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A lo largo del gobierno de Mario Abdo Benítez se sucedieron diferentes episodios en los que su gestión y la de sus colaboradores estuvieron ligadas a personajes asociados al crimen organizado. Desde tiempos de Reinaldo “Cucho” Cabaña, luego Marcus Vinicus Espíndola, Lindomar Reges Furtado o, últimamente Eulalio “Lalo” Gomes, son solo los nombres más notables que tuvieron acceso a ministros y funcionarios. Del financiamiento dudoso de la campaña, a la filtración de datos y la liberación de zonas de paso de cargamentos de drogas, el gobierno anterior se distinguió por sus vínculos con el crimen organizado, particularmente a través de uno de sus hombres más cercanos: Arnaldo Giuzzio.
Arnaldo Giuzzio, ex superministro abdista, y una extraña fascinación con pasearse en vehículos blindados prestados por personas investigadas por supuestos vínculos con el narcotráfico.
El exsecretario de Estado volvió al centro del escándalo luego de que los chats filtrados del fallecido exdiputado Lalo Gomes, investigado por sus vínculos con el hampa, revelaran una cercana relación con Giuzzio.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el exsenador del Partido Democrático Progresista (PDP) – del que también forman parte el senador Rafael Filizzola y la exlegisladora Desirée Masi– es señalado por vínculos de este tipo.
EQUIPOS DESAPARECIDOS
La denuncia más alarmante involucra modernos equipos de espionaje, como el software espía FinFisher (también conocido como FinSpy), decomisados en operativos contra el contrabando. Estos dispositivos permiten interceptar comunicaciones, acceder remotamente a dispositivos y realizar actividades de vigilancia avanzada. Sin embargo, en lugar de ser utilizados para reforzar la seguridad y combatir el crimen, los equipos terminaron en manos de personas vinculadas al narcotráfico.
Según documentos oficiales, estos equipos fueron entregados de forma irregular a un agente especial de la Senad, quien, de acuerdo con la acusación del fiscal Deny Yoon Pak, filtraba información sobre operativos al narcotraficante Miguel Insfrán, alias Tío Rico. Esto permitió a Insfrán evadir operaciones clave de la Senad, desarticulando los esfuerzos del Estado para detenerlo.
La Dirección de Inteligencia de la Senad, bajo la gestión de Giuzzio, nunca registró los equipos ni dejó constancia de su decomiso. En el memorándum n.º 407/2022, remitido por la propia Dirección, se admitió que el entonces ministro Giuzzio entregó los dispositivos “sin ningún documento”. Este vacío documental refleja una grave negligencia, que facilitó el uso indebido de los equipos por parte de redes criminales.
FILTRACIONES Y VÍNCULOS PELIGROSOS
La implicación de Giuzzio en actividades que favorecieron al crimen organizado no se limita al caso de los equipos de espionaje. Durante su gestión, hubo filtraciones constantes que beneficiaron a narcotraficantes. Uno de los episodios más notorios ocurrió el 15 de febrero de 2022, cuando Lindomar Reges Furtado, un pez gordo del narcotráfico, huyó del Paraná Country Club minutos antes de un operativo policial-judicial que buscaba arrestarlo.
Esa misma red de filtraciones facilitó la fuga de Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, otro capo narco brasileño que mantenía una relación cercana con Giuzzio. Espíndola llegó incluso a prestar una camioneta blindada al exministro cuando su vehículo sufrió un desperfecto en Brasil. Ambos eventos demuestran la cercanía de Giuzzio con figuras clave del narcotráfico y cómo su gestión contribuyó a la evasión de estos criminales.
COMUNICACIÓN CONSTANTE CON SUPUESTO NARCO
Hablando de Marcus Vinicius, la Fiscalía reveló una serie de mensajes de WhatsApp intercambiados entre el exministro Arnaldo Giuzzio y el presunto narcotraficante brasileño. Estos mensajes, provistos por Brasil, comenzaron en julio de 2021. En agosto de ese mismo año, Vinicius envió noticias y enlaces sobre “inversiones empresariales” realizadas en Brasil, que tanto él como el Dr. Pablo Rivas ya habían mencionado a Giuzzio, quien respondió con un escueto: “Perfecto”. Más tarde, Marcus solicitó a Giuzzio que enviara una “camioneta Hyundai Santa Fe blindada” a Ciudad del Este para realizarle “cambio de suspensión, mantenimiento de blindaje y retoques de pintura”, a lo que Giuzzio respondió: “Veo”.
En octubre de 2021, continuaron las conversaciones, y Marqués de Padua envió a Giuzzio un enlace y una captura de pantalla de una noticia sobre el caso Lava Jato, un procedimiento en Brasil. Giuzzio respondió con un “gracias Marcus” y luego añadió: “Les hablo”.
En noviembre, Vinicius se comunicó nuevamente con el entonces ministro del Interior para informarle que estaba en Asunción y que tenía muestras para pruebas balísticas de materiales para chalecos. En diciembre, Marcus hizo referencia, a través de un mensaje reenviado, a tres vehículos de las Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE). Además, Vinicius consultó a Giuzzio sobre la posibilidad de enviar un vehículo averiado a su empresa para revisión, ofreciendo este servicio como “cortesía” y adjuntó varias fotografías de los vehículos. En esa época, Giuzzio planeaba vacaciones en Brasil.
