La jornada de paracaidismo promovida por la escuela Free Spirit quedó postergada por causas climáticas para una nueva fecha a ser confirmada en los próximos días. La actividad debió realizarse hoy sábado en la sede de la Asociación Paraguaya de Paracaidismo Deportivo en Ypacaraí. Unos cincuenta participantes se habían inscripto para el evento que finalmente quedó aplazado, confirmaron los organizadores.
“Se suspendió porque lastimosamente no se dieron las condiciones. Lo más probable es que se reprograme para la semana que viene, pero todavía no tenemos fecha. Seguramente el lunes vamos a tener fecha”, informó Oscar Amarilla, en contacto telefónico con La Nación/Nación Media.
Dijo que normalmente unas cincuenta personas participan previa inscripción. “En realidad, ahora al reprogramar hay mucha gente que se baja. Igual se vende todo otra vez, pero cambian varias personas. En un 40 % más o menos varía”, expresó.
La modalidad de paracaidismo tándem tiene la peculiaridad de permitir realizar un salto al vacío en caída libre sin hacer ningún tipo de curso previo. La idea de los organizadores es acercar este deporte a las familias paraguayas y a los interesados en general y a pasar un día diferente rodeados de naturaleza y mucha adrenalina.
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Se trata de una disciplina que aún no es promocionada y, por ende, conocida en el país. Por esta razón, los paracaidistas esperan dar la mayor cantidad de información posible a los asistentes e interesados: uno de los puntos a desmitificar es la idea general de que el paracaidismo es peligroso.
El punto habitual de encuentro es la zona de saltos que tiene la Asociación Paraguaya de Paracaidismo Deportivo en Ypacaraí. El acceso es libre y gratuito para todos aquellos que quieran observar los saltos, no así el acceso a los saltos, que cuenta con un costo aparte.
Para los valientes que se animen al desafío o a cumplir el sueño de convertirse en paracaidistas, están habilitadas las reservas e informaciones contactando al WhatsApp (0976) 892-825 o por mensaje privado al Instagram de la escuela @freespiritpy.
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“La inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles”
La banda celebra sus 25 años de carrera y prepara un nuevo álbum que se irá presentando en los siguientes meses. La agrupación ofrecerá un concierto de aniversario el siguiente fin de semana.
Decir que una banda de rock paraguayo cumple 25 años de trayectoria y que prepara su sexto álbum de estudio sin dudas se inscribe en la columna de las buenas excepciones en la escena local, un logro en puertas de Salamandra. Formado actualmente por Javier Zacher (voz y guitarra), Celso “Cachito” Galeano (bajo), Rodney Cords (guitarra) y José “Batoloco” Gaona (batería), este es un proyecto que reverberó por primera vez en la capital en los primeros años de la década del 2000.
Originarios de Ypacaraí, arribaron a la escena con virtuosas guitarras, conceptos claros y valijas enormes cargadas de sueños, que un cuarto de siglo después, tras mucho trabajo, hoy están llenas de aprendizajes, desafíos, aceptación del público y éxitos. Javier es el frontman de la banda, con un aire que mezcla la bohemia, el carisma constante, la picardía y la timidez, es el encargado de la pluma y la voz de Salamandra, y afronta el desafío de un nuevo proyecto: el sexto disco, esta vez con productores paraguayos, los hermanos Marcelo y David Arriola. Hace unas semanas lanzaron el primer adelanto, “La mentira”, y el próximo sábado 16 de agosto celebrarán sus 25 años en Voüdevil, donde presentarán los cortes “Cigarrillo” y “El dedo acusador”, este último con tinte folclórico. Zacher habló con La Nación del Finde sobre la historia de la banda y su presente de producción.
–Son 25 años de proyecto. ¿Qué cosas te parece que cambiaron en este tiempo y qué otras permanecen intactas?
–Lo que cambió bastante en estos 25 años es el conocimiento que fuimos adquiriendo con la experiencia en la música y en los escenarios. Lo que no cambió hasta ahora es que sigue siempre ese sueño, la ilusión de vivir de gira siempre, de tocar en nuevos escenarios. Siempre estamos con un sueño, hacer un disco más, subir a un escenario.
APRENDIZAJE
–¿Qué cosas aprendieron en este tiempo?
–En el escenario, hace 25 años no estábamos encontrando la presencia, el porte, esa performance, esa actitud que después fuimos forjando. Fuimos conociendo a muchos músicos en los escenarios y haciendo amistad con grandes músicos que también nos fueron enseñando cosas como armonía, progresiones, cosas de la tecnología, que hoy en día fueron cambiando también.
