El actor y director estadounidense Sean Penn se encuentra en Kiev filmando un documental sobre la invasión rusa, informó la Presidencia de Ucrania.
El dos veces ganador del Óscar fue fotografiado en una rueda de prensa y se reunió con el mandatario Volodymyr Zelensky, de acuerdo con un video en la cuenta de Instagram del líder ucraniano.
“El director vino a Kiev específicamente a grabar lo que está ocurriendo en Ucrania como un documentalista, y a decirle al mundo la verdad sobre la invasión de Rusia a nuestro país”, afirma un post en la página de Facebook de la presidencia de Ucrania.
“Hoy Sean Penn está entre quienes apoya a Ucrania estando en Ucrania. Nuestro país le está agradecido por su muestra de valor y honestidad”, dice el mensaje. El texto agrega que Penn demostró el coraje del que “muchos otros, especialmente políticos occidentales, carecen”.
Penn, quien visitó Ucrania y se reunió con personal militar en noviembre, habló con periodistas y soldados y “vio cómo defendemos nuestro país”, agrega el texto.
La estrella de cine de 61 años está trabajando en el documental para Vice Studios, de acuerdo con NBC News. La visita de Penn se da al tiempo que las tropas de Rusia avanzan en Ucrania, en donde atacan por tierra y aire.
El actor causó controversia en 2015 al liderar una polémica entrevista, junto a la actriz mexicano-estadounidense Kate del Castillo, con el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien se encontraba fugitivo.
En 2018, se informó que Penn se encontraba en Turquía filmando un documental sobre el asesino del periodista saudí Jamal Khashoggi.
El estadounidense también visitó al fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a quien llamaba de “amigo”.
Fuente: AFP.
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Ucrania y Rusia canjearon de prisioneros pese a negociaciones estancadas
- Kiev, Ucrania. AFP.
Ucrania y Rusia anunciaron el lunes el inicio de un nuevo canje de prisioneros, uno de los únicos resultados concretos de las recientes negociaciones para poner fin a más de tres años de guerra. Ninguno de los dos países precisó el número de soldados que serán canjeados y Kiev explicó que no daba esa información por razones de seguridad.
El intercambio fue acordado en la segunda ronda de negociaciones directas entre Rusia y Ucrania, que tuvo lugar en la ciudad turca de Estambul el 2 de junio. Durante la reunión, ambas partes acordaron liberar a todos los prisioneros gravemente heridos o enfermos, y a los menores de 25 años. El canje fue uno de los únicos puntos de acuerdo que se alcanzaron durante las conversaciones, además de un futuro intercambio de varios miles de cuerpos de soldados muertos en combate.
Las negociaciones de paz, en cambio, están en punto muerto. “Un primer grupo de militares rusos menores de 25 años ha sido repatriado del territorio bajo control del régimen de Kiev. A cambio, se transfirió el mismo número de militares del ejército ucraniano”, anunció el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró poco después que la operación se realizará en varias etapas durante los “próximos días”. “Las negociaciones continúan prácticamente todos los días”, precisó en redes sociales. El centro de coordinación ucraniano para prisioneros de guerra indicó que se trata del 66 canje de presos entre Kiev y Moscú desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
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Negociaciones estancadas
Rusia y Ucrania intercambian regularmente prisioneros y restos mortales de soldados desde hace más de tres años. El último canje se produjo tras la primera ronda de negociaciones directas entre ambos bandos, celebrada en Estambul en mayo. Tras las conversaciones, Kiev y Moscú intercambiaron unas 1.000 personas de cada bando, tanto soldados como civiles.
Pero pese a esos acuerdos, los dos países están lejos de un cese el fuego. El ejército del aire ucraniano anunció que Moscú lanzó un número récord de 479 drones explosivos contra el país la madrugada del lunes. El día anterior, el ejército ruso afirmó haber ampliado su ofensiva a la región ucraniana de Dnipropetrovsk, fronteriza con las regiones de Donetsk y Zaporiyia, ya parcialmente bajo control ruso.
