Santiago Peña indicó que un segundo mandato de Donald Trump podría ser uno de los cambios más radicales en la historia moderna de América Latina. Foto: Gentileza
Segundo mandato de Trump traerá cambios radicales en la región, señala Peña
Compartir en redes
El presidente de la República, Santiago Peña, considera un punto de inflexión en la historia del siglo XXI, la segunda asunción al mando del republicano, Donald Trump, como mandatario de los Estados Unidos; por lo que ratifica su propuesta de establecer al Paraguay como el principal aliado regional de la Casa Blanca.
Durante una entrevista que mantuvo con Infobae desde Washington, en la sede de la embajada de Paraguay ubicada en el barrio de Dupont Circle; aseguró que este segundo mandato de Trump puede ser uno de los cambios más radicales en la historia moderna de América Latina.
Mencionó que los gobiernos republicanos históricamente han tenido mayor cercanía con la región. Indicó que, en esta oportunidad, además, la presidencia que inicia este lunes 20 de enero cuenta con funcionarios con conocimiento del potencial de América Latina.
Destaca, además, que el presidente Peña tiene una mirada crítica sobre la ofensiva de China en la región y cree que puede contribuir a mejorar las relaciones diplomáticas en América Latina. Por eso apoya la nominación de su canciller, Rubén Ramírez, como secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Ramírez tiene muchas posibilidades de suceder a Luis Almagro en el foro regional; su adversario del Caribe coquetea con China y tiene una posición ambigua sobre Nicolás Maduro y su dictadura en Venezuela.
Relaciones diplomáticas
En otro momento de la charla, el presidente Peña se refirió a las relaciones diplomáticas entre Paraguay y Norteamérica. “El presidente Trump, y a mí me ha tocado hablar con él ya en dos oportunidades, es consciente de que Paraguay probablemente es el mayor aliado que tiene Estados Unidos”, acotó.
Asimismo, indicó que el gobierno de (Joe) Biden, como todas las administraciones demócratas, no estuvo su foco en América Latina. Mientas que los gobiernos republicanos le prestaron un poco más de atención.
“El cambio que podemos ver de una administración a otra, y principalmente mirando a quienes van a ser los protagonistas de esta relación, como el secretario de Estado designado, Marco Rubio, el segundo del Departamento de Estado, Christian Landau. Ambos tienen un conocimiento acabado no solamente del idioma, sino de la cultura y del potencial que tiene América Latina para enfrentar los grandes desafíos que tiene esta administración. Creo que América Latina, es el gran aliado para Estados Unidos”, remarcó.
Asimismo, destacó que Donald Trump tendrá una posición firme y de rápida solución a los grandes conflictos, porque sabe que no tendrá otra oportunidad o periodo para gobernar el país. Indicó que resolverá la guerra entre Ucrania y Rusia, apaciguará la crisis en Medio Oriente y ejecutará un plan de acción para rescatar la democracia en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Donald Trump afirmó que su administración enviará una docena de cartas a distintos socios comerciales para informar de los aranceles que impondrá a sus mercancías. Foto: Archivo
Este lunes Trump enviará una docena de cartas sobre aranceles a sus socios comerciales
Compartir en redes
El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó el viernes que su administración enviará el lunes una docena de cartas a distintos socios comerciales para informar de los aranceles que impondrá a sus mercancías.
El 9 de julio expira el plazo dado por Trump a decenas de economías para negociar un acuerdo que evite la imposición de tarifas aduaneras adicionales que, según afirmó esta misma semana, se situarán entre un 10 % y un 70 %.
“He firmado algunas cartas y se enviarán el lunes, probablemente 12”, dijo Trump a la prensa que lo acompañaba a bordo del Air Force One. El dirigente añadió que los países destinarios de estas misivas se anunciarán ese mismo lunes.
A principios de abril, Trump impuso un arancel del 10 % a los bienes de casi todos los socios comerciales estadounidenses, y preveía añadir a los pocos días un tramo suplementario para varios de ellos como Taiwán y la Unión Europea.
