El Cañonero Paraguay, histórico buque de la Guerra del Chaco, se despidió por la madrugada de este jueves de Puerto Rosario, a donde había zarpado el domingo pasado en un viaje memorable que emprendió luego de casi 55 años por la conmemoración de la Paz del Chaco, así como el aniversario de la ciudad donde echó anclas durante tres jornadas, con gran entusiasmo de los pobladores.
“A las 5:30 se realizó la zarpada del C-1 Cañonero Paraguay desde Puerto Rosario. Se estima que estará arribando a Asunción a las 16:00 de hoy”, reportó la Armada Paraguaya a través de Twitter. La llegada a la capital nacional será en el apostadero sur de la Flota de Guerra en Sajonia, sito en Mayor José de Jesús Martínez y playa.
El barco, que hace nueve décadas había arribado por primera vez a Asunción desde Europa, inició esta navegación el último domingo a las 5:00 y, tras 12 horas de recorrido por el río Paraguay, llegó hacia las 18:00 en el puerto de Villa del Rosario del “Kuarepoti”, en el departamento de San Pedro.
Comunidad entusiasmada
“Esta navegación histórica del Cañonero después de tantos años verlo nuevamente navegar con su propulsión propia nos hizo sentir muy orgullosos de ser parte de la Armada Paraguaya”, había comentado el almirante Juan Ramón Velázquez Fretes, comandante de la Armada Paraguaya.
En el muelle de Puerto Rosario, la población local recibió al Cañonero Paraguay con aplausos y mucha algarabía. Capitaneado por Carlos Barreto y llevando a bordo a 270 tripulantes, la embarcación se abrió a la comunidad el lunes 12 de junio, fecha en que se conmemoraron los 88 años de la firma de la paz en el Chaco, en la contienda entre Paraguay y Bolivia.
Los pobladores acudieron masivamente para aprovechar la experiencia de conocer la estructura construida en el astillero Cantieri Navale Odero de Italia, junto a su gemelo Humaitá, que había llegado por primera vez a Paraguay, en la bahía de Asunción, el 5 de mayo de 1931. Ambos cañoneros transportaron a 51.000 soldados paraguayos durante la guerra de 1932 a 1935.
Atenciones gratuitas
El aniversario de la Paz del Chaco fue recordado con una retreta a bordo del actual Buque Escuela de la Armada Paraguaya. Luego, el 14 de junio, la banda de músicos, cadetes navales y grumetes de la Escuela de Formación de Sub Oficiales participaron del homenaje a la ciudad sampedrana, que cumplió 236 años de fundación.
Además de las visitas guiadas en el Cañonero Paraguay, el personal médico de la Armada ofreció atenciones gratuitas a las cuales acudieron unas 300 personas de Puerto Rosario. “Una masiva concurrencia en las diferentes especialidades médicas Odontología, Ginecología, pediatría, clínica médica, nutrición, psicología, tipificación y vacunación”, reportaron.
El Cañonero Paraguay cuenta con dimensiones de 71 por 10,5 por 3,20 metros, con capacidad para 1.600 hombres y una velocidad máxima de 17 nudos o 25,928 kilómetros por hora. El capitán Carlos Martín Barreto González, jefe de Estado Mayor de la Flota de Guerra, es el actual comandante de la embarcación, y se destaca la participación de tres mujeres como maquinistas.
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Museo Aviadores del Chaco inauguró su nueva sede en San Bernardino
El Museo Aviadores del Chaco inauguró su nueva sede el jueves 12 de junio en la ciudad de San Bernardino, dentro de la urbanización del club de vuelo Yvytú, en el marco de los 90 años de la Paz del Chaco y de los 10 años de apertura del espacio cultural, que constituye un homenaje de su fundadora y directora, Carmiña Pérez Falabella, a su padre héroe de la Guerra del Chaco, el Teniente PAM Primero, Fernando Pérez Veneri, y a todos los aviadores de la contienda chaqueña.
