Habilitarán cuatro telescopios para observar el eclipse solar anular
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Este sábado se producirá un eclipse solar anular y, en Asunción, se prepara la actividad “Observando el eclipse” en el espacio TatakuaLab del Museo de Ciencias (MuCi), con acceso libre y gratuito en el Complejo Textilia (General Santos 1030, entre Defensa Nacional y Concordia), en el horario de 15:00 a 18:00.
La observación de astros se realizará a través de cuatro telescopios profesionales y será de acceso libre y gratuito para todos los visitantes. Asimismo, también estará disponible la oportunidad de ingresar a la exhibición “Superbacterias, la batalla de nuestras vidas”, y los 100 primeros visitantes de la muestra, se llevarán unos anteojos especiales de regalo para ver el eclipse.
“Invitamos a las familias y todos los aficionados de la astronomía a que participen de este encuentro y disfruten en conjunto de esta actividad que nos regala el universo en periodos muy excepcionales”, dijo Rodrigo Ríos, astrónomo residente del MuCi. “Además, tendremos invitados especiales que explicarán este fenómeno al público para los que tengan la curiosidad de conocerlo en mayor profundidad”.
Cohetes explorarán la ionosfera
La NASA lanzará tres cohetes de sondeo a la ionosfera durante el eclipse anular del próximo 14 de octubre para estudiar cómo la caída repentina de la luz solar afecta nuestra atmósfera superior. La misión, conocida como Perturbaciones atmosféricas alrededor de la trayectoria del eclipse o APEP, está dirigida por Aroh Barjatya, profesor de ingeniería física en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle. El eclipse se centrará en una franja del oeste de los Estados Unidos, así como en partes de América Central y del Sur.
A unos 75 kilómetros de altura, el aire mismo se vuelve eléctrico. Los científicos llaman a esta capa atmosférica ionosfera porque es donde el componente ultravioleta de la luz solar puede extraer electrones de los átomos para formar un mar de iones y electrones de alto vuelo. La energía constante del Sol mantiene separadas estas partículas que se atraen mutuamente durante todo el día. Pero a medida que el Sol se esconde bajo el horizonte, muchos se recombinan en átomos neutros durante la noche, sólo para separarse nuevamente al amanecer.
Durante un eclipse solar, la luz del sol desaparece y reaparece sobre una pequeña parte del paisaje casi al mismo tiempo. En un instante, la temperatura y la densidad de la ionosfera caen y luego vuelven a subir, enviando ondas a través de la ionosfera. “Si piensas en la ionosfera como un estanque con algunas suaves ondas, el eclipse es como una lancha a motor que de repente atraviesa el agua”, dijo Barjatya en un comunicado. “Crea una estela inmediatamente debajo y detrás de él, y luego el nivel del agua sube momentáneamente a medida que vuelve a entrar”.
Durante el eclipse solar total de 2017 visible en América del Norte, los instrumentos a muchos cientos de kilómetros fuera de la trayectoria del eclipse detectaron cambios atmosféricos. También lo hizo la infraestructura crítica como el GPS y los satélites de comunicaciones de los que dependemos todos los días. “Todas las comunicaciones por satélite pasan por la ionosfera antes de llegar a la Tierra”, dijo Barjatya. “A medida que nos volvemos más dependientes de los recursos espaciales, necesitamos comprender y modelar todas las perturbaciones en la ionosfera”.
Con este fin, Barjatya diseñó la misión APEP, eligiendo el acrónimo porque también es el nombre de la deidad serpiente de la antigua mitología egipcia, némesis de la deidad del Sol Ra. Se decía que Apep perseguía a Ra y de vez en cuando casi lo consumía, lo que provocaba un eclipse. El equipo APEP planea lanzar tres cohetes en sucesión: uno unos 35 minutos antes del eclipse máximo en la vertical de la base de lanzamiento de White Sands, en Nuevo México, otro durante el eclipse máximo y otros 35 minutos después. Volarán justo fuera del camino de anularidad, donde la Luna pasa directamente frente al Sol.
Cada cohete desplegará cuatro pequeños instrumentos científicos que medirán los cambios en los campos eléctricos y magnéticos, la densidad y la temperatura. Si tienen éxito, estas serán las primeras mediciones simultáneas tomadas desde múltiples lugares de la ionosfera durante un eclipse solar.
