El fiscal Lorenzo Lezcano confirmó el nuevo secuestro en la zona norte del país y los responsables dejaron panfletos en la estancia donde fue privado de libertad el joven Peter Reimer (23). Los captores exigen la entrega de víveres por un valor aproximado a los US$ 500 mil para liberar a la víctima.
“Recibimos la información de que una persona fue retenida. Abordaron una camioneta con cuatro personas, liberaron a las demás y dejaron un panfleto donde se leen las exigencias para liberarlo”, explicó este martes el fiscal en comunicación con la radio 650 AM.
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Sostuvo que el nuevo secuestro ocurrió en la estancia Guyra Campana, ubicada entre las ciudades de Santa Rosa del Aguaray y Tacuatí. La víctima es de profesión electricista y vive en la colonia Río Verde. El mismo fue privado de libertad mientras se encontraba reparando una motobomba.
Lezcano indicó que los secuestradores exigen la entrega de víveres a 20 comunidades, especialmente de los departamentos de Amambay, San Pedro y Canindeyú. El joven privado de libertad no tiene ninguna relación con los propietarios de la estancia y solo estaba prestando sus servicios de electricista al momento del hecho.
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“Con esta retención, se nota que no hubo un trabajo de inteligencia. Los captores dejaron cinco hojas, dos son panfletos con las características de un grupo armado, después son exigencias. Dieron un plazo de 8 días para cumplir con las exigencias”, agregó el agente del Ministerio Público.
El hecho habría ocurrido alrededor de las 17:00 del lunes. Los agentes de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) y el Ministerio Público ya tomaron intervención en el caso. Inicialmente secuestraron a cuatro personas: dos paraguayos y dos menonitas, pero dejaron ir a tres y retuvieron a Reimer. La nota dejada está firmada por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y se presume que los autores del plagio serían de un nuevo frente denominado Esteban Marín.
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Operativo Jejuí: asestan golpe superior a USD 10 millones a grupo narco en Maracaná
La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), con la cooperación de efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), asestó un duro golpe al narcotráfico, tras la culminación del operativo denominado “Jejui”, con la incautación y destrucción de 137 mil kilos de marihuana, equivalentes a unos USD 10 millones. Los procedimientos se desarrollaron durante cinco días en la localidad de Maracaná, del departamento de Canindeyú, según el Canal GEN/Nación Media.
El titular de la Senad, Jalil Rachid, explicó que el operativo se realizó en una zona de alta productividad mecanizada, en donde se siembran grandes cultivos de maíz y tabaco, mezclados con marihuana. Refirió que en el lugar se observó una alta inversión millonaria de los financistas.
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El periodista Juan Alcaraz reportó que la droga, una vez ingresada al Brasil, su valor asciende a unos USD 50 millones, lo que se consideraría como una mega incautación.
La estrategia de los narcos ahora es mimetizar la producción de la marihuana a través de otro tipo de productos como el maíz. “Así es que fueron descubiertas las 109 hectáreas de la producción mecanizada de marihuana mezclada con producción de maíz”, informó.
El ministro Rachid explicó que el operativo fue denominado como Jejuí, porque la zona es colindante con el río Jejuí, por donde la droga es transportada hacia el vecino país.
Es de recordar que en la semana pasada, en el lugar conocido como Yvy Pytã, fueron asesinadas tres personas, quienes realizaban labores en el procesamiento de la hierba maldita, para su posterior empaquetado y su envío a distintos puntos fronterizos con el río Paraná, lo que conecta con ciudades del estado de Paraná (Brasil) y otros estados.
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Violencia contra mujeres: cifras de una triste realidad en Itapúa
Por Rocío Gómez, corresponsal en Itapúa
Vamos a hacer una comparación asquerosa, hablemos del famoso “pique” o pulga de pie. Cuando tenés un pique, normalmente en los pies, lo primero que sentís es una molestia y lo único que ves al comienzo es un pequeñito punto negro. Si sos citadino o extranjero, lo primero que podés pensar es una espina, o una picadura de algún bicho, pero si sos paraguayo, inmediatamente sabrás que ese puntito negro significa que debajo de la piel hay más de 200 huevos de pique y pus.
