Por Lourdes Torres - Periodista - lourdes.torres@nacionmedia.com

A unos 500 metros del río Paraguay, en la cercanía de la desembocadura del río Manduvirá, se encuentra un pequeño oratorio privado que fue construido por el entonces presidente Don Carlos Antonio López para su esposa, doña Juana Pabla Carrillo. Con la llegada de la Guerra contra la Triple Alianza, este lugar fue saqueado hasta quedar prácticamente en ruinas. Hoy, la familia propietaria del inmueble lleva ya varios años trabajando en su restauración y puesta en valor.

La estancia donde está ubicado el oratorio Olivares, es conocido también como Tupao Kue y se encuentra dentro de la propiedad denominada Estación Puerto Olivares, en la ciudad de Arroyos y Esteros, del departamento de Cordillera. Para observar este hermoso lugar rodeado de abundante naturaleza y alejado del ruido urbano, pero sobre todo conocer su rica historia, un equipo del Diario La Nación/Nación Media visitó el sitio histórico.

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Tomando la Ruta PY03, a la altura del kilómetro 50, se ingresa hacia el lado izquierdo, en el portal de la Estancia Sara; y de ahí se transita por un camino terraplenado privado, al que solo se puede ingresar en días que no marquen lluvias, ya que, al ser caminos privados de varias estancias, se han puesto por norma prohibir el tránsito en días de lluvia. Luego de atravesar unas 12 tranqueras se llega a la Estación Puerto Olivares.

También se puede llegar por vía fluvial, desde Asunción o Piquete Cué que permitirá a los turistas disfrutar de las bellezas del río Paraguay y su afluente, el Manduvirá, ya que cuenta con un puerto para desembarcar. Además, la travesía por el río representa una experiencia inolvidable en lo que hace a la observación de la naturaleza

La familia de Arturo Alvarado abrió su establecimiento Estación Puerto Olivares para el disfrute de las familias de un turismo de contacto con la naturaleza. Foto: Gentileza

Este lugar lleva este nombre, dado que la hacienda está ambientada como una vieja estación de tren a vapor. De hecho, cuenta con un pequeño circuito de tren a vapor con un bajón para la atracción de los niños.

Cuando llegamos al lugar, nos recibió su propietario, don Arturo Alvarado, quien rápidamente nos llevó a conocer el oratorio que se ha convertido en su principal ambición por devolverle su esplendor colonial, pero a la vez convertirlo en un museo y parte de la atracción turística que ofrece todo el establecimiento.

Oratorio familiar

De acuerdo con el recuento histórico que pudo recolectar la familia Alvarado Guanes, esta propiedad que inicialmente consistía en unas 19.000 hectáreas, perteneció al presbítero Blas Pereira, en el siglo XVIII, fue el que trajo plantas de olivos importadas desde España y cultivadas en el lugar, de ahí su nombre estancia Olivares.

Luego pasó a pertenecer a la familia Carrillo-Viena, cuya heredera fue doña Juana Pabla Carrillo, esposa del primer presidente constitucional, don Carlos Antonio López. Se cree que la construcción del oratorio fue diseñada y dirigida por el arquitecto italiano Alejandro Ravizza y se inició en los últimos años de su gobierno.

Al respecto, Arturo Alvarado señaló que la familia López Carrillo era muy católica, y de hecho don Carlos llegó a construir varias iglesias católicas, no solo la Catedral en Asunción, sino también en varios pueblos del interior.

La restauración del Oratorio Olivares se está llevando adelante con recursos propios de la familia, pero está abierta la invitación para colaborar con donativos económicos. Foto: Jorge Jara

“Esta era la estancia de los López - Carrillo, y por supuesto aquí también mandó construir un oratorio privado para la familia. La construcción comenzó en 1853/4 y se inauguró en 1862. Lastimosamente, don Carlos no pudo asistir a la inauguración oficial, ya que la obra concluyó tres meses después de su muerte, que se produjo el 10 de septiembre de 1862. La fecha de inauguración fue el 14 de diciembre de ese año a la que asistieron, familiares, amigos, autoridades, y pobladores de estancias cercanas”, comentó.

Indicó que para la inauguración se hizo una gran fiesta, se mataron varias cabezas de ganado, y luego de esto, se llevaron a cabo varias celebraciones religiosas antes del inicio de la guerra.

Atrás de la iglesia había una gran casa, que tenía 8 habitaciones, donde se guardaban los vestidos, y toda la ropa que era para la misa. También estaba la habitación para el cura y algún invitado. De esto, no quedó nada después de la guerra, ya que destruyeron todo, buscando tesoros, el famoso plata yvyguy, cavaron en varios lugares incluso hasta llegar a los cimientos. De la casa no hay fotos, ni planos que nos diga cómo era, pero sí hay algunos cimientos que quedaron”, comentó.

Por mucho tiempo, el oratorio de Olivares fue conocido como “Tupaokue”, por las condiciones de ruina que quedó la construcción tras la Guerra Grande, los saqueos que sufrió, y el abandono de los años.

