Luego de su último single Gatas, que ya lleva más de seis millones de vistas en las plataformas streaming y se volvió viral en TikTok sumando más de 60.000 creaciones, el artista sorprende con un nuevo track titulado De Vacaciones.
Compuesta por el mismo FMK con su socio creativo Big One, junto al músico Valentín Andersen, este sencillo se caracteriza por su estilo pegadizo, comenzando con un sonido de R&B minimalista comandado por la voz y una guitarra, que luego al sumarle el beat se transforma en un reggaetón soft.
Con esos coros a los que el artista nos tiene acostumbrados, Enzo le canta al desamor, proponiendo llenar esos vacíos nada más ni nada menos que con nuestra amada música, mostrando otra faceta de FMK y evidencia la versatilidad de su propuesta.
De Vacaciones cuenta con un video filmado en el estudio, mostrando la interacción de los tres artistas creadores mientras interpretan la canción en un entorno despojado, tal como podemos apreciar en la imagen de portada del single.
Luego de la multitudinaria presentación de su álbum debut Desde El Espacio en el Movistar Arena Buenos Aires el pasado 16 de abril, el artista anunció su gira por el interior de su país, recorriendo las plazas más importantes del territorio argentino.
El álbum debut de FMK cuenta con 10 tracks de un concentrado de reggaetón, dancehall y trap, en compañía de los cuerpos más brillantes del nuevo universo de la música urbana contemporánea desde el Sur como Duki, Tiago PZK, Emilia, María Becerra, LIT killah, Rusherking y Dani Ribba, con la producción de su compañero: Big One.
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Un encuentro íntimo entre el alma del artista y el espectador
- Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Néstor Soto
El pasado viernes 5 de setiembre el artista plástico cubista Miguel F. Fernández inauguró su exposición “Mi primera vez”, en la que presentó obras en las que predomina el estilo vanguardista creado por Pablo Picasso y Georges Braque, aunque también otras con matices expresionistas y abstractos. La muestra permanecerá abierta durante las próximas tres semanas en Más Decor - Galería de Arte (Malutín 610, Villa Morra). Además de retratos no figurativos, hay otros lienzos en los que se puede apreciar un diálogo entre personajes. En este intercambio con La Nación/Nación Media, Fernández adelanta lo que será su primera muestra artística de envergadura y reflexiona sobre el sentido del arte en nuestros días.
Las vanguardias europeas irrumpieron en las primeras décadas del siglo pasado trastocando para siempre el sentido del arte. Lo figurativo y la perfección formal dejaron de ser las máximas aspiraciones abriendo un mundo de relaciones no directas entre el objeto y la representación. Así, la fragmentación y la distorsión pasaron a suplir los contornos definidos de las técnicas realistas.
Estos movimientos tuvieron una intensa actividad especialmente a través de grandilocuentes manifiestos en los que declaraban una ruptura con la tradición. Sin embargo, visto en perspectiva, cabría afirmar que estas corrientes no rompieron con ella, sino que pasaron a enriquecerla.
Más de un siglo después, estas pinturas forman parte del acervo pictórico de la humanidad y ocupan grandes espacios en los museos más prestigiosos del mundo con cotizaciones en millones de dólares. Es decir, han resignado forzosamente su voluntad de marginalidad y pasaron a integrar la esfera canónica.
No obstante ello, no han perdido su carácter contestatario, ya que aún encarnan ideales de emancipación y siguen denunciando flagelos como la guerra, el hambre y otras formas del dolor humano.
REMINISCENCIAS
Al observar la creación de Miguel F. Fernández, las reminiscencias a las obras de Pablo Piccaso y Vincent Van Gogh son inmediatas, así como el carácter deconstructivo de mitos fundacionales de la cultura occidental. En este diálogo con el estilo de otros artistas, Fernández bebe de sus influencias, pero aportando a su vez una mirada propia sobre episodios bíblicos y figuras de la literatura universal como el Quijote de la Mancha, reinterpretando estos símbolos muy arraigados en nuestra cultura.