Hoy quiero comparar el pique con la cantidad de denuncias recepcionadas por violencia contra las mujeres. Porque el puntito negro solo es la punta del problema, al igual que las denuncias son solo la punta del problema muchísimo mayor de violencia que enfrentan las mujeres en el interior.
Denuncias y juicios
En Itapúa, desde enero hasta octubre del 2024, el Ministerio Público recepcionó 1.308 denuncias por violencia familiar, entre ellas maltrato verbal, golpes, abuso sexual, manipulación y amenazas.
En el Palacio de Justicia de Encarnación, desde enero a octubre del 2024, se registraron 4 casos de feminicidio y 244 casos de violencia familiar que llegaron a instancias judiciales a través de los juzgados de garantías del n.º 1 al 5 en Encarnación, el juzgado de garantías de María Auxiliadora, el juzgado de garantías de San Pedro del Paraná y el juzgado penal de la adolescencia.
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Respecto a condenas en este año, no podemos dejar pasar dos ejemplares condenas por feminicidio y una condena por tentativa de feminicidio. La primera fue de 30 años al expolicía, suboficial Ramiro Rodas, quien asesinó a su pareja Alicia Fernández de 37 años en el distrito de San Juan del Paraná. El feminicida la violó, mordió y estranguló, y fue el hijo que tenían en común quien encontró a su mamá sin vida a la mañana siguiente.
La segunda condena sentenció a 23 años a Lelio Lugo, un hombre que golpeó a su pareja Lourdes Ramona Mareco de 49 años en la cabeza y la arrojó al empedrado desde su vehículo en movimiento en Pirapey km 40. Y la última condena por feminicidio en grado de tentativa fue a Javier Maqueda Garay, sentenciado a 17 años de prisión por atacar con un cuchillo a su expareja Laura Garcete, a quien hirió en el rostro y cuello, sobrevivió porque los hermanos la auxiliaron. Ocurrió en Cambyretá.
Todos estos casos son un puntito negro de la violencia que existe en el interior del país, dicho en otras palabras, la punta del iceberg.
Falta de conocimiento de las leyes
Una de las magistradas del tribunal de sentencia que estuvo detrás de varias condenas ejemplares este y otros años es la jueza Liz Sanabria de Gneiting, quien expresa la preocupación desde el ámbito judicial por la falta de denuncias a raíz del desconocimiento de las leyes, el temor por la falta de protección y la falta de tribunales y juzgados especializados en violencia contra la mujer.
“Nos damos cuenta del aumento significativo de violencia contra las mujeres y por ende contra niños, por la cantidad de casos de juicios que manejamos por día. Son prácticamente 5 juicios por día y de ellos 3 son abusos sexuales en niños y 2 de violencia. Luego se divide en los demás hechos punibles comunes, hurto, homicidio, estafa, pero el mayor índice en primer lugar es el abuso sexual en niños, la prestación alimentaria y la violencia familiar donde generalmente la principal víctima son las esposas, y las víctimas colaterales, los hijos”, expresa la magistrada.
Desde el estrado, los jueces escuchan todo tipo de historias, pero las que más consternan son sobre mujeres que no se animan a denunciar, e incluso que si denuncian, no tienen respuesta efectiva del Estado ni acceso a la justicia. Su principal inquietud es que las mujeres tengan un acceso efectivo a la justicia, con respuestas prontas por parte de la Fiscalía y emisiones de medidas cautelares inmediatas por parte de los juzgados de paz. Cada denuncia con respuesta efectiva de los órganos de justicia significa que se puede salvar una vida.
Sin embargo, los jueces preocupados en Itapúa por esta realidad no solo luchan contra la violencia desde sus despachos y salas de juicio, sino que viajan al interior del séptimo departamento para capacitar sobre las leyes que amparan a las mujeres víctimas de violencia, enseñando tanto en escuelas como en barrios las vías legales para proceder apenas sufren amenazas o golpes.
