No es solo un negocio, es un estilo de vida y una tradición que se hereda de generación en generación, expresó el ganadero.

Ser uno de los 10 mayo­res exportadores de carne bovina del mundo le posiciona a Para­guay como un actor impor­tante dentro de la cadena alimentaria a nivel interna­cional. Mantener ese presti­gio requiere de un compro­miso y una fuerte convicción hacia este rubro.

Por eso, en una nueva entrega de Hacedores, La Nación/ Nación Media conversó en un mano a mano con el pre­sidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Daniel Prieto Davey, un amante del campo, un hombre en cuyas venas circula el amor entra­ñable hacia el sector pecua­rio gracias a los valores que le inculcaron sus padres, una persona que día a día pone lo mejor de sí para asegurar el pleno bienestar y el próspero crecimiento de la ganadería.

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El sector, a pesar de enfrentar desafíos, en la actualidad se posiciona como un actor fun­damental dentro de la econo­mía paraguaya. Defender este sector significa contribuir a la estabilidad macroeconó­mica de Paraguay, porque un campo próspero significa dólar estable, inversiones y empleo, según Prieto.

–¿Qué lo inspiró a involu­crarse en el sector pecua­rio?

–Mi pasión por la ganadería nació en la infancia. Crecí en el campo entre animales, aprendiendo el valor del tra­bajo de la mano de mi familia. Vengo de “una familia de larga tradición ganadera”, como bien lo describió un historia­dor en su libro. Mis abuelos y mis padres ya eran ganaderos, y ellos me inculcaron no solo el conocimiento técnico, sino también el respeto por la tie­rra y por la gente del campo.

Mi padre falleció cuando yo era niño, y de la mano de mamá fuimos cultivando el amor por el gremio con su ejemplo, como directiva de la ARP y dedicó mucho esfuerzo a proyectos sociales del gre­mio. Ver su entrega seguro fue uno de los ejemplos que encendió mi vocación gre­mial.

Participar en las ferias gana­deras, ayudar en las tareas cotidianas del campo y con­vivir con la naturaleza me enseñaron el orgullo de ser productor. Sentí siempre que la ganadería no es solo un negocio, es un estilo de vida y una tradición que se hereda de generación en generación. Es un gran compromiso saber que, con nuestro trabajo, ali­mentamos al país y al mundo, y generamos progreso para muchas familias. Esa mez­cla de pasión familiar y com­promiso social fue lo que me impulsó a dedicarme de lleno al sector pecuario.

Con mi señora Patri­cia, siempre inculca­mos este estilo de vida a nuestros hijos, y esto permitió que hoy ellos tengan sus propios pro­yectos ganaderos. Por eso el lema de la Universi­dad Rural del Paraguay de la ARP es “Estudia con los que saben”. Entendemos que ser parte del gremio, formarse en estos espacios genera una red de vínculos que son útiles para toda la vida.

–¿Qué representa para usted ser presidente de la ARP?

–Es, ante todo, un enorme honor y una gran responsa­bilidad. La ARP es la institu­ción civil más antigua y emblemática del Paraguay, con más de 140 años de historia, y ha sido pilar en la construcción del Paraguay productivo. La ARP es más antigua que los partidos tradicionales o los clubes de fútbol.

Ser su presidente representa para mí la confianza de mis colegas productores y el com­promiso de redoblar el tra­bajo en defensa de los reales intereses y necesidades del productor. Significa ponerme al servicio de un gremio que es la voz de miles de ganade­ros, desde el pequeño produc­tor hasta el gran exportador, y velar porque sus necesi­dades sean atendidas.

También lo asumo como una conti­nuación de un legado. Muchos líderes que me precedieron – incluso gente cercana, como mi propia madre– dedicaron su vida a esta asociación. Por eso honrar la confianza depositada en mí implica mantener altos los valores de la ARP: la unidad, la integridad y la visión de futuro. Ser presi­dente del gremio no es solo presidir reuniones, es estar en cada detalle, desde acom­pañar a un productor afec­tado por diferentes tipos de problemas, hasta dialogar con autoridades nacionales buscando soluciones para el sector.

