El director de Asuntos Económicos del Ministerio de Hacienda, Juan José Galeano, indicó que Bolivia y Paraguay son los países con el más alto nivel de informalidad en toda la región. En el caso de nuestro país, señaló que experimentó un crecimiento sostenido y actualmente alcanza el 65% de ocupación informal.
En comunicación con la 1000 AM, el funcionario de Hacienda explicó que todos los trabajadores asalariados que no aportan a ninguna caja responden a la ocupación informal. Agregó que los trabajadores de empresas privadas que aportan solo llegan al 44%, mientras que la misma situación se está dando en los trabajadores independientes.
Además destacó que la informalidad laboral es un fenómeno regional y se convierte en un problema debido a que en promedio existe 50% de ocupación informal. En cuanto a Paraguay, en los últimos años se registró un crecimiento sostenido de los trabajadores que no cuentan con aportes llegando al 65% de la población trabajadora.
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“Si nos centramos en nuestro país eso se acrecienta, pasando a aproximadamente al 65% de la informalidad. Bolivia y Paraguay son los dos países en la región con mayor tasa de informalidad. Es preocupante porque es algo persistente”, mencionó el alto funcionario.
Sostuvo que Paraguay creció en los últimos años y a través del trabajo encarado se logró reducir la pobreza llegando a un desarrollo económico estable, incluso llegando a aumentar la clase media. No obstante, dijo que pese a todo ese recorrido económico, la tasa de informalidad se mantuvo estable, lo que evidencia su persistencia en el tiempo y de que forma parte de la estructura del mercado.
Enfatizó que en el sector de trabajo privado más del 50% son los que no aportan a ninguna caja, mientras que los cuentapropistas no están obligados a cumplir con este criterio. Galeano apuntó a que desde distintos estamentos de Hacienda siguen trabajando para reconstruir el mercado laboral a fin de que el empleo esté en el centro de la recuperación económica.
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Adium, un nuevo capítulo en Paraguay y Latinoamérica
Hace 50 años, nacía en Paraguay Fapasa, la primera empresa del grupo cuyo legado con una visión pionera y mirada al futuro desde sus inicios, hoy se consolida como Adium.
Desde sus inicios como la planta fundacional hasta su expansión por toda la región, la compañía inicia una nueva etapa que honra el pasado, potencia el presente y proyecta un futuro de innovación, bienestar y compromiso con mejorar la calidad de vida en Latinoamérica.
La historia de Adium comenzó en 1975, con la fundación de Fapasa en Paraguay. Desde entonces, la compañía recorrió un camino marcado por la innovación y el crecimiento sostenido, que hoy culmina en la adopción de una identidad regional compartida.
Así, tras cinco décadas de trayectoria, el grupo reafirma su posición como una de las compañías líderes del sector farmacéutico en Latinoamérica, con presencia en 18 países y más de 7.000 colaboradores en la región.
En Paraguay, esta transformación se potencia con una fuerte inversión en marcha y un proyecto insignia: el Proyecto Centauri, una iniciativa estratégica que incorpora tecnología de última generación para ampliar la capacidad de producción y abastecer a toda la región desde la planta fundacional.
Con esta apuesta, Adium consolida su crecimiento productivo, impulsa la transformación digital de sus procesos y reafirma su compromiso con la innovación continua. La operación en Paraguay genera más de 800 empleos directos, reafirmando el impacto social y económico de la compañía en el país.
Este liderazgo se sostiene gracias al rol estratégico de Paraguay como hub productivo y exportador del grupo, con una planta que elabora más de 45 millones de unidades anuales, abastece a 11 mercados internacionales y genera más del 50% de las exportaciones farmacéuticas del país.
La compañía desarrolla su portafolio en múltiples áreas terapéuticas críticas como cardiología, psiquiatría, gastroenterología, ginecología, traumatología y diabetes, entre otras especialidades. En este sentido, trabaja de manera conjunta con compañías líderes en innovación médica como Amgen, Astellas, BMS, Debiopharm, entre otras.
