La firma español, Air Europa y la compañía Iryo celebraron un alianza que tiene como fin que los viajeros podrán adquirir tickets combinados de tren y avión desde la web de Air Europa o en agencias de viajes autorizadas, desde finales del 2023.
Esta nueva modalidad prevé conexiones entre Madrid y 11 ciudades españolas: Barcelona, Tarragona, Zaragoza, Cuenca, Valencia, Albacete, Alicante, Málaga, Antequera, Córdoba y Sevilla, con los 33 destinos que Air Europa opera en el continente y los 21 transoceánicos en América.
Desde la empresa europea señalan que los usuarios tendrán la consideración de pasajeros en conexión, lo que les permitirá disfrutar de las mismas ventajas y garantías que ambas compañías ofrecen a sus clientes en la prestación del servicio.
“Esta estrategia es fundamental para reducir el impacto del cambio climático en los desplazamientos, que además de un reto es una obligación de todos. Igualmente, ambas compañías fortalecen de este modo la conectividad del hub de Madrid Barajas y de la península, con una propuesta eficiente y sostenible, con el objetivo de satisfacer las necesidades de los clientes de ocio y negocio”, resaltan desde Air Europa.
Por su parte, el CEO de Iryo, Simeone Gorini expuso que mediante la firma de este acuerdo se refuerza el papel estratégico de Iryo en la conectividad de España con Europa y con América y a su vez, se avanza hacia la movilidad con soluciones integrales que permiten tener una experiencia de transporte más completa y sostenible.
“Para Iryo, es un honor contar con Air Europa como primer partner en una asociación ferrocarril-avión, estando cada vez más cerca de lograr una movilidad más integrada sostenible que ponga en el centro la experiencia del cliente, la innovación y la protección del medio ambiente”, manifestó.
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El sector turístico se prepara para la 20° edición de la Fitpar
La Asociación Paraguaya de Agencias de Viajes y Empresas de Turismo (Asatur), realizó el lanzamiento oficial de la vigésima edición de la Feria Internacional de Turismo del Paraguay Fitpar 2025, el pasado jueves 4 de septiembre en el salón Turista Róga de la Senatur.
El objetivo de este encuentro fue promocionar la feria internacional más importante del Paraguay Fitpar 2025, a realizarse los días 10, 11 y 12 de octubre en las instalaciones del Centro de Convenciones Mariscal, con el apoyo de la Senatur e Itaipú Binacional.
Esta feria de turismo que figura entre los grandes acontecimientos turísticos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), este año destaca a la República de China (Taiwán), como país invitado, que deleitará con su cultura milenaria, gastronomía y atractivos turísticos.
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Además, presentará el Circuito Vivencial del Arte TOBA, un emprendimiento con alma que transforma la tradición en inspiración, visibilizando el arte, la cultura y la rica identidad de Tobatí. La feria busca estrechar vínculos entre las empresas y promover acciones tendientes al fortalecimiento de todo el sector.
Fitpar 2025, declarada de Interés Turístico Nacional por Resolución Nro. 413/2.025 de fecha 04/04/2025 de la Senatur, de Interés Nacional y Turístico por Declaración Nro. 298 de fecha 11/06/2025 de la Honorable Cámara de Senadores, de Interés Nacional por Declaración N° 1.095/2025 de fecha 22/07/2025 de la Honorable Cámara de Diputados, reunirá a un importante número de empresas e instituciones locales como extranjeras, convirtiéndose por algunos días en el principal centro de los negocios turísticos de toda la región.
En su edición 2024, participaron 837 expositores, provenientes de 10 países, quienes presentaron sus ofertas de más de 300 marcas y destinos turísticos, donde se tuvieron resultados muy positivos, ya que se registraron más de 7.500 visitantes de los cuales 2.470 personas fueron profesionales del sector turístico, 620 estudiantes y 837 expositores.
Para la presente edición ya confirmaron presencia 9 países y más de 150 empresas. En el marco de la Fitpar se organizan seminarios dirigidos a profesionales y estudiantes del sector turismo como también exposición de artesanía y se podrá saborear la rica gastronomía paraguaya.