“En el Quijote no veo un loco, sino un soñador que se resiste al pragmatismo del mundo. En los episodios bíblicos busco la dimensión humana como el pecado, dudas, los miedos, las decisiones. No es religión, es humanidad. El arte cuestiona, revela lo que la historia oficial no dice. En mi caso, la fragmentación invita al espectador a recomponer su propia versión de los hechos”, comenta.
Sobre las posibilidades de expresión que encontró en el cubismo, señaló que este le permite desarmar la realidad y reconstruirla desde múltiples perspectivas: “Es mi manera de mostrar que no hay una sola verdad, sino fragmentos que se entrelazan. Para mí la fragmentación y superposición de formas refleja la idea de que la vida es compleja, hecha de capas y contradicciones. Ninguno de nosotros es lineal y mis obras intentan reflejar esa condición”.
PRIMER ENCUENTRO
Con relación al nombre de la muestra, “Mi primera vez”, explica que “simboliza no solo mi primera gran exposición, sino también el primer encuentro del público con mi obra. Alude tanto a mi debut expositivo como al primer contacto del espectador con mi propuesta. Quiero que cada visitante lo viva como una experiencia única. Por eso, me interesa que quienes la visiten vuelvan más de una vez, porque cada cuadro guarda lecturas distintas”.
Consultado sobre qué opina del prejuicio hacia el arte producido en masa, responde que para él se trata de “elitismo innecesario. Ya lo dijo otro gran ídolo e innovador, Andy Warhol, que popularizó su arte en serigrafía. El arte no pierde valor por difundirse en distintos soportes; al contrario, llega a más corazones y multiplica su alcance”.
En lo tocante a la técnica en la que se siente más cómodo, indica que el acrílico sobre lienzo le da dinamismo, aunque también recurre al óleo y a técnicas mixtas cuando la obra así lo exige. En su carácter de comunicador, habiendo ejercido el oficio durante más de 40 años, Fernández asevera que en todo este tiempo aprendió que todo mensaje requiere un receptor, por lo que sus cuadros también buscan eso: “Abrir un diálogo, despertar preguntas y generar reflexión”.
MERCADO DEL ARTE
Apelando grosso modo a la teoría del sociólogo francés Pierre Bourdieu, la adquisición de obras de arte guarda relación con una búsqueda de distinción social y de acumulación de capital cultural. En nuestro caso, ante la falta o escasez de una burguesía ilustrada, el mercado del arte es por definición pequeño, por lo que la mayoría de nuestros pintores no lo pueden ser a tiempo completo, debiendo alternar esta vocación con otras actividades que cubran las necesidades materiales de la existencia. “Nuestro mercado es pequeño y en desarrollo, pero cuenta con gran potencial y con talento de sobra a pesar de la falta de apoyo institucional y la escasez de espacios de exhibición”, define Fernández. Teniendo en cuenta esta necesidad, el día de la inauguración de la exposición y durante las próximas tres semanas, las obras podrán ser adquiridas en la ya mencionada galería a precios que oscilan entre los 500 y 1.000 dólares, dependiendo del formato y la técnica.
RECEPCIÓN Y CONSUMO
Muchas veces los trabajos sobre arte se centran excesivamente en la producción y características inmanentes de las obras, pero muy poco en su recepción. Es decir, en cómo son consumidas e interpretadas por el público; cómo se convierten en hechos sociales, además de puramente artísticos.
Una vez hechas, por qué el espectador o el marchante deciden comprar una pintura y otorgarle un lugar privilegiado en sus hogares y galerías, además de qué es lo que supone este hecho socialmente. “Adquirir arte es también llevarse un fragmento de la mirada del artista. Cada uno adquiere una obra porque encuentra un espejo en ella. No es solo una adquisición material: es un encuentro íntimo entre el alma del artista y la del espectador”, asevera.
