La presunta homicida sufre de trastornos mentales y es inimputable según los intervinientes, por lo que las autoridades dispusieron que retorne con su familia. Foto: Captura de pantalla
Capitán Bado: menor de 15 años habría asesinado a su hermanita
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Una adolescente nativa de 15 años habría asesinado a garrotazos a su hermanita de cinco años en una comunidad indígena del distrito de Capitán Bado (Amambay). La menor tendría algún trastorno mental, además de ser inimputable según las leyes, por lo que tras la intervención judicial fue devuelta al hogar.
El trágico suceso se produjo ayer domingo en horas de la tarde en la comunidad indígena Guaraní, jurisdicción de Puendy, a unos 65 kilómetros de la citada ciudad. De acuerdo con la Policía, la joven habría asestado un duro golpe en la cabeza a la pequeña que falleció al instante.
“Lamentablemente tuvimos que informar también un hecho de homicidio en el que resultó víctima fatal una menor de cinco años de edad, sindicándose como supuesta autora a su hermana de 15 años”, informó el comisario César González a la 1080 AM.
El policía dijo que la presunta fratricida es “una enajenada mental” y está exonerada de ser sometida a la justicia. “Justamente el fiscal que está llevando la causa también tiene un caso de esta familia y conoce las características de esta familia. Entonces, dio entrega nuevamente la menor a su mamá”, refirió.
Aparentemente todos los miembros de la citada familia presentan la misma condición mental, según los investigadores. “Así me estaban comentando los oficiales intervinientes que toda la familia sufre de esta enfermedad. Esta niñita tenía cinco años de edad y su hermana es la autora que le golpeó la cabeza con un palo, tiene 15 años de edad”, manifestó.
El agente policial indicó que la casa de la familia indígena está en una zona muy alejada del poblado de Capitán Bado. “Es la colonia indígena Guaraní, jurisdicción de Puendy, distrito de Capitán Bado, es un poco alejada”, concluyó.
Hambre Cero llega por primera vez a la comunidad indígena Sawhoyamaxa, sembrando futuro en el Chaco
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La copiosa lluvia que abrazaba el lodoso camino hacia la comunidad Sawhoyamaxa, en el corazón del Chaco paraguayo, no logró empañar la celebración que allí se vivía. Por primera vez en su historia, esta comunidad del Pueblo Enxet Sur, cuyo nombre evoca un pasado de escasez “del lugar donde se acabaron los cocos”, recibe el programaHambre Cero, una iniciativa que promete transformar el presente y futuro de sus niños y niñas.
A unos 370 kilómetros de la capital, en una tierra marcada por históricas luchas por el reconocimiento de sus derechos ancestrales, como aquella emblemática restitución de 14.404 hectáreas lograda en 2014 tras un largo litigio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la llegada de Hambre Cero a las cuatro escuelas indígenas de Sawhoyamaxa marca un hito trascendental.
Ahora, los cerca de 280 estudiantes indígenas de estas instituciones educativas reciben diariamente desayuno, almuerzo y merienda, una garantía alimentaria que va mucho más allá de llenar estómagos vacíos.
Como relata con emoción el docente y líder de la comunidad, Eriberto Ayala, “a la mayoría de los que habitamos Sawhoyamaxa nos tocó la mayor parte de la infancia al costado de la ruta, hoy en día, podríamos decir que tuvo un impacto muy positivo lo que antes era un derecho denegado”.
“Hoy en día podemos decir que el Estado se está responsabilizando de la protección en materia social con la comunidad indígena del bajo Chaco. Creo que es algo muy ponderable”, añadió.
Cerca de 300 niños de esta comunidad indígena son beneficiarios de Hambre Cero. Foto: Gentileza
No se limita a entrega de alimentos
La implementación del programa no se limita a la entrega de alimentos. Hambre Cero también contempla la construcción e instalación de cocinas equipadas en cada escuela, dotadas de espacios para el almacenamiento, refrigeración y la adecuada preparación de las comidas.
Además, se ha concretado la contratación de una cocinera, una asistente y una limpiadora por cada promedio de 80 alumnos, generando oportunidades de empleo dentro de la propia comunidad.
