Pobladores del distrito de Cedrales, departamento del Alto Paraná, reportaron el hallazgo del cuerpo sin vida de un joven al costado de un camino vecinal. Cerca del mismo fue hallada una mochila que contenía varias herramientas, y a 100 metros del sitio, uno de sus calzados.
Las autoridades intervinientes identificaron al fallecido como Darío Antonio Jara, de 24 años, quien ya cuenta con antecedentes, y presumen que su deceso se habría dado en horas de la madrugada, atendiendo el horario del reporte del hallazgo y las condiciones del cuerpo.
“La forense, debido al lugar y al estado del cuerpo, el cual estaba muy sucio, no logró determinar al primer momento la causa de la muerte, por lo que solicitó que fuera derivado a la morgue, donde pudo constatar que tenía un impacto de bala en la cabeza con orificio de entrada, pero no de salida, y se debe extraer el proyectil”, indicó la fiscal Thais García en conversación con Canal Trece.
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La misma señaló que lo llamativo del hecho es el lugar en donde fue encontrado, ya que es una zona bastante concurrida, al menos por el día. Así también resaltó que la ubicación de uno de los calzados del fallecido a casi 100 metros del lugar, será un punto a investigar para dilucidar lo ocurrido.
En cuanto a la vida del fallecido, comentó que ya lograron hablar con la madre del mismo, quien manifestó que su hijo había quedado como encargado de la casa de un tío en Presidente Franco y que no se explicaba cómo llegó a la zona de Cedrales. Resaltó además que el joven contaba con una motocicleta, la cual no estaba en la zona del hallazgo de su cuerpo.
Debido a esta información, los intervinientes no pueden descartar que se pudo tratar de un asalto que resultó mal, pero tampoco descartan un posible ajuste de cuentas, ya que no se encontraron otras lesiones en el cuerpo más que el impacto de bala a la altura de la cabeza.
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Fiscalía y Seprelad cuentan con mecanismos para indagar sobre el caso Abdooffshore
El experto en materia del sistema financiero y derecho bancario, el abogado Carlos Palacios, y la periodista de investigación de Nación Media, Rosana Escobar, coincidieron en señalar que existen mecanismos para indagar y comprobar si el expresidente Mario Abdo Benítez y su esposa Silvana López Moreira podrían ser o no los beneficiarios finales de los 21 millones de dólares distribuidos en dos cuentas bancarias en las islas Seychelles, según publicó el portal argentino PeriodismoyPunto.
Durante el programa “Fuego Cruzado”,que se emite por canal GEN/Nación Media, analizaron las evidencias que fueron expuesta por la investigación del portal de noticias que encabeza el periodista argentino Luis Gasulla, respecto a dos cuentas bancarias depositadas por dos empresas cuyos beneficiarios finales serían el exmandatario y su esposa.
Palacios señaló que, aparentemente, estos fondos no figurarían en la declaración de bienes del exjefe de Estado. Por lo tanto, señaló que, en principio, parecería una situación de ocultamiento de activos, escenario que configuraría un eventual hecho de enriquecimiento ilícito.
A su turno, la periodista Rosana Escobar, quien llevó adelante una investigación profunda sobre las empresas de Mario Abdo Benítez vinculadas al tema asfalto; señaló que hay mucha similitud en el manejo del dinero con relación a los depósitos en las islas Seychelles, encontrando un mismo modus operandi en el manejo financiero,
“Parece que es la misma práctica que hizo acá en Paraguay, porque acá la fortuna que amasaron sus empresas en el país no se ve reflejada en su declaración jurada, sino que se fueron a esos fondos de reserva. Hasta ahora nadie sabe dónde están, dónde hubo movimientos tampoco, y que están constituidas en un gran porcentaje por deudas también; deudas infladas que los proveedores o los clientes suyos no reconocen”, explicó la periodista.
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Sociedades por capas
Al respecto, el doctor Palacios explicó que el tema de los paraísos fiscales antiguamente se constituían con facilidad mediante acciones al portador; pero luego de la crisis financiera del 2008, obligó a las compañías bancarias a nominar a quienes constituían las empresas.
A partir de entonces, indicó que todas aquellas personas que no querían revelar su identidad constituían sociedades con otras sociedades, armando unos esquemas de sociedades por capas; buscando siempre de ocultar la verdadera identidad del dueño o del beneficiario final. Es así que las legislaciones se fueron ajustando y es así que surge la figura del “beneficiario final”.