–¿Y en lo humano qué aprendieron en el relacionamiento entre ustedes?
–Realmente la relación con la banda es la más larga de mi vida y siempre va siendo prueba y error. Ya pasamos por muchos desacuerdos, también peleas, pero con el tiempo que llevamos juntos aprendimos también a ceder, aprendimos a hablarnos de lo que nos incomoda, que a veces justamente es algo difícil de hacer. Aprendimos que, si dejamos ayer abierta una heridita, con el tiempo se va haciendo cada vez más grande. Siempre se va aprendiendo y siempre lleva su esfuerzo.
–¿Cuáles podrían ser puntos altos o curvas que marcaron a la banda en este tiempo?
–Algo que empezó a darle vida a Salamandra mucho más allá de Ypacaraí creo que fue cuando entramos en un concurso para presentarnos a tocar a un festival. Lo que quedó de esa competencia fue que se hizo un recopilado pirata, un disco de MP3 de rock nacional, que tenía la foto de Laura Martino con el cuerpo pintado de Paraguay, era algo bien trucho. En ese disco había músicas de un montón de bandas, y entre los 300 temas estaban cinco canciones de Salamandra, que era un demo que habíamos hecho. Eran cinco temas que, al terminar, volvían a sonar, o sea, estaban dos veces. Yo creo, y me lo contaron, que ese disco hizo que mucha gente conozca la banda porque, de repente, se escuchan los temas dos veces y eso les llamaba la atención a muchos.
–¿Cuál fue el festival o concierto que más recordás?
–Uno de los conciertos que más disfruté en lo personal fue uno que hicimos acá en Ypacaraí. Un amigo se accidentó y se organizó un concierto solidario, porque se partió bastante mal. Bueno, cuando ya estaba toda la gente ahí para el show, se largó una lluvia, y cerramos nosotros, teníamos que tocar seis a siete temas. Como llovía, no iba a ser diferente si tocábamos un poco más, porque con la lluvia nadie iba a salir de ese lugar. Finalmente, nos pusimos a tocar como unas cuatro horas ahí para todos los perros. Ese es un concierto que realmente todos los días lo recuerdo.
–¿Cuál es tu escenario más soñado?
–Un escenario que siempre soñé fue el anfiteatro José Asunción Flores. Siempre que tenemos la oportunidad de estar ahí creo que es algo mágico. Recuerdo de muy chico ver el festival de la OTI por la tele y toda la historia que se contaba del anfiteatro. Siempre soñé con, alguna vez, ser parte de ese escenario.
SEXTO ÁLBUM
–Están con un nuevo disco en puertas
–Sí, estamos encarando el sexto álbum de Salamandra, en Covenant, y los productores son Marcelo y David Arriola. A mí me llenaba de intriga esta posibilidad, hace mucho que quería trabajar un disco con ellos. Empezamos ya en setiembre del año pasado a gestarlo desde las maquetas. Ahora tenemos ya cuatro canciones y vamos a ir tirando en tandas. Se siente lanzar como unos pequeños EP. En diciembre se completaría todo el álbum.
–¿Cuál fue el flujo de trabajo para este material?
–Antes de este disco nos encontramos en una etapa en la que ensayábamos los temas para los shows, y decidimos ponernos un día diferente de ensayo para dedicarnos netamente a hacer las canciones nuevas. Ahí nos encontramos con que estábamos un poco saturados de nosotros mismos, que sentíamos eso de estar haciendo lo mismo y, aunque te digo, hacer lo mismo no es algo que a mí me disguste para nada, pero era como que nos faltaba algo, un incentivo nuevo o una visión más fresca de lo que hacemos. Entonces, ahí fue donde paramos los ensayos, entonces llevamos la canción cruda al estudio con los productores, como son personas que conocen Salamandra, que trabajaron mucho ya con Salamandra.
–¿Son temas que surgieron para el disco o son ya temas que fueron juntando?
–A diferencia de discos anteriores, en los que presentamos temas que ya veníamos trabajando y que teníamos bien afianzados, este disco tiene canciones que se fueron desarrollando ahora, son sentimientos muy actuales de la banda en cuanto a la letra, en cuanto a la música misma y una cosa que disfruto mucho en lo personal es ese aire nuevo que le da esta producción artística, esta guía que nos vienen dando los Arriola.
–¿Qué le pidieron los productores a la banda para traer a la mesa de trabajo?
