“Tenés que saltar y divertirte”, anuncia la invitación a una de las actividades deportivas más emocionantes del mundo, que se desarrollará en Ypacaraí y que es abierta a todo público a un precio promocional.
Los precios de los saltos no solo serán reducidos, sino que se prevé un esquema de seguridad a toda prueba. “Primero se brindará una instrucción sobre seguridad, luego ya se harán los preparativos para lanzarse con el instructor”, explicó el instructor de paracaidismo, Guillermo Canatta.
En la página de hoy.com, comentó que “el arnés se coloca por el del instructor, quien se encarga de todos los procedimientos y la seguridad de los pasajeros. Todos los equipos son seguros, como ejemplo, si una persona se desvanece o se desmaya, el paracaídas se abre solo, ya que tiene un dispositivo automático de apertura que calcula la velocidad con la altura al que se cae”, expresó en el programa Arriba HOY de GEN/Nación Media.
A continuación destacó la seguridad que se aplica en los saltos de paracaídas, relatando su experiencia en el rubro con más de 3.000 saltos. Acotó que los menores de edad pueden participar mediante la autorización de los padres. En cuanto si el peso puede ser una limitación, indicó que no lo es, ya que cuentan con equipos especiales.
“Tenemos equipos y profesionales que son capaces de manejar mucho peso, entre 100 a 115 kilos”. Una persona con problemas cardíacos, al presentar un certificado médico puede hacer el salto, apuntó.
Emoción y ansiedad
Canatta también relató que “como suele suceder, en la mayoría de los casos, las personas se olvidan de las instrucciones por la emoción, la ansiedad, nervios o miedo. Sobre ese punto, dijo que no debe haber preocupación, ya que el viaje depende del instructor que está a cargo señalando que “la persona solo tiene que saltar y divertirse, y que las instrucciones son para ir en sintonía y no forcejear con el encargado”.
Precio
A pesar de todos los gastos que conlleva esta actividad, desde el combustible de aviación, personal que opere los aviones, los paracaídas y toda la logística, los interesados recibirán la experiencia de sus vidas a un precio promocional.
“El precio promocional para los interesados es de G. 990.000, también son bienvenidos todos los que deseen solo apreciar la experiencia de terceros. Se llevará a cabo en la pista Presidente Wasmosy en Ypacarai, que es el punto de partida y salida.
Dejanos tu comentario
En grave accidente, falleció conocido jinetero de Ypacaraí
Este jueves se reportó un accidente fatal sobre la ruta que une la ciudad de Ypacaraí y Pirayú, donde falleció Pablo Sixto Colmán, jinetero de 73 años y fundador de la Asociación de Jinetes del Paraguay. Se presume que el percance se produjo como consecuencia de la pista mojada por las lluvias que se reportaron en la zona.
El terrible accidente quedó grabado en imágenes de cámaras de seguridad de un local comercial, donde se puede ver el choque entre un camión de mediano porte, que era guiado por Sixto Colmán y un tractocamión que llevaba una importante carga, en la zona de Paso Puente en Ypacaraí.
Se presume que al llegar a la curva, el conductor perdió el control de su rodado atendiendo a que la pista estaba mojada tras las precipitaciones registradas en el sitio. Intentó reducir la marcha e intentó frenar, pero se deslizó hasta parar contra el camión de gran porte que venía en el otro carril.
El conductor del camión resultó ileso y fue sometido a la prueba de alcotest, cuyo resultado fue negativo. Hasta el lugar llegaron los bomberos voluntarios y paramédicos, quienes constaron que el hombre de 73 años falleció en el sitio tras el fuerte impacto.
Sixto Colmán era una persona muy apreciada en su ciudad y era conocido como un jinetero muy apasionado que nunca faltaba en las fiestas de jinetes en las que participaba con su caballo “Pico de Oro”. Su pasión lo llevó a fundar lo que hoy es la Asociación de Jinetes del Paraguay.
Podés leer: La depresión posparto es una condición silenciosa y peligrosa, advierte psicóloga
Dejanos tu comentario
“La inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles”
La banda celebra sus 25 años de carrera y prepara un nuevo álbum que se irá presentando en los siguientes meses. La agrupación ofrecerá un concierto de aniversario el siguiente fin de semana.
Decir que una banda de rock paraguayo cumple 25 años de trayectoria y que prepara su sexto álbum de estudio sin dudas se inscribe en la columna de las buenas excepciones en la escena local, un logro en puertas de Salamandra. Formado actualmente por Javier Zacher (voz y guitarra), Celso “Cachito” Galeano (bajo), Rodney Cords (guitarra) y José “Batoloco” Gaona (batería), este es un proyecto que reverberó por primera vez en la capital en los primeros años de la década del 2000.