Moscú exige que Ucrania ceda los territorios que afirma haberse anexionado y renuncie a ingresar en la OTAN. También rechaza una tregua “incondicional” de 30 días pedida por Kiev y sus aliados europeos, ya que considera que permitiría a las fuerzas ucranianas rearmarse gracias a los suministros occidentales.
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Ucrania, por su parte, exige que las tropas rusas se replieguen y pidió “garantías de seguridad” a sus aliados occidentales, ya sea en forma de despliegue de tropas o de acuerdos militares. En diciembre de 2024, las autoridades ucranianas estimaron que Rusia tenía retenidos a más de 16.000 civiles ucranianos, sin especificar el número de prisioneros militares.
No se ha revelado el número de soldados rusos detenidos en Ucrania, pero es probable que sea inferior al de Kiev, según las estimaciones. Ambas partes se acusan mutuamente de violar la Convención de Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra. Varios exprisioneros de guerra ucranianos declararon a AFP que fueron torturados durante su cautiverio.
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Rusia lanzó récord de 479 drones contra Ucrania
- Kiev, Ucrania. AFP.
Rusia lanzó la noche del domingo al lunes un número récord de 479 drones explosivos contra Ucrania, anunció la fuerza aérea ucraniana. Esta misma fuente indicó en un comunicado que 460 de estos drones habían sido interceptados, así como 19 de los 20 misiles disparados por Rusia. “Los impactos fueron registrados en 10 lugares”, señaló, sin dar más precisiones.
El 1 de junio, Ucrania dijo que fue atacada con 472 drones, el máximo número hasta entonces, según dijo el ejército del aire a AFP. Esta nueva serie de ataques con drones tiene lugar en momentos en que Kiev y Moscú tienen que canjear prisioneros y cuerpos de soldados fallecidos de ambos bandos. Este intercambio tenía que llevarse a cabo durante el pasado fin de semana, pero finalmente tendrá lugar esta “semana”, según el jefe de inteligencia militar ucraniano, Kirilo Budanov.
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Polonia moviliza aviones
El ejército polaco anunció el lunes que movilizó sus aviones de combate ante un “intenso” ataque ruso en el oeste de Ucrania. “Debido al intenso ataque aéreo de la Federación Rusa sobre el territorio de Ucrania, aviones polacos y de aliados comenzaron a operar dentro del espacio aéreo polaco por la mañana”, anunció en X el estado mayor de Polonia.
“Los caza de servicio fueron desplazados en parejas y los sistemas de defensa aérea y de reconocimiento por radar permanecen en el nivel máximo de alerta”, agregó. Señaló que las medidas son “de carácter preventivo”.
Rusia atacó el oeste de Ucrania con decenas de drones y misiles, según el alcalde de Rivne, Oleksander Tretiak, quien lo calificó como el “mayor ataque” en la región. Rusia intensificó recientemente su campaña contra Ucrania, aplacando la esperanza de alcanzar un alto el fuego con las recientes gestiones diplomáticas. Polonia es uno de los principales aliados de Ucrania y sirve como base logística para la entrega de ayuda occidental.
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Daniel Burman: “El cine revela las cosas que la sociedad niega”
- Fotos: Pánfilo Leguizamón
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman, quien se encuentra de visita en nuestro país por razones de trabajo. Además de algunas de sus producciones y de la función del cine en nuestros tiempos, Burman habla de la construcción de la identidad y de la necesidad de que la sociedad aprenda a sentir como propio el dolor de los otros.
Daniel Burman nació el 29 de agosto de 1973 en Buenos Aires; es conocido por la serie “Iosi, el espía arrepentido” (2022), así como las películas “Esperando al mesías” (2000), “Todas las azafatas van al cielo” (2002), “Derecho de familia” (2006), “El rey del Once” (2016), además de “El abrazo partido” (2004), galardonada con el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Otros títulos destacados: “El nido vacío” (2008), “La suerte en tus manos” (2012), “Dos hermanos” (2010), “El misterio de la felicidad” (2013). Su último trabajo es “Transmitzvah” (2024).
