Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de Producción (UGP), se refirió a las altas temperaturas que se están registrando en el país y la manera en que afectarían los cultivos. Remarcó que son varias las dificultades que enfrentan los trabajadores del campo a la hora de proteger sus cultivos.
“Estamos en un mes de inflexión, si viene la lluvia tendremos buena cosecha, pero si empieza a haber déficit, podría complicarse todo, sobre todo para el norte del país, el cual ya tiene un arrastre de tres años de mala cosecha. Sería complicado así para Canindeyú, San Pedro, Amambay y Concepción”, señaló para la 1020 AM.
Afirmó que el panorama actual es ligeramente complicado, teniendo en cuenta que no se terminó de sembrar en algunos lugares, en otros se registraron faltas de lluvia, mientras que en algunos sitios se sembró y ahora comienza a hacer falta la lluvia. Diciembre es el mes decisivo, aseguró, pues definirá la producción para la cosecha de enero y febrero, explicó.
Además, hizo hincapié en el impacto consecuente del campo sobre la economía del país, recordando que el 75 % de las divisas genera dicho sector. “Cuando al campo le va mal, hay una incidencia fuerte en toda la cuestión económica. Este año ingresaron USD 1.000 millones menos, solo en soja, por caída en precios con relación a los del año pasado”, ejemplificó.
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Alternativas ante dificultades
Hablando del sistema de regadío como una posible alternativa ante las dificultades climáticas que azotan al campo, Cristaldo observó dicha herramienta como una técnica útil, pero reconoció la existencia de varias dificultades que se deben superar antes de llegar a implementarlo. Ena de ellas es dejar el prejuicio de que si se usa el agua, se acabaría.
Otra dificultad más sería el déficit en infraestructura eléctrica porque no hay suficiente electricidad para brindar energía para el funcionamiento a los equipos en las regiones donde haya falta implementación el sistema.
“Tenemos también hiper-regulaciones que, en lugar de facilitar el uso del agua y dar estabilidad a la producción, generan trabas. Por último, está el tema del financiamiento; así que, son cuatro las variables en las cuales debemos ir pensando como país y ver la manera de encaminar las soluciones”, puntualizó.
Remarcó que si se tuviera entre 500 mil a 800 mil hectáreas bajo riego, no se tendrían los picos de caída en producción, de la manera en que pasó en 2022. En lugar de tener 10 millones de toneladas, se había llegado solo a cuatro millones de toneladas, lo cual había cambiado con el sistema de regadío, pues al menos se habría cerrado el año con siete millones de toneladas.
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