A más de los cuadros en formato tradicional, también habrá reproducciones más económicas de láminas en canvas, porcelanas y otros objetos de uso cotidiano para que todo el público pueda llevarse consigo un pedazo de arte y que la experiencia perdure a través de un recuerdo. En este sentido, el artista se declara un convencido de la democratización del arte, pues aunque el original tiene un valor único, las reproducciones permiten que más personas se acerquen y se lleven algo consigo.
TECNOLOGÍA DISRUPTIVA
Los artistas y los creadores de productos culturales se han pronunciado mayoritariamente en contra del uso de la inteligencia artificial en sus respectivos campos, alertando sobre los peligros en materia de derecho de autor y mercado de trabajo.
En cambio, el alarmismo ha cedido lugar a un irremediable pragmatismo, pues prescindir de estas tecnologías sería condenarse al ostracismo.
Por ello, la muestra incluye códigos QR pegados a un lado de los cuadros a través de los cuales se podrá contemplar la misma pintura, pero animada en inteligencia artificial, una nueva forma de ver y vivir la obra de arte.
Por último, en cuanto a qué le diría a un potencial público no especializado que quiere pero no se atreve a acudir a los centros de exposición, concluyó señalando que “invito a la gente a acercarse al arte sin miedo. No hace falta entenderlo todo: basta con sentirlo y dejarse interpelar. El arte es presencia, es diálogo y es memoria”.
TEMPRANA FASCINACIÓN
Sobre sus inicios en el mundo del arte, Fernández relata que “desde niño sentí fascinación por los colores y las formas. Empecé dibujando en cuadernos escolares y copiando escenas cotidianas.
A los 17 años descubrí a Van Gogh y Picasso en exposiciones en Copenhague y Suecia.
Estos pintores marcaron mi rumbo. Van Gogh, por la intensidad emocional, Picasso por la libertad formal y Andy Warhol por su compromiso en popularizar el arte. Mi formación fue en gran parte autodidacta, pero siempre en diálogo con otros artistas. Hoy mi trabajo es la síntesis de esa curiosidad inicial y de una búsqueda constante por expresar mi visión del mundo”.
Además de artista plástico, Fernández es actor y comunicador con más de 45 años de experiencia en medios de comunicación. Ha explorado diversas técnicas y formatos a lo largo de su carrera en la que fue atravesando diferentes etapas. Actualmente incorpora nuevas tecnologías y perspectivas que enriquecen y popularizan sus creaciones.
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Marcos Benítez, en la Feria Arteba de Buenos Aires
El artista visual paraguayo Marcos Benítez participó por primera vez de la prestigiosa Feria Arteba, celebrada en el Centro Costa Salguero de Buenos Aires, Argentina. Lo hizo como parte de la Galería Herlitzka junto a renombrados artistas como Marta Minujin, que trabaja el arte pop con performances e instalaciones que se ganaron renombre mundial por su estilo único.
La feria de arte más importante de Latinoamérica presentó una cuidada selección de 66 galerías que exhibieron obras de más de 400 artistas de Argentina y del mundo, en un recorrido de 11.000 m² donde convergen las producciones más relevantes del arte moderno y contemporáneo.
En este contexto, Marcos Benítez presentó sus textiles “AO / Proyecto Herbolario 2021”. Se trata de impresión vegetal sobre textil paraguayo aopo’i, donde el artista deja huella de la flora autóctona conectando con la memoria ancestral de su tierra.
La colección está conformada por piezas realizadas en tejidos de fibra y pigmentos naturales, creando paños donde aborda temas como deforestación, territorio y productividad de forma más puntual, según explicó el artista que tiene más de 30 años de trayectoria, y cuya impronta se sitúa en el cruce entre las tradiciones del arte moderno paraguayo y las expresiones populares contemporáneas.