El acceso es gratuito y estará abierta a todas las personas interesadas en concretar negocios, capacitarse o simplemente planificar sus próximas vacaciones con las diferentes promociones y paquetes ofrecidos durante el desarrollo de la muestra. Para mayor información se debe llamar a la Gerencia General de Asatur, teléfono (595-21) 494 728, WhatsApp +595 983 800 960 o al correo: secretaria@fitpar.org.py.
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Inauguran “Júpiter”, la supercomputadora más rápida de Europa
Europa inauguró el viernes pasado en Alemania el superordenador más rápido del continente, Júpiter, con el que espera superar su retraso en el campo de la inteligencia artificial (IA) y reforzar sus capacidades de previsión climática. A continuación, las claves sobre el sistema, que cuenta con un poder equivalente al de un millón de teléfonos inteligentes.
¿Qué es Júpiter?
Con sede en el Centro de Supercomputación de Jülich, en el oeste de Alemania, Júpiter es el primer superordenador europeo de exaescala. Exaescala significa que puede hacer mínimo 1 exaflop (unidad seguida de 18 ceros) de cálculos por segundo. “Es como si se utilizaran al mismo tiempo 10 millones de computadoras portátiles convencionales, apiladas hasta una altura de 300 kilómetros”, comparó el canciller alemán Friedrich Merz el viernes durante la inauguración de Júpiter.
Estados Unidos ya tiene tres de estos ordenadores, todos operados por el Departamento de Energía. Júpiter está alojado en un centro que cubre unos 3.600 metros cuadrados -aproximadamente la mitad del tamaño de un campo de fútbol- lleno de estanterías de procesadores y funciona con la potencia de 24.000 chips Nvidia, que son los preferidos por la industria de la IA.
La Unión Europea financia la mitad de los 500 millones de euros (580 millones de dólares) necesarios para desarrollar y operar el sistema durante los próximos años y Alemania financia el resto. Su vasto poder de computación estará a disposición de investigadores en numerosos campos y de empresas para entrenar sus modelos de IA. “Júpiter es un gran avance en el rendimiento de la computación en Europa”, dijo Thomas Lippert, director del centro de Jülich, a la AFP.
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¿Cómo puede ayudar a Europa en la carrera de la IA?
Según Lippert, Júpiter es el primer superordenador internacional competitivo apto para entrenar modelos de IA en Europa, que ha quedado rezagado frente a Estados Unidos y China en la carrera de la IA. “Estados Unidos y China están compitiendo codo a codo en una economía mundial impulsada por la inteligencia artificial”, pero Alemania y Europa “pueden recuperar” su retraso, dijo Merz, que calificó el proyecto de “pionero” e “histórico”.
Según un informe de la Universidad de Stanford publicado a principios de este año, instituciones con sede en Estados Unidos produjeron 40 modelos de IA “notables” (especialmente influyentes) en 2024, en comparación con 15 de China y solo tres de Europa. “Es la máquina de inteligencia artificial más grande de Europa”, dijo Emmanuel Le Roux, jefe de computación avanzada de Eviden, a la AFP.
Júpiter fue construido por un consorcio formado por Eviden -una subsidiaria del gigante tecnológico francés Atos- y por el grupo alemán ParTec. José María Cela, investigador principal del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, declaró que el nuevo sistema es “muy significativo” en los esfuerzos de entrenar modelos de IA en Europa.
“Cuanto más grande sea el ordenador, mejor será el modelo que desarrolles con inteligencia artificial”, afirmó Cela a la AFP. Los grandes modelos de lenguaje (LLMs) se entrenan con vastas cantidades de texto y se usan en chatbots de IA generativa como ChatGPT de OpenAI y Gemini de Google.
Sin embargo, Júpiter, que funciona con chips de Nvidia, sigue dependiendo en gran medida de la tecnología estadounidense. El dominio de Estados Unidos sobre el sector tecnológico mundial se ha convertido en una fuente de creciente preocupación a medida que las relaciones entre ese país y Europa se han deteriorado.