“Cuando yo conocí este oratorio allá por el año 1965, no había quedado casi nada, estaban solo las paredes, no tenían revoque, no tenía galería. Dentro del oratorio estaba lleno de pozos de 2 metros de profundidad, que dejaron los buscadores de los famosos tesoros de López”, indicó

Ya en la posguerra, la propiedad pasó a manos de un inmigrante alemán, Albert Aostendorp, quien la tuvo hasta 1919. Ese año, la adquiere don Francisco Guanes Machaín, hermano de la abuela de Arturo Alvarado.

Asimismo, indicó que 1924, don Francisco transfiere la propiedad a su madre, Rafaela Machaín de Guanes, que sería su bisabuela. Luego en 1933, transfiere la propiedad a sus hijas, una de ellas fue su abuela, doña Berta Guanes de Alvarado, y de ahí queda para sus descendientes.

Restauración y puesta en valor

Arturo Alvarado explicó que desde hace años vienen trabajando en la restauración de este oratorio en la medida de sus posibilidades, ya que llevan adelante con recursos propios. No obstante, al llegar a la estancia Puerto Olivares, se puede leer un cartel que invita a los visitantes que quieran realizar sus donativos voluntarios, para colaborar en la restauración.

La Estación Puerto Olivares ofrece un amplio circuito para que los visitantes puedan realizar senderismo. Foto: Gentileza

“Nuestra idea es hacer un museo de este lugar, con algunas cosas que ya fuimos colectando con el tiempo, cosas históricas, muebles antiguos, cosas que estamos recolectando tanto en Paraguay, como Argentina. Lo que buscamos es que sea algo digno de visitar y que muestre parte de la historia de este lugar”, precisó.

Turismo en la Estación Olivares

Por otra parte, el señor Alvarado comentó que inicialmente la propiedad se conocía históricamente como Estancia Olivares, con su hijo de nombre Arturito Alvarado, por cuestión de atracción turística, decidieron cambiar el nombre por Estación Puerto Olivares, dado que la fachada de la hacienda y la ornamentación de la casa es como una vieja estación de tren, además de que cuenta con un corto tramo de un pequeño tren a vapor, que sirve de atractivo para los niños.

Los visitantes y turistas pueden disfrutar de un contacto con una abundante naturaleza que ofrece la conjunción de los ríos Paraguay y Manduvirá. Foto: Gentileza

“Como yo me dedico más a la ganadería, prefiero llamarlo Estancia Tupaokue y mi hijo, Arturito, quien se dedica más a la explotación del turismo de naturaleza, prefiere llamarlo Estación Puerto Olivares”, comentó.

En cuanto al complejo turístico, don Alvarado comentó que la propiedad está rodeada por el río Paraguay y la desembocadura del río Manduvirá, teniendo varios kilómetros de costa en ambos ríos. Además, de una abundante vegetación y bosque, cuyos senderos permiten la observación de varias especies de animales, sobre todo de aves.

“La gente puede venir a pasar el día, o bien se puede quedar a dormir, contamos con habitaciones para alquilar, pueden pernoctar, también tenemos zonas de camping para quien quiera vivir una experiencia de acampar en el lugar. Ofrecemos servicio de cantina. Realmente estamos teniendo mucho éxito, sobre todo recibimos mucha visita de extranjeros, además de paraguayos, que se vuelven locos al observar el lugar”, destacó.

Al respecto, remarcó que en la estancia fomenta el cuidado del medio ambiente, por lo que en el lugar está prohibida la caza y la pesca masiva, así como la poda de la vegetación.

“Tenemos prohibida la entrada de cazadores, cuidamos mucho ese aspecto, también prohibimos poner redes en el río a los pescadores, antes lo hacían, pero si nosotros vemos que hay redes las sacamos y las llevamos a la comisaría. Hace años que estamos con este cuidado y al menos en nuestra parte del río Paraguay y Manduvirá ya no se ven pescadores con redes”, acotó.

DATOS COMPLEMENTARIOS

  • Oferta turística de Estación Puerto Olivares: Disponible para paseos en kayak – pescas deportiva – camping – visita al Oratorio Olivares o Tupaokué – Museo de Tren – Senderismo – Travesía 4x4 – Observación de unas 300 especies de aves entre nativas y migratorias.
  • Costo para pasar el día: G. 50.000 por persona.

Costo para pernoctar:

  • Zona de Camping G. 70.000 por persona.
  • Habitación grande para 4 personas: G. 650.000 (Ducha con termo calefón – AA. – Heladerita – Parrilla y mesa - No incluye desayuno).
  • Habitación pequeña para 4 personas: G. 450.000 (cuenta con Ducha con termo calefón -AA.- Sin tv - No incluye desayuno)
  • Contactos: +595 985 591 221
  • Redes sociales Facebook – Instagram: @EstaciónPuertoOlivares
El establecimiento ofrece zonas de camping, pero también cuenta con habitaciones totalmente equipadas para pernoctar. Foto: Jorge Jara


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