Barjatya eligió cohetes de sondeo para responder las preguntas científicas del equipo porque pueden señalar y medir regiones específicas del espacio con alta fidelidad. También pueden medir los cambios que ocurren a diferentes altitudes a medida que el cohete suborbital asciende y cae a la Tierra. Los cohetes APEP tomarán medidas entre 70 a 325 kilómetros sobre el suelo a lo largo de su trayectoria.
“Los cohetes son la mejor manera de observar la dimensión vertical en las escalas espaciales más pequeñas posibles”, dijo Barjatya. “Pueden esperar para lanzarse en el momento justo y explorar las altitudes más bajas donde los satélites no pueden volar”.
Destacan el valor de los datos satelitales para optimizar la producción agrícola y mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias.
La Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) llevó a cabo la Tercera Reunión del Comité Conjunto de Coordinación (JCC), en donde hablaron de la integración de tecnologías espaciales para el desarrollo socioeconómico, con especial énfasis en la gestión de desastres y la modernización agrícola.
El encuentro contó con la participación del D. Sc. Benjamín Barán, ministro-presidente del Conacyt, quien destacó la importancia de la colaboración internacional para el desarrollo sostenible del país.
En su intervención, el Gral. Div. Aer. (R) Osvaldo Almirón Riveros, presidente de la Agencia Espacial del Paraguay (AEP), destacó los logros alcanzados desde la puesta en marcha del proyecto, resaltando la formación de jóvenes paraguayos en Japón, el análisis de imágenes satelitales para la mejora de la producción agrícola y la elaboración de mapas de riesgo para la prevención de desastres naturales.
Por su parte, Chika Takahatake, representante residente de JICA en Paraguay, enfatizó la importancia del uso estratégico de los datos satelitales generados. Explicó que, con tecnología espacial más precisa, Paraguay podrá fortalecer su planificación en diversos sectores, destacando el trabajo de la AEP en el desarrollo de un nuevo nanosatélite para ampliar la capacidad técnica del país en este ámbito.
Museo de Ciencias habilita un espacio para personas neurodivergentes
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El Museo de Ciencias (MuCi) reafirma su compromiso con la accesibilidad al conocimiento y la exploración del universo con el lanzamiento de “La hora tranqui”, ayer sábado, en el complejo Textilia (General Santos casi Defensa Nacional). Este innovador programa piloto está diseñado especialmente para personas neurodivergentes, en particular aquellas con trastorno del espectro autista (TEA), garantizando una experiencia cómoda, enriquecedora y libre de barreras.
Este espacio estará disponible todos los sábados y domingos a las 14:00, horario previsto para minimizar el ruido y el flujo de personas en el museo, con una duración de una hora por sesión. Las entradas pueden adquirirse en línea a través de muci.org/entradas seleccionando el horario y día correspondiente. El costo de las entradas online es de G. 35.000, mientras que en puerta será de G. 40.000.
En la primera fase de implementación, “La hora tranqui” se llevará a cabo en San Cosmos, el planetario de MuCi, donde la experiencia será completamente adaptada para niños, jóvenes y adultos neurodivergentes. Este espacio ofrecerá un ambiente tranquilo y seguro para que todos puedan disfrutar del fascinante mundo de la ciencia y la astronomía.
“La hora tranqui” se trata de una sesión especial en la que se realizan ajustes en el entorno para hacerlo más amigable y acogedor para personas con TEA. Entre las adaptaciones, se reducirá la intensidad de la iluminación y se controlarán los sonidos para evitar estímulos estridentes. Además, los mediadores del museo recibirán capacitación especializada para brindar una mejor experiencia a este público.
MuCi, un paseo de verano por la astronomía y la ciencia
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Un recorrido para concientizar sobre la importancia del agua y las proyecciones en su magnífico planetario son las ofertas de Verano en el Museo, en las instalaciones del complejo Textilia de Asunción. Proponen un acercamiento interactivo a las ciencias a visitantes individuales y también a colegios mediante programas especiales. Una oferta creativa para recrearse en vacaciones.
“Aquí todo es interactivo, no es como en un espacio tradicional”, define Rodrigo Ríos, del Museo de Ciencias (MuCi), invitando a recorrer la muestra para reflexionar sobre el agua montado en el llamado Tatakua Lab.