¿Para qué más sirve Júpiter?
Júpiter tiene una amplia gama de posibles usos más allá del entrenamiento de modelos de IA. Los investigadores quieren utilizarlo para crear pronósticos climáticos más detallados y a largo plazo, buscando anticipar con precisión la probabilidad de eventos extremos como olas de calor. Le Roux explicó que los modelos actuales pueden simular el cambio climático en la próxima década, pero “los científicos creen que con Júpiter podrán pronosticar hasta al menos 30 años, y en algunos modelos, quizá incluso hasta 100 años”.
Otros esperan simular procesos cerebrales de manera más realista, en investigaciones que podrían ser útiles en áreas para el desarrollo de medicamentos para combatir enfermedades como el Alzheimer. También sirve para investigaciones relacionadas con la transición energética, por ejemplo, simulando los flujos de aire alrededor de turbinas eólicas para optimizar su diseño.
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¿Consume mucha energía?
Sí, Júpiter requerirá en promedio alrededor de 11 megavatios de energía, según los cálculos, equivalente a la energía utilizada para alimentar miles de hogares o una pequeña planta industrial. Pero sus operadores insisten en que Júpiter es el superordenador más eficiente del mundo en su clase. Utiliza el hardware más reciente y eficiente en energía, cuenta con sistemas de enfriamiento por agua y el calor residual que genera se usará para calentar edificios cercanos, según el centro de Jülich.
Solo existen tres superordenadores a exaescala además de Júpiter, y todos lo superan en términos de rendimiento teórico máximo: El Capitan, Frontier y Aurora están todos instalados en laboratorios del departamento de Energía de Estados Unidos. China también dispone de superordenadores a exascala, según varios expertos, pero sus rendimientos siguen siendo confidenciales.
Estados Unidos cuenta con 175 superordenadores, China tiene 47, Alemania 41 y Japón 39, incluido Fugaku, que ocupó el primer lugar entre 2020 y 2022 antes de ser superado por los estadounidenses. Cinco de los 10 ordenadores más potentes del mundo son europeos: Júpiter, en Alemania; HPC6 y Leonardo, en Italia; Alps, en Suiza, y Lumi, en Finlandia.
Fuente: AFP.
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ARP: “Tener a Europa como destino otorga prestigio”
Europa representa menos del 2 % de las exportaciones de carne bovina paraguaya, sin embargo, su peso simbólico y estratégico es incuestionable. Así lo expresó Martín Filártiga, secretario general de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), al señalar que este destino “paga muy bien y otorga estatus”.
Para los ganaderos, contar con la exigente Unión Europea (UE) como cliente abre otras puertas internacionales, como Estados Unidos y Canadá, que ven en ese sello un aval de calidad y trazabilidad.
El directivo recordó a la 800 AM que el ingreso de la carne paraguaya al mercado europeo está condicionado hoy por la Reglamentación 1115 de la UE, que establece estrictos requisitos sanitarios y de trazabilidad para los países proveedores.
Estas normas apuntan a garantizar al consumidor europeo que la carne que llega a su mesa proviene de animales identificados, controlados y libres de enfermedades, con un historial verificable de producción.
En Paraguay, el cumplimiento de estas exigencias se gestiona a través del Sistema de Trazabilidad del Paraguay (SITRAP), creado por la Ley 971/2013. Este sistema permite seguir a cada animal desde su nacimiento en el campo hasta su faena en los frigoríficos habilitados.
“La carne que va a Europa debe ser trazada. Lo gestionamos con el SITRAP. No es Bruselas la que controla acá, son los importadores europeos”, aclaró Martín Filártiga. Para el gremio, el trazado no solo asegura el cumplimiento de estándares internacionales, sino que también fortalece la reputación del país como proveedor confiable.
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Mercosur-UE
En este contexto, el acuerdo de libre comercio Mercosur-Unión Europea, aún en fase de negociación, cobra una relevancia especial. Su concreción implicaría mayores cuotas de exportación y condiciones más competitivas para la carne paraguaya, con posibilidades de acceder a un mercado de más de 400 millones de consumidores.