La Fiscalía sospecha que Marcus Vinicius no solo proveía servicios de reparación y blindaje a vehículos del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional, sino que también estaba en tratativas con Giuzzio, en su rol de ministro, para la provisión de materiales a estas instituciones.
EL PRECIO DE LA NEGLIGENCIA
Las fallas en la gestión de Giuzzio al frente de la Senad y el Ministerio del Interior no se limitan al manejo de los equipos de espionaje. En mayo de 2020, Giuzzio dispuso el cierre de la Dirección de Investigación Aérea Fluvial y Terrestre (DIAFT), encargada de fiscalizar puertos privados y controlar el tránsito fluvial, debilitando significativamente los controles antidrogas. A partir de entonces, las incautaciones de grandes cargamentos de cocaína vinculados a Paraguay se volvieron frecuentes en Europa, con cifras alarmantes como los 16.174 kilos decomisados en Hamburgo, Alemania, en febrero de 2021.
Además, durante su periodo como ministro del Interior, Giuzzio enfrentó otro escándalo al utilizar una camioneta registrada a nombre de una empresa de Espíndola, quien aspiraba a convertirse en proveedor de chalecos antibalas y blindajes para la Policía Nacional. Este vínculo expone un conflicto de intereses y una falta de ética en el manejo de sus responsabilidades públicas.
DE PASEO CON VEHÍCULOS DE “DON LALO”
El más reciente escándalo revela cómo Giuzzio mantenía contacto con Lalo Gomes, asesinado exlegislador, mientras el primero era titular de la Senad. La conversación entre ambos data de noviembre de 2019 y de acuerdo con los medios que publicaron los mensajes filtrados, ya hubo una conversación anterior con Gomes, quien en ese momento no era legislador, pero era presidente de la Asociación Rural del Paraguay en Amambay. Recordemos que el fallecido diputado está vinculado a varios referentes del narcotráfico.
LALO FINANCISTA
El fallecido diputado Eulalio “Lalo” Gomes admitió en un chat filtrado haber donado USD 1 millón de origen dudoso a la campaña electoral de Mario Abdo Benítez. Carlos Arregui, entonces titular de Seprelad en 2021, conocía esta información y habría optado por ocultarla para proteger a Gomes, quien posteriormente fue electo diputado por Amambay con el respaldo del abdismo.
En una conversación con el extitular de la Dinac, Édgar Melgarejo, Gomes expresó su preocupación por las repercusiones que podría tener la revelación de esta donación, ya que afectaría al Gobierno. Además, mencionó que Arregui había solicitado informes sobre el dinero, lo que le generó inquietud.
Melgarejo mostró disposición para intervenir y frenar cualquier investigación que pudiera comprometer al Gobierno. Este caso plantea dudas sobre la transparencia en el financiamiento de campañas políticas y el papel de Arregui al ocultar información clave. También genera interrogantes sobre la relación de Gomes con organizaciones vinculadas al narcotráfico en la frontera y si se emitió algún reporte de operación sospechosa sobre el origen del dinero.
A pesar de estas irregularidades, meses después, Gomes lanzó su propia candidatura y en 2023 fue electo diputado por el movimiento Fuerza Republicana, obteniendo una banca en la Cámara de Diputados.
ABDISMO SABÍA DE VÍNCULOS
El gobierno de Mario Abdo Benítez contaba con informes de inteligencia que vinculaban a Lalo con Luis Carlos da Rocha, alias Cabeza Branca. Esto pudo saberse mediante el informe que se remitió a la Comisión Bicameral de Investigación el 8 de noviembre de 2021, en el cual se detalló que la Unidad de Inteligencia Financiera de Seprelad había enviado informes de inteligencia a varias instituciones. El escrito refiere que “el señor EULALIO GOMES está vinculado en la causa investigada por el Ministerio Público “LUIS CARLOS DA ROCHA Y OTROS S/ LEY 1340/88; ASOCIACIÓN CRIMINAL, LAVADO DE DINERO Y OTROS”, según lo reportado por un sujeto obligado del sector seguros en fecha 03/12/2019. Al respecto, “la UIF-SEPRELAD elaboró varios INFORMES DE INTELIGENCIA (II) remitidos según detalle”.
CUCHO, OTRO CUESTIONADO FINANCISTA
El gobierno de Abdo no tardó demasiado en sumar su primer escándalo por vínculos con el narcotráfico. Y es que en setiembre de 2018 caía detenido el supuesto narco Reinaldo “Cucho” Cabaña. Poco después de la detención de Cucho, se revelaron fotos del mismo y una mochila en el domicilio del entonces presidente Abdo, quien intentó desconocer la imagen y hasta a quien habría aportado a su campaña.
En diciembre de 2018, Marcial Valdez, defensor del supuesto narcotraficante de Ciudad del Este, tildó a Abdo de “malagradecido” alegando que su cliente le había solicitado un favor tras haber financiado presuntamente su campaña política.