Originarios de Ypacaraí, arribaron a la escena con virtuosas guitarras, conceptos claros y valijas enormes cargadas de sueños, que un cuarto de siglo después, tras mucho trabajo, hoy están llenas de aprendizajes, desafíos, aceptación del público y éxitos. Javier es el frontman de la banda, con un aire que mezcla la bohemia, el carisma constante, la picardía y la timidez, es el encargado de la pluma y la voz de Salamandra, y afronta el desafío de un nuevo proyecto: el sexto disco, esta vez con productores paraguayos, los hermanos Marcelo y David Arriola. Hace unas semanas lanzaron el primer adelanto, “La mentira”, y el próximo sábado 16 de agosto celebrarán sus 25 años en Voüdevil, donde presentarán los cortes “Cigarrillo” y “El dedo acusador”, este último con tinte folclórico. Zacher habló con La Nación del Finde sobre la historia de la banda y su presente de producción.
–Son 25 años de proyecto. ¿Qué cosas te parece que cambiaron en este tiempo y qué otras permanecen intactas?
–Lo que cambió bastante en estos 25 años es el conocimiento que fuimos adquiriendo con la experiencia en la música y en los escenarios. Lo que no cambió hasta ahora es que sigue siempre ese sueño, la ilusión de vivir de gira siempre, de tocar en nuevos escenarios. Siempre estamos con un sueño, hacer un disco más, subir a un escenario.
APRENDIZAJE
–¿Qué cosas aprendieron en este tiempo?
–En el escenario, hace 25 años no estábamos encontrando la presencia, el porte, esa performance, esa actitud que después fuimos forjando. Fuimos conociendo a muchos músicos en los escenarios y haciendo amistad con grandes músicos que también nos fueron enseñando cosas como armonía, progresiones, cosas de la tecnología, que hoy en día fueron cambiando también.
–¿Y en lo humano qué aprendieron en el relacionamiento entre ustedes?
–Realmente la relación con la banda es la más larga de mi vida y siempre va siendo prueba y error. Ya pasamos por muchos desacuerdos, también peleas, pero con el tiempo que llevamos juntos aprendimos también a ceder, aprendimos a hablarnos de lo que nos incomoda, que a veces justamente es algo difícil de hacer. Aprendimos que, si dejamos ayer abierta una heridita, con el tiempo se va haciendo cada vez más grande. Siempre se va aprendiendo y siempre lleva su esfuerzo.
–¿Cuáles podrían ser puntos altos o curvas que marcaron a la banda en este tiempo?
–Algo que empezó a darle vida a Salamandra mucho más allá de Ypacaraí creo que fue cuando entramos en un concurso para presentarnos a tocar a un festival. Lo que quedó de esa competencia fue que se hizo un recopilado pirata, un disco de MP3 de rock nacional, que tenía la foto de Laura Martino con el cuerpo pintado de Paraguay, era algo bien trucho. En ese disco había músicas de un montón de bandas, y entre los 300 temas estaban cinco canciones de Salamandra, que era un demo que habíamos hecho. Eran cinco temas que, al terminar, volvían a sonar, o sea, estaban dos veces. Yo creo, y me lo contaron, que ese disco hizo que mucha gente conozca la banda porque, de repente, se escuchan los temas dos veces y eso les llamaba la atención a muchos.
–¿Cuál fue el festival o concierto que más recordás?
–Uno de los conciertos que más disfruté en lo personal fue uno que hicimos acá en Ypacaraí. Un amigo se accidentó y se organizó un concierto solidario, porque se partió bastante mal. Bueno, cuando ya estaba toda la gente ahí para el show, se largó una lluvia, y cerramos nosotros, teníamos que tocar seis a siete temas. Como llovía, no iba a ser diferente si tocábamos un poco más, porque con la lluvia nadie iba a salir de ese lugar. Finalmente, nos pusimos a tocar como unas cuatro horas ahí para todos los perros. Ese es un concierto que realmente todos los días lo recuerdo.
–¿Cuál es tu escenario más soñado?
–Un escenario que siempre soñé fue el anfiteatro José Asunción Flores. Siempre que tenemos la oportunidad de estar ahí creo que es algo mágico. Recuerdo de muy chico ver el festival de la OTI por la tele y toda la historia que se contaba del anfiteatro. Siempre soñé con, alguna vez, ser parte de ese escenario.