Se trata de un laboratorio de prototipos interactivos, que según describe Mateo Acosta, director de Exhibiciones y Programación, es un recorrido especial de Verano en el Museo, como dieron en llamar a la exposición.
Un recorrido por diferentes máquinas que combinan hidráulica y electrónica, en la que mediante sencillos procedimientos se invita a reflexionar sobre el rol del vital elemento en la vida humana.
Uno de ellos hace hincapié en lo que provoca la falta de agua. “Vamos recabando información del público y allí queda claro que lo que más afecta a los visitantes es no poder bañarse cuando se queda sin agua. No es cocinar, no es lavar, no es regar, no es ni tomar agua, es bañarse lo que más aparece”, comenta Acosta.
CUIDAR EL AGUA
Otro de los artefactos simula una lluvia que se retroalimenta, que ayuda a “reflexionar un poco sobre la recolección del agua de las precipitaciones, que se hace mucho en el Chaco, pero acá en la región Oriental no tenemos esa costumbre. Asumimos que el agua es inagotable e infinita y cada vez es más necesario cuidar el agua apta para el consumo”, comenta.
En el paseo, mediante unos tubos de acrílico que tienen diferentes niveles de agua, se logra hacer un comparativo de la altura del río Paraguay en los últimos años y el impacto en la navegabilidad. “Son intervenciones artísticas que ayudan a brindar la información de manera diferente e interactiva”, resume.
Ingeniero en electrónica, Acosta comenta que los prototipos se van testeando con la gente para ver si surten efecto y se mejoran con el aporte y los comentarios de los visitantes.
“Es muy importante para nosotros que las experiencias se vean, que se vea el motor, que se vean los cables, los caños. Todo eso hace que la gente entienda mejor cómo funciona y los que tengan curiosidad de ir más hacia la parte técnica pueden descubrir cómo logramos hacerlo”, apunta.
Los visitantes pueden también acceder a una mirada en microscopios de muestra de agua de diferentes partes y situaciones. “Principalmente estamos observando ahora algunos mosquitos, que están muy conectados con el agua, pero conversando de la importancia que tienen también los mosquitos en el ecosistema y hay algunas reflexiones detrás de ello”, expone.
Rodrigo Ríos, director del Planetario San Cosmos del Museo de Ciencias (MuCi). Foto: Matías Amarilla
MEDIADORES
El paseo es facilitado por mediadores que guían a los visitantes en las diversas experiencias para que “de alguna manera ellos mismos encuentren las respuestas”.
Una máquina fabrica una burbuja gigante en la que un niño puede mirar por dentro. “Es para explicar el fenómeno físico de la tensión superficial del agua, que es la que produce propiamente las burbujas, por ejemplo”, subraya.
Esta posibilidad de aprender jugando aparece en todo el recorrido por estas máquinas que ayudan a comprender algunos principios básicos. “Entonces es un poco jugando, un poco de repente descubriendo. Puede que la gente termine jugando y no conecte directamente con un fundamento científico, una base de ciencia muy dura, pero descubre elementos”, asegura.
El espacio tiene una pequeña tienda de regalos, una MuCiteca, “que es un espacio de lectura donde los niños tienen sofás y almohadones para leer con los padres”.
Los visitantes pueden también ver en vivo cómo se construyen los dispositivos de la exposición.
UN PLANETARIO ESPECIAL
Después, se puede ir caminando al Planetario San Cosmos, “bautizado así en homenaje a la tarea del astrónomo paraguayo Blas Servín, quien coordinaba el observatorio San Cosme”, cuenta Rodrigo Ríos, su director.
En el espacio, una media esfera recubierta de una tela de proyección especial permite introducirse y ver filmes envolventes sobre los astros, la evolución de las especies y otros temas adecuados técnicamente a este tipo de muestra.
Los espectadores lo hacen desde unos asientos construidos especialmente con el estilo de la silla cable, en la que pueden recostarse para mirar la bóveda de proyecciones.
También ocurren eventos teatrales y episodios de cuentacuentos. “Vienen aliados y arman como un pequeño teatro en el que usan tanto el cielo estrellado como el domo para hacer estas demostraciones en vivo, que a los chicos les fascina porque cuentan historias muy divertidas”, describe.