En un terreno de más de 4000 metros cuadrados, el Museo cuenta con una zona de hangar para aviones históricos de la guerra, así como la zona de museo con museografía y objetos de la guerra del Chaco. Además, cuenta con exposiciones al aire libre buscando ofrecer experiencias más vívidas e inmersivas. Se recrean, por ejemplo, una Tuca y unas trincheras similares a las que fueron utilizadas durante la Guerra del Chaco.
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La estructura utilizada para la construcción del edificio se conoce como Quonset hut, que es una estructura utilizada en la Segunda Guerra Mundial, por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que necesitaba una estructura de transporte, fácil y armado rápido para protección de sus aeronaves, y formación de barracas y habitación para los pilotos. El museo también cuenta con cabañas independientes,
La estructura de Quonset hut es una chapa arqueada, que no necesita pilares ni vigas para su formación Todo el resto de los materiales, así como la mano de obra es nacional, buscando fortalecer y construir de manera sostenible. Este proyecto fue diseñado por el arquitecto Luis Ayala Vargas y construido por el Gabinete de Arquitectura. Cuenta con una entrada independiente y de fácil acceso. Se podrá visitar el Museo agendando previamente, enviando un mensaje al +595 986 109810.
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El Chaco, el territorio que une y separa a dos países
- Jimmi Peralta
- Fotos: Gentileza/Archivo
El 12 de junio de 1935 fue firmado en Buenos Aires el protocolo de paz que dio por terminadas las acciones bélicas que enfrentaron a Paraguay y Bolivia desde 1932. Los historiadores Erasmo González y Herib Caballero Campos cuentan los pormenores de las arduas negociaciones y el contexto en el que se desarrolló el conflicto entre ambos países por la posesión del Chaco Boreal.
Luis Alberto Riart y Tomás Elío, cancilleres de Paraguay y de Bolivia, respectivamente, fueron los encargados de refrendar el documento para poner fin a las hostilidades entre ambas naciones mediterráneas, que se disputaron una salida fluvial al mar y sufrieron la falta del vital líquido durante varios tramos de la contienda, lo que infligió múltiples sufrimientos además de los propios de toda guerra.
A 90 años del histórico acuerdo, se celebra la hermandad entre pueblos que, si bien tienen amplias fronteras en común, en gran parte siguen separados por el gran territorio chaqueño.
ANTECEDENTES
La guerra del Pacífico (1879-1884) cercenó territorialmente a Bolivia y lo despojó de 120.000 km2 de superficie y 400 km de litoral marítimo. Este fue un momento clave que provocó que el Chaco paraguayo entrara en los planes estratégicos del país del altiplano.
En Bolivia, con la pérdida de su costa sobre el océano Pacífico en la guerra que tuvo contra Chile, desplazaron hombres para irrumpir en el Chaco fundando fortines, al tiempo que los tratados se realizaban, pero no se solucionaron las diferencias territoriales.
“Las incursiones generaron tensiones al punto de que en febrero de 1927 es muerto en el fortín Sorpresa el teniente paraguayo Adolfo Rojas Silva. A partir de ese episodio el conflicto contra Bolivia se desarrolló en un ambiente en el que amplios sectores de la ciudadanía paraguaya reclamaban mayor presencia del Estado paraguayo en el Chaco. Desde el llamado a la movilización en diciembre de 1928 luego del ataque de tropas paraguayas al fortín Vanguardia, donde los bolivianos fueron desalojados, la crisis diplomática afloró con la expulsión de sus respectivos representantes diplomáticos que cumplían funciones en ambos países”, explica Erasmo González, doctor en historia.
El 23 de octubre de 1931, registrado como un ícono del reclamo ciudadano por la protección del Chaco, quedó en la memoria por la masacre de manifestantes estudiantiles en los jardines del Palacio de Gobierno, que estaba ocupado entonces por el presidente José P. Guggiari.
