Las familias con menores ingresos van ganando un espacio cada vez más preponderante en el mercado inmobiliario local, pues en el 2018 representaban apenas el 8,51 % de los créditos otorgados por la Agencia Financiera de Desarrollo, mientras que este año ya representan el 54,9 % del total de créditos otorgados por esta entidad.
Así se desprende un informe publicado por Mentu que analiza los datos de la Agencia Financiera de Desarrollo, referidos a la concesión de créditos en sus diferentes productos. Según los datos, a través del producto Primera Vivienda, el cual permite un endeudamiento por hasta G. 260 millones, las familias cuyos ingresos mensuales no superan los siete salarios mínimos tomaron créditos para la vivienda por un valor total de USD 13 millones (o G. 95.196 millones) entre enero y febrero de 2024, según el portal IP.
Esta cifra representa más de la mitad de los G. 173.269 millones (o USD 23,7 millones) en créditos totales que aprobó la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) en el primer bimestre de este año. El producto Primera Vivienda, destinado a familias con ingresos mensuales de hasta G. 18,7 millones, representa actualmente el 54,9 % de la cartera total de créditos de la AFD; frente al 27,3 % de participación del producto Mi Casa, dirigido a familias con ingresos de hasta G. 53,6 millones.
La presidenta de la AFD, Stella Guillén, considera que la tendencia inclusive se acentuará una vez lanzado el producto Che Róga Porã, que prevé montos de hasta G. 400 millones por familia a ser pagados en plazos de hasta 30 años. “Con el liderazgo del MUVH, estamos lanzando un nuevo producto de vivienda dentro del programa Che Róga Porã. Este programa también tiene un público objetivo bien definido, que es el de familias de uno a cuatro salarios mínimos”, dijo. Consideró que este producto va a tener la tasa más baja en la historia del mercado inmobiliario, que es el 6,5 % final.
IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL
“El crédito para la vivienda tiene un impacto muy importante en el desarrollo del país, no solo porque llena una necesidad imperiosa de la sociedad: la vivienda, sino que además arrastra consigo una importante cadena productiva: el de las desarrolladoras, construcción y afines de alto impacto en cuanto a mano de obra y derrame económico”, sostiene Liz Cramer, vocera ejecutiva de la Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban).
Detalla que los bancos han desarrollado una sana competencia, en la que el cliente puede optar por la oferta que mejor se adapte a su perfil. “Al tener créditos de largo plazo, como los introducidos gracias a la AFD, las entidades bancarias tienen la posibilidad de tener un cliente vinculado por mucho tiempo, por lo que le pueden ofrecer otros productos y desarrollar vínculos más fuertes”, recalca la vocera de Asoban. Entre los principales desafíos de la banca, menciona la necesidad de avanzar en la lógica digital para los trámites de los créditos y advierte que las principales dilaciones se presentan en la Dirección General de los Registros Públicos (DGRP) y en la Dirección Nacional de Catastro (DNC).
“Consideramos como un gran desafío que debemos apoyar desde todos los sectores la modernización y mayor eficiencia de estas instituciones, ya que, por ejemplo, para formalizar los créditos hipotecarios, el plazo puede oscilar entre 30 a 90 días”, puntualiza