El Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) reúne a 15.000 artesanos que forman parte del rubro, y se estima que unas 50.000 personas viven de este trabajo, directa e indirectamente. Teniendo en cuenta esto, el sector pide ser priorizado con la creación de una política nacional considerando la generación de fuentes de trabajo y la movilización de cadenas de producción ligadas al desarrollo sostenible.
En representación de la institución, Cynthia Melgarejo, explicó que estos temas serán tratados durante el primer Foro Nacional que se realizará este jueves en el Banco Central del Paraguay (BCP), en el cual se prevé iniciar el debate desde este año y se validarán los diagnósticos obtenidos acerca de la actividad económica que mueve el rubro.
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“Queremos empezar a generar el debate para el desarrollo de estrategias que puedan encaminar los desafíos que tenemos”, explicó Melgarejo para la 1000 AM. Asimismo, refirió que cuentan con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lo cual marca una pauta de la importancia de este segmento para el desarrollo económico de los municipios y el país.
Recordó que muchos países de la región cuentan con riquezas basadas en torno a la producción artesanal, puesto que existen una gran cantidad de personas que encuentran rentabilidad en ella y por ello es prioritario darle fuerza por su implicancia cultural. “Hay que tener en cuenta que en Paraguay esto está ligado a la identidad local y también vemos como un potencial para el desarrollo de las comunidades o departamentos”, comentó, agregando que la política que buscarán impulsar iría desde este 2023 hasta el 2030 en consonancia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
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ueno bank y el Instituto Paraguayo de Artesanía fortalecerán nuestra identidad
ueno bank y el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) firmaron un convenio de colaboración interinstitucional, en línea con su compromiso con la sostenibilidad, la inclusión y la promoción de la cultura paraguaya. El acuerdo se concretó en La Matrix, sede central de la entidad bancaria, y busca impulsar acciones que promuevan la identidad nacional y preserven el patrimonio cultural.
“Nuestro propósito es acercar soluciones reales a las comunidades, pero también honrar a quienes preservan lo más valioso de nuestro país: los artesanos, guardianes de nuestra historia, cultura y raíces. A través de esta alianza, impulsamos la inclusión financiera y acompañamos a los artesanos para que sus creaciones lleguen más lejos, generando oportunidades y orgullo para todo el Paraguay”, señaló Diana Mongelós, directora de ueno bank.
Por su parte, Andrea Vázquez, presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía, señaló: “Con esta alianza damos un paso fundamental para que nuestros artesanos puedan crecer sin perder su esencia. Venimos trabajando junto a ueno bank desde hace tiempo, y nos emociona seguir construyendo este camino en conjunto, porque compartimos los mismos valores: inclusión, autonomía y el orgullo por lo hecho a mano en Paraguay. Nuestro propósito es claro: que cada paraguayo y paraguaya se sienta orgulloso de portar una artesanía, de lucir una camisa de ao po’i, y de llenar sus hogares con el arte y la identidad de nuestra tierra”, resaltó.
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Entre los principales compromisos asumidos por el banco destaca el apoyo a las principales ferias organizadas por el IPA —como SOMOS Artesanía, ORE de Pueblos Indígenas, el Encuentro de Ceramistas del Paraguay, entre otras— mediante el acompañamiento personalizado en procesos de bancarización y onboarding financiero; así como la implementación de soluciones de pago digital.
Esta alianza forma parte de las iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de ueno bank, orientada a generar impacto positivo en comunidades y fortalecer sectores claves como el de la artesanía, vital para la historia y la cultura del Paraguay. En las primeras ferias acompañadas por la entidad, feriantes recibieron asesoramiento, se participaron también embajadores de la inclusión, quienes brindaron asistencia a los artesanos en el proceso de bancarización y orientación sobre el uso de herramientas de transacciones digitales.
Otras acciones
● El auspicio como main sponsor del Congreso de Artesanía + Diseño (A+D), que promoverá la innovación a través de espacios de intercambio y capacitación con expertos nacionales e internacionales.
● La campaña “Jopoi, identidad hecha a mano”, que ofrece talleres de formación en diseño y desarrollo de productos en distintos territorios para potenciar el valor del merchandising artesanal con identidad local.
● El fortalecimiento de la Ruta Nacional de Artesanía (RNA), mediante la mejora de herramientas digitales que faciliten su visibilización y promoción local e internacional.
● La protección de técnicas artesanales indígenas, a través de la provisión de insumos y herramientas que permitan completar el ciclo productivo.
