El astronauta estadounidense de origen salvadoreño Frank Rubio cree que “va a haber alguien que hable español en la Luna y en Marte”, un pronóstico que compartió este lunes pasado desde la Estación Espacial Internacional (EEI) con un grupo de niños hispanos.
Rubio dijo que será “más y más común” la presencia de astronautas latinos en misiones espaciales, durante un diálogo durante el cual niños de 14 países de Iberoamérica plantearon sus interrogantes al también piloto aeronáutico, quien lleva más de ocho meses en el espacio.
De padres salvadoreños, Rubio llegó a la EEI el 29 de septiembre de 2022 y, tras una falla en la nave Soyuz MS-22 en marzo pasado, su retorno a la tierra se extenderá hasta septiembre. Eso podría volverse un hito en la historia de la NASA al ser el astronauta estadounidense con mayor tiempo en una misión espacial.
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“Uno nunca debe anticiparse porque uno nunca sabe lo que va a pasar”, comentó Rubio. En caso de conseguir ese récord, adelantó que sería un honor compartido por el equipo entero de la NASA y no solo suyo. Agregó que tiene una variedad de sentimientos, porque esa estancia le impidió ver a su hija ingresar a la universidad y a su hijo graduarse del bachillerato. Rubio expresó además “orgullo” por inspirar a jóvenes hispanos en la investigación científica y la exploración espacial.
La mayoría de las casi 400 preguntas de los niños -que en el caso mexicano se conectaron desde Guadalajara (oeste)- fueron sobre su estado psicológico y anímico durante su estancia en la EEI, los objetos personales valiosos que lo acompañan en órbita y su alimentación. La sesión fue organizada por la Asociación de las Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas y el Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano.
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Fuente: AFP.
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Clínica Placera: un libro que narra la experiencia de psicoanalizar al aire libre
El psiquiatra Agustín Barúa Caffarena hizo durante años la experiencia de conversar con pacientes en las plazas de Asunción. Volcó sus aprendizajes en “Clínica Placera, ¿nos sentamos acá?” que se presentó días atrás en la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría.
- Por Jorge Zárate
- Jorge.zarate@nacionmedia.com.py
“A mí me parece que la clínica placera aporta un permiso de explorar otras formas de trabajar en salud mental en el contexto asunceno”, entiende el autor. “En Asunción, que solemos ser tan reprimidos emocionalmente, usamos los bancos para llorar, para gritarnos y desgritarnos, para besarnos, para saber estar solos. Entonces, ahí apareció la posibilidad de usar el banco de plaza como un dispositivo de acompañamiento de salud mental”, cuenta de la génesis del inusual procedimiento.
El libro, que tuvo presentaciones en Argentina, Cuba y Paraguay, permite según la mirada del psiquiatra Agustín Barúa Caffarena “que se pueda probar nuevas cosas y se pueda dialogar con las necesidades contemporáneas. A veces creo que nos quedamos muy tiesos en el mundo profesional esperando que la gente se amolde a nosotros y no dialogando con las necesidades de nuestra sociedad. Me parece que es el gran aporte”, apunta.
Aquí su diálogo con Nacion Media:
–¿Qué sensaciones te provoca que la experiencia de la Clínica Placera llegue al libro?
–Son sensaciones complejas. Por un lado, es gratificante porque el libro a mí me satisface como producto estético, pero también como producto reflexivo y de memoria histórica. Me parece que también la tarea de estos 7 años de plaza fue bastante específica y tenía su soledad también dentro de su espacio público y colectivo.
También me da un poco de tristeza y eso lo dije cuando lo presenté en Camsat, que es una organización territorial del bañado Tacumbú, me dio tristeza y enojo.
–¿Por qué?
–Porque me recordó que yo no quería trabajar con las capas medias asuncenas inicialmente, yo quería trabajar con los sectores populares, en este caso bañadenses, ¿no? Pero el golpe de estado al gobierno de Fernando Lugo interrumpió ese proceso y al presentar el libro en el Bañado me recordó esa pérdida.