SIGILO
“Lo sucesivos gobiernos paraguayos venían realizando una prudente campaña de reforzar y dotar de mayor armamento al Ejército, que se inició con las reformas realizadas por el presidente Eligio Ayala. Durante su gobierno se mandaron comprar armas e incluso las dos cañoneras adquiridas de Italia: El Paraguay y el Humaitá”, indica González.
“En los últimos años han sido varias las investigaciones históricas académicas que han permitido comprender el esfuerzo del Estado paraguayo para armar al país. Efectivamente, sin un préstamo internacional se pudo comprar armamento moderno y capacitar a los jefes y oficiales para enfrentar el conflicto a partir de los planes consensuados entre el Gobierno y los jefes del Ejército en agosto de 1924”, explica, por su parte, el historiador Herib Caballero Campos.
A pesar de estos esfuerzos, en comparación con el despliegue boliviano Paraguay se encontró con una preparación un tanto menor en efectivos y en armamento para el inicio de las hostilidades.
EL AGUA Y EL GUARANÍ
“La contienda se inició con la toma boliviana en Pitiantuta, casi al mismo tiempo en que el doctor Eusebio Ayala asumía la Presidencia. Era una etapa difícil e incierta, pero el presidente tuvo el tino de apostar por José Félix Estigarribia para el mando del Ejército. La estrategia del comando paraguayo de llevar la guerra al interior de la región chaqueña fue fundamental. Los bolivianos incursionaron en un territorio adverso por las condiciones naturales del territorio, alejados de donde existía agua; además, considerablemente lejos de su puesto logístico”, refiere González.
“La utilización del idioma guaraní por orden general del comandante Estigarribia fue estratégica para comunicarse y despistar a los enemigos con códigos que los jefes oficiales y los soldados paraguayos podían entender. Además, servía para identificarse entre paraguayos si se encontraban en un lugar determinado, evitando confusiones que podían llevar al enfrentamiento entre los mismos”, agregó.
UNIDAD Y ESTABILIDAD
La primera mitad del siglo XX en Paraguay se caracterizó por un sinfín de tragedias internas a consecuencia de la inestabilidad política con revoluciones, golpes de Estado, exilios, atropellos, proscripciones y muerte. La hegemonía liberal había arrancado en 1904, pero tanto los conflictos dentro del propio partido de gobierno como las confrontaciones con la oposición impedían el desarrollo de un proyecto nacional.
“En el contexto de la guerra se había generado una tregua política. Según se estableció por leyes aprobadas por el Congreso, se reprimió a los sectores socialistas y comunistas que eran antiguerreristas, pues consideraban que la guerra del Chaco era una guerra imperialista. Asimismo, importantes jefes políticos de los dos partidos tradicionales se movilizaron o apoyaron al gobierno de Eusebio Ayala”, señala Caballero Campos.
“El territorio chaqueño no conoció diferencias políticas entre los combatientes paraguayos. Diferentes sectores de la sociedad acudieron al llamado: campesinos, obreros, estudiantes y con ellos artistas, poetas, intelectuales, choferes, deportistas, enfermeras y médicos. Con ese esfuerzo mancomunado se pudo sobrellevar la guerra con el acompañamiento de las mujeres, que realizaron diferentes actividades tanto en retaguardia como en el frente. Se destaca la labor de las madrinas de guerra como apoyo emocional para el soldado combatiente”, explica González.
A renglón seguido, destacó la unidad que se logró en el Paraguay durante la guerra a pesar de las diferencias que lo separaban anteriormente.
“En general hubo un gran acompañamiento. Las personas hacían donaciones para las viudas y huérfanos de guerra; la Legión Civil Extranjera, conformada por miembros del comercio y la industria que eran de origen extranjero, colaboró con varias acciones para paliar las necesidades más urgentes. La Junta Nacional de Aprovisionamiento era una entidad gestionada por el Estado con fuerte colaboración de sectores privados, que proveían los alimentos básicos a las familias de los soldados combatientes que no tenían otros recursos para subsistir. La Cruz Roja Paraguaya, liderada por el Dr. Andrés Barbero, donó un avión ambulancia, así como también realizaron varias actividades para recaudar fondos, como el partido de fútbol en Buenos Aires en el que jugó Arsenio Erico, que finalmente fue fichado por el Independiente de Avellaneda”, citó Caballero Campos.