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Sobre ueno bank
ueno bank se posiciona como el banco más grande del país en términos de cantidad de clientes y tarjetas de crédito. Inclusión, transparencia e innovación son los pilares distintivos que guían sus operaciones. Como líder del sector, colabora con las principales empresas del sistema financiero global, como Citibank, JP Morgan y Mastercard, y cuenta con el respaldo de diversos organismos de cooperación internacional.
ueno bank está adherido al Pacto Global de las Naciones Unidas y es la primera y única entidad regulada por el Banco Central del Paraguay que ha recibido el Sello de Integridad otorgado por la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac) y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
Sobre el IPA
El Instituto Paraguayo de Artesanía promueve la salvaguarda y desarrollo sostenible de la artesanía paraguaya, fortaleciendo su potencial económico, social y cultural para el bienestar de artesanos, artesanas y sus comunidades Creado por la ley n.º 2448/2004 tiene por objeto promover el desarrollo de la artesanía nacional, estimular y proteger al artesano, buscar canales de comercialización e incentivar la formación de artesanos entre otras funciones.
Uno de los objetivos del IPA es “elevar el nivel de vida de las comunidades artesanales fortaleciendo el desarrollo de sus núcleos, capacidad productiva y de comercialización, generando alianzas de acuerdo con la demanda del mercado nacional e internacional, por medio de la competitividad”.
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El ñandutí: una tradición que lleva el pan a los hogares
- Jimmi Peralta
- Fotos: Matías Amarilla
El ñandutí, tejido tradicional del Paraguay, presenta en sí misma una sutil metáfora de su naturaleza dentro de la ciudad que sin dudas es su hogar, Itauguá. Situado a 30 kilómetros de Asunción, el distrito es conocido como el centro de producción de vestidos, cuadros, blusas y manteles confeccionados a base de este tejido artesanal, que representa al suelo guaraní en todo el mundo en diversas instancias y certámenes. Las artesanas redoblan la apuesta y ahora van por el Récord Guinness.
El ñandutí es realizado generalmente de manera individual por manos de mujeres. En su desarrollo, tejen más allá del bastidor una trama de producción en comunidad que traza formas, líneas rectas y curvas interconectadas en la diversidad de colores y direcciones.
Como artesanía, el ñandutí se aprende en la casa, con la magia de la formación no sistemática, que da vuelo y vida a su esencia. Al mismo tiempo, pone el sentido de la transmisión de conocimiento de madres a hijas y de hijas a madres, entretanto se cimenta parte del sustento familiar. Este tejido primero pone pie en la función más elemental: llevar el plato de comida a los hogares de los itaugüeños para después barnizar el vínculo colectivo de una ciudad que cuenta con varios centenares de tejedores y tejedoras.
“Mi abuela no sé si tejía, pero yo aprendí de mi mamá, de muy chiquita, y ni bien cuando yo empecé a hacer los bordados, me daba la plata mi mamá. ‘Este es tu trabajo. Te va a servir para comprar otra vez tus materiales’, me solía decir mi mamá. Y así nunca dejé de hacer. Este trabajo también ayudó para criar a mis tres hijas”, comenta Antonia Morínigo, tejedora itaugüeña que esta semana se sumó a la Red Tejiendo Cultura, una plataforma que nuclea a más de 500 artesanas del ñandutí del Paraguay y de países como Australia, Puerto Rico, Chile, Reino Unido, España y Argentina.
Más de 150 de estas artesanas son de Itauguá, algunas jóvenes y otras de más de 90 años. Ahora forman parte de este proyecto que busca sumar el trabajo individual para armar el tejido de ñandutí más grande el mundo, que será de 120 metros de largo por 5 metros de ancho, buscando el récord mundial.
TEMPRANA INICIACIÓN
Como la mayoría de las tejedoras, Antonia empezó de niña. Ahora es abuela y ya no puede producir en bastidores grandes como antes. Ella tiene a su cargo las labores del hogar y todos los días, después del almuerzo, se sienta en su dormitorio a dibujar con el hilo y la aguja sobre su tela. “Este bastidor armado yo termino en un día, porque yo soy ama de casa, tengo que cocinar todo, yo soy la mamá de la casa. A la tarde, puede comer la comida, me suelo sentar acá en mi pieza y hago mi ñandutí, a la noche ya quiero descansar”, comenta. El proceso de producción arranca con el dibujo sobre el papel “y regla”, recuerdan las tejedoras. Luego se estira la tela en el bastidor, se dibuja en la tela y se comienza a tejer. Terminado el trabajo, se separa el tejido de la tela, se lo lava y finalmente se le pone el almidón para que se endurezca.