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Sebastián Boesmi inauguró “Orden en el caos”
En Matices Art Gallery (Cruz del Defensor 241, Villa Morra) está abierta la recientemente inaugurada exposición del artista plástico paraguayo Sebastián Boesmi. La muestra, denominada “Orden en el caos”, se compone de escultura, pintura y videoarte, destacándose como estrella de la exhibición la escultura Piano Bull de 117 cm de alto por 130 cm de largo y 80 cm de ancho que llegó especialmente desde Madrid (España), ciudad donde reside el artista.
“Se trata de una pieza única, de bioplástico y cerámica, recubierta con fibra de vidrio, pintada y lacada a mano, con lo cual se logra que tenga brillo y un efecto espejado”, explicó Boesmi.
La muestra estará abierta hasta el sábado 20 de setiembre con una invitación especial para personas con discapacidad visual quienes, a través de códigos Navi Lens, podrán acceder al texto curatorial y comentarios para entender y explorar las obras. Boesmi decidió hacer que esta muestra sea inclusiva, inspirado en una persona con discapacidad visual que visitó su última muestra en Paraguay, cuyo acompañante le explicaba cada pieza con palabras, Por otro lado, siguiendo con su proyecto de talleres experimentales el artista dará talleres sin costo para estudiantes de arte y personas con un proyecto en artes plásticas.
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Emoción y color en la atmósfera onírica de la pintora Carla Ascarza
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
La artista llama realismo lírico a su búsqueda, la transmisión con imágenes de sentimientos profundos e incluso valores. “Quiero transmitir la esperanza, la vitalidad, el misterio, la gratitud”, cuenta de sus bellas artes.
“Defino muchas de mis obras dentro del realismo lírico porque habitan una frontera entre lo real y lo simbólico”, cuenta Carla Ascarza. “Me interesa representar escenas, personas y objetos que existen, pero llevarlos a otro plano a través de la atmósfera, la paleta y la composición”, define.
Plástica de importante trayectoria, sus cuadros de la serie “Mensajeros” abordan lo mítico y lo tangible de los mainumby, colibríes que llevan y traen luces, colores, reflexiones.
“En esa transformación se produce el lirismo: lo que está cargado de emoción, de memoria, de misterio. La pintura me permite decir lo que no cabe en la literalidad. Puedo usar una figura humana o un objeto cotidiano, pero los rodeo de elementos poéticos para que emerjan como visión, como huella sensorial”, apunta.
Entiende al color como un comunicador eficaz. “Es una herramienta de intuición y también de resistencia: en un contexto como el nuestro, donde tantas veces se impone la opacidad, defender el color es también defender la vida”.
–¿Cuál fue el disparador de la colección “Mensajeros”?
–El disparador fue una vivencia íntima y una necesidad interior de nombrar lo intangible. Los colibríes llegaron a mí como metáfora de aquello que no permanece, pero deja huellas. En “Mensajeros” no los represento solo como aves, sino como símbolos de lo etéreo, de lo que se posa apenas en la conciencia. Ellos son portadores de mensajes del alma: la fugacidad del instante, la ligereza de lo esencial, la belleza que no se impone, pero transforma. La serie nace del deseo de capturar esa sutileza y convertirla en color, en forma, en presencia.
NARRANDO LO INVISIBLE
–En tus series anteriores se ve una búsqueda por retratar la escena cotidiana, los rostros cercanos. ¿Cómo vas volcando a los lienzos tus inquietudes? ¿Seguís un plan?, ¿pintás lo que te es urgente?
–Trabajo a partir de una urgencia interior. Hay veces en que una imagen se instala en mi cabeza y no me suelta hasta que le doy cuerpo en el lienzo. A veces es un rostro anónimo que encuentro en una fotografía o una escena callejera que me golpea. No siempre tengo un plan estructurado, pero sí una búsqueda constante: la de narrar aquello que suele pasar desapercibido. Lo invisible, lo que no está en los titulares. Pinto para dar visibilidad a lo común, pero con una carga simbólica profunda. En ese sentido, la serie “Contramundos” fue muy significativa: cada obra fue una pequeña crónica visual del Paraguay contemporáneo.