“Es como una pirámide, sin aparecer en ella, la persona que aparece como accionista en la sociedad puede no ser el beneficiario final de esa empresa, porque por encima de la que figura como primera dueña puede haber otros dueños hasta llegar a una persona física de carne y hueso, que finalmente se puede identificar como la persona que controla o que es titular de los activos que existen en esta sociedad”, comentó Palacios.
Evidencias claras
La periodista Escobar como el experto jurídico en finanzas señalaron que existen los elementos y herramientas para que el Ministerio Público inicie una investigación, ya que la publicación periodística accedió a datos bastante concretos y específicos, como, por ejemplo, los nombres de estos dos bancos, que efectivamente existen, operan y están habilitados para funcionar en Seychelles. Además de números de cuenta, los nombres de las sociedades titulares y movimientos de los depósitos o transferencias que se recibieron.
“No se trata de una información vaga sino de una información concreta que puede perfectamente servir como punta del ovillo para que el Ministerio Público inicie una investigación con toda seriedad. Ahora, que la persona afectada haya salido rápidamente a desmentir en forma directa y a través de sus abogados, esa es la dinámica que existe cuando hay una revelación de la posible existencia de un delito”, comentó Palacios.
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Cooperación internacional
Asimismo, Palacios señaló que la Fiscalía y la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) cuentan con las herramientas como para iniciar esa investigación mediante la cooperación con los grupos de unidades de inteligencia financiera de diversos países.
Indicó que justamente la República de Seychelles, en su afán de salir de la lista gris de paraísos fiscales, desde hace unos años ha formado parte del Grupo Egmont, que es el organismo internacional que permite la cooperación e intercambio de inteligencia entre las unidades inteligencia financiera de varios países, incluido también Paraguay.
“Esta información no es pública, la base de datos para saber quiénes son los titulares o los beneficiarios finales de las empresas constituidas en esa jurisdicción solamente se pueden acceder a través de estos mecanismos oficiales; por eso la responsabilidad recae yo creo que en la Seprelad y fundamentalmente en el Ministerio Público”, insistió Palacios.
Agregó que la Seprelad podría estar guardando el debido sigilo, no como ocurrió en otros casos durante el gobierno de Abdo, pero ya debería estar tramitando de manera oficial la investigación. “Ahora, si la información llega a recibirse y confirma la existencia de estas cuentas, ahí si esta investigación cobraría fuerza y podría derivar eventualmente en una imputación contra el expresidente”, puntualizó.
Por su parte, Rosana Escobar recordó que la investigación de la Fiscalía sobre eventual enriquecimiento ilícito de Mario Abdo lleva ya un año, sin tener noticias de avance en la investigación.
“Lo que tiene que hacer, reitero, la Fiscalía es sencillo, es revisar las cuentas bancarias, así nomás, es donde está la plata, dónde se fue, uno puede ponerle todo el ropaje que quiera, el concepto que quiera, financieramente hablando, pero hay que revisar dónde está la plata, nomás, sencillo, va a la cuenta y ya está”, acotó.
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Abdo offshore: Contraloría evalúa acciones ante supuesta fortuna no declarada
La Contraloría General de la República se encuentra analizando posibles acciones ante la supuesta fortuna no declarada del expresidente de la República, Mario Abdo Benítez. Así lo confirmó el director de Declaraciones Juradas, Armindo Torres, a La Nación/Nación Media.
“Si esto se constata, si esto es verdad, estaríamos ante un caso de declaración falsa y una intencionalidad de ocultar un enriquecimiento ilícito”, advirtió Torres, quien recordó que ya existe un análisis de correspondencia a Abdo que está suspendido actualmente, debido a los llamativos ingresos que obtuvo de sus empresas del rubro de la construcción.
El director también precisó que se había recurrido tanto al Ministerio Público como a la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) de modo a obtener detalles sobre el fondeo a largo plazo de unas inversiones de las cuales la Contraloría no tenía detectado el origen y, por ende, se necesitaba indagar en ese aspecto en que no tiene potestad sobre empresas privadas.
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“Hemos escuchado que la Fiscalía abrió una investigación preliminar y, eventualmente, la Contraloría podría pedir algún informe a través de la Cancillería, pero eso sería mucho más lento, otras instituciones que tienen esos convenios internacionales como creo que es el caso del Ministerio Público que tienen ese canal, así como también la Seprelad, pero la Contraloría no tiene y estamos evaluando qué acciones tomar”, sostuvo.