“Hay gente que tuvo que migrar a otros países, pero se llevaron parte de sus culturas y otras que se dedicaron a enseñar y así esparcir por todo el mundo. La ciudad de Itauguá es conocida como la capital del ñandutí y cuna de la misma. En cada compañía de Itauguá te encontrarás con un o una artesana elaborando su trabajo porque la técnica fue otorgada de generación a generación y se ha vuelto una tradición para las familias. Es por ello que hay más cantidad de artesanos en la localidad de Itauguá”, comenta Guillermo Acosta, coordinador de la Red, itaugüeño y profesor de ñandutí, quien en su propio perfil vital narra la historia del tejido y las familias de su ciudad.
“Todo se inició desde la tristeza de mi querida Maximina Quiñónez. En una tarde se puso triste y observaba su ñandutí y me dice ‘qué pena que ninguna de mis hijas va a legar esto que yo hago, ninguna de ellas dos sabe hacer’. Sentí tanta pena al oírla decir eso que entonces le pregunté cuál era el dechado más difícil y complicado de hacer. A lo que ella me respondió el arasape y la filigrana, que coincidentemente estaba haciendo. Entonces me fijo en sus idas y vueltas que realizaba sin decirle nada en absoluto. Como ella trabajaba cama adentro y venía a casa los fines de semana, la sorprendí con un trabajo que estaba realizando sin decirle nada. Era una imagen de san Blas, pero en ñandutí. Me pregunta quién hizo y le digo que yo.
Me mira y dice que no me cree. Para que me pudiera creer, me siento y le muestro que sí lo podía hacer y desde entonces le tomé como hobby”, narra Acosta sobre cómo en el ñandutí se reafirma el tejido social y el empoderamiento económico de las mujeres de una ciudad.
TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia Centurión (91) son dos hermanas tejedoras que viven junto a la hija de la segunda en una humilde casa en el centro de Itauguá, donde las tres comparten además el amor al ñandutí y su creación.
Las hermanas aprendieron el oficio desde pequeñas. Su madre transmitía el conocimiento a su descendencia femenina, “porque los varones buscaban otras formas de aportar, como trabajando en la carpintería y otras cosas”.
“Cuando teníamos entre 7 u 8 años nosotros mirábamos a escondidas cómo trabajaba nuestra mamá y hacíamos que practicábamos en papel. No podías hacerlo bien porque ella no quería que nosotras trabajemos. Pero cuando se dio cuenta de que ya lo hacíamos, finalmente decidió mostrarnos cómo hacerlo bien”, comenta Esmérita.
“Cuando me siento puedo producir rápido, pero ahora ya no puedo sentarme por mucho tiempo, ya estoy grande”, explica Juliana.
“Antes valía más nuestro trabajo, se pagaba mejor por el ñandutí. Nosotras ya no salimos a vender ahora, no nos vamos a ninguna parte. Vienen a hacernos el pedido y hacemos. Antes salíamos, ahora tenemos una patrona. Antes producíamos muchísimo más”, explica Esmérita.
El oficio que le legó su madre le sirvió para sostenerse durante una larga vida y para la crianza de su hija, que también teje. Las hermanas se sumaron esta semana al proyecto que busca batir el récord mundial con un tejido de producción colectiva.
ENSAMBLE
Actualmente la producción de las tejedoras se realiza de diversas maneras, pero la preferida es la realización individual de piezas que después son acopiadas e integradas a vestidos, manteles y otras piezas.
Los precios pueden variar y los productos se realizan en algunos casos bajo pedido y en otros es un proceso a la espera de clientes. Las pequeñas piezas se suman entre sí y de esta manera diversas tejedoras pueden finalmente articular sus trabajos en un producto final, que provee a sus hogares de sustento y de prendas a las principales tiendas especializadas de la ciudad o, como varias de ellas dicen, “a mi patrona”.
Entre tanto, para el proyecto del tejido más grande del mundo se les proveerá a todas las artesanas de insumos (bastidores, lienzos, hilos, agujas) y ellas decidirán cuántos módulos realizarán de acuerdo a sus capacidades y habilidades. Las piezas serán posteriormente certificadas para el ensamble. Como es dable esperar, la producción del tejido significará un ingreso económico.
