El calor se mantuvo como la nueva norma en el mundo durante el mes de mayo, tanto en tierra como en los mares, muchos de los cuales siguen experimentando temperaturas “inusualmente elevadas” como desde hace más de dos años. Aunque ha vuelto a situarse por debajo del umbral de 1,5° C de calentamiento respecto a la era preindustrial, el mes pasado fue el segundo mayo más caluroso de la historia, justo detrás de mayo de 2024, según el observatorio europeo Copernicus.
Estuvo marcado por una temperatura media de 15,79° C, es decir, 0,12° C más fresco que el récord registrado hace un año, pero ligeramente más cálido que mayo de 2020, que ocupa el tercer lugar. Lo mismo para los océanos: con 20,79° C en superficie, el mes también fue el segundo más cálido de la historia reciente, solo detrás de mayo de 2024.
Pero estas temperaturas se mantuvieron “inusualmente altas” en muchas mares o cuencas oceánicas, observa Copernicus. “Grandes zonas en el noreste del Atlántico Norte, que han sufrido olas de calor marinas, registraron temperaturas superficiales récord para el mes. La mayor parte del mar Mediterráneo estaba mucho más cálida que la media”, señalan los expertos.
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La salud de los océanos está en el centro de la tercera Conferencia de Naciones Unidas dedicada a ellos (UNOC), que tiene lugar actualmente en Niza. Los episodios de olas de calor marinas pueden provocar migraciones y episodios de mortalidad masiva de especies, degradar los ecosistemas, pero también reducir la capacidad de las capas oceánicas para mezclarse entre el fondo y la superficie, dificultando así la distribución de los nutrientes.
Los océanos, que cubren el 70 % de la superficie del globo, actúan también como un regulador del clima terrestre. Aguas más cálidas provocan huracanes y tormentas más violentas, con su cortejo de destrucción e inundaciones.
Copernicus señala que la primavera fue muy contrastada en Europa en términos de lluvias.
“Algunas partes de Europa han experimentado sus niveles más bajos de precipitaciones y humedad del suelo desde al menos 1979”, indican los expertos.
La primavera batió varios récords climáticos en Reino Unido, y una sequía no vista en décadas también ha afectado desde hace varias semanas a Dinamarca y Países Bajos, lo que hace temer por los rendimientos agrícolas y las reservas de agua.
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El mes pasado se registró 1,40° C por encima del promedio de los años 1850-1900, que corresponden a la era preindustrial, antes de que el uso masivo de energías fósiles calentara de manera duradera el clima.
“Mayo de 2025 interrumpe una larga secuencia inédita de meses superiores a 1,5° C” de calentamiento, subraya Carlo Buontempo, director del servicio de cambio climático de Copernicus (C3S).
Esa cifra es un umbral simbólico, pactado en el Acuerdo de París contra el cambio climático.
“Esto quizá ofrezca un breve respiro para el planeta, pero se espera que el umbral de 1,5° C vuelva a superarse en un futuro cercano debido al calentamiento continuo del sistema climático”, destacó.
En un periodo de doce meses (junio de 2024-mayo de 2025), el calentamiento alcanza 1,57° C respecto a la era preindustrial.
Sin embargo, las temperaturas mencionadas en el histórico acuerdo de 2015 se entienden sobre períodos largos, normalmente como promedio en 20 años, lo que permite suavizar la variabilidad natural de un año a otro.
Los científicos consideran que el clima actual se ha calentado al menos 1,3° C de media.
Los científicos subrayan la importancia de contener lo más posible el calentamiento global, ya que cada fracción de grado adicional implica más riesgos como olas de calor o la destrucción de la vida marina. Limitar el calentamiento a 1,5° C en lugar de 2° C permitiría así limitar significativamente sus consecuencias más catastróficas, según el IPCC.
El hielo se derritió 17 veces más rápido que la media histórica entre el 15 y el 21 de mayo en Groenlandia, como consecuencia de una ola de calor récord que también afectó a Islandia, advirtió el miércoles la red científica World Weather Attribution (WWA). “La contribución del deshielo de Groenlandia a la subida del nivel del mar es mayor de lo que habría sido sin esta ola de calor”, destacó en rueda de prensa Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima en el Imperial College de Londres.
En Islandia, la temperatura superó los 26 ºC el 15 de mayo, algo nunca visto en esta isla situada en el borde del Ártico. “Las temperaturas observadas en Islandia en mayo batieron todos los récords, superando en más de 13 ºC la media de las temperaturas máximas diarias de mayo para el periodo 1991-2020”, señaló WWA en un comunicado.
En el mes de mayo, 94 % de las estaciones registraron nuevos récords de temperatura, según el instituto meteorológico local. “Sin cambio climático, esto habría sido imposible”, afirmó Otto. En el este de Groenlandia, el día más caluroso registró un aumento de la temperatura de unos 3,9 ºC respecto al clima preindustrial, indicó WWA.
“Una ola de calor de unos 20 ºC no parece un evento extremo para la mayoría de la gente, pero es un problema realmente importante para esta región (...) y esto afecta masivamente a todo el mundo”, insistió la investigadora. El Ártico se calienta cuatro veces más rápido que el resto del mundo, según la revista científica “Nature”.
Para las comunidades indígenas de Groenlandia, el aumento de las temperaturas y el deshielo suponen un cambio en las condiciones tradicionales de caza y repercuten en las infraestructuras. “En Groenlandia e Islandia, las infraestructuras están diseñadas para resistir el frío, lo que significa que, cuando hace calor, el deshielo puede provocar inundaciones y dañar carreteras e infraestructuras”, señaló la red científica.