Sin embargo, el dirigente republicano decretó una suspensión de estas tarifas adicionales para iniciar negociaciones que, por ahora, solo fructificaron en acuerdos en los casos de Reino Unido y Vietnam.
A pocos días de la fecha límite del 9 de julio, Trump dijo que informará de los nuevos aranceles a los distintos países con el envío de cartas.
A bordo del avión presidencial, el republicano explicó que así es mucho más fácil que “sentarse y trabajar en quince cosas distintas”.
Es “mucho más fácil enviar una carta diciendo: ‘Oiga, tenemos cierto déficit, o en algunos casos un superávit, pero no demasiado (...) Esto es lo que tendrá que pagar si quiere hacer negocios con Estados Unidos’”, afirmó.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó ayer viernes su emblemática ley de presupuesto para terminar una ceremonia del Día de la Independencia en la Casa Blanca repleta de pompa y marcada por un desfile aéreo de bombarderos B-2, los aviones utilizados para atacar Irán.
“Es un buen momento”, dijo mientras firmaba el documento con un grueso marcador, rodeado de decenas de legisladores republicanos que se alinearon para apoyar su “ley grande y hermosa”, como la bautizó. “Entramos en la era dorada de Estados Unidos”, aseguró.
Con esta ley, Trump se anotó un nuevo triunfo que consolida su visión de la política estadounidense, luego de los fracasos a su favor de parte de la Corte Suprema de Justicia y los ataques de Estados Unidos que llevaron a una tregua en el conflicto entre Israel e Irán.
El paquete cumple muchas de las promesas de campaña de Trump, como un aumento del gasto militar, el financiamiento de una campaña de deportación masiva de migrantes y otorga 4,5 billones de dólares para extender sus recortes tributarios del primer mandato (2017-2021).
Con el título “Dejar aparecer”, el fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar inauguró en Islandia una exposición de retratos de habitantes del pequeño pueblo de Höfn
“El retrato es una forma de crear un espacio con el otro”
Compartir en redes
El fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar se instaló por primera vez en ese alejado territorio en 2009. Ahora vive en Seyðisfjörður, transformado por el contexto, un planeta distinto, como dice. El artista visual nos habla sobre la esencia de su nueva muestra y sus vivencias en la “tierra del fuego y el hielo”.
Por Jimmy Peralta
Fotos Juanjo Ivaldi
El pasado 17 de junio se habilitó en Islandia la muestra “Dejar aparecer”, del fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar, una propuesta coordinada por Auður Mikaelsdóttir que presenta un centenar de retratos de ciudadanos de Höfn, un pueblo de alrededor de 2.200 habitantes, donde el compatriota vivió un tiempo. “Dejar aparecer” es una forma de buscar pasivamente el momento artístico, tanto para permitir que este logre manifestarse, en este caso la imagen frente al observador, así como para el artista permitirse ver y captar la obra, en el caso de Juanjo, registrar con la cámara con el máximo respeto al retratado.
Ivaldi vive su segunda estadía en la isla. En 2009 fue por primera vez, para volver en 2014. Cinco años después volvió a instalarse y a revivir la conexión que le permite ese planeta que se le representa como Islandia, como paisaje y humanidad como contexto. “En el retrato, lo esencial no se fabrica: se revela”, cita el texto de convocatoria a la muestra. Juanjo habló con La Nación del Finde sobre esta iniciativa, su experiencia en Islandia, y la búsqueda ética y estética que propone él con esta colección.
“Cada persona me mostró algo nuevo de la forma de ver la vida que tienen los islandeses”, cuenta Juanjo al hablar sobre esta experiencia artística
–¿Cuál tu primera vinculación con Islandia antes de ir y la primera en construir al llegar allá?