Se estima que se juntarán unas 2.200 piezas a través de la red. Esta será de los diez dechados (dibujos) seleccionados para la ocasión: jazmín poty, mbokaja poty, buey pypore, machete punta, arasape, arapaho un lado, estrella de cuatro puntas con kurusu’i, takuru con karê’i doble, margarita y pensamiento. A los costados la pieza contará con randas con cadenilla doble y en las esquinas estrellas de cuatro puntas con filete. La puesta en valor del ñandutí a través de este proyecto genera un aporte inmediato mediante la generación de pedidos para las tejedoras. A mediano plazo centralizará una red de trabajadoras, lo que podría facilitar a futuro la producción, la adquisición de insumos y la comercialización. A largo plazo se busca la valoración cultural y pecuniaria a nivel nacional e internacional de este tejido que data del XVI, y que surgió en estas tierras de la unión de una técnica europea y la creatividad de la mujer paraguaya.
“CADA VEZ QUE TE TENGO PEDIDO VENDO TODO MI ÑANDUTÍ”
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce, teje desde los 13 años. Ella valora la iniciativa del proyecto y celebra que significará más trabajo para ella.
“Aprendí a hacer ñandutí viendo a mi tía y mi prima. Al darle el primer trabajo que hice, mi tía ya lo llevó, vendió y me trajo ya directamente materiales para hacer más”, comenta Porfiria, quien trabaja mechando su artesanía con las labores domésticas con la ayuda de su hija.
“Yo me levanto a la mañanita y en medio de mi mate hago mi ñandutí. Después me levanto a hacer para el almuerzo, hago todo eso y ya me siento otra vez a trabajar. Si no hay pedido, igual nomás hago yo. En algún momento va a venir el pedido. Cada vez que tengo pedido vendo todo mi ñandutí; si no hago mi ñandutí, hago chipa”, comenta.
Relata que para ella la parte más difícil es el dibujo. “Eso se hace primero, el dibujo, con la regla se hace, se hace bien eso en el papel, después tenés que estirar con el bastidor la tela y dibujar. Ahí se trabaja”, narra sobre el proceso de producción.
“DESDE MUY CHIQUITA ME PAGABAN POR MI TRABAJO”
Felipa López (63) desde los 7 años se sumó a su mamá, su abuela y sus hermanas, todas de la ciudad del ñandutí, en el oficio de tejedora.
“Hago diferentes dibujos, con hilo fino y con hilo grueso, de ambas formas. Eso también me enseñó mi mamá. A ella le enseñó mi abuela. Desde muy chiquita me pagaban por mi trabajo. La plata me servía para mi escuela, para mis útiles. Tengo siete hijos, ahora conmigo ya solo vive uno. A tejer le enseñé solo a dos hijas mías”, comenta Felipa, quien desde sus manos y el arte dio de comer a su familia junto con su marido, quien es constructor.
“JAGANA´I, PERO JAGANA, UPÉA LA HE´ISÉVA”
Filemona Figueredo (68) arrancó como tejedora a los 12 años con su madre y sus seis hermanas. Ella también se sienta con su bastidor entre las actividades de cuidado y de la labor doméstica en su hogar itaugüeño.
“Recuerdo que cuando era chiquita cada 15 días nos tocaba a cada una ir a vender. De esa plata comprábamos para nuestra ropa para farrear”, comenta entre risas.
“Nunca trabajamos para otra persona”, refiere acentuando que nunca tuvo un trabajo en situación de dependencia.
“Siempre jagana’i, pero jagana, upéa la he’iséva. Igusto remba’apo, revende ha rejúma nde platamíre” (siempre ganamos poco, pero ganamos, eso es lo que importa. Da gusto trabajar, vender y venir con tu platita), explica Filemona, quien es madre de tres hijos.
SOBRE EL PROYECTO
Tejiendo Cultura – El Ñandutí Más Extenso del Mundo es una iniciativa impulsada por Innovaciones Comerciales y la Asociación de Ñandutí en Japón, con el acompañamiento de la Municipalidad de Itauguá y la alianza estratégica de la EBA.
Su objetivo no solo es confeccionar de forma colaborativa la pieza de ñandutí más grande del mundo, sino también visibilizar el trabajo artesanal, fortalecer el turismo cultural y abrir nuevas oportunidades económicas para las tejedoras del país a través del arte textil.
