El senador colorado Gustavo Leite puso sobre la mesa un tema que promete generar polémica y abrir una nueva línea de investigación sobre el manejo de recursos públicos: el destino de los millonarios fondos invertidos por el Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI). En entrevista televisiva, tras la promulgación de una ley que obliga a transparentar los fondos recibidos por las oenegés que operan en Paraguay, el legislador anticipó un siguiente paso, que será revisar qué pasó con los 775 millones de dólares destinados a la educación, sin que se haya visto una mejora tangible en los últimos diez años.

  • Unidad de Investigación Nación Media

“Hoy se abre un camino hacia la transpa­rencia”, manifestó Leite, al tiempo de señalar que la situación educativa del país sigue siendo alarmante a pesar de las multimillona­rias inversiones. “Este es un curro de USD 800 millo­nes al año, según la DNIT. El próximo gran curro es a dónde se fueron a parar los USD 775 millones que el Fondo para la Excelencia en la Educación y la Investiga­ción invirtió en nuestra edu­cación, que no mejora en los últimos 10 años”, expresó. Además, el senador no des­cartó la posibilidad de que varias instituciones y actores hayan intervenido en la dis­tribución de esos recursos.

¿QUÉ ES EL FEEI Y CUÁL HA SIDO SU IMPACTO?

El Fondo para la Excelencia en la Educación y la Inves­tigación (FEEI) fue creado en 2012 con el propósito de financiar proyectos de gran impacto en la educación y la investigación científica en Paraguay. Los recursos provienen del Fondo Nacio­nal de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), que a su vez se nutre de los ingresos generados por la explotación de la represa hidroeléctrica binacional Itaipú. Desde su creación, el FEEI ha aprobado pro­yectos relacionados con la mejora de la infraestruc­tura educativa, la forma­ción docente, el acceso a tecnología y el desarrollo de programas para garan­tizar la inclusión educativa.

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Sin embargo, el uso de estos recursos ha estado rodeado de críticas. Según informes recientes, Paraguay sigue enfrentando serios proble­mas educativos. Más del 65 % de los estudiantes no alcanza el nivel básico de comprensión lectora, y en matemáticas, los resulta­dos son aún más alarman­tes: solo el 13 % supera los niveles mínimos estable­cidos por las evaluacio­nes internacionales como PISA. Además, los docen­tes enfrentan graves difi­cultades en su formación y actualización, mientras que la infraestructura escolar, especialmente en zonas rurales, está en con­diciones deplorables.

USD 800 millones en proyectos del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación están bajo la lupa tras promulgación de ley de transparencia de oenegés.FOTO: GENTILEZA

EDUCACIÓN, EN CRISIS

A pesar de los millonarios desembolsos, la situa­ción de la educación en Paraguay es paupérrima. Según datos del Ministe­rio de Educación y Cien­cias (MEC), más del 30 % de las escuelas públicas tie­nen infraestructura pre­caria, y un 20 % no cuenta con acceso a agua potable o baños en condiciones ade­cuadas. Además, el aban­dono escolar sigue siendo un desafío: alrededor del 10 % de los estudiantes no culminan la educación pri­maria, y la cifra aumenta significativamente en el nivel secundario.

Otro punto crítico es la falta de formación y capa­citación docente. Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló que solo un porcentaje limi­tado de los maestros cuenta con habilidades para aplicar métodos pedagógicos inno­vadores, lo que repercute directamente en la calidad del aprendizaje de los estu­diantes.

EL DESAFÍO DE LA TRANSPARENCIA

El anuncio de Gustavo Leite llega en un momento clave, en el que la ciudadanía exige mayor transparencia en el manejo de los recur­sos públicos. La reciente promulgación de la ley que obliga a las oenegés a rendir cuentas sobre los fondos que reciben sienta un precedente para extender estas medidas a otras áreas, como el manejo del Fonacide y el FEEI.

El FEEI ha financiado pro­yectos como el programa de primera infancia Abrazo, que busca apoyar a niños en situación de vulnerabili­dad, y la dotación de tecno­logía para el aprendizaje en las escuelas. Sin embargo, los resultados no han sido consistentes con la magni­tud de las inversiones. Una auditoría más exhaustiva de estos recursos podría arrojar luz sobre las posi­bles irregularidades en la ejecución de los proyectos.

UN TEMA DE INTERÉS NACIONAL

La transparencia en la gestión de los recursos del FEEI es, sin lugar a dudas, un tema de interés nacio­nal. Como señaló Leite, el hecho de que la educación no haya mejorado signi­ficativamente a pesar de las cuantiosas inversiones obliga a las autoridades a cuestionarse sobre la efi­cacia y la correcta ejecución de estos recursos.

El desafío no solo radica en determinar si hubo irre­gularidades en el uso de los fondos, sino también en repensar cómo deben estructurarse los progra­mas de inversión educativa para que realmente bene­ficien a los estudiantes y mejoren las alarmantes cifras actuales. Por ahora, el camino hacia la trans­parencia parece abrirse con fuerza, y el escruti­nio público será clave para garantizar que los recursos destinados a la educación sean utilizados en benefi­cio del futuro de Paraguay.

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