Torres precisó que en la próxima semana tendrían más claridad sobre el caso y podrían solicitar informes a través del Ministerio Público de modo a poder avanzar en el examen de correspondencia, el cual puede seguir adelante, pese al blindaje con que cuenta Abdo por sus fueros como senador vitalicio.
La ruta del dinero
Desde la Contraloría afirmaron que sería muy positivo poder tener claridad sobre esta supuesta fortuna oculta en Seychelles, noticia que trascendió a través una investigación periodística de Argentina. “Sería muy bueno para la República aclarar esta situación, inclusive para el expresidente, y si es así, que hay una cuenta con dinero, también seguir la ruta del dinero”, aseveró.
Los depósitos a cuentas que presuntamente tienen como beneficiarios finales a Abdo y su esposa Silvana López Moreira se habrían dado mientras el exmandatario aún estaba en función de gobierno, por lo que, para la Contraloría, es importante saber de dónde provinieron esos fondos que hoy estarían descansando en un paraíso fiscal, de acuerdo a la investigación de PeriodismoYPunto. “Hoy día hay mecanismos con que se puede seguir la ruta del dinero”, dejó en claro Torres.
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Roberto y Rosaria, periodistas: investigaron a la Camorra que los condenó a muerte
- Ricardo Rivas
- Periodista
- Twitter: @RtrivasRivas
Roberto Saviano (45) –colega periodista y escritor italiano– estalló en llanto un puñado de días atrás en el recinto de la Corte de Apelaciones de Roma, Italia. Sobre el hombro de Antonio Nobile, su abogado, sus lágrimas mojan la tradicional toga negra que sobre sus ropas que viste el profesional que solo lo abraza, escucha y contiene. “Mi hanno rubato la vita”, dice entre sollozos.
Esas cinco palabras son las que encontró para sintetizar públicamente las angustias que asume y acumula en privado desde que tuvo 29 años.
Minutos antes ese tribunal colegiado condenó a Francesco Bidognetti (75) –capo de los Casalesi, famiglia mafiosa de Nápoles– a un año y medio de prisión (que se añaden a la prisión perpetua que cumple); y, a un año y cuatro meses a Michele Santonastaso, su abogado, que el 13 de marzo de 2008, por orden del jefe del clan, durante el desarrollo del proceso llamado Spartacus contra un total de 115 integrantes de la Camorra y los jefes de los Casalesi, leyó en alta voz un texto amenazante directo contra Saviano y la experiodista Rosaria Capacchione, a los que señaló por ser los “responsables” de que su cliente y cómplices fueran condenados, como finalmente sucedió.
Inmediatamente después de aquella intimidación –con la convicción de que el sicariato se organizaba para silenciarlos y condicionar al Poder Judicial italiano– a Saviano un contingente policial fuertemente armado lo obligó a salir de su casa y –como sucedía desde dos años antes– un equipo de custodios lo rodeó y no deja de hacerlo.
Ese equipo de agente del ministerio del Interior camina, duerme, desayuna, almuerza y cena con él. Lo rodean. Lo escoltan. Pero... ¿Qué hicieron Roberto y Rosaria para que tengan que vivir así? Trabajaron de periodistas. Ejercieron el oficio con calidad y excelencia.
Saviano publicó “Gomorra”, un libro tan esclarecedor como fascinante; y, Capacchione es autora de “El oro de la Camorra”. Leí Gomorra. Vi –hasta antes del 15 de mayo de 2020, cuando inesperadamente la retiraron del catálogo– todos los episodios que produjo Netflix que adaptó y realizó con aquel texto que devino en contenido audiovisual. Con esos capítulos sobre las actividades delictivas de la Camorra, aprendí y supe más de lo que sabía, intuía, suponía o imaginaba. Millones, tal vez, pueden sentir lo mismo que siento y destaco. ¡Vero capo lavoro!
Otros, seguramente, les pudo haber pasado lo mismo e incluso lo agradezcan porque, desde los resultados de esos trabajos periodísticos que los afectan pudieron verificar que no solo jueces, fiscales y policías son parte de las hipótesis de graves conflictos que deben prevenir para no ser atrapados esos definitivamente “malos” por los presuntos “buenos”, como allá lejos y hace tiempo imaginábamos con simpleza a las sociedades de antaño, aunque no todos ni todas lo eran.
