La fotógrafa franco-suiza Sabine Weiss, considerada la última discípula de la escuela francesa humanista, murió el martes en su casa en París a la edad de 97 años, informaron su familia y su equipo en un comunicado.
Nacida en Suiza en 1924, Weiss residía en París, donde tenía instalado su taller, precisó su equipo a la AFP. Al igual que Doisneau, Boubat, Willy Ronis o Izis, Sabine Weiss inmortalizó la vida simple de la gente, sin alardes ni arrogancia.
“Nunca consideré que hacía fotografía humanista. Una buena foto debe conmover, estar bien compuesta y desnuda”, dijo al diario La Croix. Ganadora del premio de fotografía Women in Motion en 2020, Sabine Weiss ha protagonizado unas 160 exposiciones en todo el mundo.
Nacida como Weber el 23 de julio de 1924 en Saint-Gingolph, a orillas del lago de Ginebra, Sabine Weiss adquirió a la edad de 12 años su primera cámara con su dinero de bolsillo y aprendió el oficio a los 16 años en un famoso estudio de Ginebra. Llegó a París en 1946 y empezó a trabajar para el fotógrafo de moda Willy Maywald.
Pionera de la fotografía de posguerra, de formación ecléctica, y amante tanto del color como del blanco y negro, vio su carrera despegar en el París de los años cincuenta.
El año de su matrimonio, 1950, abrió su estudio en el distrito 16. En el mismo periodo, Doisneau la presentó a Vogue y a la agencia Rapho (ahora Gamma-Rapho).
Empezó a frecuentar los círculos artísticos de la época, retratando a Stravinsky, Britten, Dubuffet, Léger o Giacometti. Trabajó para las revistas de renombre como Newsweek, Time, Life, Esquire, o Paris-Match, y triunfó en varios registros: desde el reportaje (viajó mucho), a la publicidad, la moda, el espectáculo, o la arquitectura.
De personalidad discreta y menos conocida por el gran público que otros fotógrafos de su época, esta mujer efervescente de poco más de metro y medio negaba haber sufrido discriminación como mujer.
Sobre todo, Weiss recorrió incansable la capital francesa, en ocasiones con su marido el pintor estadounidense Hugh Weiss, muchas veces de noche, para congelar momentos fugaces: trabajadores en acción, besos furtivos, idas y venidas en el metro. Con su cámara - decía - le gustaba capturar a los “mocosos”, “mendigos” o “sonrisitas” que se cruzaba en la calle.
“En fotografía he hecho de todo”, confió a la AFP en 2020. “Fui a morgues, a fábricas, fotografié gente rica, tomé fotos de moda. Pero lo que queda, son solo las fotos que tomé solo para mí, sobre la marcha”.
Prolífica y generosa, en 2017 legó unos 200.000 negativos y 7.000 hojas de contacto al Museo del Elíseo de Lausana. “No sé cuántas fotos tomé, dijo a la AFP en 2014, de todas formas eso no significa mucho”.
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Macron recibe a Lula con Mercosur y crisis bélicas en agenda
- París, Francia. AFP.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, inicia este jueves una visita a Francia para “fortalecer” la relación y abordar con su par Emmanuel Macron las guerras en Ucrania y Gaza. La primera visita de Estado de un presidente brasileño desde 2012 se produce en plena oposición al acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur en Francia, donde los agricultores llamaron a Macron a reiterar su “firme” rechazo.
La jornada comenzará con una ceremonia en el Hotel de los Inválidos a las 10:05 (8:05 GMT), durante la cual pasarán revista a las tropas, a la que seguirá un almuerzo de trabajo en el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia. Bajo los oros de este palacio, el presidente francés y su esposa Brigitte Macron darán en la noche un banquete en honor del dirigente brasileño, que viajó acompañado de su mujer Rosângela Lula da Silva.
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“Voz de peso”
Francia y Brasil lanzaron en 2006 una asociación estratégica, con el conservador Jacques Chirac y Lula en el poder, que se enfrió a partir de 2016 y, sobre todo, durante el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2023).
La vuelta del izquierdista al poder relanzó la relación y, en marzo de 2024, Macron viajó al gigante latinoamericano, donde visitó la Amazonía con su par brasileño y los astilleros que construyen para Brasil los submarinos franceses de tipo Scorpène. Lula busca ahora “fortalecer” aún más la relación con acuerdos de cooperación en áreas como “el medio ambiente, tecnología, defensa, energía y salud”, escribió el mandatario en la red social X. Pero esta supera el ámbito bilateral.
