Los objetivos de recaudación impositiva, tiene como base el combate al contrabando, que se reforzó aún más desde la creación de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), afirmó el titular de la dirección, Óscar Orué, en conversación con La Nación/Nación Media.
Es así que, sumado a los esfuerzos del gobierno para erradicar el flagelo que afecta a la industria nacional, con el nuevo gobierno en Argentina, y las medidas que implementó el presidente Javier Milei, se vio un aumento del dólar, que rápidamente se transfirió a los precios por la devaluación del peso argentino, que se sinceró tras meses de congelamiento.
Al respecto, Óscar Orué opinó que esto tendrá un impacto positivo para el país, ya que disminuirá notablemente el interés de realizar compras en ciudades vecinas de Formosa o Posadas. “Yo creo que eso va a permitir una mayor formalización y también un aumento de ventas de forma legal. Eso significa una disminución importante de lo que es el contrabando”, dijo Orué a La Nación.
Seguido, aseguró que esto evidencia que los precios en Paraguay no son altos, sino que simplemente existe un problema con la moneda argentina, que hace que los precios no sean reales. “Evidentemente con esto se demuestra que no es por una cuestión de impuestos o una cuestión de costos lo que acá es más caro que allá, sino que el problema es la devaluación de la moneda que tiene Argentina”, enfatizó.
El director de Ingresos Tributarios sostuvo que con el cambio de gobierno y de las políticas económicas todo se está ajustando, lo cual permitirá que se pueda desarrollar más el comercio formal entre ambos países, y que la gente pueda comprar de comercios que pagan sus impuestos. “Estamos observando con atención lo que sucede en Argentina y cómo eso impacta en la economía paraguaya. Creemos que eso, por ejemplo, puede permitir un mayor auge de comercio. Las compras e importaciones en Argentina van a aumentar”, reiteró.
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Carlos Peris: “Todo proyecto de gobierno necesita sociólogos”
- Jimmi Peralta
- Fotos: Archivo
El Dr. Carlos Peris, en conversación con La Nación, aborda una breve reseña de la historia de la sociología en Paraguay, su situación actual y su proyección. En ese marco, plantea una puesta en valor práctico de esta especialidad de las ciencias humanas, que en el contexto de urgencias para el desarrollo productivo nacional nuevamente corre el riesgo de ser postergada en su desarrollo.
Entre otras tantas cosas, desarrollo de la ciencia sin dudas replica con retraso en Paraguay, algo propio del país cuyas causas pueden ser imputadas a sus condiciones geográficas, económicas, migratorias, políticas, culturales y otras tantas más. En los últimos vagones de ese aletargado tren del conocimiento sistemático y verificable, se encuentran aquellas disciplinas que suelen nombrarse de manera general como humanidades.
Ahí, en ese puñado de ramas académicas resiste la sociología, con todavía una novel facultad en la Universidad Nacional de Asunción, y luego de transitar muchas décadas de menoscabo o cajonear por cuestiones políticas a los libros de Comte, Marx, Durkheim, Weber y otros.
El Dr. Carlos Peris, en conversación con La Nación, aborda una breve reseña de la historia de la sociología en Paraguay, su situación actual y su proyección. En ese marco, plantea una puesta en valor práctico de esta especialidad de las ciencias humanas, que en el contexto de urgencias para el desarrollo productivo nacional nuevamente corre el riesgo de ser postergada en su desarrollo.
–¿Cuáles son los orígenes de la Sociología en Paraguay?
–La Sociología en Paraguay empezó a principios del siglo XX de manera muy lenta y secundaria, surgiendo como una materia más dentro de la formación en Derecho. El desarrollo científico del país era muy incipiente, el acceso universitario restringido y la oferta académica se limitaba principalmente a ciencias jurídicas y de la salud, solo en la Universidad Nacional (hoy Universidad Nacional de Asunción).
–¿Existía por entonces alguna inclinación hacía algún marco teórico?
–Los primeros “manuales de Sociología” fueron elaborados por los profesores que llevaron la cátedra, cronológicamente: Cecilio Báez, Ignacio A. Pane y Justo Pastor Prieto. Estos manuales eran positivistas y entendían a la sociedad como un todo orgánico, siguiendo los lineamientos de Auguste Comte y la escuela francesa. Esta orientación teórica se explica porque la sociedad paraguaya de aquella época estaba muy influenciada por las ideas liberales, fruto de la influencia extranjera que entró luego de la guerra contra la Triple Alianza. En sentido estricto, no se puede hablar de una disciplina científica consolidada en esa etapa. El primer texto propiamente sociológico fue “Migraciones”, de Eligio Ayala, publicado en 1941, aunque escrito en Berna en 1915.
–¿Hasta cuándo se limitó la Sociología solo como una cátedra?