La motivación que irradia esta iniciativa es palpable. La directora escolar, Alma Escobar, comparte su alivio y la transformación que ha presenciado. “Hambre Cero fue un programa que desde un comienzo no sabíamos cómo iba a funcionar, verdad. Yo busqué colaboradoras, nuestras cocineras siempre fueron colaboradoras de la escuela, ellos no sabían que iban a tener una remuneración. Contentas ellas dijeron: ‘Bueno, yo voy a cocinar, yo voy a ayudar’. Y es así que a mí me alivianó mucho esta tarea porque yo vengo, por ejemplo, la que es ayudante ya me ayuda a limpiar las clases también, y ellas muy contentas están, contentos ahora con ser parte de la institución”.
La profesora Celeste Cristaldo corrobora este impacto positivo en la asistencia escolar, incluso bajo la intensa lluvia chaqueña: “Ahora ya no faltan a la escuela”.
Poderoso incentivo
La alimentación se ha convertido en un poderoso incentivo para que los niños y niñas enxet acudan a sus aulas con renovado entusiasmo. Como bien lo resume Eriberto Ayala: “Si bien hay un dicho que dice de que el hombre con hambre no puede pensar bien, ahora con este programa los chicos aprenden, eh, se sienten muy familiarizados, no solamente por esta cuestión del programa de Hambre Cero, sino que se muestran más alegres, con entusiasmo de seguir aprendiendo cada día en la escuela”.
La llegada de Hambre Cero a Sawhoyamaxa es un paso significativo dentro de un esfuerzo estatal más amplio. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social, 11.869 estudiantes indígenas matriculados en el Chaco ya se benefician de este programa. De ellos, 1.074 se encuentran en Alto Paraguay, 4.335 en Presidente Hayes y 6.460 en Boquerón.
Para las escuelas de la comunidad Sawhoyamaxa, esto se traduce en un apoyo vital para sus 80 alumnos de la Escuela N⁰ 6.250 Sawhoyamaxa Centro, los 80 de la Escuela N⁰ 8.209 “12 de Octubre”, los 50 de la Escuela N⁰ 8.389 “24 de Enero” de Santa Elisa y los 70 de la Escuela N⁰ 7.700 “16 de Agosto”.
La implementación de Hambre Cero en estas comunidades indígenas del Chaco no solo garantiza una alimentación nutritiva para los estudiantes, sino que también representa un reconocimiento de sus derechos y una inversión en su futuro.
En una tierra donde la lucha por la dignidad ha sido una constante, la llegada de este programa siembra semillas de esperanza y bienestar, permitiendo que los niños y niñas indígenas puedan crecer, aprender y soñar con un futuro más próspero. La historia de Sawhoyamaxa, marcada por la resiliencia y la búsqueda de justicia, escribe hoy un nuevo y esperanzador capítulo gracias a un plato de comida caliente en sus escuelas.
Pese a la distancia, Hambre Cero llega por primera vez a esta comunidad indígena. Foto: Gentileza
Polvo manipulado ayer por alumnos en un colegio de Ciudad del Este, que sería un caramelo. Una alumna se sintió mal y fue llevada al hospital, donde poco después fue dada de alta. La abuela denunció el supuesto uso de alucinógenos. Foto: Gentileza
Denuncian que una alumna se habría intoxicado en el colegio con algún alucinógeno
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Ciudad del Este. Agencia Regional.
Una adolescente de 13 años se habría intoxicado con alguna sustancia alucinógena en el colegio, es lo que denunció su abuela ante la comisaría del barrio Obrero de Ciudad del Este. Se trata de una alumna del noveno grado que está bajo cuidado de la abuela.
La denunciante relató que su nieta se sintió mal estando en el colegio, siendo llevada por sus profesores hasta el Pabellón de Emergencias para su atención. Fue atendida y dejada en observación por unas horas para luego ser dada de alta.
La mujer dijo al personal policial que encontró en el aparato celular de su nieta un vídeo donde aparecía un compañero de la citada alumna, manipulando un polvo, en una mesa supuestamente del colegio y que habría sido la que dejó en mal estado a su nieta.
De acuerdo al reporte del personal policial, el director del colegio se comunicó con la abuela para informarle que la adolescente se sentía mal. No obstante, tanto el director como la profesora a cargo del proyecto, al verla mal, la llevaron al hospital en el vehículo de la docente y cuando estaban saliendo de la institución llegó la abuela y fue con ellos.
El licenciado Miguel Ángel Goitia, director del colegio, dijo a La Nación/Nación Media que, al recibir el informe del personal de salud de que ya estaba mejor, que podría tratarse de un cuadro de ansiedad, él y su equipo de docentes se retiraron sin que sospechen sobre alguna cuestión relacionada a alucinógenos.