–La relación que tenemos con ellos es bastante orgánica, porque hace años que venimos trabajando juntos. Lo que pidieron fue más bien llevar la canción cruda al estudio, solo guitarra y voz. Después ellos nos presentan una nueva propuesta, desde una visión externa, la que escuchamos y nos sorprendió, exactamente eso era lo que quería hacer con esa canción, pero no sabía cómo, pensé. Justamente es eso lo que uno busca cuando trabaja con un productor.
“BUSCARLE EL SENTIMIENTO”
–¿Cómo te manejás con esa dinámica de composición?
–A mí me suelen llegar momentos en los que, ponele, agarro la guitarra y lo que sea que toco, ya me parece una canción, ya sea el mismo mi menor que todo el mundo toca, pero algo le siento que me hace ponerle una letra y generalmente cuando pasa esto, me pasa con unas cuatro o cinco canciones en ese momento. Luego hago eso de quedarme ahí con esa canción, hago eso de enamorarme, de buscarle, de sentirle. Tiene una letra primaria al nacer, y mientras voy tocando, le voy buscando una forma más que en la cual yo me siento mucho más a gusto, trato de encontrarle el significado o la palabra misma que me pide esa secuencia de acordes que tengo y buscarle el sentimiento que tengo, que me nace con esos acordes. Y lo voy puliendo hasta un punto donde siento que a mí me gusta mucho. Paso mucho tiempo con ese grupo de temas.
–¿Y qué hacés cuando ese tiempo de inspiración no está ahí?
–Y suelo enloquecer cuando me doy cuenta de que llevo tiempo y tiempo sin agarrar un acorde que me lleve a una canción. Así, bueno, voy tocando, y, por lo general, cuando me siento así seco de inspiración, empiezo a tocar los primeros temas que siempre toqué, generalmente Sui Generis, fundamentalmente. Me voy así recordando todas esas canciones que me llevaron a querer ser músico, a querer tener una banda y ahí me voy nutriendo otra vez hasta llegar a otro momento donde vuelvo a componer y que es algo así como decir que le da sentido a mi vida.
–¿Y de dónde vienen las canciones?, ¿de una idea, una sensación?
–La verdad que más bien es el estado ánimo en el que me encuentro, por lo general es el motor principal o el combustible de mi máquina mental. Dentro de este estado de ánimo es donde me encuentro como perdido, tocando la guitarra, haciendo ruido, hasta encontrar un acorde. Por lo general la inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles.
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Ypacaraí recibe hoy a un dúo internacional
El proyecto Un Dúo y La banda Invisible, encabezada por la destacada artista paraguaya Mónica Elizeche, junto al músico brasileño Luciano Lucinari, ofrecerá en la noche de hoy un recital en el Resto-Bar Tacuaral, de la ciudad de Ypacaraí, a partir de las 21:00.
El dúo presenta una fusión potente y sensible de música latinoamericana, MPB, jazz y pop, con participación de artistas invitados de Paraguay y Brasil. Un encuentro cultural que apuesta por el arte independiente y el intercambio regional.
LOS ARTISTAS
Mónica Elizeche es una artista formada ampliamente con una carrera desarrollada en Brasil, donde vive desde hace más de dos décadas, llevando adelante trabajos que fusiona el jazz con diversos ritmos latinoamericanos, que se encuentran entre sus dos discos editados: “Bolerojazz y sur al norte” y “Tempo guardado”.
Por su parte, Luciano Lucinari es bajista y cantante, integrante de la agrupación Camaro Blus, con colaboraciones en su haber con figuras como Black Paoa, Mari Merenda, Stefano Ferraz, entre otros.
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Producción de frutilla apunta a cifras récord
La proyección de cosecha de frutilla promete abundancia, consolidando al departamento Central como el epicentro productivo de esta fruta ya tradicional del invierno paraguayo. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) estima que dicho departamento producirá alrededor de 3.440 toneladas esta temporada.
Productores de Central prometen inundar con frutillas las calles de Areguá, ciudad que concentra la mayor parte de la producción de esta fruta. Unos 600 productores registrados podrían alcanzar una producción de 2.800 toneladas solo en Areguá.
De acuerdo con datos del MAG, los distritos de Areguá, Ypacaraí, Itá, Itauguá y Villeta, lideran la producción con más casi 5.200.000 plantas cultivadas, que podrían dejar una cosecha de 3.444 toneladas de frutilla fresca.
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Además del aumento de la producción, la cartera estatal resalta que los productores apostaron por la innovación con más de 50 variedades de productos derivados que incluyen helados artesanales, bizcochos, tortas, alfajores, mermeladas, licores, entre otros productos con valor agregado.