–En la década de 1960 se intentó abrir la carrera de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional, pero quedó únicamente en los papeles. Una ciencia crítica como la sociología no era conveniente para el estronismo. Un hito fundamental se estableció en 1964, cuando se fundó el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, cuyo principal responsable fue Domingo Rivarola. Ahí sí ya podemos hablar de una disciplina no académica, pero científica, que se materializaba en trabajos, libros y una revista en los cuales se debatían cuestiones sociológicas. Lo rural, los procesos migratorios y la estructura social eran los principales temas de investigación. Recién en 1972 se fundó la carrera de Sociología en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Sin embargo, esta iniciativa se vio truncada en la década de 1980 cuando la carrera se cerró con la excusa de que se iba a abrir un centro de investigación sociológico. Nunca pasó, y así el intento de una sociología académica volvió a morir. Lo positivo de esta época fue la consolidación de un grupo de personas que ejercían sociología, entre los que se puede citar a Domingo Rivarola, Ramón Fogel, Luis A. Galeano y Tomás Palau como los principales exponentes.
–¿Y qué ocurre con la sociología en el país después de la dictadura?
–La transición democrática marcó un momento de renacimiento para la Sociología paraguaya. En la década de los 90 vuelve la Sociología a la Universidad Católica y, finalmente, en la década de los 2000 se abre la carrera de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Asunción, concretando así una aspiración que había quedado trunca, décadas atrás. Este resurgimiento respondía a una necesidad urgente: una sociedad que necesitaba más que nunca entenderse a sí misma debido a las profundas transformaciones que estaba experimentando. La democratización, los cambios económicos, los nuevos movimientos sociales y la apertura internacional requerían herramientas analíticas que solo las ciencias sociales podían proporcionar.
–¿Qué otras temáticas de estudio surgen en ese contexto?
–Los temas de investigación sociológica se fueron diversificando considerablemente, alejándose de la concentración casi exclusiva en lo rural que caracterizó las primeras décadas. La agenda sociológica se expandió para abordar las nuevas realidades del país: procesos de urbanización acelerada, transformaciones en el mundo del trabajo, políticas públicas, movimientos sociales, género, juventudes, y fenómenos emergentes como la migración internacional.
–¿Se puede afirmar que en la actualidad la sociología en Paraguay está consolidada en su desarrollo?
–Sí, definitivamente existe una consolidación, aunque todavía con limitaciones importantes. La carrera de Sociología sigue funcionando en la Universidad Católica y, algo más significativo, se desarrolla en la Universidad Nacional de Asunción dentro de la Facultad de Ciencias Sociales. Que esté en una universidad pública con autonomía es algo que la eleva y la consolida significativamente.
También existen gremios profesionales activos. La Sociedad Paraguaya de Sociología, que tengo el honor de presidir, se formalizó el pasado 21 de julio de 2025 mediante el decreto presidencial n.° 4224. Está activa desde el año 2020, ha publicado más de 5 libros, realizó talleres de capacitación a la comunidad profesional y público en general, y pertenece a la Asociación Internacional de Sociología. Además, fue partícipe en la Cámara de Senadores, junto con el otro gremio, de establecer el Día del Sociólogo/a el 30 de enero, en honor a la cátedra de sociología de Cecilio Báez.
–A pesar de sus vaivenes en este siglo, este es un gremio afín a las publicaciones.
–Las revistas emblemáticas siguen activas: la Revista Paraguaya de Sociología y Estudios Paraguayos mantienen vivo el debate académico. Los profesionales continúan formándose: muchos han obtenido doctorados de prestigio y llevan adelante investigación social de punta en el país. Hoy el quehacer sociológico abarca todos los tópicos de la cuestión social: ruralidad, educación, trabajo, desarrollo urbano, políticas sociales, violencia, desigualdades, medioambiente e ilegalismos, reflejando tanto la maduración de la disciplina como la complejización de la sociedad paraguaya contemporánea.
–¿Cuáles son los principales desafíos actuales que enfrenta la sociología paraguaya?
–El principal desafío es la falta de recursos para la investigación. Aquí, sin lugar a dudas, emerge el Conacyt, una institución que, a mi criterio, requiere una mirada más hacia las ciencias sociales. Aún hay muchas autoridades y científicos que menosprecian las ciencias sociales en su conjunto; esta es una triste realidad.
Por otro lado, me gustaría resaltar el papel de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA, que es el lugar por excelencia donde el Estado debe brindar un apoyo sostenido para desarrollar las líneas de investigación sociológicas. La institución ha demostrado su liderazgo en la formación de sociólogos y sociólogas, y el futuro de la disciplina, en gran medida, está ahí. Con respecto a los gremios, creo que enfrentamos el desafío de hacer visible la producción sociológica paraguaya. Tenemos investigadores de calidad, pero sus trabajos circulan poco debido a la falta de recursos para publicaciones y difusión académica. Hay que instalar en el conjunto social la comprensión de por qué se necesitan profesionales de Sociología y por qué es una disciplina fundamental para el desarrollo del país.