Informó además que, ayer por la tarde, el curso de la citada alumna estaba haciendo chipas, como parte de un proyecto escolar de Semana Santa. Agregó que recién hoy se enteró de la denuncia ante la comisaría y fue hasta la sede policial para conocer mejor al respecto y ponerse a disposición. Detalló que si es verdad la existencia del vídeo, tendría que verlo para tener más datos.
Igualmente, como parte de su averiguación de lo que pudo haber sucedido, explicó que el padre de una alumna le informó, según relato de la hija, que sí estuvieron manipulado un polvo acaramelado color celeste que consumen normalmente y pusieron en la mesa para sacar imágenes.
“No obstante, tenemos circuito cerrado de grabación, ya con la investigación veremos de qué se trató realmente”, expresó el director.
Una adolescente de 15 años, que se dirigía sola a buscar a su hermanito de 7 años de la escuela, denunció que fue abordada por detrás por un hombre que descendió de un automóvil Toyota IST blanco. El hecho se registró en la compañía Potrero Po’i de Itá.
La menor, tras el hecho, se acercó en compañía de su madre a realizar la denuncia en la comisaría 12° de Itá, donde aseguró que el hombre que la estiró por detrás estaba completamente de negro e intentó taparle la boca con un pañuelo con un extraño olor. La adolescente habría forcejeado con el sujeto y, tras golpearlo, salió corriendo del lugar.
Según la denuncia, al menos tres personas más se encontraban en el interior del vehículo, el cual la siguió por aproximadamente 50 metros antes de que el hombre intentara llevársela. La zona en donde se habría dado este hecho cuenta con la característica de que un importante tramo se encuentra completamente descampado.
“Estuvimos buscando por la zona y llegamos a un almacén donde rescatamos una secuencia de imágenes en la que se observa primero a la menor y posteriormente el auto blanco que describió. La cronología coincide con el horario estimado que relató la denunciante, ya que el hecho habría ocurrido alrededor de las 14:30, pues su hermano menor salió a las 15:00 horas”, informó el comisario Carlos Cañete.
El mismo remarcó que ya se inició la búsqueda de más indicios en las cercanías de la zona donde se habría dado el intento de rapto, con la intención de recabar más imágenes de circuito cerrado que puedan ayudar a dar, primeramente, con el vehículo y, posteriormente, con sus ocupantes. El caso fue informado al Ministerio Público, el cual asignó al fiscal de la Unidad Penal N.º 1, Eduardo Román, para la continuidad del proceso.
Las intervenciones derivaron en la incautación de 6.900 kilos de marihuana distribuidos en prensada, picada y ramas dispuestas al secado. Foto: Gentileza
Tres allanamientos en Capitán Bado permiten anular estructura de producción de droga
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Agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) realizaron tres allanamientos en diferentes propiedades que formaban parte de una estructura de producción y acopio de drogas. Las mismas estaban ubicadas en una zona rural en Paso Historia y Aguara Vevé, distrito de Capitán Bado, departamento de Amambay.
Las intervenciones derivaron en la incautación de 6.900 kilos de marihuana distribuidos en prensada, picada y ramas dispuestas al secado. Los intervinientes también procedieron al desmantelamiento de 3 campamentos precarios utilizados para procesar drogas.
En los lugares allanados se encontraron herramientas varias para el cultivo y procesamiento de la droga, así como evidencia de que desde estos puntos eran enviados importantes cargamentos de la droga a otros puntos del país.
La fiscal interviniente Rossana Coronel, quien autorizó el despliegue de los agentes libró una orden de captura contra dos personas, las cuales fueron identificadas como Elvio Fernández Verón, alias Jaka, y Jorge Manuel Sosa Sánchez, alias Nene, quienes serían los responsables del negocio criminal intervenido.
Tras el procesamiento de las evidencias y la inspección de las propiedades, la fiscal dispuso la incineración en el sitio de todas las evidencias halladas, anulando así un importante foco de producción y distribución de la zona.
Este tipo de incursiones se viene realizando de manera constante en la zona, atendiendo a que existen varias propiedades privadas de difícil acceso que son utilizadas para mantener activos campamentos de producción y acopio de droga, la cual posteriormente es enviada en la mayoría de los casos a países vecinos de la región.