Así también, resaltan que, además de la venta directa desde la finca o a la vera de la ruta, las ferias suman espacios claves de comercialización, como la que tradicionalmente se organiza en Areguá.
Sobre el punto, recuerdan que desde el 6 de julio hasta el 30 de setiembre, más de 100 feriantes participan en la Expo Frutilla 2025, sobre la ruta Areguá–Patiño y la avenida de la Candelaria. Allí, los visitantes pueden disfrutar de frutillas frescas y una explosión de sabores en sus múltiples formas.
Ayudó el clima
De acuerdo con Ministerio de Agricultura, el buen clima y el acompañamiento técnico garantizaron la calidad del cultivo que implicó, en la mayoría de los casos, un trabajo familiar.
Productores de Areguá habían explicado a La Nación/Nación Media a principios de junio que veían con buenos ojos las bajas temperaturas que prácticamente protagonizaron gran parte del mes pasado y principios de julio, debido a que favorecen a la frutilla.
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Hace 14 años, un accidente rutero dejó 15 fallecidos y decenas de heridos en Ypacaraí
- Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com).
El 28 de junio de 2011 se reportó un terrible accidente sobre la ruta PY02 en la ciudad de Ypacaraí, donde perdieron la vida 15 personas y varias quedaron heridos, en su mayoría eran pasajeros de un bus de larga distancia. La tragedia ocurrió en la zona conocida como la “Bajada de la Muerte”.
El historiador Ángel Piccinini rememoró en entrevista con La Nación/Nación Media, sobre aquel accidente que se cobró más de una docena de vidas. Afirmó que este infortunio ocurrió durante la madrugada del 28 de junio, pero hace 14 años, y que fue tan impactante que conmocionó a todo el país.
“El capitán de bomberos Rubén Valdez, en aquella oportunidad describió la escena del accidente como “dantesca”, y la fiscala Lisa Ruiz Díaz afirmó que nunca había presenciado un suceso de tal magnitud“, expresó Piccinini, a LN.
Zona Pedrozo
El historiador indicó que el suceso se produjo cerca de las 2:00, a la altura del kilómetro 44, en la vía que conecta Asunción con Ciudad del Este, específicamente, en la compañía Pedrozo, sitio donde ya se registraron varios accidentes de gran magnitud.
“Se trata de una zona que presentaba una leve curva y atendiendo a que están donde finaliza en descenso del cerro a Caacupé, siempre se reportan accidentes”, detalló. A este punto se lo conoce como la Bajada de la Muerte, por varios accidentes que se cobraron la vida de cientos de personas.
Un total de 14 heridos
Los vehículos involucrados fueron un tractocamión de la marca Scannia y un bus de línea regular de la empresa “San Luis”. El camión de gran porte venía de Brasil y se dirigía hacia Asunción, mientras que, el autobús que transportaba a 26 personas, había partido de la terminal de Asunción con destino a Ciudad del Este.
“El impacto dejó al ómnibus completamente destrozado. Entre las 15 víctimas fatales se encontraba el chofer del autobús y del camión. Tras el devastador accidente, los cuerpos fueron trasladados a la morgue para su identificación y a los hospitales cercanos”, aclaró.
Según datos dado por los medios de comunicación, se contabilizaron 14 heridos que fueron llevados a los hospitales más cercanos y tras su recuperación fueron dados de alta.
Alcohol de por medio
La investigación realizada por la fiscal Liza Ruiz Díaz dio como resultado que el accidente se produjo cuando el conductor del camión habría perdido el control del vehículo en la bajada del cerro de Caacupé. Este se habría quedado sin frenos.
Así también, se encontraron indicios de que el conductor -como también sus acompañantes- estaban ingiriendo bebidas alcohólicas, ya que en el interior del tractocamión encontraron dos botellas de cervezas y tres latas de presunto alcohol.
DATOS CLAVE
- Actualmente en la zona de Pedrozo se instaló la rampa de frenados y en lo que va de este año son más de 10 vehículos los que evitaron una tragedia al utilizarla.
- El último grave accidente se reportó en setiembre del 2024 donde fallecieron seis personas y el conductor del camión perdió un brazo.
- Desde la cima del cerro de Caacupé, zona conocida como Hugua Hu hasta Pedrozo (Ypacaraí), se conoce a la ruta PY02 como la “Bajada de la muerte” y esta fue bautizada así luego del segundo accidente con derivación fatal que se registró en el año 1995.