–Y del futuro, ¿qué nos podría decir?
–El futuro de la sociología paraguaya debe pasar necesariamente por el fortalecimiento de la universidad pública. La Sociología debe seguir viva en la Universidad Católica, incluso por la propia cuestión social que busca la Iglesia paraguaya, pero es en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA donde debe concentrarse el mayor esfuerzo de desarrollo.
Es fundamental que el Estado comprenda que al Paraguay le conviene desarrollar sociólogos y sociólogas, porque solo así se podrá pensar en un desarrollo sostenible y más justo. Hoy se habla mucho de que el Paraguay necesita más ingenieros, pero ¿de qué sirve la tecnología sin perspectiva social? La tecnología sin comprensión sociológica es, de hecho, causante de grandes desigualdades y desequilibrios.
–¿Y cómo se da ese aporte desde la academia?
–Todo proyecto de gobierno necesita sociólogos que ayuden a entender las intervenciones sociales. Las políticas públicas, los programas de desarrollo, la planificación urbana, la educación, la salud pública, todos estos ámbitos requieren una comprensión profunda de las dinámicas sociales para ser efectivos.
Necesitamos una política de Estado que invierta en investigación social, que cree programas de doctorado, que fortalezca las bibliotecas especializadas y que entienda que la sociología es una carrera fundamental para el desarrollo nacional. Es un mito que no existe salida laboral: cada vez se necesitan más profesionales capaces de analizar, interpretar y proponer soluciones a los complejos desafíos sociales del Paraguay contemporáneo.
El futuro de la sociología paraguaya pasa por una obligación política responsable de apoyar la investigación social dentro de la universidad pública y por su consolidación como herramienta indispensable para construir un país más equitativo y consciente de sus realidades.
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A un año del grado de inversión, Peña afirma: “El mundo nos reconoce como una economía seria”
La calificadora de riesgos Moody’s Ratings otorgó a Paraguay el grado de inversión el 26 de julio de 2024. Desde entonces, nuestro país ingresó a un grupo selecto de economías en el mundo con la máxima calificación crediticia, lo que significa que el gobierno es confiable para invertir y tiene una baja probabilidad de no cumplir con sus deudas.
Al respecto, el presidente de la República, Santiago Peña, recordó a través de su cuenta de X este hito importante a nivel país y aseguró que desde hace un año países importantes a nivel internacional comenzaron a ver al nuestro con más seriedad.
“Hace un año, Paraguay alcanzó un sueño largamente anhelado: el grado de inversión. Esto significa que el mundo nos reconoce como una economía seria, confiable y con futuro”, expresó el presidente Peña.
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En detalles, dijo que este sello de confianza internacional pone en la vitrina del mundo a Paraguay como un país seguro y con finanzas estables con un bajo riesgo económico y un manejo responsable de la economía. “Nos coloca en el grupo más sólido de economías de la región junto a Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay”, señaló.
El presidente Peña remarcó algunos beneficios que esto trae a la ciudadanía, tales como más trabajo, ya que empresas internacionales miran al país para abrir fábricas, comercios e industrias. También genera créditos más accesibles, ya que bancos y financieras ofrecen tasas más bajas para que familias puedan comprar casas, autos o ampliar sus negocios.
Finalmente, indica que las obras llegan a más personas, porque con más posibilidades de inversión, el Estado puede avanzar con la construcción de hospitales, escuelas, rutas que mejoran la conectividad y acceso a cualquier zona.
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Calificadoras
Actualmente las calificaciones se encuentran de esta forma:
- Moody’s con BAA3 estable, lo que significa que Paraguay es fuerte y confiable.
- En segundo lugar, Fitch Ratings con BB+ estable, a un paso del grado de inversión.
- En tercer lugar Standard & Poor’s (S&P) con BB+ positivo, donde destacan las reformas fechas y un buen manejo de las finanzas públicas.
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Comité del WRC ultima detalles para recibir a más de 80 mil turistas
Por primera vez en Paraguay se desarrollará una fecha del Campeonato Mundial de Rally, en Encarnación, Itapúa, del 28 al 31 de agosto. Existe un trabajo interinstitucional que está liderando el gobierno para recibir de la mejor manera a todos los extranjeros que visitarán el país y dejar una buena imagen como sede de eventos deportivos.
