El candidato a la Presidencia de la República por el movimiento La Nueva República, Euclides Acevedo, durante su participación en el programa “Expresso”, destacó cuál es su visión de gobierno y por sobre todo su plan de trabajo como candidato a ocupar el Poder Ejecutivo.
El mismo comentó su idea de un gobierno tricolor en pos del desarrollo y en beneficio de todos los paraguayos, de manera de que así el país pueda salir de la crisis en la cual se encuentra. “Yo apuesto por la gobernabilidad que es el diálogo, la negociación y el pacto”, indicó Acevedo al tiempo de garantizar que se mantendrá siempre abierto a todas las propuestas políticas.
Euclides Acevedo mencionó además que trabajará primeramente en las urgencias con las que cuenta en la actualidad el Paraguay y posteriormente se enfocará en las cosas importantes, subrayando lo fundamental, que será en su gobierno la planificación estratégica de todas las decisiones a ser tomadas para que las mismas sean afectivas.
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Ante la consulta de cuál será el primer foco de trabajo de llegar a la Presidencia de la República, Acevedo respondió de manera tajante: “Lo primero que hay que hacer es recuperar la gratuidad de la salud pública, los paraguayos tienen derecho a la salud pública, eso es una urgencia”, así el presidenciable tomará partido primeramente por el área sanitaria para pasar posteriormente a trabajar por la restauración de la seguridad y el trabajo.
“La seguridad no es solamente el orden público, sino también la seguridad jurídica, y eso significa saneamiento del Poder Judicial y del Ministerio Público”, remarcó Acevedo respecto de su enfoque en cuanto a seguridad y cómo garantizar que la misma se desarrolle de mara integral.
En cuanto al ámbito del trabajo, el mismo enfatizó que se trabajará muy estrechamente con la industrialización, que es lo que según el mismo crea mano de obra y con el acceso a un puesto laboral es la única manera de que se dé la justicia social y la dignificación de las personas.
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Acevedo repudia coartada opositora a favor de Prieto
El exministro, excanciller y analista político Euclides Acevedo indicó que el argumento de la persecución política “no puede ser una coartada a la desprolijidad contable que pueda tener una administración“. Sus afirmaciones surgen ante el intento de salvataje de los parlamentarios de la oposición al intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, ante el pedido de intervención.
“Esto es una fosforescencia de la degradación política que hay en el Paraguay y la degradación del pensamiento en general. La soberanía radica en el pueblo y el pueblo a través del sufragio, esto es una parte elemental. La soberanía también radica en el tributo del ciudadano que tiene que ser honestamente administrado“, dijo Acevedo en una entrevista con el programa ”Fuego cruzado", emitido ayer domingo por el canal GEN/Nación Media.
Los parlamentarios opositores argumentan que el requerimiento realizado de auditar la gestión de Prieto obedece solo a una instrumentación política. Señalan que la Contraloría solo cuenta con la atribución de dictaminar si halla irregularidades en una administración municipal, pero que en el artículo 165 de la Carta Magna no se le habilita a solicitar la intervención de los municipios.
Asimismo, el también exministro de Relaciones Exteriores y exministro del Interior siguió sosteniendo: “Creo que hay opositores, pero no hay una oposición. Esto revela que nuestra democracia está absolutamente debilitada, carente de musculatura, cada vez pierde más masa muscular, porque no hace el ejercicio y no consume lo que tiene que consumir, que son ideas”.
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Principales hechos
De acuerdo a la Contraloría, en la administración del intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, las irregularidades guardan relación con las transferencias de recursos financieros a la subcomisión distrital de Ciudad del Este en apoyo a la actividad llamada “Navidad sustentable” en el ejercicio del año 2023.
También hizo mención sobre el examen documental sobre la composición y aplicación de los gastos de capital de la Municipalidad de Ciudad del Este para los ejercicios del 2019 a 2022.
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Daniel Burman: “El cine revela las cosas que la sociedad niega”
- Fotos: Pánfilo Leguizamón
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman, quien se encuentra de visita en nuestro país por razones de trabajo. Además de algunas de sus producciones y de la función del cine en nuestros tiempos, Burman habla de la construcción de la identidad y de la necesidad de que la sociedad aprenda a sentir como propio el dolor de los otros.
