Los estudiantes de distintos ciclos de la Escuela Básica N.° 113 Tiburcio Bogado, de Coronel Bogado, participaron de una charla educativa sobre hábitos alimentarios saludables e higiene bucodental. La actividad incluyó contenidos del componente caries cero, que busca promover la salud bucal desde la infancia, brindando educación y cuidados esenciales, dentro del programa Hambre Cero.
La jornada contó con un espacio con madres del nivel inicial, quienes se acercaron a conversar con la profesional en nutrición, Fátima Cuéllar, interesadas en mejorar la calidad alimentaria en el entorno familiar.
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La actividad fue organizada con el apoyo del Hospital Distrital de Coronel Bogado, la Unidad de Salud de la Familia de Santa Librada, el equipo técnico compuesto por la Lic. Fátima Cuéllar (nutricionista), la Lic. Yamila Matiauda (referente de Promoción de la Salud), la Dra. Ingrid Tyrakowski (odontóloga); y contó con el apoyo de la Lic. Marcia Quintana y la Lic. Andrea Cabrera.
Caries Cero, un componente del Programa Hambre Cero, se centra en fomentar la salud bucal, proporcionando educación y cuidados dentales esenciales a niños y niñas.
El programa Hambre Cero, dirigido a garantizar una alimentación adecuada para los estudiantes, es una iniciativa interinstitucional, recordaron desde el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social por lo que apoya esta iniciativa mediante un plan de acción que se enfoca en el bienestar de niños y niñas, asegurando su desarrollo integral.
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Plan Sumar: docentes se capacitan para fortalecer la prevención escolar contra drogas en Cordillera
En el marco del Plan de Acción contra el abuso de drogas Sumar, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), a través de la Dirección General de Reducción de la Demanda, desarrolló dos jornadas de capacitación dirigidas a docentes del nivel Inicial, Primer y Segundo Ciclo, en el departamento de Cordillera.
Las actividades se realizaron en el Colegio Nacional Santa Elena, con la participación de 53 docentes, y en la Escuela Básica N° 255 Héroes del Chaco de Mbocayaty del Yhaguy, donde participaron 41 docentes, todos pertenecientes al Área Educativa 03-12.
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Durante las capacitaciones se abordaron lineamientos, enfoques y estrategias preventivas con el objetivo de fortalecer el rol del personal educativo en la implementación de programas de prevención del consumo de drogas en el entorno escolar.
“La capacitación de docentes es fundamental, ya que ellos son referentes significativos para los estudiantes y juegan un papel clave en la promoción de hábitos saludables y la prevención temprana del consumo de sustancias psicoactivas", indicaron los organizadores.
Igualmente el mismo evento se seguirá realizando en otras instituciones educativas de Paraguay, aclararon
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Baño 2 o 3 veces a la semana es suficiente para proteger la piel de los niños en invierno, afirman
Ante las bajas temperaturas que se reportaron en las últimas semanas y que seguirán, profesionales de la salud recomiendan que los niños y niñas tomen baños solo dos o tres veces a la semana. No solo es para evitar enfermedades respiratorias, sino que también ayuda a proteger la piel.
Según el pediatra Robert Núñez, no es necesario que los chicos se bañen todos los días, especialmente en días de intenso frío, ya que esto no afectará la higiene.
“Lo cierto es que la ciencia respalda esta práctica de bañarse 2 a 3 veces por semana es suficiente para la mayoría de los niños, especialmente en los días fríos. Y no, esto no tiene nada que ver con la falta de higiene, sino con el cuidado adecuado de la piel infantil”, expresó Núñez, en sus redes sociales.
Aclaró que para el baño diario de invierno se requiere de agua caliente y jabones, que juntos tienden a resecar la piel. Además, eliminan sus aceites naturales y provocan irritaciones. “Reducir la frecuencia de los baños puede ser una forma de cuidar la salud de la piel, no de descuidar la limpieza”, refirió.
