El fiscal Ever García señaló este jueves que se encuentra investigando la quema del Colegio Nacional María Auxiliadora de San Pedro del Paraná, departamento de Itapúa, aparentemente protagonizada por alumnos que reprobaron el año y exigieron que se les tomen nuevos exámenes.
“Nosotros nos constituimos en el lugar del hecho para corroborar lo que sucedió en esta institución. Se exponen a un proceso al principio y luego a una pena. Los padres se exponen a una violación del deber del cuidado”, explicó el agente fiscal en comunicación con la radio 1020 AM.
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Sostuvo que lastimosamente nadie quiere hablar sobre lo ocurrido por temor a represalias y ante esta situación está buscando “alternativas” en la pesquisa para aclarar lo ocurrido, pero de momento lo que se sabe es que son alumnos que reprobaron el año y exigen un nuevo examen.
García indicó que se hizo viral la publicación de una persona que sería un exalumno de la institución, pero que tendría un pariente allí y es uno de los sospechosos de lo ocurrido. Los estudiantes que no pasaron las pruebas tendrían entre 15 a 17 años.
“Esto sería como represalia a las notas que tuvieron en un examen. Eran como cuatro a cinco alumnos los aplazados y rondarían entre los 15 y 17 años. Eran de cursos diferentes los aplazos, definir a un solo grupo sería difícil. Estamos con la gente de Investigación de la zona y solicitamos información para saber quiénes son los alumnos que tienen esas notas”, agregó el agente del Ministerio Público.
Tras perpetrar el hecho, los responsables dejaron una nota en donde refieren que el incendio fue provocado por estudiantes que no pasaron de grado, exigiendo que las autoridades de la institución dejen sin efecto el examen de febrero y que todos los alumnos que reprobaron deben aprobar sin el examen que ha programado la institución.
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El policía de la foto del Ycuá Bolaños: “Lo recuerdo como si hubiera sido ayer”
Ciudad del Este. Agencia Regional.
A 21 años de la tragedia del Ycua Bolaños, la imagen de un policía con un niño en brazos, a quien rescataba, trataba de auxiliar, sigue impactando como un eco de aquella dolorosa mañana. El uniformado, uno de los protagonistas de esta histórica foto, aún recuerda el hecho como si hubiera ocurrido ayer. Y es que en el incendio de ese supermercado fallecieron cerca de 400 personas.
La Nación/Nación Media habló con el comisario principal Juan Duarte Ferreira, quien es el policía que hizo una técnica de primeros auxilios para una ventilación artificial al niño que llevaba en sus brazos.
Hoy, el uniformado es padre de dos hijos, un hombre de 26 años y una niña de 7. Cumple funciones en la Comisaría 11 de Juan E. O´Leary como jefe policial y, en tal sentido, de nuevo se encuentra cuidando a niños en esta mañana del 1 de agosto, al hacer la cobertura de la Escuela Las Residentas, del citado municipio.
Periódicamente, desde su función en una aparente tranquila ciudad del interior del país, el comisario Duarte Ferreira lidia con víctimas de asaltos, robos, violencia familiar, desapariciones, homicidios, accidentados, en índices mucho menores que las zonas de gran movimiento, pero asegura que, especialmente, cada 1 de agosto, la memoria le hace volver a aquel primer domingo de agosto del 2004.
“Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, cada gesto, cada acto, cada situación que nos tocó aquella mañana y en siguientes jornadas; no se debe olvidar para que no vuelva a ocurrir”, expresó el comisario Duarte. Remarcó que fue “lamentable ver tantas muertes en época de paz”.
Asimismo, dijo que la imagen divulgada de su intervención en el hecho le valió que hasta un tiempo después, existieran personas que lo reconocían en el transporte público, y, por ejemplo, le agradecían por haber salvado a un familiar. Dijo que fue un policía en servicio, así como otros cientos de uniformados, bomberos voluntarios y un sin fin de personas que ayudaron.
Ayudar niños, parte de su oficio
El oficial recorrió varias unidades policiales a lo largo de estos 21 años hasta quedar en Alto Paraná. Después del siniestro, cumplió funciones en Accidentología Vial del Departamento de Criminología, donde le tocó intervenir en muchos accidentes.
“Estuve de nuevo en muchas situaciones terribles, especialmente cuando encontré a niños como víctimas de esas tragedias en rutas, pero sabemos que eso corresponde a nuestra función”, sostuvo el comisario Duarte.
El oficial de policía no fue solo el agente que ayudó en el incendio, sino familiar de una víctima y, en tal sentido, refiere que conoce muy bien la lucha encausada en busca de Justicia y reparación. Un sobrino de 20 años, Nelson Damián Duarte, trabajaba en el supermercado y fue una de las víctimas.
“Una larga lucha, juicios interminables, muchas familias sin asistencia, es lo que nos dejó también ese día tan triste; mucha fuerza a los que no fueron atendidos como corresponde”, dijo el policía.
¿A quién rescató?
Inicialmente, se creyó que el niño salvado por el policía y retratado en la emblemática foto del reportero Sebastián Cáceres, para el Diario Noticias (extinto), se trató de Enzo Bobadilla.