Daniel Burman nació el 29 de agosto de 1973 en Buenos Aires; es conocido por la serie “Iosi, el espía arrepentido” (2022), así como las películas “Esperando al mesías” (2000), “Todas las azafatas van al cielo” (2002), “Derecho de familia” (2006), “El rey del Once” (2016), además de “El abrazo partido” (2004), galardonada con el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Otros títulos destacados: “El nido vacío” (2008), “La suerte en tus manos” (2012), “Dos hermanos” (2010), “El misterio de la felicidad” (2013). Su último trabajo es “Transmitzvah” (2024).
–Hay mucho que hablar de cine, pero mi primera pregunta es bien provinciana. ¿Qué le trae por el pueblo, don Daniel?
–Un montón de cosas. Es muy curioso. A veces en mi actividad ocurre que hay algo que va más allá de lo racional y hay una alineación de proyectos que te empiezan a llevar a todos lados. Ahora hay tres proyectos muy importantes en diferentes etapas que me empezaron a traer para Paraguay. Todo empezó con Andrés Gelós, que es un gran amigo y colega y colaborador que me viene hablando de Paraguay hace muchos años. Yo no conocía a Asunción, es increíble, estando a una hora y media. Entre paréntesis, es impresionante el desconocimiento que tenemos de un país hermano, vecino, que cuando entré a Asunción no tenía nada que ver con el prejuicio o el preconcepto. Me quedé muy sorprendido de lo que tiene que ver con el sector audiovisual del enorme potencial, el enorme presente también, porque el potencial siempre habla como de algo por venir. Lo que está sucediendo con el audiovisual en Paraguay y las posibilidades que se están abriendo en esta coyuntura son increíbles.
–Este vaticinio de que la pandemia en algunos aspectos era un punto de inflexión en nuestra manera de ver, de reflexionar las historias, ¿sucedió?
–No, no sucedió, no va a suceder y tiene todo el sentido porque uno de los mecanismos más comunes que tenemos todos y más activos, más presentes, una de las mayores herramientas de su providencia es la negación. Vivimos en estado de negación permanente, primero negamos quiénes somos todo el tiempo y también ni hablar de las situaciones externas que la vivimos negando. Entonces era de esperar que neguemos la pandemia, el efecto traumático y, sobre todo, neguemos lo que nos reveló sobre nosotros mismos, sobre nuestra vulnerabilidad, sobre su fragilidad y tiene un sentido. No juzgo ese mecanismo. La supervivencia incluso en condiciones óptimas de alimentación y sanitarias es muy compleja por la propia crisis existencial de estar, con lo cual entiendo que hayamos tirado en un abismo todo aquello que aprendimos en esos tiempos tan dramáticos.
IDENTIDAD POLIFACÉTICA
–Estaba reflexionando de que Argentina debe ser de los cines, después de Hollywood probablemente, obviamente Israel supongo, que más incurren en la temática judía.
–Tiene que ver con que hay una comunidad judía muy grande y también una diferencia con las demás comunidades judías. La dicotomía identitaria no ha existido en gran parte de la comunidad. Yo siempre he sido judío y argentino al mismo tiempo y nunca me puse a preguntar cuánto había de cada uno, no hay ninguna dialéctica digamos porque también creo personalmente que la identidad es absolutamente polifacética y soy judío y soy padre y soy hijo y soy argentino y soy una persona de cuentitos y soy un montón de cosas y no soy nada al mismo tiempo. Soy la persona que busca saber quién es como cualquiera de nosotros. Creo que tiene que ver con eso, que también no nos tuvimos que aferrar a esa identidad de una manera reactiva. Encima viniendo del país que sufrió los atentados terroristas más cruentos contra la comunidad judía fuera de Israel.
–Quiero detenerme en “Iosi”, una de las series más vistas acá en Paraguay. Fue un episodio muy fuerte a partir de toda esa fortaleza que tuvo unos años de incertidumbre al respecto de si se hacía justicia o no se hacía justicia, ¿no?
–Sí, no se hizo justicia finalmente. Y creo que también lo que quise reflejar, o sea, la sociedad argentina se anestesió ante la falta de justicia y que la impunidad formó parte de la identidad colectiva. Es algo tremendo. Pero me parece importante que la impunidad no es responsabilidad de un político o de una época política, es de una época de la sociedad en la cual la gente estaba anestesiada y admitía que la impunidad era un activo social con el cual se podía vivir y muy bien.
–Que tiene un pariente, que es el miedo.