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Este finde, abrígate con artesanía
Una oportunidad perfecta para apoyar el talento nacional y llevarse piezas con historia, ideales para regalar o disfrutar.
Este sábado 05 y domingo 06 de julio, el Centro Cultural del Puerto se convertirá en el punto de encuentro ideal para quienes buscan abrigo con identidad propia. Se trata de la feria de Invierno “Artesanías que abrigan” en el Centro Cultural del Puerto.
Artesanas de diferentes puntos del país se reúnen este fin de semana para celebrar el talento y el abrigo hecho a mano, en una nueva edición de la Feria de Invierno, con propuestas únicas para esta temporada.
El evento invita a disfrutar de una experiencia que combina arte, tradición y diseño. Se podrá encontrar tejidos, cueros, lanas, cerámica, indumentaria, objetos decorativos y mucho más, todo creado de manera artesanal, pero con el valor agregado del trabajo hecho a mano.
La feria reunirá a artesanos de las ciudades de San Miguel, Santiago, Carapeguá, Caacupé, Itacurubí de la Cordillera, Atyrá, Capiatá, Areguá, Tobatí e Itá.
Además de la variada oferta de productos, la feria contará con un espacio gastronómico para compartir sabores invernales y actividades para toda la familia.
Habrá talleres para los más pequeños, con enfoque en la cultura y artesanía, así como demostraciones de las técnicas de artesanía, que sumarán como atractivos en esta gran fiesta de invierno.
De esta manera, la actividad se convierte en una oportunidad perfecta para apoyar el talento nacional, a más de llevarse piezas con historia, ideales para regalar o disfrutar. No te pierdas la cita con el talento en artesanía local, este sábado y domingo de 09:00 a 20:00, en el Centro Cultural del Puerto, con acceso libre y gratuito.
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Eficiencia e innovación para desarrollo competitivo de la industria
Más de 170 participantes aglutinó el Foro Internacional de Productividad, con la premisa de dotar de herramientas técnicas y estratégicas a la industria nacional.
Con destacados especialistas nacionales e internacionales, se realizó el Foro Internacional de Productividad, que involucró a empresas de la industria nacional, con el objetivo de impulsar la eficiencia e innovación, de modo a lograr el desarrollo competitivo del sector.
Esto, poniendo al alcance herramientas técnicas y estratégicas, de la mano del Centro de Formación y Capacitación Laboral (Ceprocal) de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), que llevó adelante el evento con más de 170 participantes, en una jornada cargada de conocimiento, análisis y experiencias sobre eficiencia e innovación.
“Desde Ceprocal, buscamos constantemente abrir espacios de aprendizaje que generen impacto en la industria paraguaya. Este foro fue pensado como plataforma para que las empresas puedan actualizarse, inspirarse y adoptar herramientas concretas para mejorar su productividad”, expresó Osvaldo Achón, presidente del centro.
Entre los principales contenidos se destacó la conferencia “Transformando la Producción Industrial: Mejora de la Eficiencia y la Calidad a través de Lean Six Sigma”.
Aquí se presentó cómo esta metodología permite reducir defectos y desperdicios mediante herramientas, estadísticas y principios de mejora continua, logrando resultados financieros concretos y una mayor satisfacción del cliente.
El workshop “Liderazgo y Transformación en las Industrias”, liderado por Seba Kakazu, puso el foco en el rol del liderazgo transformacional y la cultura organizacional como ejes del cambio productivo. Se puso como ejemplo modelos exitosos como el caso de Toyota, donde el liderazgo en el lugar de trabajo impulsa la mejora continua.
La conferencia “Eficiencia Energética en Entornos Industriales”, a cargo del ingeniero Edgar Bareiro, analizó estrategias para optimizar el consumo energético en instalaciones industriales, desde salas limpias hasta procesos térmicos.
Se presentaron herramientas basadas en normas ISO y tecnologías como aerotermia, sistemas híbridos y energía solar, fundamentales para avanzar hacia la descarbonización.
También hubo un bloque de Investigación Científica sobre Producción Industrial Sostenible, a cargo de estudiantes de la UPA, y la conferencia “Industria 4.0” a cargo de Jorge Figueredo, explorando cómo las tecnologías emergentes, como el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial y la automatización inteligente, están redefiniendo los procesos industriales.
Además, el foro incluyó un espacio de networking donde los participantes pudieron conectar con potenciales aliados estratégicos, generando vínculos valiosos para futuras colaboraciones y proyectos conjuntos.