Con las audiencias pasa lo mismo. Se constituyen transversalmente y en la diversidad con presuntos buenos y buenas, a la vez que con presuntas malas y malos, hasta que demuestren lo contrario.
DE PELÍCULA
En ese contexto, el profe Carlos Vallina, en tiempos que maestrábamos en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), con enorme precisión nos enseñó que lo audiovisual se compone de “lo visible” (las imágenes); lo invisible (la música, por ejemplo); y, lo que cada persona ve, en línea con su cultura. De allí que no todos ni todas cuando vemos lo mismo, miramos ni comprendemos lo mismo. Por nuestros habitus, tal vez, diría Pierre Bordieu. T
oda acción comunicacional produce sentido. De allí que dos años antes de recibir el Premio Nobel de Literatura –galardón que le fue conferido el 7 de octubre de 2010– Mario Vargas Llosa, luego de leer el libro de Saviano y apoyándose en él, escribió en un potente texto de opinión que “los grandes capitostes de la Camorra napolitana, y sus pistoleros y amanuenses, abandonan sus viejas costumbres y jergas para adoptar las que las películas de Hollywood les atribuyen.
Por ejemplo, en Casal di Principe, el jefe de familia, Walter Schiavone, hizo que los arquitectos le construyeran una suntuosa vivienda imitada milimétricamente de la que habita, en ‘Scarface’, Tony Montana (Al Pacino).
Hasta la aparición de la película de Coppola ‘El padrino’, los camorristas jamás habían llamado de este modo a los capofamiglie, pero desde entonces, aquel apelativo se ha generalizado, y no solo en Campania, también en Calabria, Sicilia y otras regiones de Italia”. Claramente impresionado por la obra puntualizó que “las esposas de los camorristas, desde hace algunos años, se visten como Uma Thurman en Kill Bill, con rubias pelucas y de amarillo fosforescente.
Y un veterano policía explicó, ante un tribunal que, desde que vieron las películas de Tarantino, los killers de las distintas ‘familias) napolitanas asesinan como esos personajes de celuloide: disparando al bajo vientre, a la ingle, a las piernas, hiriendo gravemente para que la muerte tarde, y rematando a las víctimas por fin con un tiro en la nuca”. A Roberto “Saviano (lo describió como) un periodista muy joven, pero, sobre todo, es napolitano, de origen humilde. (Que) Ha vivido en los pueblos y barrios donde la Camorra representa el verdadero poder y es la fuente, por un lado, de trabajo y oportunidades de supervivencia para los pobres, y, por otro, de violencias terribles que en las páginas de su libro están documentadas con nombres, fechas y precisiones”.
Es palabra de Vargas Llosa. Roberto Saviano y Rosaria Capacchione hicieron grandes trabajos periodísticos. ¿Triunfaron y se condenaron?
“ME HAN ROBADO LA VIDA”
En lo personal y profesional tengo la convicción de que no debo mirarlo así, pero... sé que en el colectivo podrían no escasear quienes piensen diferente o, en sentido opuesto y que, por ello, (aunque discretamente o con excusas banales y hasta temerarias) –por temor de que les pase lo que a otros y otras– dejen ganar espacio a sus sentires incontrolables hasta el punto negativo de atentar contra su propia libertad de expresión y optar por no informar lo que se propusieron saber. Autocensura, en defensa propia. Admitámoslo, el miedo, también es un sentimiento y es parte de la condición humana.
“Mi hanno rubato la vita e io ho lasciato che me la rubassero (Me han robado la vida y me la he dejado robar)”, dijo Saviano ante sus colegas periodistas, comunicadoras y comunicadores cuando consiguió superar el llanto tantos años contenido después de que se leyera la sentencia que condena al capo mafioso y su abogado por “intimidación”.
Con claridad comprendió que la Camorra ya lo había condenado a muerte. Con esa certeza y profundo conocimiento sostuvo ante el diario El País que, a esa organización criminal de alta complejidad, “lo que más le molesta es que muerte (lo que denuncia en Gomorra) tenga tantos lectores”.
Con claridad señaló: “Me han condenado porque el libro se ha leído mucho” y, desde esa perspectiva, sostuvo que, justamente, “es el éxito lo que me ha condenado a muerte”. Tremenda afirmación.
Pese a ello, aseguró que “volvería a escribir el libro; (y) no me arrepiento de haberlo hecho”. Aunque más allá de su sentir y decir, se autodefinió como un “prisionero” de su obra, aunque a pesar de todo, con firmeza (y, quizás, algo de autocrítica) admite haber “elegido quedarme, contar, resistir” y por esa decisión comprometida y ética: “Estoy en el banquillo de los acusados (por la Camorra).