Para el sector productivo, el desafío pasa por sostener estándares de trazabilidad y calidad que permitan aprovechar plenamente ese escenario. Como indicó Filártiga, más allá de los números, “tener a Europa como destino otorga prestigio”, y en un negocio global como el cárnico, la reputación puede marcar la diferencia.
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De recuerdos, viajes, brindis, amaneceres, aprendizajes y contar historias
Con cada viaje aprendí la relevancia de enhebrar microhistorias que –como primeras versiones de algunas historias– serán la historia que otros y otras habrán de contar.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista X: @RtrivasRivas
- Fotos Gentileza
La que pasó fue una semana de y con recuerdos. Algunos en soledad y otros, con amigos y amigas. Confieso que he viajado. Mucho. Más de lo que pude imaginar desde niño que –supongo– por desconocer que era posible llegar a todas partes, viajar no era imaginable. Pero, desde que comencé a hacerlo casi con exclusividad para ejercer el oficio de periodista o para estudiar, lo que de esos desplazamientos guardo y resguardo son sabores, imágenes, luces, sombras e interrogantes que –después de tantos años de tenerlos– me atrevo a pensar que carecen de respuestas.
¿A dónde van a parar las palabras no dichas, los deseos no expresados, los sueños perdidos, los corazones rotos, las personas que perdimos en el camino...?, me pregunté una y otra vez en una playa desierta donde solo escuché durante largas horas el ruido del mar.
Aquella misma noche, sin embargo, mirando fijamente el agua que mojaba mis pies, me animé a pensar que, aunque me gusta el mar, disfruto más del Río de la Plata que conocí de pequeño. Y supe entonces que lo extraño porque aquel río que conocí, que nos recibía, que nos dejaba entrar en él para bañarnos, divertirnos y hacernos felices, ya no es. El río que amo y no dejo de amar es aquello que nos dio y ya no nos puede dar porque enfermó.
AMANECERES
Viajar es parte importante de mi vida. Fascinante. Querer conocer historias, personas, personajes para preguntarles con frecuencia deviene en pulsión. Después de una de mis tantas ausencias, en una larga charla le confesé a Cristina, mi amadísima esposa y compañera, que también viajo porque disfruto de coleccionar soles nacientes. Las atesoro. Son momentos –instantes, acaso– muy particulares. Especiales, en los que el tiempo puede medirse a partir de los vertiginosos cambios de tonalidades con los que nos envuelve cada nuevo día.
En Buenos Aires al sol le cuesta ganar altura. Enormes edificios le quitan protagonismo y espacio. La gama de los grises, cuando el día comienza en algunos lugares de las tierras altas en Escocia, sin dudas, asombra. Ver cómo se asoma el sol desde las costas del Atlántico Sur, en Mar del Plata, encandila. Los amaneceres en torno del mar Muerto o en la mismísima fortaleza de Masada, en el desierto de Judea, en el sur de Israel, conmueven y contrastan con la palidez de los primeros cielos de cada jornada en Santiago de Chile o en Ciudad de México.
Pero no recuerdo ningún amanecer con los que tantas veces me embeleso como en mi querida Asunción cuando la bahía se enciende. No tengo memoria en Nueva York de amaneceres deslumbrantes. Como en Buenos Aires, allí triunfa el cemento y en las décadas más recientes le disputan el podio a Febo los cristales que reflejan sus rayos. En la China gigantesca también encontré amaneceres inolvidables. En el sur, especialmente. Y, en una ocasión, desde la Gran Muralla. El sol es atrapante. Y buscarlo es sustancial en la vida del viajante. Tanto para llegar a otro destino como… “a buen puerto”.
Cada lugar deviene en búsqueda y, por cierto, siempre existe aquello que el viajero habrá de buscar y, tal vez, podrá encontrar. Tuve un tiempo en que incansablemente procuré sentarme con amigos, amigas o, en soledad, para beber o transcurrir en aquellos lugares donde alguna vez lo hiciera Ernest Hemingway.