–Hay mucho que hablar de cine, pero mi primera pregunta es bien provinciana. ¿Qué le trae por el pueblo, don Daniel?
–Un montón de cosas. Es muy curioso. A veces en mi actividad ocurre que hay algo que va más allá de lo racional y hay una alineación de proyectos que te empiezan a llevar a todos lados. Ahora hay tres proyectos muy importantes en diferentes etapas que me empezaron a traer para Paraguay. Todo empezó con Andrés Gelós, que es un gran amigo y colega y colaborador que me viene hablando de Paraguay hace muchos años. Yo no conocía a Asunción, es increíble, estando a una hora y media. Entre paréntesis, es impresionante el desconocimiento que tenemos de un país hermano, vecino, que cuando entré a Asunción no tenía nada que ver con el prejuicio o el preconcepto. Me quedé muy sorprendido de lo que tiene que ver con el sector audiovisual del enorme potencial, el enorme presente también, porque el potencial siempre habla como de algo por venir. Lo que está sucediendo con el audiovisual en Paraguay y las posibilidades que se están abriendo en esta coyuntura son increíbles.
–Este vaticinio de que la pandemia en algunos aspectos era un punto de inflexión en nuestra manera de ver, de reflexionar las historias, ¿sucedió?
–No, no sucedió, no va a suceder y tiene todo el sentido porque uno de los mecanismos más comunes que tenemos todos y más activos, más presentes, una de las mayores herramientas de su providencia es la negación. Vivimos en estado de negación permanente, primero negamos quiénes somos todo el tiempo y también ni hablar de las situaciones externas que la vivimos negando. Entonces era de esperar que neguemos la pandemia, el efecto traumático y, sobre todo, neguemos lo que nos reveló sobre nosotros mismos, sobre nuestra vulnerabilidad, sobre su fragilidad y tiene un sentido. No juzgo ese mecanismo. La supervivencia incluso en condiciones óptimas de alimentación y sanitarias es muy compleja por la propia crisis existencial de estar, con lo cual entiendo que hayamos tirado en un abismo todo aquello que aprendimos en esos tiempos tan dramáticos.
IDENTIDAD POLIFACÉTICA
–Estaba reflexionando de que Argentina debe ser de los cines, después de Hollywood probablemente, obviamente Israel supongo, que más incurren en la temática judía.
–Tiene que ver con que hay una comunidad judía muy grande y también una diferencia con las demás comunidades judías. La dicotomía identitaria no ha existido en gran parte de la comunidad. Yo siempre he sido judío y argentino al mismo tiempo y nunca me puse a preguntar cuánto había de cada uno, no hay ninguna dialéctica digamos porque también creo personalmente que la identidad es absolutamente polifacética y soy judío y soy padre y soy hijo y soy argentino y soy una persona de cuentitos y soy un montón de cosas y no soy nada al mismo tiempo. Soy la persona que busca saber quién es como cualquiera de nosotros. Creo que tiene que ver con eso, que también no nos tuvimos que aferrar a esa identidad de una manera reactiva. Encima viniendo del país que sufrió los atentados terroristas más cruentos contra la comunidad judía fuera de Israel.
–Quiero detenerme en “Iosi”, una de las series más vistas acá en Paraguay. Fue un episodio muy fuerte a partir de toda esa fortaleza que tuvo unos años de incertidumbre al respecto de si se hacía justicia o no se hacía justicia, ¿no?
–Sí, no se hizo justicia finalmente. Y creo que también lo que quise reflejar, o sea, la sociedad argentina se anestesió ante la falta de justicia y que la impunidad formó parte de la identidad colectiva. Es algo tremendo. Pero me parece importante que la impunidad no es responsabilidad de un político o de una época política, es de una época de la sociedad en la cual la gente estaba anestesiada y admitía que la impunidad era un activo social con el cual se podía vivir y muy bien.
–Que tiene un pariente, que es el miedo.