Es así que, la transición de Fapasa a Adium no solo representa un cambio de nombre, sino la reafirmación de un propósito que guía cada paso del grupo desde hace 50 años: acercar tratamientos innovadores para mejorar la calidad vida de las personas en toda Latinoamérica.
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¿El verdadero reajuste del salario mínimo?
El reajuste salarial debe partir de encontrar un mecanismo que reduzca la informalidad, garantizando empleos de calidad, señala especialista. Conocé cómo se calcula actualmente el aumento.
Junio dio su entrada, con ello se acerca el cierre de la primera mitad del año y los balances empiezan a tomar nota. También es el mes en el que se calcula el reajuste del salario mínimo (SM) en Paraguay, de modo a que entre en vigencia a partir de julio según la ley 5764.
Actualmente, el salario mínimo legal vigente es de G. 2.798.309, con un jornal mínimo diario de G. 107.627, tras el aumento del 4.4% del año anterior.
Pero, cómo se calcula ese reajuste y qué se mide exactamente, o habrá forma de mejorar ese cálculo es la interrogante que se da siempre en esta época, atendiendo que el sector trabajador demanda un mayor reajuste.
El reajuste del salario mínimo en Paraguay se da alrededor del 4 %, en base al el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y su variación interanual, es decir, la inflación.
Hay que mencionar que el reajuste del SM será efectuada por el Poder Ejecutivo según propuesta del Consejo Nacional de Salarios Mínimos (CONASAM), sobre la base de la variación interanual del IPC al mes de junio de cada año.
“Todo sube”, “todo está caro”, no alcanza”, “no se llega a fin de mes”, son algunas de las frases que más se escucha.
Y, lo que sucede, es que las personas de menor ingresos, gastan la mayor parte del salario en alimentos que el principal requerimiento para la subsistencia, pero a la vez son los productos más impactados con los aumentos de precios.
Esto lo explica Marta Coronel, coordinadora de economía de Mentu, para quien la problemática real no radica en el monto del salario mínimo o el reajuste, sino más bien en alto porcentaje de informalidad. Pues solo una proporción muy pequeña, 20 %, es a la que se le ajusta el salario o lo que sería el alcance.
“Ojalá se encuentre un mecanismo más apropiado para ajustar el salario, pero lo más importante es trabajar en mejorar la calidad del empleo, en generar más trabajos formales y que las personas tengan las capacidades para acceder a esos empleos”, expresó.
Mejora de la productividad. Para esto, es esencial mejorar la productividad de las personas, ya que el problema es más estructural, con el requerimiento de crear empleos más formales que puedan garantizar calidad de ingresos y seguridad social.
“Lo que hay que ajustar acá, más allá del porcentaje de aumento del salario mínimo, es reducir la informalidad del empleo y mejorar la productividad de las personas, y esto se logra garantizando educación, salud, e inversiones en capital humano”, remarcó Marta.
Para poner en contexto el problema de fondo, dijo, mencionó que el 60 % de la población es la que se encuentra actualmente en estado de informalidad, es decir, 6 de cada 10 paraguayos ocupados son informales.
Por lo tanto, recomendó avanzar en ambos procesos, tanto en que se pueda mejorar el cálculo del reajuste y, sobre todo, en optimizar la calidad del empleo, acotó. En tanto que el Conasam deberá reunirse en los próximos días para empezar a analizar el reajuste establecido por ley.
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“Buscamos que la formalidad sea ágil, accesible y digital”, dice viceministro de Mipymes
La situación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) fue debatido por Gustavo Giménez, viceministro de Mipymes, y el economista Daniel Correa, ayer domingo en el programa “Fuego cruzado”, emitido por el canal GEN/Nación Media. El sector es considerado como un importante motor en materia económica y en la generación de empleo, pero sigue tropezando con innumerables dificultades.