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Beneficios
El profesional resaltó que bañarse pocas veces por semana ayuda a mantener la hidratación natural de la piel, previene la resequedad, grietas y eccemas. Así también, disminuye la exposición a productos químicos innecesarios, preserva la barrera protectora de la piel y promueve una relación más respetuosa con el cuerpo.
Recomendó que para mantener la higiene diaria se debe practicar el lavado frecuente de manos con agua y jabón; higiene diaria de axilas, pies, rostro y zona genital. Cambiar a diario la ropa interior y prendas de contacto directo todos los días. Se pueden usar toallas húmedas para reforzar la limpieza en zonas clave sin necesidad de un baño completo.
Adultos lo pueden replicar
Núñez confirmó que este sistema también lo pueden replicar los adultos como las medidas de higiene, para proteger la piel y evitar resequedades especialmente en lo que dure el verano.
“Muchos dermatólogos recomiendan lo mismo para adultos, sobre todo en épocas de frío o en personas con piel sensible. Cuidarse no siempre es hacer más, sino hacer lo justo y necesario. No se trata de flojera, se trata de salud y es parte del autocuidado”, puntualizó.
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Solo dos segundos: lo que deja una mosca al posarse en la comida
La situación es la siguiente: estás comiendo al aire libre cuando una mosca aparece, se posa sobre tu plato un par de segundos y la espantas sin más, pensando que no pasa nada. Pero sí pasa. Aunque parezca inofensivo, ese contacto fugaz puede ser suficiente para que una mosca deje sobre tu comida una colección de bacterias, algunas con capacidad para causar infecciones graves.
Según un estudio liderado por la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur) y publicado en Scientific Reports, las moscas domésticas y los moscardones transportan cientos de especies bacterianas en su cuerpo, muchas de ellas en las patas y las alas, precisamente las zonas que tocan la comida al posarse.
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Las patas son la clave
Los investigadores utilizaron técnicas de secuenciación genómica y análisis metagenómico para estudiar a fondo el material genético de 116 moscas. El resultado fue contundente: las patas y las alas son las partes del cuerpo con mayor diversidad microbiana y actúan como auténticas herramientas de dispersión bacteriana.
La transmisión es mecánica, no biológica: la mosca no necesita picar ni excretar para contaminar. Basta con que se pose unos segundos en una superficie para dejar parte de su microbioma, igual que quien pisa barro y lo reparte al caminar. Según el director del estudio, Stephan Schuster, “las moscas recogen bacterias en sus patas, las extienden por sus alas y las dispersan donde se posan”.
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Patógenos ocultos
Entre los hallazgos más inquietantes del estudio destaca la detección de Helicobacter pylori -la bacteria responsable de úlceras estomacales y relacionada con el cáncer gástrico- en el cuerpo de varias moscas salvajes. Los investigadores también detectaron ADN de otras bacterias potencialmente peligrosas, como Escherichia coli, Enterobacter cloacae, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii o Proteus mirabilis, algunas de ellas responsables habituales de infecciones gastrointestinales, urinarias o respiratorias.
Pero lo más llamativo es lo rápido que puede producirse la transferencia: en uno de los ensayos, una mosca fue capaz de dejar hasta 30.000 colonias bacterianas viables tras caminar sobre una placa estéril durante apenas unos segundos, después de haber estado en contacto con una superficie contaminada.
Dado que muchas moscas se alimentan y reproducen en basura, excrementos o materia en descomposición, la variedad bacteriana que transportan refleja los entornos por los que han pasado. Cuando se posan sobre alimentos, ese ecosistema invisible viaja con ellas.
Aun así, la presencia de bacterias no implica necesariamente una infección. Según los investigadores, el riesgo depende de la susceptibilidad del huésped y del tipo de bacteria. En personas sanas, el sistema inmunitario suele neutralizar pequeñas exposiciones sin consecuencias, pero no por ello deja de ser una vía potencial de transmisión que conviene conocer.
Fuente: Europa Press.