En lo personal, ser titular de la ARP me llena de orgullo patriótico. La ganadería es parte de la columna vertebral de la economía paraguaya, generando alrede­dor de USD 2.000 millones en exportacio­nes y más de 360.000 empleos directos.

Daniel Prieto, titular de ARP

– ¿Cómo equilibra su vida pri­vada y su rol como presidente de la ARP?

–Encontrar el equilibrio es un desafío, pero cuento con el apoyo incondicional de mi familia. Estoy casado hace 30 años con Patricia, mi esposa, quien comprende perfecta­mente esta vocación y siem­pre me acompaña en activi­dades del gremio. Mis hijos Luján y Nicolás ya son adul­tos y Sofia está en el último año del colegio, y son plena­mente conscientes de que ser presidente de la ARP signi­fica renunciar a algunos espacios en familia, aun así, trato de estar lo más presente posible, manteniendo las tra­diciones familiares como el asado de los domingos y las idas al campo que nos per­mite estar juntos y aprove­char el tiempo.

Organizo mis días de manera de cumplir con mis respon­sabilidades gremiales, labo­rales y familiares. Los fines de semana, si no tengo even­tos oficiales, me refugio en la tranquilidad del campo con la familia, son momentos sencillos, pero funda­mentales para no per­der el equilibrio emo­cional. También creo que es importante involucrar a la fami­lia en este camino.

–¿Qué quiere dejar como presidente de la Asociación Rural del Paraguay?

–Pienso a diario en el legado, porque uno está de paso en los cargos, pero las instituciones perduran. Me gustaría que, al terminar mi periodo, la ARP quede fortalecida, moderna y unida. Un legado clave sería haber acercado aún más la ARP a todos los productores, desde el pequeño ganadero del interior hasta el gran expor­tador, de modo que sientan que el gremio es su casa.

Aspiro a dejar una ARP ins­titucionalmente más sólida y con mecanismos de trabajo eficientes y transparentes. Y si me dejan soñar, me gusta­ría sentar las bases para el Master Plan de la Rural que plantea un mayor desarro­llo del predio durante todo el año, y no solo durante la Expo. Espero que al finalizar mi mandato ya sea una reali­dad el Instituto Paraguayo de la Carne para hacer de este rubro algo más predecible, y donde todos puedan par­ticipar.

Quiero que se recuerde este periodo como aquel en que dimos un salto de calidad en varios frentes. Por un lado, en la integración gremial interna: haber fortalecido las regionales de la ARP, creando canales para que cada pro­ductor, sin importar su ubi­cación, tenga voz y voto efec­tivos en las decisiones.

Por otro lado, en la innovación sectorial: estamos sentando las bases del Instituto Para­guayo de la Carne, un pro­yecto ambicioso que impulso con mucha convicción, pues creo que dejar constituida esa entidad será transformadora para la cadena cárnica nacio­nal. Un instituto así permi­tirá promover nuestra carne en el mundo con marca país, generar estadísticas, trans­parencia y confianza, para poder orientar con previsibi­lidad políticas de largo plazo.

Asimismo, me gustaría con­solidar la alianza público-pri­vada como política de Estado. Si logramos institucionalizar una colaboración fluida entre gremio y Gobierno para aten­der al sector (en sanidad ani­mal, infraestructura, aper­tura de mercados, etc.), eso será un legado importante, y de hecho quienes me antecedieron ya trabajaron sobre esta alianza que hoy se ve reflejada en modelos exito­sos como los de Fundassa.

-¿Cómo ve la evolución del sector pecuario en los próximos 5 años?

–Veo con preocupación la baja del stock ganadero, esto nos da la señal de que debe­mos sentarnos todos los representantes de la cadena de valor, para buscar una salida que vuelva a ampliar el hato. Soy muy optimista y creo que vamos a lograr esta mesa de trabajo y todos juntos vamos a llegar a una solución en benefi­cio del futuro de la patria.

