El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó su reciente publicación “Detrás de la ejecución de proyectos de desarrollo: Desafíos que parecían insuperables”. El informe recoge 13 casos destacados en el marco de Superhéroes del Desarrollo, rescata los enormes desafíos e importantes lecciones referentes a la provisión de servicios de energía, agua y saneamiento; infraestructura de transporte, vivienda, turismo, desarrollo sostenible y formación laboral.
Sobre Paraguay, el BID en su apartado especial “Así combaten la inequidad de género” en “El país de las mujeres”: se forman en “oficios de hombres”, concluye que 37 de cada 100 mujeres paraguayas no cuentan con ingreso propio y en el sector rural esa brecha es aún mucho mayor. Esto indican desde el Programa de Mejoramiento de Caminos Vecinales, una iniciativa ejecutada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones y financiada por el BID.
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País de las mujeres
En la publicación indican que tras la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), que enfrentó a Paraguay contra Brasil, Argentina y Uruguay, se estima que la población guaraní apenas superaba las 150 mil personas. Uno de cada cinco sobrevivientes era hombre, en su mayoría lisiados, ancianos y niños. Por eso le llaman “el país de las mujeres”. Los hombros de ellas cargaron el peso de la reconstrucción, sostienen.
Paradójicamente, pese a haberse ganado un lugar más que merecido en la historia de Paraguay, las mujeres aún luchan por hacerse un mejor lugar en una sociedad que les ofrece menos oportunidades laborales que a los hombres.
Oficios no tradicionales
A través de dicho programa, más allá del objetivo de mejorar la conectividad vial de zonas rurales, se propusieron desarrollar un proyecto piloto de inserción de mujeres en oficios no tradicionales. Un diagnóstico inicial arrojó que el 42% de las mujeres en las zonas rurales no cuenta con ingresos propios. Y aquellas que sí los tienen, ganan el 62% de lo que le pagan a un hombre con iguales funciones. Es decir, por cada tres dólares que recibe un hombre, ellas obtienen solo dos a pesar de hacer lo mismo.
El diagnóstico indica también que fue evidente la casi nula participación de las mujeres en puestos especializados y bien remunerados de la construcción y el mantenimiento vial, lo que les restaba oportunidades laborales. En paralelo, identificaron un déficit importante de mano de obra en ese mismo sector. Eran dos problemas diferentes que, puestos en perspectiva, se solucionaban el uno al otro.
Reto: capacitarlas
Entre el 2016 y el 2017, en tres departamentos del país ofrecieron diferentes cursos y capacitaciones sobre operación de maquinaria pesada, topografía, laboratorio de suelos y seguridad laboral. Para este plan piloto, mujeres y hombres fueron capacitados en distintas áreas. En particular, entrenaron con unos equipos simuladores de maquinaria vial, en los que ellas fueron formándose y preparándose para insertarse posteriormente a sus empleos. De los 167 participantes formados, 61 fueron mujeres.
En total, 24 mujeres hicieron pasantías remuneradas en diferentes actividades del Programa de Mejoramiento de Caminos Vecinales, entre el 2017 y el 2018. Luego, a 14 de ellas les hicieron una oferta laboral para desempeñar esta clase de trabajos no tradicionales y 11 aceptaron. La apuesta por la equidad de esta iniciativa fue apenas el detonante de una revolución que aún tiene mucho camino por delante, pero que ya empezó y demostró el rumbo a seguir.
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