–Comenzaste en 2015 en bancos de plazas de Asunción. ¿Cuál fue el disparador de tu actividad?
–Y fue ese junio de 2012, cuando sucede el golpe, yo trabajaba desde la Universidad Nacional de Asunción y desde el Ministerio de Salud en los territorios bañadenses acompañando 15 equipos de Atención Primaria en Salud. Era mi jornada laboral plena de lunes a viernes, iba a los bañados todos los días y cuando sucedió el golpe, lo viví como un manotazo, un arrebato gigante, me impactó emocionalmente.
Me pasó que coincidió con una relación de pareja en Montevideo, donde fui y estuve 3 años haciendo diferentes cosas en un contexto de políticas públicas muy creativas: ahí sí se hicieron, por ejemplo, las leyes progresistas de identidad de género, de regularización de la marihuana y de despenalización del aborto. Y en ese contexto volví en 2015 y me dije: quiero seguir trabajando las cosas que creo…
–Te dio como un impulso esa vivencia…
–Y cuando volví, no pude entrar a mis nichos laborales habituales, habían cambiado muchas cosas así que subalquilé un consultorio. Era la primera vez que iba a hacer psiquiatría clínica privada y me morí de la angustia. Viví con mucha extrañeza las baldosas, la pared sin humedad, ese tapizado de sofá combinado con la cortina, el split. Yo venía de trabajar en los patios de las villas con chanchos, bebés, ropa secándose, goteando, en algo que llamamos Clinitaria hasta el 2012.
Me dije: “A mí me gusta conversar con la gente”, así que me vinieron a la mente los bancos de plaza que tienen una cuestión maravillosa que son espacios de intimidad pública.
–Sostenés que es posible tratar la salud mental fuera del manicomio. ¿Qué avances ves en torno a esta tendencia?
–El manicomio no es necesariamente un lugar, un “adentro”. Puede recrearse en los “afueras”, por una concepción manicomiana de la salud mental, tener una posición autoritaria, llenar de psicofármacos a la gente; ordenar internaciones compulsivas en el hospital psiquiátrico, querer imponerse a las otras profesiones, no dar como válido el saber de la gente.
Me parece importante discutir ese dentro y fuera, hay mucha manicomialidad fuera del hospital psiquiátrico. Creo que estamos muy retrasados con políticas públicas. La Ley de Salud Mental permitió avances todavía muy incipientes, creo que la mirada manicomial sigue siendo la dominante en el territorio, la salud mental se disocia de la salud y esta más aún de los derechos. Entonces si no tenemos esa politización de la salud mental, somos parte del problema, reducimos el problema a diagnósticos, psicofármacos, sin contexto, sin historia, sin derecho, sin cultura, sin territorio, sin diálogo, ¿no?
–¿Cómo ves la salud mental en el país?
–Si bien creo que hay mucha gente en el Estado que quiere hacer bien las cosas, hay una crisis institucional, los desfinanciamientos, los prebendarismos, los autoritarismos, los conservadurismos, las precarizaciones, los abandonos siguen siendo la tónica dominante en muchos campos de derechos constitucionales que no se concretan.
No hay salud mental sin salud, no hay salud sin derecho, y tenemos una crisis de derechos gigantesca en Paraguay. Nos entretenemos con los efectos, no con las causas, entonces vemos una reacción de una persona que mata a sus abuelos; el uso complicado de cocaína fumable de crack llamada chespi y su presencia en las calles; las conductas suicidas, etc. Si no tratamos las causas los efectos van a seguir.
Cuesta mucho avanzar en preguntas honestas, sobre todo en un país tan desigual y tan aterrorizador porque cuando uno comienza a preguntarse estas cosas necesariamente necesita valor. No podemos construir ese argumentar sin un cierto coraje para conversar las cosas que estamos evitando como sociedad.
SOBRE EL AUTOR
Agustín Barúa Caffarena (1971) es médico por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Psiquiatra de Atención Primaria de Salud por el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana y tiene una maestría en Antropología Social por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
Terapeuta. Psicodramatista por GRUPA (Grupo Psicodrama Asunción). Certificado en Prácticas Colaborativas y Dialógicas por el Houston Galveston Institute y The Taos Institute.
