La industria maderera en Paraguay está experimentando un crecimiento y una evolución con gran impulso. El sector ofrece oportunidades para inversionistas que desean apostar a este segmento considerado clave para la economía. En 2024 el rubro exportó por un monto cercano a los USD 100 millones.
En una nueva entrega de Ellos Saben, La Nación/ Nación Media conversó con Raúl Legal Duarte, CEO de la Industria Maderera Rale y expresidente de la Federación Paraguaya de Madereros (Fepama), quien resaltó las oportunidades que presenta el rubro para los inversionistas y los desafíos para convertirse en polo de desarrollo y de generación de empleos.
Con una experiencia de 30 años en la industria de producción y exportación de productos de madera, Legal explicó que el sector goza de buena demanda, tanto a nivel local como en el exterior. Afirmó que la modernización está empezando de a poco a ganar terreno.
El país cuenta con enorme potencial para el desarrollo forestal, con tierras aptas para las plantaciones forestales, que según estudios realizados en el Paraguay se cuenta con más de 3.000.000 de hectáreas para las plantaciones forestales, sin interferir en las áreas agropecuarias. El desarrollo de las plantaciones es alentador y, por lo tanto, se estima una gran expansión de las plantaciones forestales en el país a mediano y largo plazo, con grandes inversiones con su efecto multiplicador en la economía nacional. El sector forestal abarca la cadena desde los viveros forestales, seleccionando la variedad de clones adecuados para la producción de plantines, las plantaciones forestales, los cuidados culturales, podas y raleos, luego la cosecha con la tala rasa y la logística forestal hasta que llegue la materia prima a la industria maderera, para la industrialización primaria y la remanufactura.
La producción forestal es la actividad que genera un triple impacto: económico, social y ambiental. En lo económico genera inversión, fuentes de trabajo y divisas al país. En lo social ayuda a crear arraigo en el campo, generando fuentes de trabajo genuino y, por ende, ayuda al combate de la pobreza, la criminalidad y vicios que provocan el problema social. En lo ambiental, los árboles captan y ayudan a disminuir la emisión del CO2, por ende, contribuyen a combatir el cambio climático.
En Paraguay las industrias son todas pymes y recién en este momento se están instalando las primeras industrias de gran porte. Las pymes madereras, en su mayoría, operan con tecnología obsoleta, mientras que un pequeño porcentaje empezó a modernizar sus instalaciones con la visión de mejorar la productividad, la eficiencia y ser competitivos en el mercado.
En cuanto al mercado para los productos de la madera es interesante, existe bastante demanda en el mercado local y las exportaciones paraguayas van creciendo a tal punto que hoy día se cuenta con más de 50 mercados internacionales y con grandes posibilidades de expansión. Las plantaciones forestales en Paraguay vienen creciendo año a año, impulsadas por la mayor demanda de las industrias y los mercados de los productos de la madera. Entre los productos más requeridos se destacan, los contrachapados, madera aserrada, pisos, muebles y carbón vegetal.
Las inversiones en el sector forestal potencian la creación de más fuentes de trabajo en el campo, las industrias y comercio maderero, especialmente para los jóvenes, y la creación de nuevas empresas y emprendedores afines. Esto a su vez posibilitará el aumento de las exportaciones de productos forestales y mayor contribución al PIB.
El desarrollo y crecimiento foresto-industrial en Paraguay posibilitará el arraigo en el campo y evitar más migraciones a la ciudad. Va a incentivar el aumento del consumo de la madera en las construcciones como una opción más económica y ambientalmente sostenible, lo cual es tendencia a nivel global. Más inversión tecnológica en equipamientos para laboratorios de investigación y el desarrollo de nuevas especies de árboles para evitar el monocultivo.
El desafío es contar con un plan estratégico para el desarrollo de la industria forestal en el Paraguay, entre las que se debe considerar priorizar la gobernanza, mapeo territorial con vocación para las plantaciones forestales, ubicación de las industrias, la logística forestal, capacitación para técnicos forestales, recursos financieros con tasas de desarrollo, incentivos fiscales, etc. El plan debe prever una adecuada e inteligente articulación entre el sector público y privado, como una política de Estado para el sector. Otro reto es la formalización. Las pymes madereras en su mayoría no están formalizadas y, por ende, no tienen acceso a líneas de créditos adecuadas y están limitadas a la producción primaria, sin posibilidades de crecimiento y acceso a mercados de exportación. Es necesario un apoyo gubernamental para la formalización y capacitación para la modernización y expansión de sus productos y mercados.
Las inversiones en el sector forestal son a largo plazo y las entidades financieras requieren de garantías reales para el fondeo a las inversiones, especialmente a las pymes, por lo que es muy necesario contar con una herramienta que permita garantizar el financiamiento a largo plazo. La experiencia que se tiene en la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) con la garantía Fogapy ha permitido el financiamiento de viviendas y proyectos de largo plazo. Las pymes madereras tienen vasta experiencia en la industria y negocio forestal, pero no cuentan con los medios para garantizar una financiación a largo plazo, adecuada para desarrollarse y crecer.