VÍA DIPLOMÁTICA
En el contexto de una guerra con fuertes bajas para ambos bandos, la vía diplomática no estuvo clausurada. Esto a pesar de que Paraguay fue sancionado por la Sociedad de Naciones (antecedente de las Naciones Unidas) por haber sido declarado país agresor.
“El grupo mediador liderado por el gobierno argentino del general Juan B. Justo fue el impulsor de abrir una negociación con el apoyo de los demás gobiernos de la región, pero el último actor clave en sumarse y muy necesario fue el gobierno del Brasil, cuyo presidente Getulio Vargas visitó Buenos Aires en mayo de 1935, dando su acuerdo para que se impulse un alto al fuego en el infierno verde del Chaco”, comenta Caballero.
“De una posición defensiva en los primeros meses del conflicto, Paraguay pasó a la ofensiva en 1934 logrando recuperar territorios que los bolivianos fueron ocupando. Para 1935 ya había cruzado el río Parapití. Sin embargo, no debemos olvidar que todo esto significó sacrificios humanos de padecimientos por sed, pestes, heridas, traumas emocionales, muerte y angustia por la distancia de los seres queridos. Para 1935 los recursos se extremaron. Cada día de combate representaba un gran costo para el país, por lo que la gestión diplomática también fue ardua”, apunta González.
En este sentido, fue destacado el rol del canciller argentino Carlos Saavedra Lamas en el contexto de las negociaciones diplomáticas, quien fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1936 por su mediación en este conflicto y por haber inspirado un tratado antibélico que lleva su nombre.
RUMBO AL PROTOCOLO DE PAZ
“Las negociaciones comenzaron en mayo de 1935. Primeramente, el grupo mediador se reunía con cada canciller por separado. El Paraguay desde un principio estaba conteste en general con los términos del documento propuesto por los mediadores, pero Bolivia pretendía esperar el resultado de su contraofensiva, que fue detenida exitosamente por el Ejército paraguayo en la batalla de Ingavi, el 8 de junio de 1935. En ese sentido, ya el 11 se anunciaba en los medios de prensa asuncenos que se había acordado entre los países un alto al fuego, pero se estaban aún ultimando los detalles del documento final”, explica Caballero Campos.
De su parte, González subraya que el protocolo se firmó en un momento en el que ya no se podía continuar con la guerra por la dificultad para obtener recursos y el agotamiento de los combatientes. Por ello, de alguna forma la firma del protocolo de paz del 12 de junio era el camino obligatorio.
“Ya en los últimos meses de la guerra, el cansancio, la hostilidad de la naturaleza en el alto Chaco, el revés en las estribaciones andinas hicieron que la mayoría de la tropa paraguaya ya se encuentre agotada y agobiada, según se puede deducir de varios testimonios. Además, las arcas del Estado paraguayo ya estaban exhaustas luego de casi tres años de guerra. Por ello, el alto al fuego al mediodía del 14 de junio de 1935 (día en que se festeja la Paz del Chaco en Bolivia) fue celebrado por todos los combatientes, pues era algo que se anhelaba en ambos ejércitos ”, agrega Caballero Campos.
En agosto de 1935 se realizó el desfile de la victoria en Asunción, pero el país estaba con una economía extenuada, con la producción mayormente a cargo de ancianos, niños y mujeres. Todo esto fue terreno fértil para que afloren de nuevo las desavenencias, los golpes de Estado, revoluciones, persecuciones e inestabilidad política.
ACUERDO FINAL
El Tratado de Paz, Amistad y Límites definitivo se rubricó el 21 de julio de 1938. El documento final fue firmado por Cecilio Báez y José Félix Estigarribia por Paraguay, y Eduardo Díez de Medina y Enrique Finot por Bolivia. El acuerdo fue refrendado por un referéndum, que se realizó el 15 de agosto de ese año y tuvo una aprobación del 91 %.