Investigador en Salud Mental Comunitaria por la Universidad Nacional de Pilar.
Autor de los libros “Clinitaria: andando, de a chiquito, con la gente. Acompañamientos clínicos en salud mental desde sensibilidades comunitarias” (2011), “Ejedesencuadrá: del encierro hacia el vy’a. Transgresiones para una salud mental sin manicomios” (2020) y “¿Nos sentamos acá? Clínica placera” (2025)
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NASA logra una pista sobre la ausencia de vida en Marte
¿Por qué Marte es desértico e inhabitable, mientras la vida se desarrolló en la Tierra, un planeta bastante similar? Un estudio, basado en el hallazgo de un astromóvil de la NASA, sugiere que, a pesar de la existencia esporádica de algunos ríos, Marte estaba condenado a permanecer desértico.
Se considera que Marte tiene todos los ingredientes para la vida con excepción de agua líquida, quizás el más importante. Su superficie roja tiene huellas de antiguos ríos y lagos, lo cual indica que una vez fluyó el agua en su superficie. Varios astromóviles, también llamados róveres, vehículos de exploración espacial concebidos para desplazarse en superficies distintas a las de la Tierra, buscan las huellas de una vida que podría haber existido hace millones de años.
El róver Curiosity de la NASA encontró este año una pieza faltante de este rompecabezas: piedras ricas en minerales de carbonato. Estos “carbonatos”, similares a la piedra caliza que hay en la Tierra, son como esponjas de dióxido de carbono, capturado en la atmósfera y atrapado en la roca. Un nuevo estudio, publicado en la revista científica Nature, ha modelado con precisión cómo estas rocas pueden modificar nuestra comprensión del pasado de Marte.
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Oasis efímeros
El principal autor del estudio, Edwin Kite, un científico de la Universidad de Chicago y miembro del equipo Curiosity, dijo a la AFP que aparentemente hubo “destellos de habitabilidad” en algunos momentos y lugares de Marte. Pero estos “oasis” efímeros fueron la excepción y no la regla.
En la Tierra, el dióxido de carbono en la atmósfera calienta el planeta y a lo largo de períodos extensos de tiempo, el carbono queda atrapado en rocas carbonatadas. Luego, las erupciones volcánicas lanzan el gas de vuelta a la atmósfera creando un ciclo climático equilibrado que propicia la existencia constante de agua.
Pero Marte tiene una “débil” tasa de emisiones volcánicas comparado con la Tierra, indicó Kite. Esto rompe el equilibrio y deja a Marte mucho más frío y menos habitable. Según la investigación, los breves períodos de agua líquida en Marte fueron seguidos por 100 millones de años de desierto estéril, demasiado tiempo para que algo sobreviva.
Aún es posible que haya bolsas de agua líquida en el subsuelo de Marte que aún no ha sido hallada, según Kite. El astromóvil Perseverance, de la NASA, que se posó en un antiguo delta marciano en 2021, también halló señales de carbonatos a orillas de un lago seco, agregó. Pero para tener la prueba más clara de esa historia será necesario llevar muestras de rocas de la superficie marciana a la Tierra para su estudio, cosa que Estados Unidos y China buscan hacer eso en la próxima década.
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¿Estamos solos?
Lo que buscan los científicos es una respuesta a una pregunta clave: ¿La Tierra es el único planeta en tener vida? Los astrónomos han descubierto casi 6.000 planetas fuera de nuestro sistema solar desde inicios de los años 1990, pero están demasiado lejos para recoger muestras. Los científicos sólo pueden estudiar rocas de Marte y la Tierra para entender el pasado marciano, indicó Kite.
Si se determina que Marte nunca tuvo siquiera microorganismos durante sus períodos con agua, sería una indicación de que es difícil que surja la vida en otros sitios del universo. Pero si se encuentran pruebas de vida antigua, eso “básicamente nos diría que el origen de la vida es fácil a escala planetaria”, explicó Kite.