–Ojalá fuera el miedo. Yo creo que es más la desidia, porque básicamente nadie soporta la impunidad respecto a uno mismo. Las víctimas nunca soportan la impunidad, esto está claro. El chiste es que la sociedad que no es directamente influenciada por un hecho lo sienta como propio. A mí me fascina el concepto de Spinoza sobre la escala del amor y la generosidad. Uno puede amar a cualquiera pero la generosidad es actuar como si uno amara al otro. Esto es lo mismo, que la sociedad actúe como si hubiera sido lesionada ella misma y cuando eso se desarticula puede existir la impunidad. Entonces básicamente hablamos de un cierto quiebre en el contrato social, de cierta dilución de una empatía.
VERDADES OCULTAS
–¿Te parece que el cine sigue reivindicando el lugar de la verdad?
–Una de las misiones del cine, porque cristaliza de manera física y evidencia ciertas verdades o a contrario sensu, que es más fácil porque darle un lugar de portador de verdad es un poco riesgoso, evidencia estos momentos de impunidad, estos momentos de la verdad que es mirada o atacada, que no es lo mismo que ser un lugar de definición de verdades. Yo en “Iosi” no digo “el atentado lo hizo tal persona”, porque la Justicia es la que tiene que hacer eso. Yo lo que digo es que durante 30 años se construyó una conspiración de actores muy diferentes de la sociedad, todos alineados de manera sincronizada para garantizar un pacto de impunidad. Hay una verdad que no conocemos y el cine puede develarnos las verdades ocultas.
–¿Cuándo fue la vez en tu vida, para hablar de tu historia personal, que dijiste “yo quiero hacer cine”?
–No existió ese momento y es bastante decepcionante cuando me preguntan eso, porque yo quería ser escritor. Yo tengo una fascinación por la literatura, me encantaba escribir y todavía la verdad que escribo y siempre digo a mis hijos “cuando sea grande me dedicaré a ser escritor” y me miran y me dicen “cuánto falta para eso” (risas). Escribía, pero en cierto momento sentí que tenía que transformarlo en un ambiente para contarle algo a alguien. Tengo el recuerdo de esperar que mi madre llegue del trabajo para contarle algo, la fascinación de contar algo. Y tomé cine como un instrumento, que podría haber sido cualquier otro. Nunca tuve una fascinación por el dispositivo cinematográfico y de hecho hoy no la tengo. Tengo una relación totalmente instrumental. No hay nada que me aburre más que hablar de una cámara. Cuando viene el fotógrafo y me dice ¿salió tal lente? Ni me cuentes. Mi relación con el cine es instrumental y de puente.
LA FIGURA DEL HÉROE
–Quiero continuar con tu obra y quedarme en “El abrazo partido”, porque además es un juego de palabras muy bonito.
–“El abrazo partido” me dio muchísimas satisfacciones y me cambió la vida. Fue la película donde dije “soy algo así como un director de cine”. Siempre parto de un dilema moral irresoluble. Yo cuando era chico vivía en el barrio judío de Once de Buenos Aires y había escuchado una historia que nunca se termina de saber si fue verdadero, pero me inspiró la película de que en la época de la guerra de los Seis Días hubo muchos judíos argentinos que dijeron “vamos a luchar por Israel” y en esa época se tardaba en llegar. Muchos llegaron después del sexto día y la guerra ya había terminado. Y alguno dijo “bueno, me quedo” y dejó una familia con un local. A mí esos dilemas de ir a luchar por un ideal dejando una familia, la idea de ir a salvar al mundo, pero abandonar tu responsabilidad más próxima, siempre desconfié. Siempre desconfié mucho de los héroes porque para mí son gente que se escapó de la casa, que no quiere asumir o que prefiere ir a salvar las ballenas en Australia en lugar de cuidar a su hijo de cuatro años y explicarle ciertas cuestiones existenciales.
–¿Qué cosas está mirando el cine?, ¿qué profecías está haciendo te parece?
–Yo creo que el cine no hace profecías. Yo creo que mucha gente que hace cine tenemos una conexión con nuestro tiempo. Entonces, no somos proféticos, sino revelamos cosas que la sociedad niega. Niega por el frenesí, por la falta de debate, por la agenda. Normalmente cuando uno va a promocionar una película, lo que te sucede hoy día es que la mayoría cuando vas a un programa de televisión te dice “la agenda de hoy es muy política, la agenda es otra cosa”. Yo creo que somos nuestra agenda. Estoy bien convencido de que somos qué hago hoy, somos eso y cómo tratamos al otro en ese eso y nada más.
