Como lo hiciera su abuela, la reina Beatriz, en 1955, y luego su padre, Guillermo Alejandro, en 1985, la princesita Amalia de Holanda acaba de lanzar un libro, a unas semanas de cumplir 18 años. En la familia real de los Países Bajos es una tradición que los futuros monarcas publiquen su biografía con motivo de su mayoría de edad.
“Pienso simplemente que todo el libro hace un bello retrato de quien soy”, manifestó la hija mayor de la reina Máxima, nacida en Argentina. La jovencita trabajó en ello con la escritora y actriz Claudia de Breij, quien fue autorizada por el palacio a escribir la biografía para ofrecer una mirada a la vida de la princesa heredera de 17 años.
Lea también: Miss Universo: Andrea Meza, reina por siete meses, se prepara para entregar la corona
De Breij compartió varios días con la princesa en el palacio Huis ten Bosch de La Haya a donde acudió unas seis veces; intercambiaron mensajes de texto y correos electrónicos con frecuencia. Hablaron de sus días de escuela, su amor por la música y lo que la monarquía y su futuro papel significan para ella ahora. “El libro es un reflejo de las conversaciones y las impresiones de la autora”, refirió la Casa Real a través de un comunicado.
Entre otras cosas, Amalia, quien desde su niñez sufrió bullying por problemas con su peso, confesó en el libro que veía a un profesional de salud mental. Contó que sus padres la enviaron al psicólogo para niños porque se preocupaban por ella, y que ella habla aun regularmente sobre salud mental con un terapeuta.
“Pienso que eso no debe ser un tabú y no es problemático decirlo al público”, dice en un fragmento del libro compartido por la radio pública NOS. “A veces todo se vuelve demasiado para mi, la escuela, los amigos (...) y si siento la necesidad, pido cita. Evacúo y estoy lista para un nuevo mes”, añadió.
La joven aseguró que la salud mental le parece tan importante como la física y considera que es “normal” hablar a un profesional, “especialmente después de lo que le pasó a mi tía”, refiriéndose al suicidio de su tía Inés, hermana de la reina Máxima, en 2018.
Deber real
La heredera de la corona de Holanda y de los Países Bajos también declaró que pediría a su madre tomar temporalmente el lugar de su padre en caso de que muriera súbitamente. Al hablar sobre cómo sería su reinado dijo que no hará nada sin el visto bueno del gobierno o el beneplácito de los ciudadanos.
“Por ejemplo, no podría firmar una ley contra la libertad de expresión”. Y explicó: “Va en contra de mi conciencia y en el juramento como reyes dice ‘Que Dios me ayude’. No es una frase vacía”. Amalia parece muy consciente de lo que le espera cuando sea mayor. “Si consigo mejorar el mundo un poquito me doy por satisfecha. Estoy al servicio de mi tierra; entrego mi vida a los Países Bajos”, sentenció.
Te puede interesar: Javier Saiach compara al tereré con un vestido fresco de verano
En su libro de 112 páginas, la adolescente cuyo nombre completo es Catalina Amalia Beatriz Carmen Victoria, también habla de sus hermanas menores. De la más pequeña, Ariane, dice que es “soñadora”, y asegura que se lleva mejor con la mediana, Alexia, desde que salen juntas a veces.
Amalia de Orange es una aficionada al hipismo; le agrada montar siempre un caballo llamado Mojito. Le gusta el hockey, jugar al tenis y la vela, así como esquiar fuera de pista. También tiene dotes para el canto. “Tiene volumen y un timbre especial; una voz de las que hace girar las sillas en los programas de televisión”, escribe la autora de la biografía al detallar sobre las aficiones de la futura reina de los holandeses.
La jovencita renunció en junio a su derecho a un ingreso anual de 1,6 millones de euros que le corresponden como heredera al cumplir los 18 años, hasta que no se dedique de forma completa a sus labores reales
La primogénita de Guillermo Alejandro I y Máxima Zorreguieta ya terminó la secundaria pero no será hasta septiembre de 2022 cuando inicie sus estudios universitarios. Está interesada en Historia, Economía y Derecho, pero todavía no sabe qué estudiará, ni tampoco si lo hará en la Universidad de Leiden, como ha sido tradición en la familia real.