–Ojalá fuera el miedo. Yo creo que es más la desidia, porque básicamente nadie soporta la impunidad respecto a uno mismo. Las víctimas nunca soportan la impunidad, esto está claro. El chiste es que la sociedad que no es directamente influenciada por un hecho lo sienta como propio. A mí me fascina el concepto de Spinoza sobre la escala del amor y la generosidad. Uno puede amar a cualquiera pero la generosidad es actuar como si uno amara al otro. Esto es lo mismo, que la sociedad actúe como si hubiera sido lesionada ella misma y cuando eso se desarticula puede existir la impunidad. Entonces básicamente hablamos de un cierto quiebre en el contrato social, de cierta dilución de una empatía.
VERDADES OCULTAS
–¿Te parece que el cine sigue reivindicando el lugar de la verdad?
–Una de las misiones del cine, porque cristaliza de manera física y evidencia ciertas verdades o a contrario sensu, que es más fácil porque darle un lugar de portador de verdad es un poco riesgoso, evidencia estos momentos de impunidad, estos momentos de la verdad que es mirada o atacada, que no es lo mismo que ser un lugar de definición de verdades. Yo en “Iosi” no digo “el atentado lo hizo tal persona”, porque la Justicia es la que tiene que hacer eso. Yo lo que digo es que durante 30 años se construyó una conspiración de actores muy diferentes de la sociedad, todos alineados de manera sincronizada para garantizar un pacto de impunidad. Hay una verdad que no conocemos y el cine puede develarnos las verdades ocultas.
–¿Cuándo fue la vez en tu vida, para hablar de tu historia personal, que dijiste “yo quiero hacer cine”?
–No existió ese momento y es bastante decepcionante cuando me preguntan eso, porque yo quería ser escritor. Yo tengo una fascinación por la literatura, me encantaba escribir y todavía la verdad que escribo y siempre digo a mis hijos “cuando sea grande me dedicaré a ser escritor” y me miran y me dicen “cuánto falta para eso” (risas). Escribía, pero en cierto momento sentí que tenía que transformarlo en un ambiente para contarle algo a alguien. Tengo el recuerdo de esperar que mi madre llegue del trabajo para contarle algo, la fascinación de contar algo. Y tomé cine como un instrumento, que podría haber sido cualquier otro. Nunca tuve una fascinación por el dispositivo cinematográfico y de hecho hoy no la tengo. Tengo una relación totalmente instrumental. No hay nada que me aburre más que hablar de una cámara. Cuando viene el fotógrafo y me dice ¿salió tal lente? Ni me cuentes. Mi relación con el cine es instrumental y de puente.
LA FIGURA DEL HÉROE
–Quiero continuar con tu obra y quedarme en “El abrazo partido”, porque además es un juego de palabras muy bonito.
–“El abrazo partido” me dio muchísimas satisfacciones y me cambió la vida. Fue la película donde dije “soy algo así como un director de cine”. Siempre parto de un dilema moral irresoluble. Yo cuando era chico vivía en el barrio judío de Once de Buenos Aires y había escuchado una historia que nunca se termina de saber si fue verdadero, pero me inspiró la película de que en la época de la guerra de los Seis Días hubo muchos judíos argentinos que dijeron “vamos a luchar por Israel” y en esa época se tardaba en llegar. Muchos llegaron después del sexto día y la guerra ya había terminado. Y alguno dijo “bueno, me quedo” y dejó una familia con un local. A mí esos dilemas de ir a luchar por un ideal dejando una familia, la idea de ir a salvar al mundo, pero abandonar tu responsabilidad más próxima, siempre desconfié. Siempre desconfié mucho de los héroes porque para mí son gente que se escapó de la casa, que no quiere asumir o que prefiere ir a salvar las ballenas en Australia en lugar de cuidar a su hijo de cuatro años y explicarle ciertas cuestiones existenciales.
–¿Qué cosas está mirando el cine?, ¿qué profecías está haciendo te parece?
–Yo creo que el cine no hace profecías. Yo creo que mucha gente que hace cine tenemos una conexión con nuestro tiempo. Entonces, no somos proféticos, sino revelamos cosas que la sociedad niega. Niega por el frenesí, por la falta de debate, por la agenda. Normalmente cuando uno va a promocionar una película, lo que te sucede hoy día es que la mayoría cuando vas a un programa de televisión te dice “la agenda de hoy es muy política, la agenda es otra cosa”. Yo creo que somos nuestra agenda. Estoy bien convencido de que somos qué hago hoy, somos eso y cómo tratamos al otro en ese eso y nada más.