Pobreza, desprotección social y menor capacidad de recaudación tributaria son algunos de los costos de la informalidad en la que se desenvuelve este sector de la economía paraguaya. ¿Cómo ir superando esta situación que afecta a las Mipymes? ¿Cómo blanquear lo que hoy está en negro en un mercado que, además, está mostrando signos de deterioro en los ingresos reales de sus ramas más dinámicas?
“En el último boletín de formalización que estuvimos presentando hace unos meses, encontramos que hay 450.000 mipymes. La Ley de Mipymes define que vos sos formal con tres cuestiones básicas, el Registro Único del Contribuyente (RUC), estar inscripto tanto en el Instituto de Previsión Social (IPS) y en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Mtess)“, dijo el viceministro de Mipymes del Ministerio de Industria y Comercio, Gustavo Giménez.
Detalló que, de 450.000 mipymes, que representa un 98 %, solo 40.000 son formales. “Tenemos una brecha enorme, pero yo siempre quiero ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Tenemos que darle realmente herramientas a todas esas mipymes para que puedan percibir de que ser formal les conviene“, comentó.
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Agregó que el 88 % de las mipymes son microempresas, que capturan hasta G. 650 millones anuales, mientras que el 10 % son pequeñas empresas, con una facturación anual de entre G. 646 millones a G. 3.230 millones. El 2 % son medianas empresas, con ingresos de hasta G. 7.650 millones.
“Buscamos que la formalidad sea ágil, sea sencilla, no costosa y que sea digital para que no tenga que trasladarse a hacer trámites en entes públicos. Por el otro lado, tenemos el tema del acceso a financiamiento. El 60 % de esas 450.000 Mipymes no tienen una cuenta bancaria. Entonces, ahí nosotros tenemos que buscar la forma de incluirlas financieramente para que puedan recibir el financiamiento oportuno", refirió.
Giménez siguió manifestando que “si te ayudo a formalizarte, te doy acceso a financiamiento, el objetivo también debe ser que puedas facturar más, queremos darte negocios. Y ahí tenemos varias herramientas que estamos empezando a experimentar".
Añadió que una de ellas guarda relación con las compras públicas. “En la nueva ley de compras y suministros públicos, las mipymes tienen una reserva de mercado del 20 %. La primera experiencia, quizás, que estamos haciendo en la implementación de esto, tiene que ver con el programa Hambre Cero, donde logramos que aquellas 25 empresas ganadoras de licitaciones, obligatoriamente tienen que comprar a las mipymes y a productores de la agricultura familiar”, puntualizó.
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La banca pública
Por su parte, el economista Daniel Correa sostuvo que “el primer dato que se debe tener en cuenta es que 3 de cada 4 empleos creados en Paraguay, están en las micro, pequeñas y medianas empresas. El empleo puede ser tanto formal o informal",
Manifestó que el sector continua enfrentando “una maraña demasiado grande de procesos administrativos” que impiden su formalización. Aproximadamente el 60 % de las mipymes no tienen una cuenta bancaria, lo que les priva de financiamiento.
“A pesar de que hay hoy una cuenta básica, todavía el impedimento administrativo para que puedan acceder, ya sea con procesos administrativos todavía presenciales o de papeles, impiden a que rápidamente uno pueda crear y formalizar una empresa. Y ni qué decir, pasar al segundo paso que es el tema de la obtención del crédito. Que ahí hay todo un tema a través de cuán especializado están hoy los el sistema financiero para poder atender a esta a este a este segmento”, comentó.
Ante esta situación, Correa manifestó que la banca pública que arbitra y abre las puertas al mercado, no puede ser el gran financiador del sector. “¿La banca pública puede hacer su trabajo? Creo que puede hacer su trabajo, pero es limitado en términos de lo que debe atender y lo que debe hacer para que el sistema les atienda”. mencionó.