Sin embargo, cabe recordar que hasta hace unos años, Verónica Bécker, madre de una niña, aclaraba que fue su hija, Annete Nicole Gaus Bécker, de cuatro meses, la que está en la emblemática imagen y lamentó que se haya cometido ese error, tratándose de la identidad de una hija que perdió.
El policía Juan Duarte informó que mantuvo contactos con la familia del citado niño hasta que llegó a la edad de 7 u 8 años, aproximadamente. Luego, él se trasladó a otras zonas del país a cumplir funciones y dejó de tener vinculación con dicha familia, aunque había estado acompañando el crecimiento del niño.
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Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
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La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.
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Itapúa podría recibir 150 vuelos diarios durante el Mundial de Rally
La Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) estima que durante el Mundial de Rally a celebrarse en Itapúa a finales de agosto, el aeropuerto de Encarnación tendría unos 150 vuelos diarios provenientes de Buenos Aires y Asunción.
Una nueva era en la aeronáutica en Itapúa esperan desde la Dinac, ya que con el nuevo aeropuerto y el Mundial de Rally se vaticina un amplio flujo de vuelos y visitantes entre el 28 y el 31 de agosto, fechas en las que se desarrollará en nuestor país el Mundial de Rally.
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El presidente de la Dinac, Nelso Mendoza, afirmó que las estimaciones que manejan es de un flujo de 150 vuelos diarios durante esas fechas, entre Buenos Aires y Encarnación, así como conexiones desde Asunción. Señaló que el aeropuerto de Encarnación tiene la capacidad para tal cantidad de vuelos diarios.
“La plataforma tenía 10.000 metros cuadrados y lo llevamos a 20.000, e inclusive estamos haciendo una zona provisional para aeronaves de menor porte. En caso de que se saturen las plataformas tenemos ya conversado con los aeródromos de zonas aledañas para que estas naves puedan ir, aterrizar y quedar en esos aeródromos”, dijo a la 1080 AM.
En los días previos y posteriores a la competición, el flujo estimado sería de 19 vuelos diarios solo entre Asunción y Encarnación, según Mendoza.
El titular de la Dinac explicó que el número de 150 vuelos diarios no es exagerado, recordando que durante la final de la Copa Sudamericana de la Conmebol, celebrada en Asunción en noviembre de 2024, se tuvo un total de 600 vuelos en solo dos días en el aeropuerto Silvio Pettirossi.
“En la final de la Sudamericana, 600 vuelos tuvimos en dos días (en el Silvio Pettirossi). Así que no nos extrañaría que lleguemos a 150 en el aeropuerto de Encarnación”, mencionó.
En ese sentido, manifestó su deseo de que el cambio de estatus del aeropuerto a internacional y el flujo de vuelos que recibierá, marquen “el inicio de una nueva era” en la aeronáutica del departamento de Itapúa.
Las estimaciones del presidente de la Dinac sugieren que cada 10 minutos llegaría un vuelo al aeropuerto, pero aseguró que cuentan con el personal adecuado para enfrentar la cantidad.
“Técnicos de primer nivel de los aeródromos y aeropuertos que tenemos en la Dinac van a estar trabajando en Encarnación para dar inicio a estas operaciones”, sostuvo.
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Trabajan para que el WRC sea vidriera de atractivos turísticos y culturales de Itapúa
Itapúa se prepara con todo para recibir el Rally del Paraguay – WRC, que se correrá del 28 al 31 de agosto y con el fin de ofrecer más que emoción y espectáculo, autoridades del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic) y de la Gobernación de Itapúa se reunieron para coordinar la cobertura de los Medios del Estado y potenciar la comunicación turística del evento.
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Ambas instituciones acordaron realizar un trabajo coordinado para posicionar la competencia como una vitrina internacional no solo del deporte motor, sino también de los atractivos turísticos y culturales de Itapúa, destacando su emblemática Tierra Roja y los múltiples tesoros escondidos en cada distrito.
“Estamos trabajando en los Tesoros de Itapúa, donde en cada distrito encontramos al menos un valor turístico. Además, desarrollamos un Sistema de Información para conocer qué busca el turista, qué le interesa y cómo evalúa su experiencia”, explicó la secretaria de Turismo de la Gobernación, Verónica Stefani.
Tras el encuentro, las autoridades informaron que se programará una inducción turística en los Medios del Estado, con entrevistas y contenidos especiales que permitirán develar los secretos de Itapúa al público local e internacional. La Tierra Roja, símbolo identitario de la región, ya se encuentra instalada en el imaginario mediático como un valor diferencial.
Participantes de la reunión
Entre los representantes del Mitic que estuvieron presentes se citan a Héctor Riveros, director general de Medios del Estado; Diego Sosa, productor general, y César Palacios, director general de Comunicación Estratégica y PR para Gobierno del Rally del Paraguay.
Por parte de la Gobernación de Itapúa estuvieron Lorena Castillo, secretaria de Comunicación y Prensa; Verónica Stefani, secretaria de Turismo, y Gladys Pereira, secretaria privada.