El regreso de Donald Trump generó una guerra comercial con sus aranceles y sacudió el tablero mundial, especialmente la relación con sus tradicionales aliados de Europa en plena guerra en Ucrania. Y “en el contexto actual”, “es muy importante poder encontrar convergencias con Brasil, un gran Estado emergente”, con una “voz de peso en América Latina y el resto del mundo”, subrayó la presidencia francesa.
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Ucrania y Gaza
Lula ejerce actualmente la presidencia pro témpore del grupo de países emergentes Brics, que celebrará en julio su cumbre en Rio de Janeiro, y Francia espera que Brasil movilice su fuerza diplomática en los casos de Ucrania y Gaza. Francia espera que influya en el resultado de la conferencia que organiza junto a Arabia Saudita en la ONU a mediados de junio y que busca impulsar una solución política al conflicto israelo-palestino.
“No habrá paz mientras no se tenga conciencia de que el pueblo palestino tiene derecho a su Estado”, aseguró el martes el presidente izquierdista brasileño, quien reiteró que “lo que ocurre en la Franja de Gaza es un genocidio”.
Sobre Ucrania, Francia planea presentarle un resumen de la situación, con “una parte agredida que está dispuesta a la paz, y otra parte, el agresor, que rechaza cualquier propuesta de paz o diálogo”. Brasil sigue manteniendo buenas relaciones con Rusia, país que Lula visitó el 9 de mayo cuando participó en Moscú de las conmemoraciones de la victoria sobre la Alemania nazi, donde fue recibido por el presidente ruso, Vladimir Putin.
Mercosur
El acuerdo comercial UE-Mercosur, al que se opone Francia en “su forma actual”, planeará durante la visita. El miércoles, los profesionales del sector mantuvieron la presión e instaron a Macron a reafirmar su rechazo ante Lula. “Es realmente un grito de alarma que lanzamos para poder trabajar y garantizar ingresos decentes”, dijo Alain Carre, de la asociación de productores de remolacha y azúcar AIBS.
Francia lidera el grupo de países europeos reticentes a firmar el acuerdo, pero la presión crece en el seno de la UE para aprobarlo como una medida para aliviar el impacto de los aranceles de Trump. Una baza que Brasil busca jugar.
Además, “para la UE existe una estrategia para asegurar sus suministros de productos mineros”, claves para la transición energética, y Brasil y Argentina cuenta con “bauxita, litio y grafito”, explicó el miércoles el economista Thierry Pouch. La visita de cinco días de Lula también incluye su participación en la cumbre de la ONU sobre los océanos, que arrancará el lunes en Niza meses antes de la próxima cumbre de la ONU clima prevista en Brasil (COP30).
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Investigan ataques vandálicos antisemitas en París
- París, Francia. AFP.
El memorial del Holocausto de París, tres sinagogas y un restaurante del centro de la capital francesa fueron objeto de actos vandálicos con pintura verde en la madrugada del sábado pasado, informaron fuentes policiales. Se abrió una investigación por “daños cometidos por motivos religiosos”, informó la fiscalía de París. Por el momento no se ha producido ninguna detención.
“Mucha tristeza e indignación al ver esta mañana las imágenes de lugares judíos degradados”, dijo a la AFP el presidente del Consejo representativo de las instituciones judías de Francia (CRIF), Yonathan Arfi. “Horrorizada” por este “ataque antisemita coordinado”, dijo la embajada de Israel en Francia, que subrayó las tensiones actuales entre ambos países sobre la guerra en Gaza.
“No podemos ignorar la discordia problemática observada en estas dos últimas semanas entre ciertos dirigentes y representantes”, añadió la embajada en comunicado.
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“Inmensa repugnancia por estos actos odiosos dirigidos contra la comunidad judía”, escribió en X el ministro del Interior francés, Bruno Retailleau.
La semana pasada, Retailleau pidió medidas de seguridad “visibles y disuasorias” en los lugares relacionados con la comunidad judía, ante la preocupación por posibles actos antisemitas.
En un mensaje separado al que tuvo acceso AFP, el ministro del Interior volvió a ordenar el viernes el refuerzo de las medidas de vigilancia antes de la próxima festividad judía de Shavuot.
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La comunidad judía francesa, una de las mayores del mundo, lleva meses en alerta ante el creciente número de ataques y profanaciones de monumentos conmemorativos desde que estalló la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023.
