Una joven, de nombre Lariza Caballero, el domingo perdió su teléfono celular durante un asalto perpetrado por motochorros en la ciudad de J. Augusto Saldívar. La misma logró rastrear su móvil hasta un local de electrónica gracias al GPS, pero ni la Policía ni la Fiscalía lograron ayudarla para recuperarlo.
El hecho ocurrió el domingo al mediodía sobre la ruta Toledo Cañada de la ciudad de Capiatá. En ese momento, la víctima estaba de camino a un supermercado de la zona ubicado en el Km 26 de la exruta 1. Cuando estaba a una cuadra y media de llegar a su destino, la interceptaron dos personas que iban a bordo de una motocicleta. El delincuente que iba en la parte posterior del biciclo bajó rápidamente y, a punta de un cuchillo, le exigió la entrega de su teléfono celular.
Debido al susto, la joven decidió tratar de correr para huir, aunque el asaltante logró empujarla y echarla al suelo, momento que aprovechó para golpearla y buscar el móvil entre sus prendas, hallándolo segundos después debajo de ella.
Ambos ladrones lograron darse a la fuga rápidamente siguiendo el mismo camino sobre la ruta Toledo Cañada. Como el hecho se produjo a pocos metros de la Comisaría 20, Caballero decidió ir directamente hasta allí para hacer la denuncia y pedir ayuda a los oficiales con el fin de tratar de recuperar su pertenencia.
Para ello, tenía pensado utilizar el sistema de rastreo por GPS que poseen los dispositivos Android. Para poder lograrlo, tuvo que regresar nuevamente a su hogar y prestar el teléfono de su madre para acceder a su cuenta personal, lo cual le permitió identificar el lugar donde se encontraba su dispositivo robado recientemente.
“Tuve que ir otra vez a la comisaría para pedir un acompañamiento para ir a buscar el celular, pero me dijeron que esa ya no era su jurisdicción y que tenía que ir a la Comisaría 33 de donde marcaba la ubicación para que me puedan acompañar”, mencionó Caballero a La Nación.
Como ya era el horario de la tarde, todos los locales se encontraban cerrados y los uniformados ya no tenían forma de ingresar a verificar, por lo que ya no hubo forma de continuar el procedimiento sino hasta ayer. La víctima contó que ayer nuevamente acudió al lugar donde le marcaba la ubicación del GPS de su móvil y, al llegar al sitio en cuestión -en este caso, un local de electrónica de la ciudad de Capiatá-, los propietarios le dijeron que supuestamente el domingo no habían abierto, negando así cualquier relación con el robo.
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Al ir a la Fiscalía para preguntar si podían ayudarle en este caso, le dijeron que el fiscal de turno (cuyo nombre no le facilitaron) no estaba presente y que tampoco podían hacer nada, alegando que la ubicación que marcaba el GPS “no era prueba suficiente” para emanar una orden de allanamiento.
En las inmediaciones del sitio donde la joven fue asaltada no hay cámaras de seguridad que ayuden a identificar a los delincuentes, lo cual dificulta aún más el poder cumplir con el pedido que le hicieron desde el Ministerio Público para tratar de recuperar su móvil, a pesar de que posee pruebas confiables de su localización gracias al rastreo satelital que seguía activado hasta hace pocas horas.