EXPERIENCIA SOCIAL
–Dentro de unos años tendremos personas que pudieron no haber ido al cine, pero igual haber visto todas las películas del mundo. ¿Cómo te llevás con esos cambios?
–Tengo contradicciones al respecto. Por un lado, la idea de la masividad y la posibilidad de cuando pongo una serie y que pueden verla en cualquier parte del mundo y toda la penetración que tiene y el acceso que tiene porque sigue siendo un lujo burgués finalmente, pero tiene un acceso muy grande. Pero yo recuerdo que cuando estrenaba una película, mi mayor placer era salir y ver la gente llegando al cine. Había un momento de su vida que giraba en torno a ese evento y todo lo que significaba y que ahora todo se pueda hacer desde la cama comiendo una pizza. No es que me afecta a mí, me da pena que nos estemos perdiendo todo eso, porque en ese circular había un contacto humano, una circulación.
–Es como que se perdió el templo, ¿no?
–Se perdió el templo, pero lo mío no es la cuestión romántica, sino que nos perdimos una experiencia social que para eso nació, de a quiénes tengo al lado, que me encuentro con alguien, el tránsito con el otro, que lo vamos perdiendo. A mí eso me da pena, pero no por el cine en sí mismo, sino por la pérdida social, porque se van perdiendo y eliminando momentos de contacto humano, de contacto real.
HERMANDAD ESTÉTICA
–¿Te parece que hay un cine regional identificable como un corpus o hay experiencias aisladas?
–Yo siempre desconfío un poco del cine del hermano latinoamericano. Me parece que nunca terminé de entender por qué no podemos ser unidos, cercanos, colaborativos desde nuestra singularidad. Me parece que también es una pose totalmente innecesaria y es una retórica que el goce está en un supuesto sentimiento de hermandad estética o narrativa que no hay. Lo hubo en la literatura en cierto momento. Desde afuera nos miran como latinos, pero ¿nos tenemos que sumar a esa mirada? ¿O tenemos que reivindicar nuestra singularidad y tener una mirada más pragmática de colaboración entre los países para hacernos más fuertes en todas las cinematografías, generar hub de producción?
–¿Cómo está el cine argentino?, que siempre fue productivo.
–Creo que está en el momento más delicado de su historia. La interrupción del fomento público generó una crisis muy grande. El cine argentino hoy día se sostiene básicamente por el aporte de las plataformas y me gusta. Prefiero pensar que de alguna manera el sistema de fomento público de alguna manera se va a reinventar para lograr que personas como yo, que hemos sido hijos de la educación pública y hemos contado con apoyo, después podamos crear como yo compañías de producción independiente, pero el aporte público es el puntapié. Hay que entender que una cinematografía es mucho más que lafacturaciónoel valor agregado que genera porque tiene un enorme impacto cultural y sobre otras industrias.
–Hay una especie de desvalorización de lo público también, ¿no?
–Latinoamérica es un continente, y ahí sí estamos hermanados, con abismales asimetrías irresolubles por el mercado. Esto no es una posición ni ideológica ni política, es absolutamente descriptiva. Hay comunidades, hay espacios, hay territorios, que además de las cuestiones de asimetrías históricas, están bajo riesgo por cuestiones climáticas. Ahí la sociedad, más que el Estado, puede tener una decisión de si como humanos tenemos una empatía y queremos entre todos ayudarnos. Es una cuestión humanística y no política.
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Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de retrasar el canje de prisioneros
- Kiev, Ucrania. AFP.
Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente este sábado de retrasar el intercambio de prisioneros previsto este fin de semana, el único resultado concreto de las negociaciones entre Kiev y Moscú para poner fin a más de tres años de guerra. Las fuerzas rusas, que ocupan aproximadamente el 20% del territorio ucraniano, bombardean casi diariamente ciudades ucranianas desde febrero de 2022, y han intensificado sus ataques en las últimas semanas. En respuesta, Ucrania también lleva a cabo ataques aéreos en Rusia casi todos los días.