SEXTO ÁLBUM
–Están con un nuevo disco en puertas
–Sí, estamos encarando el sexto álbum de Salamandra, en Covenant, y los productores son Marcelo y David Arriola. A mí me llenaba de intriga esta posibilidad, hace mucho que quería trabajar un disco con ellos. Empezamos ya en setiembre del año pasado a gestarlo desde las maquetas. Ahora tenemos ya cuatro canciones y vamos a ir tirando en tandas. Se siente lanzar como unos pequeños EP. En diciembre se completaría todo el álbum.
–¿Cuál fue el flujo de trabajo para este material?
–Antes de este disco nos encontramos en una etapa en la que ensayábamos los temas para los shows, y decidimos ponernos un día diferente de ensayo para dedicarnos netamente a hacer las canciones nuevas. Ahí nos encontramos con que estábamos un poco saturados de nosotros mismos, que sentíamos eso de estar haciendo lo mismo y, aunque te digo, hacer lo mismo no es algo que a mí me disguste para nada, pero era como que nos faltaba algo, un incentivo nuevo o una visión más fresca de lo que hacemos. Entonces, ahí fue donde paramos los ensayos, entonces llevamos la canción cruda al estudio con los productores, como son personas que conocen Salamandra, que trabajaron mucho ya con Salamandra.
–¿Son temas que surgieron para el disco o son ya temas que fueron juntando?
–A diferencia de discos anteriores, en los que presentamos temas que ya veníamos trabajando y que teníamos bien afianzados, este disco tiene canciones que se fueron desarrollando ahora, son sentimientos muy actuales de la banda en cuanto a la letra, en cuanto a la música misma y una cosa que disfruto mucho en lo personal es ese aire nuevo que le da esta producción artística, esta guía que nos vienen dando los Arriola.
–¿Qué le pidieron los productores a la banda para traer a la mesa de trabajo?
–La relación que tenemos con ellos es bastante orgánica, porque hace años que venimos trabajando juntos. Lo que pidieron fue más bien llevar la canción cruda al estudio, solo guitarra y voz. Después ellos nos presentan una nueva propuesta, desde una visión externa, la que escuchamos y nos sorprendió, exactamente eso era lo que quería hacer con esa canción, pero no sabía cómo, pensé. Justamente es eso lo que uno busca cuando trabaja con un productor.
“BUSCARLE EL SENTIMIENTO”
–¿Cómo te manejás con esa dinámica de composición?
–A mí me suelen llegar momentos en los que, ponele, agarro la guitarra y lo que sea que toco, ya me parece una canción, ya sea el mismo mi menor que todo el mundo toca, pero algo le siento que me hace ponerle una letra y generalmente cuando pasa esto, me pasa con unas cuatro o cinco canciones en ese momento. Luego hago eso de quedarme ahí con esa canción, hago eso de enamorarme, de buscarle, de sentirle. Tiene una letra primaria al nacer, y mientras voy tocando, le voy buscando una forma más que en la cual yo me siento mucho más a gusto, trato de encontrarle el significado o la palabra misma que me pide esa secuencia de acordes que tengo y buscarle el sentimiento que tengo, que me nace con esos acordes. Y lo voy puliendo hasta un punto donde siento que a mí me gusta mucho. Paso mucho tiempo con ese grupo de temas.
–¿Y qué hacés cuando ese tiempo de inspiración no está ahí?
–Y suelo enloquecer cuando me doy cuenta de que llevo tiempo y tiempo sin agarrar un acorde que me lleve a una canción. Así, bueno, voy tocando, y, por lo general, cuando me siento así seco de inspiración, empiezo a tocar los primeros temas que siempre toqué, generalmente Sui Generis, fundamentalmente. Me voy así recordando todas esas canciones que me llevaron a querer ser músico, a querer tener una banda y ahí me voy nutriendo otra vez hasta llegar a otro momento donde vuelvo a componer y que es algo así como decir que le da sentido a mi vida.
–¿Y de dónde vienen las canciones?, ¿de una idea, una sensación?
–La verdad que más bien es el estado ánimo en el que me encuentro, por lo general es el motor principal o el combustible de mi máquina mental. Dentro de este estado de ánimo es donde me encuentro como perdido, tocando la guitarra, haciendo ruido, hasta encontrar un acorde. Por lo general la inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles.
Dejanos tu comentario
Ypacaraí recibe hoy a un dúo internacional
El proyecto Un Dúo y La banda Invisible, encabezada por la destacada artista paraguaya Mónica Elizeche, junto al músico brasileño Luciano Lucinari, ofrecerá en la noche de hoy un recital en el Resto-Bar Tacuaral, de la ciudad de Ypacaraí, a partir de las 21:00.