–Pensar en esto me llevó directo a una memoria de una sala de fotografía con un piso de ajedrez en el “Instituto de la imagen”. Coincidentemente, la primera vez que escuché sobre Islandia fue en un curso de fotografía que tomaba en Paraguay, allá por el 2006 o 2007, no recuerdo muy bien. Alguien puso música de Sigur Rós… ese sonido… lejano, como si viniera de otro mundo. Hoy, mientras te respondo a estas preguntas, vuelvo a poner Sigur Rós y preparo un café. Mi primer vínculo real con Islandia fue por Sunna, una mujer bellísima de estas tierras, a quien siempre voy a estar profundamente agradecido por invitarme a llegar hasta acá. Con ella tuvimos una relación de jóvenes curiosos en esos años, y un día me dijo: “¿Por qué no nos vamos a Islandia?” Yo le dije “¡Jaha!”. Y bueno, fue así como Islandia pasó de ser ecos sonoros (primero conocí su música), después solo imaginación, a convertirse en un hogar.
Llegar desde Paraguay en 2009, con 25 años, fue como aterrizar en otro planeta, Islandia es otro planeta. Recuerdo un paisaje más negro que verde: extensiones de lava, montañas, cielos inmensos, inmensidad más inmensidad, bum, un aura boreal, 24 horas de día, 24 horas de noche y silencios. Hermosos silencios. No era el Islandia “turístico” de hoy, era un país más reservado, lleno de barrios y a la vez más salvaje. Esa naturaleza en todas sus formas, honesta, me atrapó de una forma que nunca imaginé. Creo que, en ese primer invierno, mientras la nieve caía sobre un planeta que apenas empezaba a conocer, supe que algo en mí también estaba cambiando. Para siempre.
–¿Cómo definirías al retrato, y cómo lo diferenciarías de otras formas fotográficas?
–Para mí, el retrato es una forma de crear un espacio con el otro. No es una imposición de la mirada, del “yo fotógrafo” quiero que vos persona hagas esto para que el “yo fotógrafo” sobresalga. En mi experiencia, un retrato ocurre cuando el otro puede emerger, cuando no se lo interrumpe ni se lo fuerza a ser algo. En este sentido, lo diferencio de otras formas fotográficas que a veces buscan captar lo espectacular, lo inmediato o lo evidente. El retrato, en cambio, es más lento. El retrato es espera. Uno se queda esperando un gesto, una pausa, un silencio donde algo del otro se revele. Es como transitar el mundo analógico de la fotografía. Suele haber un segundo donde la persona decide darte algo, o a veces se le escapa, porque siempre está ahí. En mi búsqueda del retrato, no trato de fabricar una imagen, sino dejar que algo que ya está, como la dignidad, una verdad, incluso una herida, se asome, de formas diferentes. Y cuando hay escucha, cuando hay tiempo, ahí entre dos personas, esa imagen puede convertirse en un espejo donde alguien se reconozca con una dignidad que quizás había olvidado. Por eso, para mí, retratar es también un acto de respeto.
Para realizar este trabajo tuvo que viajar todos los fines de semana, durante tres meses, al poblado de Höfn (foto) ubicado a unos 150 km de Seydisfjördur, su lugar de residencia
EL TRAYECTO
–¿Cuándo empezó a tener forma de muestra esta colección de fotos?
–Esta última exhibición de retratos tiene sus raíces en una experiencia previa del año 2023, cuando trabajé junto a Greta Clough en una región del norte de Islandia. Allí realizamos una serie de entrevistas y retratos que culminaron en la muestra Fl(j)óð, una exposición fotográfica centrada en mujeres de origen extranjero que vivían en Húnaþing Vestra. Compartimos las historias de 33 mujeres de la comunidad, celebrando sus raíces y abriendo espacios de reflexión sobre el lugar que ocupan las mujeres inmigrantes dentro de la sociedad islandesa. Este proyecto fue muy bien recibido y tuvo buena cobertura mediática en el país. Inspirada en esa experiencia, Auður Mikkelsdóttir se puso en contacto conmigo con la idea de hacer algo similar en Höfn, una localidad del sureste a donde llegamos juntos con Tess Rivarola en 2019 y donde vivimos por más de un año. Esta vez, el enfoque estuvo puesto en las y los habitantes de la comunidad. Así comenzó esta nueva etapa.