Al menos 10 personas murieron el sábado en bombardeos rusos en Ucrania, casi una semana después de que terminara la segunda ronda de negociaciones de paz directas entre rusos y ucranianos. Las conversaciones, que tuvieron lugar el lunes en Estambul, se encuentran en un punto muerto y sólo permitieron alcanzar un acuerdo para canjear prisioneros entre ambos bandos.
Pero el negociador jefe ruso, Vladimir Medinski, acusó a Ucrania de haber aplazado “inesperadamente la recepción de los cuerpos” de los soldados “y el intercambio de prisioneros de guerra a una fecha indeterminada”.
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Ucrania, sin embargo, rechazó las acusaciones. La Sede de Coordinación para el Tratamiento de Prisioneros de Guerra aseguró que no se había fijado ninguna fecha concreta para la entrega de cuerpos y que Rusia no estaba cumpliendo con lo acordado. La organización acusó a Moscú de “juego sucio” y de “manipulaciones”.
Kiev y Moscú acordaron el lunes liberar a los soldados heridos y enfermos, así como a los menores de 25 años, lo que corresponde a más de 1.000 personas en cada bando. El último canje en mayo permitió liberar a un millar de personas de cada lado.
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Bombardeos en Járkov
Las tropas rusas multiplicaron sus ataques contra Ucrania en las últimas semanas. Los últimos bombardeos se produjeron este sábado y la noche del viernes, después de que Moscú prometiera vengarse de Kiev por la destrucción de una parte de su flota aérea.
Al menos cuatro personas murieron en Járkov, la segunda ciudad ucraniana situada en el noreste del país, según las autoridades regionales. También hubo más de 50 heridos.
“Járkov sufrió el peor ataque desde el inicio de la guerra total”, informó en Telegram su alcalde, Igor Terejov. La ciudad, con unos 1,4 millones de habitantes, está situada a menos de 50 km de la frontera rusa.
Al menos tres personas murieron también en Jersón, en el sur del país, según las autoridades locales. Y, cerca del frente, en la región de Donetsk, murieron otras tres.
“Rusia continúa sus ataques contra la población civil”, denunció el canciller ucraniano, Andrii Sibiga, que instó a la comunidad internacional a “aumentar la presión sobre Moscú” para “poner fin a las masacres y la destrucción”.
Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia disparó un total de 206 drones y nueve misiles durante la noche.
El Ministerio ruso de Defensa declaró a su vez que 36 drones ucranianos fueron destruidos el viernes por la noche, en particular en las regiones de Moscú, Kursk y Smolensk.
Putin había prometido una respuesta
La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, prometió que Moscú respondería al audaz ataque ucraniano con drones que destruyó varios aviones militares con capacidad nuclear.
Durante la segunda ronda de negociaciones entre Ucrania y Rusia, que tuvo lugar a inicios de semana, la delegación rusa presentó a Kiev exigencias como la retirada de sus fuerzas de cuatro regiones cuya anexión reclama Moscú y que Ucrania renuncie a unirse a la OTAN.
Pero Zelenski calificó estas condiciones de “ultimatos” inaceptables, y reiteró su llamamiento a imponer sanciones a Moscú.
“Los rusos se disponen a continuar la guerra, ignorando todas las propuestas de paz. Deben rendir cuentas por ello”, dijo en su discurso vespertino.
“La presión obligó a Rusia a entrar en el proceso de negociación. La presión puede obligar a Rusia a ser realista en el proceso de negociación”, añadió.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, de visita en Francia, propuso este sábado a la ONU crear un grupo “de países que no están involucrados en la guerra” para mediar entre Rusia y Ucrania en pos de un acuerdo “realista”. Desde la invasión rusa en febrero de 2022, decenas de miles de personas han muerto, amplias zonas del este y el sur de Ucrania han quedado destruidas y millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares.