Una batalla campal se desató entre Celeste Amarilla, diputada por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), y Rodolfo Friedmann, senador por el Partido Colorado, considerados por sus seguidores como los “capos de las facturaciones con las licitaciones de la merienda escolar” y salpicados por hechos de corrupción. Las agresiones entre ambos políticos se originaron por un comentario sobre el presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
Todo comenzó cuando Amarilla, a través de una entrevista radial, solicitó la cabeza del jefe de Estado ante las carencias en el sistema sanitario, argumentando que poco y nada sirve la renuncia del ex ministro de Salud Pública, Julio Mazzoleni, sosteniendo incluso que saldría más barato a Paraguay que Abdo Benítez sea apartado del cargo. “Quiero la cabeza de Marito, dice una diputada ex integrante de la Comisión Messer. Si contamos cómo arreglaron su voto en reunión clave. A ver pistas, en la Gobernación de Central. Contrato. Quiere caos para seguir negociando. Japoína”, indicó Friedmann en su cuenta de Twitter. La disputa continuó, el guante fue recogido por Amarilla, quien apuntó de manera tajante con su peculiar estilo de responder con ofensas contra el ex gobernador del departamento de Guairá. “Da nombre y apellido y denunciá a la Fiscalía. Burro, nunca entendiste nada de lo que pasó en esa comisión”, sostuvo.
“LOS REYES” DE LAS LICITACIONES
Friedmann está imputado por administración en provecho propio, lavado de dinero, asociación criminal, cohecho pasivo y adquisición en calidad de autor tras ser acusado de montar un esquema con la empresa Eventos y Servicios (ESSA) para adueñarse de la merienda escolar. También están investigados por la misma causa su esposa Marly Figueredo, el diputado Éver Noguera, entre otros. Mientras que los colegas y adversarios políticos, incluidos los de su partido, refregaron a Amarilla en varias ocasiones que se hizo de plata gracias a licitaciones públicas y que en su haber tiene muchas denuncias de corrupción relacionadas al negocio.
Estos escraches fueron rutinarios hace un par de años en las sesiones de la Cámara de Diputados y sigue siendo noticia en algunos medios de prensa, principalmente por el voluminoso negocio que se le atribuye.
Actualmente, la liberal, conocida popularmente como la “reina del almuerzo escolar”, cuenta con G. 9.000 millones a cobrar en una proveedora denominada Arcángel SA, pese a haber sostenido que vendió sus acciones para ingresar al Parlamento, pero de forma llamativa cuenta con numerosas y millonarias deudas por cobrar.