El exceso de lluvia concentrada ocasionó subidas abruptas en los cauces hídricos, principalmente en el río Tebicuary, en cuya cuenca baja se encuentra la mayor parte de la producción de arroz nacional. Reinero Franco, vicepresidente de la Federación Paraguaya de Productores de Arroz, comentó que las inundaciones son históricas y ponen en riesgo el 54 % del área de sembrada que en la actualidad está en pleno desarrollo.
Los arroceros todavía no pueden cuantificar el daño producido, pues hay varias plantaciones en diferentes procesos, pero se habla de al menos 80.000 hectáreas con un daño inminente. “Hay cultivos que están en proceso vegetativo, lo cual hace que puedan aguantar un par de días bajo agua y no sufren daño. Sin embargo, hay otros que están en etapa reproductiva que con una inundación de tres días ya es un daño inminente y total“, sostuvo.
Explicó que depende de cómo vayan progresando en estos días los niveles de los ríos para determinar la cantidad de parcelas porque al parecer todavía quedan algunas lluvias que caerán al final de la semana. “Yo creo que como se comporte eso y la siguiente semana va a definir el daño real, pero ya existe un golpe importante a la producción de este año”, manifestó.
Ante esto, como gremio piden que el gobierno pueda brindar apoyo a los productores con refinanciamiento o ayuda a las poblaciones cercanas a los arrozales. “Estamos trabajando para hacer unos pedidos más concretos, pero en 10 días más o menos veremos cómo llegaron los daños”, expresó.
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Ingresos en riesgo
El sector proyectó sembrar unas 175.000 hectáreas del grano para esta campaña y lograr el ingreso de unos USD 400 millones gracias a las exportaciones. “Teníamos pensado esta cifra el año que viene, o sea, con la cosecha del cultivo que se encuentra inundado, y esos USD 400 millones están en riesgo de disminuir drásticamente generando menos ingresos de divisas”, explicó.
Además habría una gran cantidad de mano de obra impactada porque al registrarse una situación de esta magnitud el personal zafral contratado es el principal golpeado. “Aproximadamente son 1.600 puestos directos en el sector que se verían afectados en gran parte así como la población aledaña que vive del movimiento económico que genera”, indicó a la 650 AM.
Sumado a esto, la industria también podría resentirse debido a la menor cantidad de materia prima. Si bien el año pasado se tuvieron precipitaciones, las intensidades fueron diferentes. Franco comparó a esta creciente con la última registrada en el 2010 e incluso en las zonas ribereñas alcanzaron niveles parecidos a los registros del año 1983, principal referencia en el diseño de los campos con topografía hidráulica.
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