En octubre de 1938, en cumplimiento de una de las cláusulas del tratado, se abrió una Comisión Mixta Demarcadora de Límites para señalizar la frontera en el terreno, que dio por concluidas sus tareas en 2007.
Por ello, recién en abril de 2009, con firma de Evo Morales por Bolivia y de Fernando Lugo por Paraguay, se oficializó el acta de cumplimiento y ejecución del mencionado tratado.
BARRERA
A poco de cumplirse el centenario de esta epopeya, la más grande del siglo pasado en el continente, que dejó cerca de 100.000 bajas, el vínculo entre ambos países sigue en parte separado por aquel territorio hostil.
“Evidentemente el Chaco hasta hoy en día es una barrera para que se dé ese relacionamiento más cercano entre bolivianos y paraguayos. Hoy la ruta Bioceánica es una oportunidad para mejorar esa integración, pero el Chaco aún hoy es un territorio despoblado, con muchas carencias y una necesidad de recibir políticas públicas que aseguren la educación, la salud y la movilidad a las poblaciones chaqueñas, tanto originarias como a las demás que habitan dicho territorio”, concluyó Caballero Campos.
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Canindeyú: Senad intensifica control por agua y tierra en contra del narcotráfico
Ciudad del Este. Agencia Regional.
La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) intensifica controles contra el narcotráfico, tanto en zonas de frontera como al interior del departamento de Canindeyú, mediante el despliegue de patrullas fluviales y terrestres, en coordinación con la Armada Paraguaya. Agentes del Departamento Regional n°4, con base en Salto del Guairá, están a cargo de las intervenciones, según informó la Senad.
Las patrullas fluviales se realizan sobre el río Paraná, en el tramo correspondiente a la zona de responsabilidad del Área Naval de Salto del Guairá, donde se llevan a cabo verificaciones "para detectar posibles puertos clandestinos y prevenir el uso de las vías acuáticas para el tráfico de drogas". El tramo citado es entre Salto del Guairá y Puerto Tigre, de Canindeyú.
A la vez, se ejecutan operativos terrestres en zonas consideradas estratégicas como la Aduana, la Línea Fronteriza del barrio 29 de setiembre, de Salto del Guairá y otros sectores urbanos y rurales, entre ellos, el Km 7, desvío a la colonia Guadalupe y sus adyacencias.
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Las patrullas se realizan de día y de noche, permitiendo “una vigilancia activa y sostenida, elemento clave en la estrategia de presencia permanente impulsada por el Plan de Acción contra el Abuso de Drogas - Sumar”, indica la institución antidrogas.
Los controles incluyen inspección de personas, vehículos y cargas, en puntos identificados por el personal como críticos para las estructuras criminales vinculadas al tráfico ilícito. “Esta línea de trabajo busca no solo detectar delitos, sino también brindar mayor seguridad a la población local y dificultar las operaciones logísticas del narcotráfico”, remarca el reporte.
Las acciones en Canindeyú forman parte de un plan de refuerzo en la incursión a nivel país, que se viene realizando en diferentes departamentos y zonas específicas, entre ellas las áreas de frontera y el Chaco.
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“Héroes de la Guerra del Chaco”: un libro de homenaje a todo color
Un álbum de fotografías que ayudan a recrear la contienda se presentará próximamente. Su autor, Hugo Gunsett, las coloreó por computadora en un trabajo de años para honrar la memoria de los caídos y de los que volvieron con vida tras defender la integridad territorial de la patria.
- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos Gentileza
Hugo Gunsett es reservista de la Marina nacional y un día advirtió que no había imágenes a color de la Guerra del Chaco (1932-1935). Así fue que decidió poner manos a la obra y munido de un programa de gráfica se dio a la tarea. Fruto de ese trabajo, en estos días pondrá a disposición del público el álbum de fotografías “Héroes de la Guerra del Chaco”.