Durante tres meses hice lo que más me gusta en la vida; manejar en ruta islandesa, escuchar música y fotografiar. Viajé desde Seydisfjördur (un pequeño fiordo del este donde vivimos desde el 2020) a Höfn todos los fines de semana, unos 150 km, atravesando dos rutas de montaña que alcanzan los 600 metros de altitud y no pocas veces están cubiertas de niebla. Conocí y fotografié a 114 personas. En cada encuentro conocí algo nuevo de esta cultura. Tomé café como nunca antes en mi vida. Acá cada vez que llegas a una casa no importa la hora que sea te invitan café. Cada persona me mostró algo nuevo de la forma de ver la vida que tienen los islandeses. Y así fue tomando forma la muestra: como un retrato colectivo que busca reflejar la diversidad del pensamiento, la memoria compartida y lo cotidiano de quienes habitan este rincón del sureste islandés.
“Islandia me ha dado algo valioso: la posibilidad de mirar con más atención, de reinventarme, de sanar, de perdonar, de crecer de muchas formas”, dice Juanjo Ivaldi Zaldívar
–¿Qué sensaciones o intenciones conectan o vinculan entre sí a las fotos de esta muestra?
–Una serie de fotografías puede narrar una historia, pero en esta muestra de retratos el hilo no es argumental. No hay un relato lineal, sino una atmósfera que se construye desde la escucha. Para cada retrato, lo único que pedía era que la persona eligiera el lugar donde quería ser fotografiada. Algunos escogieron sus casas; otros, los caminos donde pasean con sus perros. Algunos volvían a las granjas de sus abuelos, a los establos donde cuidan caballos, ovejas o gallinas. Esas elecciones no fueron casuales: en esta serie de retratos el paisaje no es fondo, es parte del cuerpo. Creo también que lo que une estas imágenes es una intención compartida porque para ser retratado hay que querer ser visto.
En muchos de estos retratos se puede leer el arraigo profundo que cada islandés tiene con su tierra. Para muchos, decir “soy de tal lugar” es un acto de orgullo. Y no es solo una frase: es literal. Algunos nunca salieron de su pueblo Son de ahí, y lo son a mucha honra. Cada persona retratada iba trayendo una nueva perspectiva; su forma de pensar. Y, sin embargo, algo se repetía, remitiendo a algo ya escuchado antes, al otro lado de la isla. Y así se fue tejiendo más o menos, una sensación de intimidad, de presencia, de pertenencia. Quizás lo que une estas imágenes no sea lo que se ve, sino lo que se intuye: una vibración, una confianza, una forma de mirar que no busca transformar, curiosea. Lo que deseo es que cada retrato sea una puerta entreabierta entre la presencia y el misterio.
La muestra, que forma parte de los festejos por el aniversario de independencia de Islandia, quedará abierta hasta el otoño boreal
OBSERVACIÓN Y ESPERA
–¿Cómo llegás vos a la idea de “dejar aparecer” y qué pensás que te aporta como fotógrafo en el contexto donde te manejás?
–El concepto de “dejar aparecer” lo tomo prestado de Humberto Maturana, biólogo chileno, quien plantea que amar es permitir que el otro sea, sin forzarlo a cumplir con nuestras expectativas. Me quedó resonando, y con el tiempo entendí que eso también era lo que yo buscaba al retratar. Coincide con mi manera de aproximarme al retrato, no desde la dirección ni la construcción, sino desde la observación y la espera. Yo no me siento tanto un fotógrafo que “arma” imágenes, sino alguien que observa, que acompaña. En el contexto donde vivo, el “countryside” de Islandia, el tiempo se percibe de otra forma, las personas tienen otras formas de relacionarse. En el momento del retrato, las personas acá pueden llegar a ser muy cerradas para nosotros los “sudacas”. Pero eso es una interpretación desde una expectativa del otro. Aquí, se vuelve clave ser observador, quedarse quieto. Acompañar el silencio entre los dos, acompasar el momento. Aquí no se pueden forzar las cosas. Entonces uno, como fotógrafo, va generando el espacio, las condiciones donde la persona pueda mostrarse, si quiere, si lo siente. Puedo decir hoy que “dejar aparecer” se ha vuelto para mí una ética del mirar y del convivir.