EXPERIENCIA SOCIAL
–Dentro de unos años tendremos personas que pudieron no haber ido al cine, pero igual haber visto todas las películas del mundo. ¿Cómo te llevás con esos cambios?
–Tengo contradicciones al respecto. Por un lado, la idea de la masividad y la posibilidad de cuando pongo una serie y que pueden verla en cualquier parte del mundo y toda la penetración que tiene y el acceso que tiene porque sigue siendo un lujo burgués finalmente, pero tiene un acceso muy grande. Pero yo recuerdo que cuando estrenaba una película, mi mayor placer era salir y ver la gente llegando al cine. Había un momento de su vida que giraba en torno a ese evento y todo lo que significaba y que ahora todo se pueda hacer desde la cama comiendo una pizza. No es que me afecta a mí, me da pena que nos estemos perdiendo todo eso, porque en ese circular había un contacto humano, una circulación.
–Es como que se perdió el templo, ¿no?
–Se perdió el templo, pero lo mío no es la cuestión romántica, sino que nos perdimos una experiencia social que para eso nació, de a quiénes tengo al lado, que me encuentro con alguien, el tránsito con el otro, que lo vamos perdiendo. A mí eso me da pena, pero no por el cine en sí mismo, sino por la pérdida social, porque se van perdiendo y eliminando momentos de contacto humano, de contacto real.
HERMANDAD ESTÉTICA
–¿Te parece que hay un cine regional identificable como un corpus o hay experiencias aisladas?
–Yo siempre desconfío un poco del cine del hermano latinoamericano. Me parece que nunca terminé de entender por qué no podemos ser unidos, cercanos, colaborativos desde nuestra singularidad. Me parece que también es una pose totalmente innecesaria y es una retórica que el goce está en un supuesto sentimiento de hermandad estética o narrativa que no hay. Lo hubo en la literatura en cierto momento. Desde afuera nos miran como latinos, pero ¿nos tenemos que sumar a esa mirada? ¿O tenemos que reivindicar nuestra singularidad y tener una mirada más pragmática de colaboración entre los países para hacernos más fuertes en todas las cinematografías, generar hub de producción?
–¿Cómo está el cine argentino?, que siempre fue productivo.
–Creo que está en el momento más delicado de su historia. La interrupción del fomento público generó una crisis muy grande. El cine argentino hoy día se sostiene básicamente por el aporte de las plataformas y me gusta. Prefiero pensar que de alguna manera el sistema de fomento público de alguna manera se va a reinventar para lograr que personas como yo, que hemos sido hijos de la educación pública y hemos contado con apoyo, después podamos crear como yo compañías de producción independiente, pero el aporte público es el puntapié. Hay que entender que una cinematografía es mucho más que lafacturaciónoel valor agregado que genera porque tiene un enorme impacto cultural y sobre otras industrias.
–Hay una especie de desvalorización de lo público también, ¿no?
–Latinoamérica es un continente, y ahí sí estamos hermanados, con abismales asimetrías irresolubles por el mercado. Esto no es una posición ni ideológica ni política, es absolutamente descriptiva. Hay comunidades, hay espacios, hay territorios, que además de las cuestiones de asimetrías históricas, están bajo riesgo por cuestiones climáticas. Ahí la sociedad, más que el Estado, puede tener una decisión de si como humanos tenemos una empatía y queremos entre todos ayudarnos. Es una cuestión humanística y no política.
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“No tiene valor ser un profesional médico muy capacitado sin humanismo”
- Fotos: Pánfilo Leguizamón
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al cirujano especialista en coloproctología Prof. Dr. Isaías Ricardo Fretes. Además de reflexionar sobre el sentido de la vocación y la práctica médica, Fretes insta a la población, en especial a los varones, a superar los tabúes y realizarse los controles de rutina para evitar una enfermedad altamente prevenible, pero que puede afectar de manera dramática la calidad de vida, como el cáncer de colon.
–Nuestros padres nos heredan muchas cosas, pero en tu caso hay una herencia aún más poderosa porque tu padre fue médico, tu madre licenciada en enfermería. ¿Se puede decir que tu cuna fue un hospital?