Estudiante de diseño gráfico y computación, aprendió de manera autodidacta dibujo y pintura. “Un día vi en internet fotografías coloreadas de la Primera Guerra Mundial y me puse a buscar algunas de la guerra del Chaco. Como no había, pensé en hacerlo”, cuenta.
Ya lleva más de 10 años haciendo que las fotos pasen de su blanco y negro original al color. “A través de un proceso por computadora, sin utilizar inteligencia artificial, usando una paleta de colores y el mouse, voy dando color pixel por pixel a la fotografía. Un trabajo arduo que a veces lleva horas y depende del tiempo, la complejidad y los detalles de la foto, puede llevar días”, comentó.
EXPOSICIÓN ITINERANTE
Gunsett se alegra de las devoluciones que le va dando la gente cuando observa su trabajo en una exposición itinerante que ofrece en escuelas, colegios y en el Museo Naval. También llegó a viajar con su exposición a bordo del cañonero Paraguay hasta Pilar, donde expuso por una semana.
“La gente desconoce que no había fotos a color y se sorprende con el resultado, las reproduce con su celular, es lindo ver el cambio en los rostros”, dijo. También “cuando le presento a nuestros combatientes que están en las fotos y por primera vez ven el rostro y los reconocen, esto hace parte de nuestra memoria visual”, expone.
Entiende que es también un homenaje a los excombatientes. “Todavía quedan algunos héroes con vida, cuatro o cinco si no me equivoco. Por eso la primera exposición que hice fue para honrarle a los veteranos que aún quedaban con vida ya por el año 2014. Fue al costado del Panteón, donde recordamos que en el Chaco quedaron 33.000 soldados”.
HOMENAJE
Y agrega: “Este es mi homenaje para todos los caídos y para los que combatieron y volvieron con vida, muchos de ellos lisiados y mutilados. Hay un refrán que dice ‘un soldado no muere en el campo de batalla, muere cuando su pueblo lo olvida’. Y mientras no los olvidemos como pueblo, entonces ellos seguirán vivos en nuestros corazones”.
El autor expone que “la guerra del Chaco es un poquito más cercana a este tiempo que la guerra del 70, pero extrañamente es una guerra bastante ignorada”, reflexiona llamando a recorrerla en un volumen de gran impacto visual, que enseña con el poder de la imagen entretelones de un hito histórico nacional.
“Mi misión es enseñar en la charla a los niños, jóvenes y adultos, porque tengo material audiovisual especialmente diseñado para escuelas y colegios que quieran ver estas fotografías. Les animo a que me envíen la invitación y coordinamos un día para que yo pueda llevar también a nuestros héroes a las escuelas y colegios para que sean testigos del valor y la entrega y el amor a la patria de nuestros héroes”, propone.
EL SUEÑO DE UN MUSEO
“Mi objetivo final sería conseguir un espacio para poder crear un museo con fotos a color de la guerra del Chaco”, dice Gunsett. Allí estarían expuestas fotografías de manera permanente “para que la gente pueda asistir, ver quiénes eran nuestros héroes, los lugares donde se combatieron, los vehículos que teníamos y de esta forma mantener viva la memoria de nuestros héroes”. El autor del libro de fotografías coloreadas entiende que sería bueno tener un lugar “donde niños, jóvenes y adultos puedan ver a nuestros héroes de una forma totalmente distinta a lo que siempre se ha visto en blanco y negro. Sería una forma de honrar de manera permanente a los que dieron la vida, los voluntarios extranjeros y los que sobrevivieron a la guerra”, apunta.
Quien se interese en el trabajo de Gunsett puede contactarlo al (0982) 075-244 o seguirlo en sus redes sociales: “Quiero aclarar que la venta de los cuadros, de los álbumes, me sirve para tener un fondo y de esta forma realizar las exposiciones, mandar hacer los encuadres de las fotografías, para la movilidad y llegar a los puntos a los cuales soy invitado y de esta forma poder dar esta charla y mostrar el trabajo”, concluye.