“Los actos antisemitas representan más del 60 por ciento de los actos antirreligiosos, y la comunidad judía es particularmente vulnerable”, afirmó Retailleau en el mensaje. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, anunció que las autoridades presentarán una denuncia por estos hechos.
“Condeno enérgicamente estos actos de intimidación. El antisemitismo no tiene cabida en nuestra ciudad ni en nuestra República”, declaró. El año pasado, Francia registró 1.570 actos antisemitas, según cifras del Ministerio del Interior. En comparación, en 2022 se registraron 436 actos antisemitas, y desde 2012 han oscilado entre 311 y 851 al año.
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Fotógrafa mexicana recibe el Princesa de Asturias de las Artes
- Barcelona, España. AFP.
La mirada innovadora y profunda de la fotógrafa Graciela Iturbide fue galardonada este viernes pasado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, para quien las potentes imágenes de la mexicana invitan “a mirar más allá de lo visible”. El jurado ensalzó igualmente en su decisión el “mundo propio” de Iturbide, que abarca “desde lo primitivo a lo contemporáneo; desde la crudeza de la realidad social hasta la magia espontánea del instante”, según el acta que acompañó el fallo del premio convocado por la Fundación Princesa de Asturias, la heredera al trono español.
Nacida el 16 de mayo de 1942 en Ciudad de México, Iturbide comenzó estudios de cine, pero se interesó por la fotografía tras asistir a las clases de Manuel Álvarez Bravo (1902-2002), contemporáneo y amigo de gigantes como el francés Henri Cartier-Bresson.
La joven fotógrafa empezó a acompañarle al inicio de los años 1970 por todo México, pero pronto tomó su propio camino, que le llevó a recorrer a fondo su país, al que miró con profundidad, así como numerosos lugares de Latinoamérica y del mundo, retratados en sus icónicas imágenes en blanco y negro. “Para mí las fotos son la manera (...) de conocer el mundo. Y pasas del ser humano al paisaje. Y ahora el principio del mundo”, indicó en una entrevista con la AFP en 2022.
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“Pasión y disciplina”
Con una premiada producción, Iturbide es autora de obras clásicas de la fotografía contemporánea, como su serie sobre los indios seri, en el desierto de Sonora (noroeste de México, 1978), o su libro “Juchitán de las mujeres”, sobre un pueblo del estado sureño de Oaxaca.
De su objetivo, sin embargo, también salieron otras aplaudidas imágenes captadas por el mundo, como la serie sobre India que realizó junto al brasileño Sebastiao Salgado.
“Para ser buen fotógrafo hay que tener pasión y disciplina, nada más. Y puede ser a la vuelta de tu casa si quieres. Pero claro, si quieres conocer el mundo y tienes una cámara, es maravilloso”, explicó en su encuentro con la AFP.
Su obra fue expuesta en centros de gran relevancia artística mundial, como el Centro Pompidou de París, el San Francisco Museum of Modern Art, además de valerle numerosos reconocimientos.
Oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, o doctora honoris causa por el Columbia College de Chicago, Iturbide recibió también el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México o el William Klein de la Academia de Bellas Artes francesa.
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Excepcional
El de Artes ha sido el cuarto de los ocho galardones de esta edición de los premios, considerados los más prestigiosos del mundo iberoamericano, que cada año, y normalmente a ritmo de uno por semana, otorga la Fundación Princesa de Asturias.
Este debía haber sido el primero de la serie de 2025, pero el masivo apagón eléctrico que afectó a la península ibérica el 28 de abril obligó a posponer el fallo previsto para esa semana.
El año pasado, en esta categoría, el reconocimiento fue para el cantante y compositor español Joan Manuel Serrat, una voz esencial para varias generaciones de españoles y latinoamericanos, distinguido “por el alcance de una trayectoria artística que trasciende la música”.
En otras ediciones también fueron premiados en este apartado músicos como Ennio Morricone, Paco de Lucía y Bob Dylan, así como figuras del cine como Meryl Streep, Woody Allen o Pedro Almodóvar, o arquitectos como Óscar Niemeyer.
Este año ya se fallaron el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, que recayó en el filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, y el de las Letras, concedido al español Eduardo Mendoza, por ser un “proveedor de felicidad para los lectores”. El pasado miércoles se desveló también el de Ciencias Sociales, que fue para el sociólogo estadounidense Douglas Massey.