–Sí, y creo haber tenido el privilegio de ver la transformación de la medicina en el tiempo y una transformación en deterioro en nuestro país. Yo he visto a mi papá llegando a las casas del enfermo y tras atender al paciente, venía siempre un agradecimiento con un chipa guasu o alguna cosa al respecto. Y esa imagen de la persona calificada, que era importante dentro de la comunidad, es la que yo capté.
Y ese es un aspecto que ha ido deteriorándose en la medicina, que es la deshumanización de la medicina, donde el mercantilismo empieza a ser prioritario. Yo tuve en suerte de vida formarme en una generación de médicos donde nos calificaban y tenían una nota muy alta la dación que teníamos con el paciente. Además, no se puede formar un cirujano sin disciplina.
–¿Cuáles son los ajustes que a tu criterio se deben hacer al proceso de formación de los médicos?
–Una de las cosas que yo veo en cirugía, por ejemplo, hoy en el Hospital de Clínicas es que el residente no tiene las condiciones para vivir ahí. Nosotros teníamos nuestra cama, nuestro ropero, estaba el baño comunitario, la residencia, podíamos vivir ahí, vivíamos cómodamente y entonces la primera ventaja no había atrasos porque vos estabas ahí.
Y por supuesto teníamos también nosotros dentro de ese ambiente laboral las condiciones de buen trato. Hay otro factor que es muy preocupante, que hay muchos médicos jóvenes en formación que están pasando por situaciones difíciles por consumo de productos indebidos. Eso en mi generación no existía.
–¿Este consumo podría relacionarse con un estrés de la gestión profesional o son síntomas de este tiempo?
–Yo creo que son situaciones de este tiempo y ha ido por supuesto eso incidiendo en la calidad de la formación médica. En mi época era normal que si cometías una falta, el profesor te diga “usted durante una semana no entra a quirófano” y eso era un golpe bajo para nosotros, porque queríamos entrar en quirófano.
FORMACIÓN
–¿Qué es ser médico militar?
–Muchas veces me pregunto cómo hice para sobrellevar ambas carreras. Ostento y tengo el honor de ser hasta la fecha el único almirante médico. Me encontré con una remesa de oficiales de carrera, son mis camaradas, en quienes me apoyé y que me ayudaron a sobrellevar la dura vida militar. Yo fui el primer médico que se fue a Pozo Hondo, año 84, tardé ocho días en llegar.
Fue la primera vez en mi vida que no me bañé ocho días. Ahí se inició mi proceso de formación militar. El médico que no está imbuido de ese entrenamiento militar no puede soportarlo. Yo viví en Bahía Negra en dos situaciones, bajo sombra con 48 grados o en Bahía Negra inundada, donde nos desplazábamos en canoas.
–Estudiaste en Brasil y estudiaste en Francia en términos de especialidad.
–Sí, al terminar yo la residencia médica en el Hospital de Clínicas escribí a Francia, pero no tuve una respuesta. Entonces fui al Brasil, al Hospital das Clínicas, me encuentro ahí con una jefe de servicio, algo impensable en la época, una gran señora, Angelita Habr-Gama, hoy día la mejor coloproctóloga del mundo.
Tuve la obsesión de querer ir a Europa y volví a enviar y ahí me dijeron “acá se rinde un examen en setiembre, si usted está interesado, venga”. Fui con mucho miedo porque sabía que si no salvaba ese examen, no iba a tener derecho a la bolsa, porque mis padres no estaban en condiciones de pagarme, de mantenerme en Europa. Por lo visto me dieron buena formación porque yo pude obtener esa bolsa, porque había un lugar para el extranjero.
Y así tuve la oportunidad de hacer la especialidad dos veces. Y fue una muy linda mancomunión entre el conocimiento de la patología regional, que lo aprendí en el Brasil, y en Europa conocí la tecnología. Pero me ocurrió lo que le ocurre a todo joven que viene con una formación europea y cree saber todo, hasta que la vida y la práctica médica le da unos akãpete y le enseña que la medicina es un proceso.
Decía un gran cirujano que el cirujano aprende a operar a los cinco años de ejercicio, pero en 30 años aprende cuándo no debe operar.
–Hay algo que escuché en una de sus charlas al respecto de la desprotección que existe con relación a la ausencia de los seguros de praxis. Acá los médicos están bastante desprotegidos al respecto, ¿no?
