Es la primera mujer de nuestro país en recibirse de Ingeniera Aeronáutica. En la piel, tiene tatuado el cielo, las estrellas y un cohete; en su corazón, una pasión heredada: el amor por los aviones.
Por: Natalia Delgado
“Mi pasión por el espacio, los aviones y los cohetes se remontan a mi infancia. Cuando mi tío me llevaba en sus hombros a caminar por las calles oscuras del barrio, explicándome que los marineros utilizaban las estrellas para guiarse”, rememora.
Desde muy pequeña esa pasión se fue alimentando, ya que su papá y su tío son también ingenieros. “El mayor desafío de haber elegido la carrera de Ingeniería Aeronáutica fue que en el año en que yo terminé el colegio (2007) la carrera no existía aun en Paraguay”, explica Pamela.
Siendo prácticamente una adolescente aún, y con el apoyo de su familia, decidió mudarse a la Argentina para cumplir ese sueño. Ese cambio al principio fue muy difícil, debido a que no solamente debía vivir en un lugar nuevo, lejos de su familia; también por la exigencia a nivel académico.
“Cuando los aplazos vinieron fue muy difícil, ya que nunca en mi vida me había aplazado. Siempre fui la mejor alumna, pero estando allá sola, lidiando con el día a día y un nivel académico alto; todo fue diferente. Y la verdad que al ver a tantos compañeros que dejaban la carrera me hacia pensar que eso era lo que también me ocurriría”, confiesa.
“Durante mi época de estudiante tuve que darle una pausa al jiu jitsu (su otra pasión). Locual no me afecto de manera positiva, y también sufrí el suicidio de un amigo muy cercano, cosa que tampoco ayudó”, recuerda.
A pesar de las adversidades que Pamela debió afrontar en su camino, no bajó los brazos y continuó. Su familia y el amor por su profesión la motivaron a perseverar. Y hoy cuenta que todo ese apoyo de sus seres queridos y cercanos fue l oque le dio las fuerzas necesarias para alcanzar la meta.
La sorpresa de ser la pionera
A inicios de su formación académica eran 30 jóvenes con la ilusión de ser ingenieros, y al finalizar en el 2014, fueron cinco los que recibieron el título, siendo ella la única mujer de la promoción. Tiempo después retornó a nuestro país.
Para su sorpresa de ella, cuando llegó el momento de hacer los trámites para validar su título en Paraguay, recibió una grata información. “Cuando validé mi título en el Ministerio de Educación me dijeron que ¡era la primera Ingeniera Aeronáutica de Paraguay!”, describe.
En cuanto a la inserción laboral, cuenta que no fue tan fácil, pero que al cabo de cierto tiempo logró conseguir trabajo en su área. “Tuve la dicha de trabajar en talleres de mantenimiento como Latourrette y Parini de aquí de Paraguay y en Aerolíneas Argentinas por 4 años. Hoy en día trabajo para mi propia consultora (Vokvi), la cual fundamos con un ex compañero de Argentina y para una empresa europea en proceso de certificación para abrir su taller de mantenimiento en nuestro país.”.
Las ganas de seguir progresando y destacarse la llevaron a tomar nuevos desafíos, y en el 2021 recibió su segunda maestría de la fuerza aérea, enfocada a la Contribución de la Industria Aeroespacial al Desarrollo Sostenible del Paraguay, de la mano del propio presidente de la república.
“En la Fuerza Aérea Paraguaya, específicamente en el CIAERE, donde me especialicé en Política y Estrategia Aeroespacial. Gracias al curso tuvimos la oportunidad de viajar por el interior del país, así como al exterior sumando aprendizajes en varias áreas y mi tesis de maestría fue la única de la promoción en materia espacial”, detalla Pamela.
Una mochila cargada de experiencias
Su profesión la llevó a vivir experiencias inolvidables como viajes por el mundo, empaparse de otras culturas y codearse con colegas de vasta trayectoria. También la oportunidad de trabajar en el exterior, sumar experiencia y conocimientos.
“Viviendo en el extranjero siempre intenté involucrarme en todo lo referente a aeronáutica y espacial de Paraguay. Contribuí a la Agencia Espacial del Paraguay (AEP) varias veces, publicando mi tesis, disertando online y formando parte del panel Space For Women en una conferencia”, comenta.
Y agrega: “Me gustaría hacer un doctorado en Ing. Aeroespacial y/o Propulsión Aeroespacial más adelante, cuando tenga más tiempo”. Pamela se convirtió en la pionera de la Ingeniería Aeronáutica y Espacial en nuestro país, sin preverlo o dimensionarlo, simplemente persiguiendo sus ambiciones y no dándose por vencida.
Ahora es una referente para las mujeres que vengan después de ella en esta profesión, continúa aportando al crecimiento de esta área en Paraguay y colaborando en la formación de las nuevas generaciones.