El dúo presenta una fusión potente y sensible de música latinoamericana, MPB, jazz y pop, con participación de artistas invitados de Paraguay y Brasil. Un encuentro cultural que apuesta por el arte independiente y el intercambio regional.
LOS ARTISTAS
Mónica Elizeche es una artista formada ampliamente con una carrera desarrollada en Brasil, donde vive desde hace más de dos décadas, llevando adelante trabajos que fusiona el jazz con diversos ritmos latinoamericanos, que se encuentran entre sus dos discos editados: “Bolerojazz y sur al norte” y “Tempo guardado”.
Por su parte, Luciano Lucinari es bajista y cantante, integrante de la agrupación Camaro Blus, con colaboraciones en su haber con figuras como Black Paoa, Mari Merenda, Stefano Ferraz, entre otros.
Dejanos tu comentario
¿Quién fue Felix Baumgartner?: saltó a 39.000 metros y rompió la barrera del sonido
El paracaidista austríaco Felix Baumgartner, fallecido el jueves pasado a los 56 años, quedó en la memoria de muchos por su salto en un traje de cosmonauta desde una cápsula a 39.000 metros de la Tierra hace más de una década. Con el lema “nacido para volar” tatuado en su cuerpo, Baumgartner rompió entonces la barrera del sonido al alcanzar una velocidad de 1.357,6 kilómetros por hora en su caída libre que entró directamente a los libros de récords.
El jueves su cuerpo fue hallado en Italia, en la región de las Marcas en el norte, afirmó a AFP un funcionario de los bomberos locales. Según el diario italiano Il Corriere della Sera, Baumgartner perdió el control de su parapente lo que provocó que se desplomara y cayera en la piscina de una casa de vacaciones en Porto Sant’Elpidio, hiriendo levemente a una joven.
El accidente ocurrió por la tarde y el austríaco ya estaba muerto en el momento del impacto, según Il Corriere della Sera. El hombre, que de niño soñaba con ser paracaidista y piloto de helicóptero, murió en el lugar que más le gustaba. “Siempre tuve el deseo de estar en el aire”, había dicho Baumgartner a medios de su país.
“Escalaba árboles, quería ver el mundo desde arriba”. El sueño empezó a tomar forma en 1986, cuando saltó por primera vez de un avión, y llegó a su cúspide con el legendario salto Red Bull Stratos del 14 de octubre de 2012, que culminó sano y salvo en el desierto del estado de Nuevo México.
Lea más: Rayos matan a 33 personas en India
Coleccionista de récords
Nacido en la ciudad austriaca de Salzburgo, Baumgartner trabajó en su juventud como mecánico de coches y motocicletas mientras buscaba la forma de conquistar el cielo. En su adolescencia completó su primer salto en paracaídas y después pulió sus habilidades en el ejército de su país. Con el tiempo construyó un impresionante catálogo de hazañas.
Uno de sus primeros récords fue en 1999 al ejecutar el salto BASE desde menor altura al lanzarse desde la mano del Cristo Redentor de la ciudad brasileña de Rio de Janeiro, a solo 29 metros del suelo. BASE es un acrónimo en inglés de las cuatro plataformas desde las que se puede saltar en esta modalidad: edificios, antenas, viaducto y tierra.
Piloto de helicóptero y globos de gas, también aficionado al boxeo y la escalada, Baumgartner también batió en dos ocasiones el récord de altura de salto BASE desde un edificio. En 2003 completó el primer “cruce en caída libre” del Canal de la Mancha al lanzarse desde una aeronave y volar desde Inglaterra hasta el norte de Francia con un par de alas de carbono. En la actualidad vivía principalmente entre Suiza y Estados Unidos y saltaba de vez en cuando a los titulares por sus visiones políticas y su cercanía hacia la extrema derecha en su país.
Lea también: Tras cinco siglos resurge el misterio de dos príncipes desaparecidos en Londres
En medios sociales se mofó abiertamente de la lucha contra el cambio climático y arremetió contra los partidos ecologistas y los defensores de los derechos LGBTQ+. Pese a los peligros y las polémicas, el telegénico personaje nunca pareció tener miedo a pagar su pasión con su vida.
“Odio cuando alguien me llama buscador de emociones o adicto a la adrenalina porque no lo soy. Me gusta toda la planificación”, dijo antes del salto de 2012. “Cuando estás allí, en la cima del mundo, te vuelves humilde. Lo único que quieres es regresar vivo”, afirmó.
Fuente: AFP.