Estos premios, instituidos en 1981, están dotados con 50.000 euros (unos 56.600 dólares) y una escultura creada por el fallecido artista catalán Joan Miró. Los galardones, que toman su nombre del título de la heredera al trono de la Corona española, la princesa Leonor, son entregados por ella y los reyes Felipe VI y Letizia en octubre en una ceremonia en Oviedo, capital de Asturias.
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Falleció el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado a los 81 años
- París, Francia. AFP.
El fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, conocido por sus grandes imágenes en blanco y negro de la Amazonía o de algunos conflictos del mundo, murió este viernes en París a los 81 años, informó su familia y la Academia de Bellas Artes francesa. “Recibimos una noticia muy triste (...) la muerte de nuestro compañero Sebastiao Salgado, si no el más grande, uno de los más grandes y mejores fotógrafos que el mundo ha dado”, reaccionó el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva.
La Academia de Bellas Artes de Francia, de la que Salgado era miembro desde 2016, anunció su deceso en la red social X y lo describió como un “gran testigo de la condición humana y del estado del planeta”. Su familia también confirmó su fallecimiento y detalló a AFP que “contrajo una forma particular de malaria en 2010, en Indonesia, en el marco de su proyecto Génesis”, el libro que publicó en 2013.
“Quince años más tarde, las complicaciones de esta enfermedad derivaron en una leucemia grave que le pasó factura”, añadió en un comunicado.
“A través del objetivo de su cámara, Sebastião luchó incansablemente por un mundo más justo, más humano y más ecológico”, continuaron sus familiares.
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El artista tenía previsto inaugurar el sábado en Reims, en el noreste de Francia, una exposición de dibujos de su hijo Rodrigo, de 45 años y portador del síndrome de Down, informó a AFP la agencia encargada de promover la muestra.
Nacido el 8 de febrero de 1944 en la localidad rural de Aimorés, en el estado de Minas Gerais (sureste), Salgado tenía también la nacionalidad francesa. Se exilió al país europeo en 1969 para huir de la dictadura militar con su futuro esposa, Lelia Wanick, con quien tuvo dos hijos.
“Espejo de la sociedad”
Desde Ruanda a Guatemala, pasando por Indonesia y Bangladés, el brasileño documentó hambrunas, guerras, éxodos y explotación laboral en el tercer mundo. En los últimos años centró su trabajo en la protección de la naturaleza, aunque ya en 1998, había formado junto a su esposa el Instituto Terra.
El objetivo era regenerar los bosques y la biodiversidad desaparecidos debido a la deforestación, un exitoso proyecto al que hasta en 2022 se habían sumado unos 3.000 propietarios de tierras.
Comprometido con la causa climática, fue un crítico feroz del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) por su política de abrir la Amazonía a actividades como la agricultura y la minería.
Las fotografías de Salgado se publicaron en la prensa internacional y en revistas como Life o Time, y fueron objeto de innumerables libros y exposiciones, sobre todo en París, donde vivió gran parte de su vida.
Fue, de hecho, en la capital francesa donde comenzó su carrera como autodidacta en 1973, trabajando sucesivamente para las agencias Sygma, Gamma y Magnum hasta 1994.
Junto con su esposa, fundó entonces Amazonas Images, una agencia dedicada exclusivamente a su trabajo, que se convirtió en su estudio.
El artista veía en la fotografía “un poderoso lenguaje para intentar establecer una mejor relación entre el hombre y la naturaleza”, recordó la Academia de Bellas Artes francesa en su biografía.
En una entrevista con AFP en Londres en abril de 2024, afirmó que la fotografía era “el espejo de la sociedad”.
El fotógrafo, de formación economista, trabajó casi exclusivamente en blanco y negro. Lo consideraba tanto una interpretación de la realidad como una forma de transmitir la dignidad irreductible de la humanidad.
Salgado recibió prestigiosos galardones, como el Príncipe de Asturias y el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad. También fue protagonista del documental nominado al Óscar “La Sal de la Tierra”, de Wim Wenders, en el que se relató sus viajes a lugares tan lejanos como el Círculo Polar Ártico y Papúa Nueva Guinea, que alimentaron su libro “Génesis” (2013).
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El fotoperiodismo elevado al arte
El fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, fallecido este viernes a los 81 años, inmortalizó durante cinco décadas lo mejor y lo peor del planeta: desde los remotos tesoros naturales hasta las calamidades humanas, con un estilo inconfundible que alió belleza con compromiso.