Hace algunas semanas implementaron como capacitación el proyecto “el juez que yo quiero” de la Corte Suprema de Justicia y capacitaron en los distritos de Tomás Romero Pereira, Cambyretá, Carmen del Paraná y comunidades indígenas de Trinidad y otros puntos, rotando los jueces que participaron según disponibilidad de tiempo.
“Tratamos de llegar a la gente para que sepa que no está sola, y para que conozcan cuáles son los lugares y los números a los que pueden recurrir. Llevamos hace poco el móvil mujer al distrito de Carmen del Paraná y recibimos muchas consultas sobre cómo denunciar en casos de violencia y eso es porque las políticas públicas de prevención no están funcionando tan bien y no están llegando a los sector más alejado de las redes sociales y de la televisión, donde se suelen ver los números de fonoayuda por ejemplo. Se debe llegar a la mujer rural, y no solo a las mujeres de la ciudad”, dice con desazón Sanabria.
La mujer rural
En el interior se vive una realidad bastante distinta que en la ciudad, y con las experiencias de capacitar sobre leyes, pudieron observar los marcados horarios, permisos y trabajo que tienen las mujeres. Cuando las actividades rondaban las 17 horas, la mayoría de las mujeres se retiraron porque alegaban que debían meter las vacas a las casas, pero luego confesaban que sus maridos no las dejaban estar fuera del hogar una vez que oscurece.
“La mujer rural trabaja muchísimo y a la par del hombre, y donde está el reconocimiento de los derechos que ella tiene. Es una muestra clara que existe el machismo muy arraigado en nuestra sociedad. Lo vemos en todos los ámbitos. El hombre aún no tiene ese respeto de igualdad que debe tener a las mujeres”, apunta la magistrada.
Si bien, la cantidad de juicios por abuso y violencia indican que la gente se está enterando que puede denunciar, la realidad demuestra el miedo que sufren las víctimas. La mayoría de las denuncias llegan por vecinos o personas que conocen sobre los episodios de violencia en las casas. También sucede que una vez que llegan los casos al Palacio de Justicia, las mujeres se quieren desdecir, negar la denuncia y salvar a su pareja o marido, ya sea por dependencia emocional o dependencia económica.
La jueza Sanabria forma parte del proyecto de la creación de los tribunales especializados en violencia contra la mujer, que no fue contemplado en la Ley 5.777. Ella, junto a sus colegas y todos los funcionarios de los órganos de justicia, aguardan la oportuna aprobación e implementación de este proyecto para tratar cada caso de violencia contra las mujeres como corresponde desde el sur del país.
Saquemos el pique
Es hora de sacarnos el pique y el pus que hay detrás, denunciemos los casos de violencia en la comisaría más cercana, los juzgados de paz, la Fiscalía, las oficinas del Ministerio de la Mujer y de la Defensoría Pública, o directamente llamando al 137. Si necesitas orientación legal o psicológica podés llamar al (021)452051/2.
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Tras recientes lluvias, productores de San Pedro esperan que mejoren los cultivos
En San Pedro, productores de soja reportaron que las recientes lluvias registradas en gran parte del territorio nacional fueron de gran ayuda para sus cultivos, incluso teniendo en cuenta que muchos de ellos no han terminado de cultivar granos, así expresó Ricardo Sosa, productor de la ciudad de Guayaibí y presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), a La Nación/Nación Media.
“Da mucha esperanza esta lluvia; en algunos lugares llegó el nivel a 50 milímetros y en otras zonas no llovió, pero los productores estamos atentos al pronóstico extendido que dice que las precipitaciones van a continuar incluso hasta el jueves”, manifestó Ricardo Sosa a LN.
Dijo que si esto continúa así, las perspectivas para esta zafra se mantendrán como positivas, ya que este es el tercer año al hilo que el sector agrícola paraguayo viene sufriendo mucha sequía. “Creo que si las lluvias siguen, habrá buenas perspectivas. Muchos están esperando eso porque no están seguros plantar, nadie se quiere arriesgar”, dijo.
Teniendo en cuenta la secuencia de tres secas, muchos productores están buscando cambiar de rubro, en primer lugar por falta de financiación y por el factor clima, ya que las hojas no están funcionando y están previendo cultivar granos que exijan menos humedad como el sorgo, sésamo y otras alternativas.