UNA PERSONALIDAD ATRAPANTE
Allá por el 1995 durante varias horas en el Aeropuerto Internacional del Galeão, en Río de Janeiro, dialogué con Martha Ellis Gellhorn (1908-1998), quien fuera la tercera esposa de Hemingway por cinco años desde 1940. Escritora y periodista, como corresponsal de guerra fue la única colega que acompañó a las tropas aliadas en Normandía y desde el campo de batalla reportó el Día D, el 6 de junio de 1944.
Una personalidad atrapante que en 1943 dejó a Ernest en la finca El Vigía, donde convivían, cerca de La Habana, Cuba, para ir a cubrir la Segunda Guerra Mundial desde Italia. Con el tiempo también trabajó en Vietnam y en Panamá, cuando la invasión norteamericana en 1989. ¿Y qué hace aquí, en Río? “Un reportaje sobre las favelas que publicaré en la revista ¿A qué bar cubano iba Hemingway? “Al Floridita”, respondió.
Poco menos de tres años después supe que murió a los 89. Tal vez, por suicidio, trascendió. No lo creo. En su honor, años más tarde, en un atardecer entré en El Floridita y ordené “un daiquiri como el que tomaba Hemingway”. Azúcar, limón, ron blanco Baccardi, hielo y cinco gotas de Marrasquino. Una delicia para endulzar las historias de siempre sobre una revolución que nunca termina. Tal vez, aquella noche, haya bebido de más. Me largué a caminar por el malecón. Recuerdos.
“Aquí, en Washington D. C., más exactamente en Capitol Hill, en WH (White House) y sus alrededores, el poder se siente. Se percibe. Se puede oler y hasta beber. El poder nos devora”, dijo durante un after office, en 1992, un líder parlamentario norteamericano que amablemente departía con un grupo de becarios argentinos entre los que me encontraba. Nunca olvido esas palabras. Valen allí y en todas partes. Duras, descarnadas, precisas.
Viajar también es conocer el poder. Recuerdos. Apenas ocho días atrás mi querido amigo-hermano Augusto dos Santos cumplió años. Con él en Asunción –unos 1.650 kilómetros al norte de Mar del Plata, en Argentina, uno de mis lugares en el mundo desde donde lo busqué para saludarlo– como desde largo tiempo nos comprometimos a un pronto encuentro para levantar una copa (o varias, en verdad) para celebrar tan relevante acontecimiento como, sin duda alguna, lo es su natalicio.
PRÁCTICA SOCIAL
La palabra brindis, afortunadamente, siempre nos acompaña. Es una de nuestras fraternas prácticas sociales que profundizamos donde nos encontremos. Siempre nos prometemos y comprometemos a brindar y en cada oportunidad en que nos reunimos, cumplimos. Nada nuevo. Aunque, si de brindar se trata, siempre es posible aprender algo de esa costumbre que nos llega desde lejos.
Recuerdo que fue en Buenos Aires, en un atardecer cualquiera, cuando en el piso 17 de un lujoso edificio ubicado en la esquina de las calles Florida y Paraguay, solo a un par de cuadras de distancia de la plaza San Martín, cuando lo supe. Allí, en torno de una vinoteca con cava propia bien provista departíamos sobre todo y casi nada. De pronto, la voz de una mujer huesuda, pelirroja, con un copón bien provisto en su mano derecha, que aseguró ser doctora en antropología, comentó que “hay evidencias ciertas que dan cuenta de que desde unos 170.000 años en Sudáfrica se practicaba el brindis”.
Irremediablemente ganó nuestra atención. Con impronta soberbia y aires académicos añadió que “más acá en el tiempo y con mucha más precisión, puedo decirles que el hábito de chocar las copas –por decirlo de alguna manera– como lo hacemos esta noche, podría haberse extendido en Europa en tiempos del Paleolítico Superior que se inició unos 40 mil años atrás, después de la última glaciación y la irrupción verificada del Homo Sapiens”.