–A la semana que iba a entrar en quirófano en Francia, me dice mi maestro, el profesor Jean-Claude Sarlès, “¿usted tiene su seguro de mala praxis? Si usted comete un error, yo no voy a ser responsable. Vaya y vea”. Fui a la secretaría, hice las averiguaciones, el 85 % del seguro de mala práctica médica lo pagaba el hospital y el 15 % lo descontaban de mi salario. En ese aspecto nosotros en el Paraguay todavía no tenemos competencia entre varias empresas. Hay una empresa que sí está vendiendo seguros, pero desde un monto muy pequeño.
TABÚ
–Aparte de tener un nombre un poco complicado, la coloproctología es una especialidad que está un poco damnificada por el tabú, la ignorancia, especialmente los hombres, ¿no?
–Mi papá fue un docente de alma, profesor de la Facultad de Medicina, formador de médicos. Y él tenía que hacer sus consultorios a la tardecita, porque el varón que iba a consultar sabía que tenía que tener un tacto rectal. Eso ha cambiado mucho, pero todavía hay un tabú en relación a ello, sobre todo en el varón.
–Quiero pedirte una referencia a un problema que es de tu permanente atención, como es el cáncer de colon, y que nos expliques en qué contexto se encuentra nuestro país en esa problemática.
–Con mis residentes decidimos indagar cómo está nuestra casuística y tomamos como referencia los hospitales más importantes de Central, que es donde se puede operar un cáncer de colon. Para sorpresa nuestra, encontramos que el 30 % de los cánceres de colon son operados de urgencia y eso es inadmisible en una enfermedad que es prevenible.
DIAGNÓSTICO PRECOZ
–¿Por qué?
–Porque el cáncer se inicia de unas pequeñas bolitas, uvitas que cuelgan en la luz del intestino que se llaman pólipos. Si uno a partir de los 50 años, aunque uno no tenga la más absoluta sintomatología, se realiza el estudio, que se llama colonoscopia, y si se encuentra ese pólipo se extirpa, uno está haciendo prevención.
Pero ¿qué sucede en nuestro país? O la información no llega, las sociedades científicas tienen pocos rubros para hacer campaña de concienciación, la difusión cuesta plata o nos topamos con que ese individuo, sobre todo en el interior, no puede acceder a la tecnología o aparece nuestra cultura fuerte con el efecto tabú que hace que, por más que lo conozca, no se hace de rutina ese estudio.
–¿Será que por eso también se demora tanto ya en una situación de afectación?
–Se opera de urgencia y se le tiene que quitar el intestino y ser lo que nosotros llamamos ostomizado. Es decir, abocar el colon a la pared del intestino y hacer su necesidad hacia una bolsita que se adhiere a la pared del abdomen. Y no debería llegarse a esa instancia.
El pronóstico no quiere decir que no se cure, pero el pronóstico es más feo, el sufrimiento es mayor y la persona que tiene un cáncer de colon debe ser conciente de que el proceso hacia la curación es prolongado. Estamos hablando de un año y no solo sufre ese paciente, sino que también detrás de él arrastra a la familia.
Y es un cáncer que es prevenible, como el cáncer de cuello uterino, pero hay una incidencia alta todavía a pesar del gran esfuerzo del Ministerio de Salud.
LABOR SOCIAL
–Hablanos un poco, doctor, antes de despedirnos de esa obra fantástica de la promoción 1983.
–Estábamos en Yataity del Guairá unos tres médicos, pueblo chico, viene un vecino preguntando si podíamos atender a una paciente. Fuimos, vimos a la paciente, era una ancianita, estaba deshidratada. Enseguida nos dimos cuenta de que no iba a poder comprar la medicación que necesitaba.
Fue este colega a comprar el suero, le pusimos antibióticos y la señora insistió en pagarnos y nos pasa seis huevos, a dos huevos cada uno. Ahí nos dimos cuenta de que la satisfacción que obtuvimos al salir de la casa de esa ancianita fue muy importante. Y surge la idea de hacer una atención médica grande en esa misma ciudad.
Y así iniciamos en 2015 la atención médica en Yataity del Guairá. En sus inicios tomamos solamente la parte médica con escaso instrumental o aparataje de diagnóstico. Crecimos en el tiempo gracias a la credibilidad y hoy día somos 185 médicos que nos vamos a poblaciones alejadas y carenciadas de la república a llevar una medicina de muy alto nivel, amparados en el trabajo conjunto con amigos no médicos que vieron honestidad y credibilidad en el proyecto, porque estos 185 médicos no van a poder aplicar su buen arte si no son acompañados por estos amigos no médicos que nos hacen trabajar.