Tenía que irme ante este estado de cosas. (Pero) No he tenido la fuerza de protegerme (…) Vivo una situación que me agota; (porque) es un gasto de energía brutal, una energía gastada no en escribir, sino en estar alerta, en estar encerrado en lugares horribles, en perder tiempo inútilmente... Y todo eso me vuelve loco”. Pero no se quedó allí. Compartió una comprobación en carne viva.
“Para ellos ni existe una sacralización de la vida, ni la muerte es un concepto negativo. Para la Camorra, la muerte no es un riesgo, sino una parte del oficio”. Desde muchos años sabe que el peligro de vida continúa. Quizás por ello, cuando consiguió contener las emociones, reclamó por su libertad.
Confesó ante los medios que quiere “cabalgar una moto, pasear...” Hizo públicos sus deseos, aunque admitió saber que su vida “ha sido destrozada” y que “no ha sido capaz de gestionar” esa situación. ¿Se le puede exigir más compromiso a quien nos dice saber que su vida “ha sido machacada”?
Saviano recomendó después a las y los periodistas que procuran historias como la que él escribió que “no lo hagan solos”. Les aconsejó que trabajen “en red”. Los exhortó a “no poner en juego solos vuestro cuerpo”. Y recomendó “no” hacerse “ilusiones” más allá de los límites éticos que cada quien y cada cual se imponga en el ejercicio profesional.
Memoria. Corría el mes de mayo de 2013. Tal vez era el tiempo de la sobremesa en el mediodía del sábado 4. Entre palmeras, muy cerca de una piscina, conversábamos sin plazos con el maestro don Javier Darío Restrepo. Enorme periodista. San José de Costa Rica nos regalaba un clima de excepción. La temporada verde recién comenzaba. Chubascos, calores intensos, humedades, mariposas multicolores, monos, caudalosos ríos, arroyos, cascadas, tucanes de pico gris, quetzales.
Exuberancia natural. Incluso con su más de un centenar y medio de volcanes activos. “¡Pura vida!”, como ese amable y hospitalario pueblo se presenta. Pero nuestros intereses dialógicos tenían otra derrota. Navegábamos otras aguas y discerníamos sobre la ética periodística, el compromiso profesional, las búsquedas de información para informar, los riesgos y desafíos que supone el oficio.
Lo escuché en silencio. Con profunda atención. Solo lo interrumpí brevemente para preguntar. Para aprender. Para esclarecerme. Algunas horas antes la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la Unesco, dio a conocer un “Plan de Acción sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad”.
LIBERTAD DE PRENSA
Era el Día Mundial de la Libertad de Prensa. El lema de aquella cumbre: “Hablar sin miedo”. Como lo hicieron desde 2007 Roberto y Rosaria. “Se suele exigir a las y los periodistas la búsqueda de la verdad”. dijo Javier Darío Restrepo. “Los periodistas solo buscamos información para informar y, con ese objetivo, saber y conocer hechos. Sucesos”. La clase magistral estaba allí.
A mi alcance. Guardo en mi memoria que, palabra más, palabra menos, el veterano maestro dejo en claro que, desde algún lugar, se pide (y no pocas veces exige a las y los trabajadores de prensa) lo imposible. La idealidad. Tal vez, para que esa exigencia retórica de contar la verdad –que debiera solo ser la búsqueda incansable de datos, de sucesos verificables y verificados para que, tal vez, al publicarlos sobre ellos emerja un acuerdo social para discernir lo verdadero con el fin de separarlo de lo falso– devenga en una especie de misión imposible.
El periodismo no crea verdades. No las construye. Cuenta historias que con multiplicidad de voces –voluntariamente o no– emergen desde la sociedad y son las que dan respuestas a las cinco preguntas básicas que no debieran jamás ser dejadas de lado, para saber qué, quién, cómo, cuándo y dónde.
Las y los periodistas solo tenemos preguntas que, casi siempre, son los interrogantes de quienes quieren saber y, como sujetos sociales y de derecho, exigen recibir información. El periodismo debe informarse para informar porque es pertinente –y hace al oficio– buscar respuestas. Sí y solo sí. Con esa convicción trashumará profesionalmente los espacios sociales para generar contenidos en, de, desde y con las sociedades en las que se intervendrá con escucha plural. El periodista tendrá que situarse para incidir.