Todo el lugar y la atención de quienes allí nos encontrábamos era ella y los conocimientos que contenía su palabra. Claramente observé que disfrutaba en plenitud de la situación que se creó entre ella y ese público exclusivo. Se la percibía feliz. Tan feliz que era posible imaginar que frente de nosotros alguien disfrutaba de algo muy parecido a la idea de los quince minutos de fama de los que hablara y anunciara Andy Warhol allá por los 70.
Pero ningún happy hours es para clases magistrales. ¿“Grazie mille por su aporte y conocimiento dottoressa”, dijo con solemnidad un italiano que aseguraba ser nórdico, se presentaba como “el conde don Giovanni” y que en cada anochecer que conseguía localizar e instalarse en una reunión entre amigos entregados a las libaciones fraternas, se sumaba sin invitación y luego de beber –casi siempre en abundancia– discretamente se retiraba… sin pagar. Prolijo y consuetudinario escapista aquel noble de alguna corte seguramente imaginaria y milagrosa. Brindo por su recuerdo y por aquel momento inolvidable.
EL TIEMPO EN LOS LABIOS
Hoy, unas pocas horas atrás, desde Barcelona, ese destino más que disfrutable y entre mis afectos al que en todo momento estoy dispuesto para regresar, quien de niño fuera Tito –para todos y todas en el Bajo Belgrano, nuestro pueblo natal en Buenos Aires y desde un cuarto de siglo se reconoce y lo reconocen en las playas mediterráneas como Angelillo– me contó cuál es el nuevo trago que consumen los ricos y famosos en el Paseo Marítimo barcelonés. “El temps als teus llavis, lo llama Yeray Monforte, su creador, y cuesta mil euros…”.
Lo interrumpí para dejar sentado que en nuestra próxima vez nada ni nadie habrá de tentarnos con esa bebida de autor que en la carta del barman que firma el propio Monforte la ofrecen como “time in your lips”, trago con el que de ninguna manera tenemos la posibilidad de calmar con ella nuestra sed de amistad fraterna. Pero, cuéntame, Angelillo, ¿con qué ingredientes lo prepara? “Toma nota: tequila Gran Patrón Burdeos, champán Louis Roederer Cristal Rosé 2014 y… oro de 25 quilates”.
Enmudecí. “Se sirve en Shôko Restaurante & Lounge, en la playa y es el cóctel más caro de España”, añadió. ¿Una nueva era de la opulencia en ciernes?, me pregunté en silencio. Tal vez, pero… habrá que ver e incluso redefinir opulencia en tiempos de los que respetables académicos y pensadores llaman “oligarquías tecnológicas”.
No es para nosotros, pensé, y creo que acierto aplicando el plural sin faltar a la verdad. Nos despedimos. No había mucho más para decir. Que el oro se puede ingerir de ninguna manera es novedoso, por cierto. Varias décadas atrás, en “La posada La Chimère”, en Buzios, el querido Gato Dumas (1938-2004) me comentó que el oro es antiinflamatorio y que en la India lo prescriben para mitigar los efectos de la artritis y el reuma.
Recuerdo que aquel grande de la gastronomía –y de la amistad– fue más allá para precisar que en ese país se consumen entre 12 y 14 toneladas de oro comestible cada año porque se trata de un ingrediente infaltable en todo tipo de celebraciones. Al parecer –palabra más, palabra menos– añadió que los egipcios en la antigüedad incluían el oro en la dieta alimenticia de nobles y sacerdotes. Igual que en aquella larga noche en Buzios que concluyó con cantos en la playa en torno de un fuego que declinó en la madrugada hasta apagarse minutos antes de clarear, incomprendo.
EL PODER
“El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, sentenció John Emerich Edward Dalberg-Acton (1834-1902), también conocido como lord Acton. Sospecho –y aunque admito que arriesgo al expresarlo– quiero creer que con esas palabras fue a fondo con sus pareceres críticos para con ricos y famosos (como los llamaríamos por estos días) al igual que con aquellas y aquellos que destilan vocación de poder para vivir en, de, desde y del poder alejados de toda posibilidad de servir sin ser servidos por serviles. Volví al presente. “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”, sostiene Karl Marx (1818-1883) en “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”, una de sus obras.