–¿Podrías comentarnos algo de Höfn?
–Höfn es un pequeño pueblo al sureste de Islandia, rodeado de playas negras, glaciares del Parque Nacional Vatnajökull y montañas que respiran con el clima. Tiene tormentas de viento, neblinas… y unos amigos maravillosos. Llegamos allí con Tess Rivarola en mayo de 2019. Hay algo en su paisaje: el viento te habla, o la luz cambia de golpe y te muestra otras formas. A primera vista puede parecer un lugar aislado, pero después de esta experiencia fotográfica me di cuenta de que tiene una vida comunitaria generosa. Vivimos un año con Tess en las afueras de Höfn, Hólmur, en una casa amarilla, con el glaciar como jardín. Después de esa experiencia armamos una exhibición en conjunto: con poesías de Tess y fotografías mías, que se llamó “Mirada extraviada”. Tess tiene mucho que ver con mi desarrollo como artista. Me empujó a buscar más profundidad, a ir más allá. Exige como loca, y eso sirve muchísimo.
Más de un centenar de pobladores de Höfn se ven retratados en una colección de imágenes que a los ojos del fotógrafo representa “una ética del mirar y del convivir”
–¿Cómo es tu vida allá?
–Ahora vivimos en Seyðisfjörður, en el este de Islandia, a 661 kilómetros de la capital. Mi vida hoy es bastante tranquila, ya no farreo tanto, también intensa en otros aspectos. En el día a día cocino, saco fotos, tomo helado, voy a nadar, chismoseo con la gente, me plagueo… y otras cosas que no te voy a contar porque seguro que mi vieja va a leer esto. Siento que, en lugares como estos, donde el tiempo se mueve más lento, uno puede escuchar mejor. Mirar las cosas en sus diferentes formas y estados.
Escuchar a los demás, y también a uno mismo. La naturaleza no es solo un complemento o una foto para Instagram: es un personaje más que convive entre nosotros, con el que uno dialoga todos los días. Te guste o no. Reykjavik, Höfn, Seyðisfjörður… Islandia me ha dado algo valioso: la posibilidad de mirar con más atención, de reinventarme, de sanar, de perdonar, de crecer de muchas formas. De vincularme con la gente de otra cultura, desde las diferencias y el respeto. Y de construir un ritmo de vida más acorde con lo que necesito en este momento.
Peña remueve a Pastor Soria como titular del Senave
Compartir en redes
El Poder Ejecutivo oficializó la finalización de funciones del presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), Pastor Emilio Soria Melo, mediante un decreto firmado por el jefe de Estado difundido en la noche de este viernes 4 de julio.
En el documento, se explica que la decisión se sustenta en las atribuciones que confiere al presidente de la República el artículo n.° 238 de la Constitución Nacional, que le faculta a nombrar y remover a los funcionarios de la administración pública.
Pastor Soria Melo había sido designado como titular del Senave por medio del decreto N.° 97, fechado el 21 de agosto de 2023. Con la nueva disposición, el cargo queda vacante a la espera de la designación de una nueva autoridad al frente del ente responsable de la sanidad vegetal y la calidad de las semillas en el país.
Cabe mencionar que Soria y otras 10 personas, fueron imputadas este viernes por el Ministerio Público. Según la Fiscalía, habrían formado parte de un “esquema” de cobro ilegal de aranceles para autorizar la expedición del certificado que habilita la importación de productos frutihortícolas.