Uno de los sectores más importantes de la economía del país, la industria, carece de suficiente dinero para expandirse con más fuerza e ir ganando terreno, tanto dentro como fuera del país.
La tarea de transformar la materia prima y convertirla en bienes de consumo, mercaderías y productos de mayor valor, tanto monetario como económico, es de extraordinaria importancia para una nación que hasta ahora depende mucho del sector primario, la agricultura, ganadería y afines.
Uno de los grandes desafíos que tiene el país es transformar los productos primarios y convertirlos en artículos de mayor valor y de más alcance en el mercado nacional e internacional.
No es lo mismo vender el grano de maíz en bruto que sale del campo que comercializarlo como fariña de ese grano, que se convertirá en chipa so’o, sopa paraguaya, vorivori y otros alimentos para las personas y algunas especies de animales.
Cuando se tiene idea de la escasa cantidad de financiamiento que se destina al sector fabril es difícil entender ese hecho. Y sobre todo invita a romper esa inaceptable situación.
Porque solamente el 7,5 % del total del crédito del sistema bancario del país se destina a la industria, de acuerdo con los datos de la Unión Industrial Paraguaya (UIP).
Ese ínfimo porcentaje del dinero bancario que se asigna a las empresas dedicadas a transformar las materias primas y ciertos servicios especiales es una realidad muy dura.
No se la puede aceptar. Requiere urgentes medidas para compensar esa situación. Y en esa tarea es indispensable la acción de los organismos estatales que tienen que ver con la actividad financiera.
En el sector público existe conciencia de esa realidad. El viceministro de Industria, Marco Riquelme, afirmó que, como país, se tiene la obligación de hacer políticas públicas que faciliten el financiamiento de las empresas de todo tamaño, no solo las micros y pequeñas empresas, sino también las industrias medianas y grandes.
Cosa que constituye uno de los mayores retos del momento, porque hay que conseguir dinero abundante y a precios bajos para ayudar al sector fabril.
De acuerdo con los estudios realizados por gente de la UIP, los sectores con mayor potencial para transformar la matriz productiva no siempre son los que tienen más acceso al crédito. Resaltan que la distribución de los préstamos a menudo no responde a criterios especiales o solidez financiera. La actividad comercial es la que mayor cantidad de créditos absorbe.
Para hacer frente al bajo financiamiento industrial es necesario buscar alternativas no habituales, como la creación de fondos especiales y líneas de créditos destinadas al crecimiento y la modernización del área fabril.
Que es una de las conclusiones a que se llegó en una reciente reunión realizada entre representantes del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los voceros explicaron que en la ocasión se hizo hincapié en la idea de diseñar instrumentos financieros que ofrezcan condiciones favorables, plazos flexibles y asistencia técnica complementaria. Según la opinión de los mismos, todo ello hará más fácil realizar inversiones en tecnología y sostenibilidad.
El problema que representa el escaso financiamiento industrial hace necesario encontrar soluciones rápidas y efectivas. Por ello hay que ver si el Banco Central del Paraguay (BCP) puede asignar alguna línea de crédito especial para dedicar a la industria nacional que se distribuya a través de las entidades financieras especializadas.
Esto además de recurrir a los organismos de las finanzas internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM).
Así como existen líneas de crédito especiales para la agricultura y la ganadería, hay que encontrar financiamiento que se asignen a los diferentes sectores fabriles, de acuerdo con los requerimientos más importantes. Incluso hay que ver si los fondos provenientes de Itaipú se pueden dirigir en un porcentaje para impulsar los proyectos del área industrial, a tasas especiales.
La asistencia a la industria no solo es importante por ser una actividad productiva, sino también porque posibilita puestos de trabajo para gran cantidad de personas, lo que le da una proyección social de suma relevancia.
Requiere abundantes recursos financieros estatales y privados para hacer frente a los desafíos crecientes que está enfrentando. Y sobre todo políticas creativas para obtener nuevos logros.