Mateo Acosta, director de Exhibiciones y Programación. Foto: Matías Amarilla
DIVERSIDAD DE EVENTOS
“Tenemos distintos tipos de shows, tanto en vivo, narrados en tiempo real por los mediadores como con audio propio de las películas configurando estructuras que duran una hora. Actualmente tenemos ocho shows en cartelera y nos visitan colegios y turistas, que son los que más vienen los días entre semana. Ahora que van a empezar las clases los colegios son nuestros principales visitantes y da gusto recibirles porque vienen en patota (risas)”, cuenta.
La idea de la programación del MuCi es la actualización permanente porque, según recuerda Ríos, “la práctica de ir a un museo no es habitual. Te vas una sola vez en tu vida y después ya no porque siempre sigue igual. Entonces, aquí como que volvés a venir y vas a encontrar espacios totalmente diferentes, eso es lo que queremos”.
Otro elemento atractivo del MuCi son las observaciones del cielo que se hacen con dos telescopios que son desplegados en la plaza colindante al planetario. “Son siempre gratuitas para que la gente pueda venir a ver el cielo de otra manera. Una o dos veces al mes ocurre, dependiendo siempre del clima, que esté despejado. Últimamente se pusieron muy de moda estos fenómenos de alineación, el paso de un cometa, etc., que a la gente le despierta mucha curiosidad”, comenta Ríos.
Lo hace anunciando que este sábado 8 y el próximo 14 como una de las actividades del Día de los Enamorados habrá observaciones.
CUÁNDO Y DÓNDE VISITARLO
Foto: Gentileza
El Museo de Ciencias (MuCi) puede visitarse durante todo febrero de jueves a domingos de 14:00 a 20:00, en el complejo Textilia, sito en avenida General Santos 1030.
Desde marzo las visitas se podrán hacer de martes a domingos.
Las entradas al Tatakua Lab cuestan 20.000 guaraníes si se compran online y 25.000 en la tienda del sitio. Para el Planetario San Cosmos, salen 35.000 y 40.000, respectivamente.
“Invitamos a la gente a ver el programa de actividades en redes sociales o en nuestra web porque hay diversas actividades, observación de aves y botánica, etc. Todo febrero está calendarizado y ya está accesible”, indica Ríos.
Para agendar las visitas, se debe contactar con el MuCi a través de la web y redes sociales.
“Tenemos un programa de extensión comunitaria que implementamos principalmente con los 10 colegios de la zona de influencia del museo, que es la Chacarita, y tenemos una alianza con una empresa de transporte que se encarga de traerles de forma gratuita. Ellos no pagan nada para poder visitar nuestros espacios ni el transporte”, cuenta.
Asimismo, resaltó que el año pasado recibieron estudiantes de la zona del Chaco, Concepción, Encarnación y Ciudad del Este, lo cual a su criterio habla bastante bien del espacio y de que la gente apueste por algo diferente.
“En general nos escriben diciendo ‘somos un colegio del interior y queremos visitar’. Entonces, vemos la forma de poder aplicar la extensión con ellos también para que no les cueste tanto, ya sea el transporte o la entrada, dependiendo de las carencias”, explica.
LA HORA TRANQUI
A partir de este fin de semana, los sábados y domingos a partir de las 14:00 “tendremos habilitada la Hora Tranqui, un espacio para personas neurodivergentes que quieran venir a un lugar donde el sonido y las luces estén un poquito más bajas, más calmas, que no haya tanto barullo de parte de la música o de las luces para que los padres puedan venir a pasar con sus hijos una hora sin que nadie les moleste y sin que nadie, principalmente, les diga nada”, comentó Rodrigo Ríos.
Lo implementaron porque “recibimos muchísimos chicos autistas o con alguna neurodivergencia y pasa siempre que el papá se te acerca y dice “mi hijo es autista y podría gritar mucho, podría hacer mucho barullo”, y no hay problema con eso, aunque a veces sí crea problemas con la gente que quiere a lo mejor venir a un show en silencio”, describe.