Autodidacta, Salgado, que tenía también la nacionalidad francesa, deja un icónico testimonio de centenares de viajes, publicado tanto en grandes revistas como “Life” y “Time”, como exhibido en museos de capitales como París, donde residió buena parte de su vida.
Desde Ruanda a Guatemala, pasando por Indonesia y Bangladés, el brasileño documentó hambrunas, guerras, éxodos y explotación laboral en el Tercer Mundo con la mirada empática y no condescendiente “de quien viene de la misma parte del mundo”, solía decir.
Su universo en blanco y negro, de estética elegante, también fue una celebración de los paisajes más bellos, como los ‘ríos voladores’ de la Amazonía, y a la vez un aviso de la necesidad de protegerlos ante la emergencia climática.
Salgado recibió prestigiosos galardones, como el Príncipe de Asturias y el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad y fue protagonista del documental nominado al Óscar “La Sal de la Tierra”, de Wim Wenders, sobre sus periplos a lugares recónditos como el Círculo Polar Ártico y Papúa Nueva Guinea, que alimentaron su libro “Génesis” (2013).
África, Reagan y minas
Nacido el 8 de febrero de 1944 en la localidad rural de Aimorés, en el estado de Minas Gerais (sureste), Salgado se crió junto a siete hermanas en la finca propiedad de su padre, ganadero. De su infancia en una tierra donde visitar a un allegado requería días de trayecto, decía haber aprendido la paciencia, primordial para un fotógrafo que debe saber esperar “la fracción de segundo” que busca captar.
Empezó Derecho, pero en seguida saltó a Economía, cuyo máster obtuvo en la Universidad de Sao Paulo. Militante de izquierdas, se trasladó en 1969 a Francia huyendo de la dictadura en Brasil, junto a la que sería su compañera de vida, Lelia Wanick.
Empleado en la Organización Internacional del Café, el brasileño viajaba a menudo a África, donde empezó a fotografiar, después de probar por primera vez en 1970 una cámara que Lelia había comprado.
“Me di cuenta de que las instantáneas me producían más placer que los informes económicos”, confesó.
Salgado descartó entonces una suculenta oferta laboral del Banco Mundial en Washington para entregarse a la fotografía. Entre tanto, Lelia criaría prácticamente sola a sus dos hijos, Juliano Ribeiro y Rodrigo, nacido con síndrome de Down.
África, donde se sentía “como en casa” por su peso cultural en Brasil desde los tiempos de la esclavitud, fue objeto de sus primeros reportajes sobre sequías y hambrunas en países como Níger y Etiopía, lo que le abrió la puerta de la legendaria agencia Magnum en 1979.
Con esta, fue por una vez fotógrafo de una ‘breaking news’ mundial: el intento de asesinato de Ronald Reagan en 1981, que presenció cuando cubría un acto del presidente en un hotel: tomó 76 fotos en 60 segundos.
Pero fue su primer libro, “Otras Américas” (1984), retrato de pueblos indígenas, lo que hizo despegar su fama, consagrada dos años después con las fotos de Serra Pelada (Brasil), la mayor mina de oro del mundo a cielo abierto, donde durante 35 días convivió con miles de hombres cubiertos de lodo y en condiciones inhumanas.
Siguió otra obra antológica, “Éxodos” (2000), sobre migraciones forzadas en 40 países. Algunas voces le acusaron de hacer “estética de la miseria”, pero Salgado las ignoró, manteniendo la fe en su trabajo.
Bolsonaro en la mira
Antes de disparar “hay que estar ligado al fenómeno”, explicaba Salgado, justificando el tiempo pasado con sus sujetos, a los que retrataba con las tres cámaras Leica que llevaba colgando alrededor del cuello.
La fotografía es “una forma de vida. Corresponde a mi ideología (...) mi actividad humana y política, va todo junto”, confesó a la AFP en 2022, al presentar en Sao Paulo su exposición “Amazonía”, fruto de un trabajo de siete años en la mayor selva tropical del mundo.
Comprometido con la causa climática, Salgado fue un crítico feroz del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) por su política de abrir la Amazonía a actividades como la agricultura y la minería.
En su estado natal, fundó además el Instituto Terra para regenerar los bosques y la biodiversidad desaparecidos debido a la deforestación, un exitoso proyecto al que hasta en 2022 se habían sumado unos 3.000 propietarios de tierras. Preguntado por lo aprendido a lo largo de su periplo planetario, Salgado resumió en 2016: “Que existe una cosa artificial que se llama fronteras. En todas partes, vi al mismo ser humano. El extranjero no existe”.