En 2017, cuando por cuestiones académicas estuve por un tiempo –nunca suficiente– en China, mi querido amigo Shen An –periodista y académico relevante muy respetado en el Imperio del Centro– mientras caminábamos con un grupo de amigas y amigos por los bellos senderos que rodean al Monte Púrpura, en la periferia de la ciudad de Nanjing, provincia de Jiangsu, situada en el delta del río Yangtsé, me contó que allí estaba enterrado un emperador que varias veces –desde el más allá– se quejó porque no lo dejaban tranquilo en su sueño eterno.
Pasa que Nankin –como muchos chinos y chinas prefieren llamar a aquella ciudad bellísima– crece e inevitablemente es más ruidosa. Durante largo tiempo llamada Tianjing, la “capital del cielo”, se la señala además como “la ciudad de la educación, la ciencia, la cultura, el arte y el turismo”. Aquel fue un día extenuante. Realmente. Pero fue además un armonioso momento para conocer historias atrapantes.
Frente al mausoleo Ming Xiaoling, donde se encuentra enterrado el emperador Hongwu (Zhu Yuanzhang), fundador de la dinastía Ming, An pausadamente me hizo saber que allí también descansa el emperador Qin Shi Huang (259 – 210 aNE), que en el 221 aNE lideraba el muy pequeño Estado de Qin. Pese a esa situación territorial adversa, consiguió reunir a todos los reinos de entonces e inmediatamente se proclamó “Shi Huangdi”, categoría que tradujo como “primer emperador”.
“En esa condición, Qin unificó a China”, explicó Shen. Pero pese a aquel logro político tan importante, no se sentía completamente feliz porque el segundo objetivo personal que procuraba alcanzar era mucho –muchísimo– más complejo. El primer emperador de la China unificada, Qin Shi Huangdi –ya poderoso– deseaba la inmortalidad.
ELIXIRES
¡Insaciable! Alquimistas y sabios taoístas –idóneos epocales– reconocidos mixólogos recomendaron al Shi Huangdi la ingesta de mercurio que presentaron como un ingrediente que nunca debía faltar en sus bebidas. Para los seguidores de Lao Tse, el mercurio –“con vitalidad propia”– actuaba sobre el organismo como un restaurador del equilibrio para prolongar indefinidamente la vida.
Aunque cueste creerlo, desde entonces y hasta casi el fin de siglo XIX parcialmente esas creencias se mantuvieron. De hecho, los que se conocieron como “elixires de la inmortalidad” invariablemente contenían compuestos de mercurio, aunque con llamativa frecuencia a esas recetas magistrales se les añadía oro y/o jade, cuyas propiedades y efectos no eran demasiado claros, pero los segmentos sociales más altos los consumían ostensiblemente.
¡Increíble! Con Shen An reímos. Aunque inmediatamente, el viejo colega que alguna vez fue el corresponsal jefe al que reportaba desde Buenos Aires, en perfecto español con acento chino, concluyó con la historia del primer emperador chino. ““El histórico –impiadoso–expone que aquel sueño del fundador de la dinastía Qin de ser emperador de la China unificada fue mucho más sencillo de alcanzar que la inmortalidad que también pretendía y deseaba fervorosamente”, sentenció. Qin Shi Huang murió a los 49. Probablemente víctima de mercurialismo que se causó por consumir mercurio para su inmortalidad.
Así concibo mi forma de ser periodista. Aunque debe haber otras. Con cada viaje aprendí la relevancia de enhebrar microhistorias que –como primeras versiones de algunas historias– serán la historia que otros y otras habrán de contar. No somos la historia. Apenas somos memoria y convicción de que, aunque muchos y muchas no acepten responder, “cada pregunta tiene su respuesta”, como aprendimos de Mario Benedetti.