–Contanos un poco más de tu relación con el color. ¿Cómo decidís ese universo personal?
–El color para mí es emoción. Es lenguaje puro. Muchas veces dibujo con el color. Nunca lo uso de manera literal. Mi paleta se construye a partir de lo que siento, de lo que quiero provocar. La realidad ya tiene sus propios tonos, pero el arte me permite alterarlos, amplificarlos, volverlos signos. A veces un verde ácido, un fucsia estridente o un naranja encendido no tienen lógica si uno los mira desde lo mimético, pero sí si los entiende como pulsaciones anímicas. Pinto desde el color porque él habla más rápido que las palabras.
–También abordaste lo abstracto. ¿Cómo fue ese recorrido?
–Lo abstracto fue, en mi caso, un espacio de liberación. Al principio, mi obra estaba más centrada en el retrato y la escena figurativa, pero la abstracción me permitió explorar otros caminos: el gesto, la mancha, el ritmo. Fue como quitarme las palabras de encima y quedarme solo con la voz. Me interesa lo abstracto cuando nace de una pulsión verdadera, cuando no es solo una estética, sino una necesidad de expansión. Algunas obras de transición en mis series combinan ambos lenguajes: hay figura, pero también hay fuga hacia lo simbólico, hacia lo que no puede decirse con formas reconocibles.
CREAR CON HONESTIDAD
–Fuiste premiada y tu obra se exhibió en el exterior. ¿Cómo sigue ese camino?
–El reconocimiento que recibí en Moscú con “La dulcera”, obra de la serie “Contramundos”, fue muy importante para mí. No solo por el premio en sí, sino porque visibilizó una escena local que muchas veces queda relegada. Esa obra nació de una historia real, de una mujer que vendía dulces de mamón en Garibaldi. Yo la fotografié, hablé con ella, le comenté sobre mi trabajo, compré sus dulces, le solicité permiso para fotografiarla y luego la convertí en símbolo. Fue mi forma de hablar sobre la desigualdad, sobre la cultura del consumo, sobre lo invisible. A partir de esa experiencia se abrieron otras puertas, pero más allá de lo institucional, lo que me mueve es seguir creando con honestidad. Hoy me interesa explorar más a fondo las narrativas indígenas, la memoria colectiva, los ritos del presente. El camino sigue desde ahí.
–¿Cómo ves la plástica nacional?, ¿qué cosas destacás de este presente?
–La plástica nacional es profundamente valiente. Está llena de artistas que, a pesar de contextos hostiles, producen con una potencia conmovedora. Pero no puedo dejar de señalar la precariedad estructural en la que trabajamos muchos de nosotros. Los materiales son carísimos: un solo tubo de óleo, un pincel profesional, un lienzo, representan una inversión enorme. Muchos colegas pintan en condiciones mínimas, con recursos limitados y aun así construyen discursos estéticos de gran profundidad. Falta apoyo sostenido, políticas públicas reales, espacios de visibilidad. Aun así, el arte persiste. Se renueva, se reinventa. Destaco sobre todo el trabajo de mujeres artistas, de jóvenes que se animan a experimentar, de quienes cruzan el arte con la militancia, con lo social, con lo comunitario. Es un momento duro, pero fértil. Y estoy convencida de que el arte seguirá abriendo caminos, aunque tenga que hacerlo con las uñas. La plástica paraguaya está viva. Y lo está no por el mercado, sino por la urgencia expresiva de sus creadores.
–¿Cuál es tu materia pendiente en la plástica?
