agregado. “El crecimiento viene por el lado de la inversión y no solamente por el consumo local. Esto requiere de mucha apuesta en educación, en un mercado de capitales de confianza, entre otros”, aseveró Ricardo Dessy.
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La función empresarial: política y economía
La política y la economía no son compartimientos estancos. Están íntimamente ligadas. La política es la organización de la sociedad que requiere de recursos para destinarlos a actividades regladas por la Constitución y las leyes.
La economía, por su parte, es la acción humana mediante la cooperación social de la libertad y la propiedad privada. De ella surgen los recursos para que la política asigne las partidas presupuestarias al Estado para que este cumpla con sus funciones.
El Estado como organización jurídica y política debe garantizar la seguridad y la predecibilidad mediante legislaciones que no molesten la creatividad e innovación del sector privado. Fue lamentablemente el socialismo el que desvinculó la política de la economía porque consideró desde sus inicios como teoría social que la economía debía regirse por medidas estatales apelando a la fuerza de la revolución, un error que costó muertes y hambre.
La razón por la que insisto sobre la teoría económica de la libertad relacionada con la Escuela Austríaca de Economía está en que la misma permite comprender mejor la realidad. La economía y la política merecen ser analizadas desde una perspectiva correcta.
En tal sentido, la función empresarial es la fuente de creación y distribución de riqueza, de mejores salarios, empleos y oportunidades para todos, mediante el ahorro, las inversiones, la creatividad y la innovación. La función empresarial provee satisfacción a los consumidores.
Son los consumidores los que deciden qué, cuándo y cuántos bienes y servicios se producirán y se comercializarán. Y los gobiernos mediante su intervención en los mercados deben bajar el costo del intercambio privado, no afectando la competitividad.
Y si la competitividad es la capacidad de una empresa para crear e implementar estrategias para aumentar su cuota de productos y servicios, entonces, esa tarea únicamente lo pueden hacer los individuos y las empresas privadas en el marco del libre mercado.
La economía, sin embargo, está expuesta a los “ruidos” ocasionados por los escenarios políticos nacionales como internacionales.
Los gobiernos deben hacerse a un lado en la economía y hacer lo que deben realizar, esto es, facilitar a las personas su seguridad personal como jurídica. Más allá de estas funciones sobrevienen tormentos para la gente. Las empresas como unidades de capital y trabajo requieren para su formación y sostenibilidad en el tiempo de un Estado garante del orden y la ley, entendido como la preservación de la libertad y la propiedad privada. No hoy otro modo.
Ello no significa dejar de lado la influencia del Estado. El gasto público y el mal gasto afecta a la competitividad empresarial puesto que desvía recursos hacia sectores ineficientes impidiendo a su vez la formación del ahorro y la inversión.
Cuando se interviene la función empresarial mediante más impuestos, deudas, trámites y burocracias asfixiantes se afecta al desarrollo de la nación. El Estado intervencionista es un enemigo para las personas de bien.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.