“E incluso, no tenemos muchas alternativas a la soja, podría ser sorgo y otros se tiran por la chía, porque lo que buscamos es recuperándonos después de estos tres años de sequía y un impasse financiero, no solo en lo productivo”, expresó el presidente del gremio agrícola.
Proyecciones
Sin embargo, desde la Dirección Nacional de Meteorología e Hidrología alertaron sobre que los niveles actuales de precipitaciones están por debajo de lo habitual y con la instalación del fenómeno La Niña en diciembre, el impacto de la sequía en el primer semestre de 2025 será significativamente alto.
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Secuestro de María Edith: se cumplen 23 años del plagio que marcó el inicio del EPP
Este sábado 16 de noviembre se cumplen 23 años del secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, quien fue tomada en el interior del parque Ñu Guasu y su liberación se registró 64 días después. En aquel año la palabra secuestro marcaba la agenda del país y las autoridades del Gobierno de entonces no pensaron que este hecho marcaría el comienzo del grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
María Edith, quien para sus amigas era Nika, iba normalmente a realizar caminata en horas de la mañana en el parque Ñu Guasu y ese día no fue la excepción. En su recorrido diario pasó a buscar a su amiga Elizabeth Gunther de Niedhammer. Ambas no se imaginaban que la camioneta en la que estaban circulando era seguida por un grupo de delincuentes que perpetrarían el secuestro.
Luego de realizar la caminata correspondiente por el parque, María Edith y su amiga iban con normalidad hasta el estacionamiento, eran las 9:15 aproximadamente cuando de forma repentina y abrupta fueron sorprendidas por tres personas fuertemente armadas que de forma muy violenta hicieron subir a María Edith a su propia camioneta, mientras que la amiga fue separada de ella y los secuestradores se dieron a la fuga.
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Ante lo sucedido Elizabeth Gunther, amiga de María Edith, llamó de inmediato al esposo de la secuestrada, el ingeniero Antonio Debernardi, a comunicarle lo sucedido. El esposo de María Edith denunció el hecho y las autoridades iniciaron la investigación correspondiente.
Pasaron horas del secuestro y la fiscal de Luque Rosa Noguera realizó 20 allanamientos y la Policía Nacional realizaba sobrevuelos en helicóptero en las inmediaciones de Ñu Guasu. A las 11:00 del mismo día la Policía Nacional halló la camioneta de la víctima en cercanías del Club Internacional de Tenis, pero nada se sabía de la misma y sus secuestradores.
Liberación
Pasaron 64 días y los secuestradores habían entregado las pruebas de vida a la familia que fueron dos fotos. Tras ese hecho se llevó a cabo el primer pago de USD 400.000 que se realizó el 14 de enero de 2002, mientras que el segundo para completar el dinero solicitado fue el 18 de enero del mismo año. El 19 de enero de 2002 Antonio Debernardi recibió la llamada esperada donde se le comunicaba que su esposa sería liberada.
Los secuestradores de María Edith hicieron que la mujer se vista con ropas de hombre. Le taparon los oídos con algodón y los ojos con curitas, le pusieron un kepis, lentes oscuros y la alzaron a un vehículo en marcha.
Posteriormente los secuestradores dejaron a la víctima sobre las calles Coronel Cabrera y Santa Teresa de Asunción, donde se encontró con su familia. María Edith pudo reconocer a Carmen Villalba y Alcides Oviedo, líderes del EPP, como los responsables del secuestro. Igualmente saltaron otros nombres que fueron procesados por el mismo hecho.
Condenados
José Tomás Rosa, su esposa Nidia Espínola y De los Santos Saldívar fueron los primeros condenados por el caso. Rosa fue asesinado en enero del 2011. Por su parte, Alcides Osmar Oviedo Brítez, Carmen María Villalba Ayala y Aldo Damián Meza Martínez fueron condenados a 18 años de prisión. Sin embargo, siguen prófugos Juan Arrom, Anuncio Martí y Víctor Colmán, quienes actualmente están refugiados en Finlandia.
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