–Este es uno de los proyectos de civilidad más importantes de esta década...
–Este año vamos a ir a Yegros. Estamos hablando de un contingente de 335 personas. El 5 y 6 de setiembre vamos a estar tomando como epicentro a Yegros, pero vamos a abarcar las ciudades de Yuty, 3 de Mayo, Bertoni y Yegros, o sea cuatro comunidades. Es largo hablar del proyecto, pero voy a comentar solamente este hecho. Ya fuimos a conocer las cuatro comunidades porque antes introdujimos una metodología militar.
Es lo que aprendí en las Fuerzas Armadas, el estudio de situación. ¿Dónde íbamos a ir? ¿Qué hay? ¿Qué no hay? ¿Qué tenemos que llevar? ¿Qué prevalencia de enfermedades hay? Y ahí nos enteramos, por ejemplo, que en 3 de Mayo uno puede enfermarse solamente de lunes a viernes de 7:00 a 15:00. Después ya no hay médico.
–Imaginemos una escena que le tocan el timbre o golpean la puerta en la casa y es un chico que hizo un estudio vocacional y encontró que quiere ser médico. ¿Cuáles son dos o tres cuestiones básicas que le recomendaría para que su vida sea de satisfacción y plenitud?
–Hoy día el ejercicio médico es riesgoso si es que uno no está bien formado y no adquiere el concepto de la capacitación constante. Eso está ligado a un costo. Segundo, no tiene ningún valor ser un profesional médico muy capacitado sin humanismo. En la conjunción de ambas cosas viene la aureola de la vocación. La vocación es la que le quita a uno el cansancio y abre la vía para llegar a la satisfacción espiritual, que es el privilegio de esta profesión que vanamente intenta emular al creador.
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“No se puede obstruir el control del Estado sobre el manejo del dinero”, dice Acevedo
“Si vos no tenés nada que ocultar no tendrías que temer a una investigación“, dijo el analista político y excanciller Euclides Acevedo sobre la solicitud de intervención de la Contraloría General de la República (CGR) a los municipios de Ciudad del Este y Asunción. Agregó que en el proceso existen tres frentes de batalla: jurídico, administrativo y político.
“El Estado a través de la Contraloría lo que hace es controlar la gestión pública y el manejo del dinero público de los ciudadanos, esto es una responsabilidad irreemplazable del Estado. No se puede obstruir el control del Estado sobre el manejo del dinero”, sostuvo Acevedo, este viernes, en una entrevista con el programa “Así son las cosas” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
De esta forma Acevedo echó por tierra el discurso esgrimido por el intendente de Cuidad del Este, Miguel Prieto, y sus aliados, que aseguran que el órgano extrapoder no cuenta con facultades para requerir la intervención y que el pedido obedece a una persecución política.
“No se le puede obstruir a la Contraloría su capacidad de intromisión ante comportamientos que pueden ser irregular o atenten contra la soberanía económica del ciudadano”, remarcó.
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Principales hechos
De acuerdo a la Contraloría, en la administración del intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, las irregularidades guardan relación con las transferencias de recursos financieros a la subcomisión distrital de Ciudad del Este en apoyo a la actividad llamada “Navidad sustentable” en el ejercicio del 2023.
También hizo mención sobre el examen documental sobre la composición y aplicación de los gastos de capital de la Municipalidad de Ciudad del Este para los ejercicios del 2019 a 2022.
En lo que respecta a la administración del intendente capitalino, Óscar Rodríguez, detalla supuestas irregularidades que se dieron en la gestión presupuestaria de la institución entre el 2021 y el 2024. El contralor citó la emisión del bono G8 por G. 360.000 millones realizada en el 2022 para obras de desagüe pluvial, además de los bonos G9 por G. 195.000 millones en el 2023 que fueron emitidos para pagar deudas de emisiones en anteriores administraciones.
“Tanto Prieto como Nenecho Rodríguez son figuras políticas notables y electoralmente importantes, por lo tanto acá vamos a tener un buen entretenimiento de aquí a las elecciones municipales. Los que dicen que acá no existe nada político, no sé en que país viven, esto tiene una marcada connotación política”, sostuvo Acevedo.
Asimismo afirmó que “las batallas políticas hay que llevarlas sin miedo, sin angustias por eso creo que las renuncias habrían que descartarse”.
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