“Entonces, para todos esos casos y es algo que se hace en muchos museos. Se tiene un espacio para que ellos vengan exclusivamente a ese lugar si quieren y sentirse cómodos y libres de poder hacer todo el ruido que quieran, nadie les va a decir nada y tenemos capacitaciones con la gente de TEA Paraguay, que es la que nos está asistiendo en esta implementación en la que van a tener también el acompañamiento de los mediadores del MuCi”.
UN SITIO ESPECIAL
Rodrigo Ríos cuenta que el MuCi “nació de la idea de nuestro fundador, Dave Peery, que es un estadounidense filántropo, que junto con una amiga que también es americana se reunieron y conversando con ella en una merienda coincidieron en que querían instalar un museo de ciencias”.
De esto ya hace tres años y a mediados de este 2025 se espera se dé la palada inicial para la construcción del MuCi en el terreno que adquirió la fundación que lo sustenta en la vecindad del parque Caballero y la Chacarita. “Será un espacio de 14.000 m² en varios niveles que contará con varias salas de exhibiciones de ciencias, espacios comunes de aprendizaje y un planetario de pantalla LED curva para 150 personas”, describe la web.
“En algún momento se planteó que sería bueno empezar ya a practicar antes de ese gran museo y así nació este espacio en Textilia, donde hacemos el prototipado de actividades o de cosas que va a tener ese museo grande. Aquí probamos todas esas cosas que después van a ir escalando en tamaño y en complejidad para lo que va a ser el gran museo”, explicó.
“Queremos brindar una experiencia interactiva, ya que en los museos tradicionales la idea es que no toques nada, que vengas hacia mí a escucharme todo lo que yo te voy a decir. Acá es diferente, acá nosotros invitamos a que puedan tocar las cosas y la conversación no es un monólogo, sino que es interactiva”, describió.
Lo dice la ciencia… está es la forma perfecta de cocer un huevo
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En la revista científica Communications Engineering se ha publicado un nuevo método pionero para cocinar de forma óptima tanto la yema como la clara (o albúmina) de un huevo de gallina cocido. El método, que los autores denominan cocción periódica, produce un huevo cocinado de forma uniforme con un mayor contenido nutricional que los huevos con cáscara cocinados con métodos convencionales de cocción al vacío o hervidos.
La yema y la clara de los huevos de gallina se cocinan a dos temperaturas diferentes: la albúmina se cocina a 85 grados Celsius, mientras que la yema se cocina a 65 grados Celsius. Los métodos convencionales para cocinar huevos hirviéndolos a 100 grados Celsius dan como resultado que la yema esté completamente cocida, mientras que cocinarlos a temperaturas entre 60 y 70 grados Celsius en un baño de agua durante una hora (un método conocido como sous vide) deja la clara poco hecha.
Pellegrino Musto, profesor del Instituto de Polimeros y Biomateriales del Consiglio nazionale delle Ricerche de Italia, y sus colegas desarrollaron un método para cocinar huevos de forma uniforme simulando primero el proceso en un software de dinámica de fluidos computacional. Las simulaciones sugirieron un método que consiste en alternar un huevo entre una cacerola con agua hirviendo a 100 grados Celsius y un recipiente a 30 grados Celsius, transfiriendo el huevo de uno a otro cada dos minutos durante un total de 32 minutos.
Luego, los autores probaron este proceso en la vida real para producir muestras de alimentos para analizar, lo que llamaron “cocción periódica”. También se incluyeron en el análisis huevos duros, pasados por agua y cocidos al vacío; los huevos cocidos al vacío se probaron para determinar su textura y cualidades sensoriales, y se evaluaron sus propiedades químicas mediante resonancia magnética nuclear y espectrometría de masas de alta resolución.
Los huevos cocidos periódicamente tenían una yema blanda similar a la de un huevo cocido al vacío, mientras que la consistencia de la clara estaba en algún punto entre la del huevo cocido al vacío y la del huevo pasado por agua. Las temperaturas en la clara del huevo cocido periódicamente oscilaron entre 35 y 100 grados Celsius durante la cocción, mientras que la yema se mantuvo a una temperatura constante de 67 grados Celsius.
El análisis químico sugirió que las yemas de huevo cocinadas periódicamente también contenían más polifenoles, micronutrientes que se han estudiado por sus beneficios para la salud. Los autores creen que su método también podría tener aplicaciones en el curado y la cristalización de otros materiales.