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Derrotar la informalidad laboral es una de las principales tareas pendientes
Uno de los puntos más llamativos de la realidad paraguaya es la altísima cantidad de trabajadores que están en la informalidad. Es decir, personas para las que no rigen las normas establecidas en las leyes y que, por consiguiente, están en total precariedad legal, sin protección de ninguna laya.
Esto hace que la mayoría de la gente que trabaja en el Paraguay no tenga seguro social, estabilidad laboral ni respaldo jurídico. Sin ley vigente en el trabajo, la realidad depende de factores que pueden perjudicar al trabajador y comprometen su seguridad y su vida.
Por su importancia en la existencia de las personas, la formalización económica es uno de los desafíos más importantes que está enfrentando el Gobierno. Ya que es totalmente inaceptable desde cualquier punto de vista el atropello al derecho de las personas y los abusos a que pueden dar lugar.
De acuerdo con las cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 67 % de las personas ocupadas en el Paraguay está en la informalidad, es decir, está fuera de las normas que protegen al trabajador. Datos oficiales del Gobierno hablan de que la informalidad es del 63 %, una cifra levemente inferior a la de la OIT, pero igualmente un porcentaje muy elevado y que habla con elocuencia de la mala situación de las mujeres y hombres de nuestro país que trabajan.
Porque significa que tres de cada cuatro personas que laboran no tienen seguro social ni protección legal de ninguna laya, por lo que de hecho están a merced del capricho, la opinión y el manejo de sus patrones al margen de cualquier disposición jurídica.
Según el mencionado organismo internacional, Paraguay está en el tercer lugar entre las naciones con mayor tasa de empleo informal en esta región latinoamericana, y está superado por Perú y Ecuador que tienen números más altos. La mayor tasa de informalidad en nuestro país se encuentra en el comercio, la agricultura y los servicios.
Desde el Ministerio de Trabajo revelaron que a inicios del 2024 había 704.000 trabajadores formales del sector privado inscriptos en el Instituto de Previsión Social (IPS), cifra que aumentó al cerrar el año a 757.852 personas, un alza de 53.852 nuevos empleados legales. El aumento registrado es superior al que a principios de año se había puesto como meta el gobierno, un 4,5 %, ya que llegó al 6 %.
La otra cara de la moneda es que también creció el número de individuos en situación informal, ya que se registró un aumento de 87.408 personas entre julio y setiembre de 2024, con un incremento del 27,7 % en el sector de la enseñanza del 8,7 % en el área comercial.
El elevado número de trabajadores informales es un fiel reflejo del alto porcentaje de empresas irregulares que existe en el país, lo que se manifiesta también en la fuerte evasión fiscal, otro capítulo de la lucha que están teniendo los organismos estatales para lograr una mayor formalización en todos los campos.
En los casi dos años de trabajo de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), se han obtenido fuertes alzas en las recaudaciones impositivas, en gran medida por el incremento de las empresas formalizadas.
En 2024, el aumento de las recaudaciones tributarias alcanzó el 20,6 % frente al año anterior, un crecimiento récord, que refleja, entre otras cosas, la alta formalización de empresas alcanzada. Teniendo en cuenta la importancia de que las entidades comerciales e industriales vayan ingresando a la formalidad con el cumplimiento de las leyes, se aguarda que este año se incremente fuertemente el número de trabajadores que salen del mundo de la economía negra y la informalidad.
La ministra de Trabajo, Mónica Recalde, refirió que desde el Gobierno se está trabajando un mercado laboral diversificado y sostenible para promover la inserción de los trabajadores en los empleos formales. “Para lograrlo, hemos implementado medidas clave como la simplificación de trámites, la reducción de costos, la modernización administrativa y el fortalecimiento de las capacidades institucionales en inspección y fiscalización”, manifestó la secretaria de Estado para explicar la tarea que realiza para que haya más trabajadores en la legalidad.
La formalidad laboral es una tarea que involucra muy fuertemente al sector patronal, por lo que las empresas tendrían que incrementar su esfuerzo en ese sentido.