Así lo expresó a La Nación/Nación Media, Ricardo Deggeller, director ejecutivo adjunto del Rally (WRC, por sus siglas en inglés), quien expuso parte de la agenda que ya se concretó y lo que aún se está ejecutando a 32 días del inicio del evento.
“Estamos avanzando bastante con la parte deportiva, cumpliendo con todas las indicaciones que nos da la Federación Internacional de Automovilismo. Estamos trabajando arduamente con el Ministerio de Obras, con los municipios afectados y también con la Gobernación de Itapúa”, dijo.
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Departamentos
Si bien Itapúa es el departamento que principalmente se verá afectado positivamente por el WRC, también habrá un efecto arrastre para Alto Paraná, Misiones y Caazapá. Deggeller explicó que dada la cercanía de estas regiones, mucha gente está previendo hospedarse en ciudades aledañas. Se estima que habrá unas 250 mil personas involucradas en estos días, pero que de ese total, 80 mil personas ingresarían al país específicamente para la carrera.
“Esto va a permear en todos los municipios, e incluso en otros departamentos. Sabemos que Misiones va a tener alta ocupación, también llegando a la cercanía de Alto Paraná algunos municipios se van a ver afectados. Incluso el departamento de Caazapá va a estar afectado, porque la gente va a utilizar los caminos, se va a trasladar hasta allí (una hora estimada de viaje)”, remarcó.
Seguridad
En materia de seguridad, que es un pilar fundamental, mencionó que todo el desarrollo del WRC tendrá un acompañamiento de la Policía Nacional, con efectivos desplegados en todo el departamento. Las Fuerzas Militares también se van a sumar, con un gran apoyo en lo que es la cobertura de los accesos a los caminos de la prueba.
La Patrulla Caminera tendrá su cuota de apoyo en las rutas nacionales, principalmente en la Ruta PY01 y la Ruta PY06. Respecto a la integridad física de las personas, dijo que vienen trabajando con el Ministerio de Salud para la utilización del Gran Hospital del Sur, que fue inaugurado ayer y que va a ser el hospital cabecera para pilotos, tripulantes y también para todo el público.
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Fronteras
En lo que se refiere al acceso a nuestro país por diferentes pasos fronterizos, ya sea a través del puente que une Encarnación con Posadas o por los distintos pasos portuarios, precisó que existe una articulación importante entre la Dirección Nacional de Migraciones y su par argentina, para garantizar un tránsito eficiente y seguro.
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Gran Hospital del Sur marca un antes y un después para la salud en Itapúa, afirman
La habilitación del Gran Hospital del Sur en Encarnación representa “un sueño largamente anhelado” para los itapuenses y marcará un hito en la atención sanitaria de la región, destacó el concejal municipal Andrés Morel, en comunicación con La Nación/Nación Media.
“Argentina nos aguantó por décadas y hoy van a descansar de paraguayos que usaban el sistema de salud, que cada vez también se hacía más difícil para los compatriotas porque ellos están desalentando el uso de su sistema de salud para los extranjeros. Esto llega justo a tiempo a salvar muchas vidas, vamos a tener un antes y un después en esta zona del país”, afirmó.
La obra que fue habilitada ayer viernes por el presidente Santiago Peña, es considerada fundamental tanto por su impacto en el sistema de salud como por su potencial para dinamizar el desarrollo urbano e inmobiliario de la capital departamental.
Morel recordó que la intención de contar con un hospital regional en Itapúa data de 1936, y lamentó que hasta hoy el mismo centro médico de entonces, con serias limitaciones, haya seguido operando.
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“La salud en Itapúa estuvo postergada por décadas”, afirmó y remarcó que durante mucho tiempo los pobladores debían recurrir a hospitales argentinos para recibir atención, una situación cada vez más insostenible por restricciones en el vecino país y por lo que significa tener que trasladarse con un paciente enfermo.
El edil valoró que el nuevo hospital impulsa la transformación urbana de Encarnación. “Lo que ayer era el patio trasero de la ciudad, hoy se convierte en la fachada”, expresó, resaltando que unas 5.000 personas interactuarán diariamente en el área del hospital. Indicó que ya se están planificando normativas urbanísticas para acompañar ese crecimiento de forma ordenada y con la infraestructura vial correspondiente.
El concejal también elogió la calidad constructiva de la obra, destacando el uso de materiales de primera calidad y su diseño modular, que permite adaptar el hospital a las innovaciones tecnológicas en biomedicina. “No se hizo una obra precaria ni económica; esta es una infraestructura que está a la altura de lo que necesitamos”, puntualizó.
Morel apoyó la política del Gobierno de construir hospitales similares en otras cabeceras departamentales. “Una población enferma no puede ser productiva ni generar desarrollo. Por primera vez se hacen este tipo de inversiones en las regiones, y eso debe replicarse en todo el país”, sostuvo.