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Estudio sugiere que uso de IA hace menos críticos a los estudiantes
Cuando Jocelyn Leitzinger pidió a sus estudiantes que contaran una anécdota personal sobre la discriminación, se dio cuenta de que la víctima solía llamarse Sally. “Estaba claro que era un nombre femenino habitual para ChatGPT”, lamenta esta profesora de Chicago. Sus estudiantes “ni siquiera escribían sobre sus propias vidas”, afirma Leitzinger, que imparte clases de negocios y sociedad en la Universidad de Illinois.
La profesora calcula que alrededor de la mitad de sus 180 alumnos utilizaron ChatGPT de forma inadecuada el semestre pasado, incluso al escribir sobre las cuestiones éticas que rodean a la inteligencia artificial (IA)... Y explica a AFP que no le sorprenden los resultados de una investigación reciente, que sugiere que los estudiantes que utilizan IA generativa para escribir sus trabajos son menos críticos.
El estudio preliminar, que aún no ha sido revisado por pares, se hizo viral en redes sociales, resonando claramente entre muchos docentes que se enfrentan a estas prácticas. Desde su publicación el mes pasado, más de 3.000 profesores han escrito al equipo de investigadores del MIT que lo llevó a cabo, según declaró a AFP su autora principal, Nataliya Kosmyna.
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Para este estudio, 54 estudiantes de la zona de Boston fueron divididos en tres grupos. Tenían que escribir redacciones de 20 minutos, el primero utilizando ChatGPT, el segundo un motor de búsqueda y el tercero solo sus sesos.
Los investigadores midieron la actividad cerebral de los estudiantes durante sesiones espaciadas varios meses y dos profesores calificaron sus textos.
Los usuarios de ChatGPT tuvieron resultados significativamente peores que los que utilizaron únicamente la cabeza. Los electroencefalogramas mostraron que distintas regiones de sus cerebros se conectaban entre sí con menos frecuencia.
Además, más del 80% de los usuarios de la IA no podían citar ningún fragmento de la redacción que acababan de escribir, frente al 10% de cada uno de los otros dos grupos. Al final de la tercera sesión, parecían limitarse principalmente a copiar y pegar.
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Textos sin alma
Por su parte, los profesores encargados de corregir sus textos declararon que eran capaces de reconocer fácilmente aquellos “sin alma”, escritos gracia a la IA. Aunque la gramática y la estructura eran correctas, les faltaba creatividad, personalidad y una reflexión profunda.
Kosmyna matiza no obstante las interpretaciones del estudio que hicieron algunos medios, según las cuales la IA vuelve estúpidas o más perezosas a las personas.
Durante la cuarta sesión, el grupo que hasta entonces solo había utilizado su cerebro fue invitado a utilizar ChatGPT por primera vez... y mostró un nivel de conectividad neuronal aún mayor, señala.
Es demasiado pronto para sacar conclusiones de una muestra tan pequeña, según la investigadora, que reclama más estudios sobre cómo utilizar mejor las herramientas de IA para facilitar el aprendizaje.
Ashley Juavinett, neurocientífica en la Universidad de California San Diego, que no participó en el estudio, también critica algunas de las “extrapolaciones” que se hicieron a partir del estudio.
“Este artículo no aporta suficientes pruebas ni rigor metodológico para sacar conclusiones sobre el impacto de los grandes modelos lingüísticos [como ChatGPT] sobre el cerebro”, declara a AFP.
Para Leitzinger, sin embargo, estos resultados coinciden con su percepción de cómo ha cambiado la escritura de sus alumnos desde la llegada de ChatGPT en 2022, con menos faltas de ortografía, pero también menos autenticidad.
La llegada de la inteligencia artificial se compara a menudo con la introducción de las calculadoras, que obligó a los profesores a cambiar sus métodos. Leitzinger teme que los alumnos ya no necesiten conocimientos básicos antes de utilizar la IA, saltándose la etapa esencial del aprendizaje. “Escribir es pensar; pensar es escribir. Si eliminamos este proceso, ¿qué queda del pensamiento?”, se pregunta.
Fuente: AFP.