“Un golpe de Estado se consuma con la decisión del Tribunal Supremo de Justicia que declara oficialmente a Nicolás Maduro como presidente, dictador de un régimen, ignorando la voluntad popular del pueblo venezolano”, sostuvo el presidente del Congreso Nacional, Basilio “Bachi” Núñez.
“Esto revela una corrupción tremenda y un abuso de poder. La democracia herida de muerte, pero sigue viva en Edmundo González Urrutia como presidente legítimo y María Corina Machado como la líder indiscutible de pueblo hermano”, indicó en sus redes sociales.
Maduro había solicitado al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) “certificar” el resultado de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo proclamó vencedor con 52 % de los votos. La oposición asegura haber ganado los comicios y acusa tanto al TSJ como al CNE de servir al chavismo.
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El TSJ no expuso ante el pueblo venezolano los detalles técnicos del peritaje, como por ejemplo el tamaño de la muestra analizada. Liderada por María Corina Machado, la oposición asegura que su candidato Edmundo González Urrutia ganó con 67 % de los votos y publicó en una página web copias de las actas que, sostiene, lo prueban. El chavismo ha dicho que el material es “forjado”.
“Los resultados electorales en Venezuela sencillamente no pueden ser ratificados, no existió una revisión transparente e independiente y contradicen lo que se percibe con claridad en cuanto a la voluntad del pueblo venezolano”, manifestó el titular de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre.
El dirigente político de capital realizó un posteo en redes sociales argumentando que “es imposible reconocer a un gobierno en estas condiciones”. De esta manera Maduro se posicionaría de vuelta en el poder por el periodo 2025-2031.