El oficio de periodista es de contacto. Es cuerpo a cuerpo. Cara a cara. Y eso conlleva y supone riesgos. Restrepo recordó que, en su país, Colombia, tienen legislación para la protección de periodistas. Pero con mirada crítica fue al hueso. “Pasamos de ser periodistas en peligro, amenazados... a periodistas custodiados. ¡Muy grave!” Hizo un breve silencio.
“Por más buena intención y buena fe con la que los agentes del Estado aborden esa obligación porque somos sujetos de derechos, nuestras fuentes, allí donde procuramos informarnos para informar y a las que nos debemos para protegerlas y que no sean silenciadas no se sienten cómodas, ni seguras”. Enorme dilema. Una docena de años pasaron desde entonces. Roberto Saviano me trae la voz y las enseñanzas de don Javier Darío Retrepo.
La inseguridad de las y los periodistas no decrece. Poderosas y poderosos en el mismo nivel de intensidad que las organizaciones delictivas de alta complejidad con alcance transnacional planifican y gestionan estrategias para para silenciar y silenciarnos.
Con balas, con explosivos, con secuestros, con encarcelamientos, con exilios, con destierros, con apatridias, con campañas para desprestigiar, con noticias falsas, con mentiras que se producen con valiosas herramientas tecnológicas de todo tipo -incluso de bajo costo- al alcance de quienes estén dispuestos a utilizarlas para bien o para mal con mínima capacitación. Los estrados judiciales, también son.
“Ahora tenemos la prueba oficial de que los capos, con sus abogados, (en 2008, ante un tribunal constituido) firmaron una proclama en la que pusieron en el objetivo (para abatirlo, a) quien relataba su poder criminal” para que se sepa de los alcances de su criminalidad.
“Y no atacaron (a) la política, sino (fueron contra) el periodismo, insinuando que habrían considerado responsables (de tales revelaciones) a los periodistas, y dijeron mi nombre y el de Rosaria Capacchione, (caracterizándonos como) responsables de sus condenas. (Esto) No había ocurrido nunca en un tribunal, en ninguna parte del mundo”. ¿Qué es lo que no se entiende?.
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Hallan cuerpos de hombres desaparecidos en el interior de una camioneta rescatada de un tajamar
En la mañana de este sábado, una comitiva policial acompañó el trabajo de rescate de una camioneta de la marca Toyota, modelo Hilux de color blanco, del fondo de un tajamar en Puerto Risso, en la localidad de San Lázaro, departamento de Concepción.
Una vez fuera del agua, efectivos del departamento de Criminalística iniciaron la inspección del vehículo y se pudo constatar que en el interior del mismo se encontraban dos cuerpos, los cuales, según el informe forense preliminar, presentaban impactos de bala en diferentes puntos del cuerpo.
Tras la verificación de las identidades, se confirmó que se trata de los cuerpos de José Efraín Alfonso López y Fredy Echaüe Moreira, dos de los tres hombres reportados como desaparecidos el pasado miércoles.
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En cuanto al tercer desaparecido, Blas Antonio Centurión, sus restos fueron hallados el día de ayer por la tarde en el mismo tajamar y contaba con rastros de haber recibido varios impactos de bala. Al verse en la zona las huellas de neumáticos que terminaban en la orilla, se empezó la búsqueda del vehículo en el fondo del agua.
Como información preliminar, los investigadores manejan la hipótesis de que los hombres habrían sido perseguidos y, en medio de los disparos, los hombres a bordo habrían perdido el control, salido de la ruta y terminado ingresando al terreno donde estaba el tajamar, donde finalmente cayeron junto con el vehículo.
Todos los desaparecidos contarían con antecedentes; José Efraín Alfonso López tiene antecedentes por reducción, Blas Antonio Centurión tiene proceso por lesión grave y robo agravado y Fredy Echagüe Moreira cuenta con antecedentes por robo agravado, dos hechos de homicidio doloso y lesión grave.
Según los datos, los hombres se movilizaban en una camioneta de color blanco y, cuando llegaron al distrito de San Lázaro, tras haber pasado en balsa, se comunicaron con sus familiares a quienes comentaron que se encontraban viajando rumbo a Loreto. Y desde ese momento ya no se supo nada de estas personas. Fueron vistas por última vez en Tres Cerros, en la zona de San Lázaro.
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