En los próximos 5 años veo a Paraguay consolidándose como referente mundial en producción de carne sosteni­ble y de alta calidad, ganando nuevos mercados y fortale­ciendo su cadena de valor. Proyectamos un crecimiento sostenido en volumen de pro­ducción y exportaciones. Ya en el corto plazo, para 2025 vemos un aumento en los envíos al exterior, y esa ten­dencia debería continuar en los años siguientes a medida que se abran más destinos. Si hacemos bien las cosas, Para­guay podría escalar puestos entre los principales expor­tadores de carne bovina del mundo. Actualmente esta­mos entre los 10 países que más carne bovina exportan en todo el mundo.

–¿Cómo contribuye la ARP al desarrollo económico y social?

–Somos custodios de la sobera­nía nacional, con el cuidado y el desarrollo de la tierra. La con­tribución de la ARP al país se da en múltiples niveles. En lo económico, como mencioné antes, el sector ganadero aporta divi­sas vitales y genera cientos de miles de empleos.

La ARP, al ser la organiza­ción que articula este sec­tor, contribuye directamente impulsando políticas y accio­nes que sostienen ese aporte. Cada negociación que hace­mos para abrir un mercado, cada programa sanitario que coordinamos con el Estado, o cada inversión que promove­mos en ferias y exposiciones repercute en ingresos para Paraguay. Pero quizás la con­tribución más importante es ser defensora y promotora de la producción nacional.

La ARP ha estado presente históricamente en las grandes decisiones económicas del país abogando por un clima favora­ble a los negocios rurales: baja de impuestos distorsivos, aper­tura comercial, incentivos al agro. Esas gestiones han per­mitido que Paraguay hoy sea competitivo en varios rubros. Un dato: el campo (agropecua­ria) es responsable de cerca del 75 % de las divisas que ingre­san al país.

–¿Cómo ve las oportunida­des y desafíos del mercado internacional?

–El mercado internacional presenta un panorama muy dinámico para nuestra pro­ducción pecuaria, con grandes oportunidades, pero también alta competencia. En los últi­mos años Paraguay dio saltos históricos: logramos el acceso a Estados Unidos y Canadá para nuestra carne bovina, lo cual fue un hito que conso­lidó a nuestro país en la élite de exportadores de carne pre­mium. Esto nos abrió la puerta a diversificar destinos y redu­cir la dependencia de mercados tradicionales.

Ahora bien, cada mercado tiene sus propias exigencias y desafíos. En Estados Unidos y Canadá ya estamos expor­tando, pero debemos seguir ampliando cuotas y compi­tiendo con calidad y volumen. En Europa, el desafío es ade­cuarnos a las estrictas norma­tivas de sostenibilidad y tra­zabilidad; sin embargo, eso puede convertirse en nuestra ventaja competitiva si demos­tramos que nuestra carne es natural y sostenible. Por otro lado, está el enorme mercado de Asia. Si bien Paraguay, por motivos geopolíticos, no tiene acceso al mercado de China continental, apuntamos a otros importantes del Asia-Pací­fico. Actualmente Taiwán es uno de nuestros grandes com­pradores y aliado comercial.

FICHA PERSONAL

Cargos anteriores: miembro suplente de la Regional Central Chaco 2015, miembro titular de la Regional Central Chaco 2016 - 2018. Presidente de Central Chaco 2018 - 2020, presidente de Fundassa Central Chaco 2016 - 2017, vicepresidente de la ARP 2020 - 2024, presidente de Fundassa 2023, actualmente presidente de la ARP y de Feprinco.

Formación académica: médico veterinario, egresado de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad San Pablo (USP). Complementó su formación con cursos en gestión agropecuaria y liderazgo gremial.

Pasatiempo: amante de la vida campestre, en su tiempo libre disfruta de montar a caballo y compartir jornadas en la estancia con su familia. Aficionado al deporte. Le gusta compartir alrededor de la parrilla con familia y amigos.

Vinculación con la ARP: socio de la Asociación Rural del Paraguay desde hace más de 25 años, proviene de una familia con larga trayectoria en el gremio, su madre es miembro de la directiva de la ARP, vicepresidenta de la Regional San Pedro y presidente de la Fundación Pa´i Puku.

Hijos: Luján, Nicolás y Sofía , quienes también comparten la tradición y valores del campo inculcados por la familia Prieto Quevedo. Casado con Patricia Quevedo, hija de ganaderos.



Etiquetas: #ARP#ganadería

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