Como a muchos de los sectores económicos del país el 2022 fue complicado, y uno de ellos, aunque quizás no siempre se le brinde el reconocimiento merecido, es el de la industria de la cerámica que sufrió una retracción. No obstante, el reciente mes de enero ya fue más prometedor, por lo que esperan mejoría para este 2023.
Así lo indicó el actual y reciente electo presidente de la Cámara Paraguaya de la Industria Cerámica (CPIC), Fabriciano Soto, en contacto con el diario La Nación- Nación Media, quien compartió la visión para esta nueva gestión en adelante así como las complicaciones atravesadas en el último año.
“El sector está viniendo de un 2022 muy duro que se volvió a resentir luego de 2 años propicios para la construcción y por ende a la industria cerámica, y en el general se puede hablar de una caída de entre el 10 al 15% según los números de las agremiados”, expresó.
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Ante la consulta sobre las causas de dicha retracción, Soto señaló que las condiciones coyunturales propias del país fueron las que atajaron las inversiones en las obras, como ser la escalada en la inflación que luego ante esto se incrementaron los créditos con la tasa de política monetaria, a más del período proselitista que abarcó el año anterior, y todo esto generó una especie de mayor cautela para el avance de las obras.
No se puede dejar de mencionar igualmente que el sector de la construcción propiamente acumula la deuda del Estado que para este año llega a los US$ 300 millones, y la industria de la cerámica provee de los insumos para las empresas constructoras que, si bien la falta de pago es por las obras públicas, repercute igualmente en menor circulante dentro del mercado.
El presidente de la CPIC remarcó en este sentido, que la industria cerámica es de alto componente social, por toda la cadena de valor que representa y, por esto mismo, es que entre uno de los objetivos de la nueva administración del gremio se encuentra el de lograr visualizar a la cerámica nacional como un motor económico muy importante, pues emplea a unas 10.000 a 15.000 personas de forma directa e indirectamente, dijo.
Otra de las metas es tener consignados los datos estadísticos del sector, que puedan servir como referencia y parámetro justamente del efecto multiplicador en toda la cadena de valor, así como acercar al gremio a las universidades de modo a que las nuevas promociones de arquitectos e ingenieros se reencuentren con la cerámica paraguaya, para sacarle más provecho, y buscar nuevos usos constructivos.
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Exportaciones
El sector, que gracias a las bondades geológicas de Paraguay por sus suelos y aguas provee de una materia prima noble y no contaminante, produce materiales de buena calidad que son apreciados incluso en países vecinos de la región. De hecho, la industria cerámica exporta a Argentina y Uruguay, 90-10%, respectivamente, y cuenta con gran potencial para llegar a otros mercados, aseguró el titular del gremio.
En este punto, aseveró la importancia de seguir apostando en producción de calidad para ganar otros mercados, debido a que el principal cliente redujo desde el 2021 un 50% de las compras a raíz de las medidas implementadas por este gobierno que limita las importaciones.
Si bien en volumen no es muy elevado, se exporta una variedad de materiales de construcción, y en especial más los ladrillos huecos, tejuelones, tejas, pisos, a más de cerámicos de fachada tales como ladrillejos y otros tipos de ladrillos vistos, acotó.