Siento que una de las búsquedas más importantes que tengo como artista –y también como ser humano– es profundizar en el compromiso del arte con las causas humanitarias. Vivimos en un mundo profundamente desigual, herido, con pueblos que luchan por su derecho a existir, a hablar, a vivir. Mi materia pendiente no es una técnica, ni siquiera una exposición; es usar cada vez con más claridad mi voz visual a favor de la vida. Me interesa cada vez más vincular mi obra a causas sociales, a los pueblos indígenas, a la defensa del planeta, a la memoria colectiva. Para mí, el arte no debe ser indiferente. Tiene que incomodar, abrazar, iluminar, conmover. Y ahí está mi tarea pendiente: seguir encontrando lenguajes que acompañen y denuncien. Que no se queden en lo estético, sino que toquen lo ético.
NARRAR DESDE OTRO LUGAR
Carla Ascarza estará exponiendo en la muestra colectiva “Sinergia, arte femenino en diálogo con la memoria urbana”, que abre el próximo 15 de agosto a las 19:00 en el Espacio Cultural Staudt, sito en Iturbe 333 casi Mariscal Estigarribia. Expondrá allí en conjunto con Norma Annicchiarico; Gloria Valle y Osvaldina Servián.
Vale recordar que Carla, además de artista plástica, es también comunicadora.
–¿Qué facetas de la expresión potencia la pintura?, ¿qué cosas permite expresar más allá de las palabras?
–La pintura es, para mí, el lenguaje donde lo no dicho se vuelve posible. Como comunicadora, valoro el poder de la palabra, pero sé que tiene límites. Hay experiencias que no se traducen fácilmente: el dolor ancestral, la belleza inexplicable, la rabia callada. La pintura me permite explorar dimensiones expresivas que la palabra, por momentos, no alcanza. Pero, como comunicadora, siempre he sentido un fuerte compromiso con la narrativa: contar historias, dar sentido, transmitir lo profundo de lo humano. En mi obra, esa narrativa se vuelve visual, simbólica, sensorial.
–Se sigue contando, descubriendo…
–Pinto no solo para emocionar, sino también para contar. Cada personaje, cada escena, cada fragmento de color tiene una historia detrás. La pintura potencia esa posibilidad de narrar desde otro lugar, de dar cuerpo a relatos que a veces no encuentran espacio en los medios tradicionales. Y me permite también generar otra temporalidad: la del silencio, la contemplación, el tiempo detenido que exige una imagen. La narrativa visual que construyo desde el arte es una extensión de mi voz como comunicadora, pero una voz que a veces se vuelve más poderosa, más ambigua, lo que es fundamental para interpelar al otro. La pintur a abre un campo de significación que no pretende cerrarse . Y en eso me siento profundamente libre.
BREVE BIO
Carla Ascarza es licenciada en Artes Visuales por el Instituto Superior de Artes Verónica Koop con la puntuación summa cum laude. Cuenta con un masterado en Antropología Social por la Universidad Católica de Asunción y especializaciones en antropología de la salud y derechos humanos. Dentro de su formación artística estudió en programas y talleres en la Escuela de Bellas Artes, talleres libres de Olga Blínder, Edith Jiménez, Lisandro Cardozo, Vicente Duré, Luis A. Boh y Jo Oliveira. Fue becada por el maestro Livio Abramo como asistente en sus talleres de línea y color.
Cuenta con numerosas exposiciones colectivas nacionales e internacionales. Entre las más recientes se mencionan Muestra Kuña Mbarete Rembiapo, Sala Jacinto Rivero, Centro Paraguayo Japonés (2025); Muestra Ñepyrumby, Apart Hotel Maison Suisse (2024); Muestra Apertura de ciclo. Casa Hassler, San Bernardino (2024); Muestra Incondición Interior, Centro Cultural Manzana de la Rivera (2023).
Obtuvo el Primer Premio de Pintura en el XII Festival Mundial de Bellas Artes VERA, Moscú, Rusia. Año 2017. Representó a Paraguay en la muestra internacional Passion Art Barcelona. Sus cuadros también representaron al país en muestras en Nueva York (EE. UU.), Canberra (Australia) y Seúl (Corea).