Fuente: AFP.
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La NASA y Netflix llevarán el espacio a los hogares
El gigante estadounidense del servicio de streaming Netflix anunció ayer lunes que sus usuarios pronto verán lanzamientos de cohetes y paseos espaciales tras una alianza con la agencia espacial NASA. “Tanto si eres un apasionado del espacio como si simplemente disfrutas mucho viendo brillar la Tierra a 400 kilómetros de altura, la cuenta regresiva ha comenzado oficialmente”, anunció la plataforma el lunes en un blog para promocionar la nueva transmisión de NASA+.
La programación incluirá "impresionantes vistas de la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (EEI), paseos espaciales de astronautas que te dará sudores fríos" y transmisiones en vivo del lanzamiento de cohetes, según Netflix. La NASA afirmó que la alianza busca “acercar el espacio un poco más a casa”.
“Nuestra Ley del Espacio de 1958 nos insta a compartir nuestra historia de exploración espacial con la audiencia más amplia posible”, escribió Rebecca Sirmons, directora general de NASA+. La transmisión se compromete a “inspirar a las nuevas generaciones, desde la comodidad de su sofá o en la palma de su mano desde su teléfono”, añadió.
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La programación de NASA+ seguirá siendo gratuita para los espectadores en el sitio web NASA.gov y la aplicación móvil de la agencia. Netflix anunció una alianza similar con el grupo de televisión francés TF1 a principios de este mes.
Los términos del acuerdo con Netflix no se hicieron públicos, pero sigue los pasos de otras alianzas para ampliar su oferta de contenido. La compañía entró en un nuevo mercado a finales de 2024 con la transmisión en vivo de dos partidos de la NFL y un combate de boxeo entre la estrella de YouTube Jake Paul y el boxeador profesional retirado Mike Tyson.
Fuente: AFP.
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Cohete de SpaceX explotó en prueba de rutina en Texas
- Houston, Estados Unidos. AFP.
Un megacohete Starship de la empresa SpaceX explotó durante una prueba de rutina en Starbase, en el estado de Texas, sin dejar heridos, informaron el jueves las autoridades locales. “El miércoles a las 23:01 (4:01 GMT del jueves), durante un ensayo estático de rutina en Starbase, Texas, el Starship 36 de Spacex sufrió una falla catastrófica y explotó”, según un mensaje publicado en Facebook por las autoridades del condado de Cameron, Texas.
Un video divulgado junto al mensaje muestra el cohete conectado a un brazo de lanzamiento, y luego se observa una luminosidad seguida de una enorme explosión. SpaceX confirmó en la red X que “el Starship, que se preparaba para la décima prueba de vuelo, sufrió una anomalía mayor mientras estaba en un banco de pruebas”.
La empresa precisó que se “mantuvo una zona de seguridad alrededor del sitio durante toda la operación” y que “todo el personal está sano y salvo”.
“Nuestro equipo de Starbase trabaja activamente para asegurar el sitio de prueba y su entorno inmediato, en colaboración con las autoridades locales”, agregó la empresa. Aseguró que no hay “ningún peligro para los residentes”.
El Starship no tenía previsto un lanzamiento la noche del miércoles cuando ocurrió la explosión, según las autoridades del condado de Cameron. En una prueba estática, el lanzador del Starship permanece anclado al suelo para evitar que despegue.
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Megacohete
Starbase, situada en la costa sur de Texas, cerca de la frontera con México, es la sede del cuartel general del proyecto espacial del multimillonario Elon Musk, dueño de SpaceX.
El Starship, con 123 metros de altura, es el cohete más grande y poderoso diseñado hasta ahora y es clave para los planes de Musk de colonizar Marte.
Se trata de un cohete calificado como totalmente reutilizable y tiene una capacidad de carga de 150 toneladas métricas. El revés del jueves no es el primero que sufre esta nave espacial. El 27 de mayo, un Starship llegó al espacio, pero la nave explotó antes de su descenso previsto a Tierra.
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Durante dos intentos anteriores, en enero y marzo, la etapa superior explotó al inicio del vuelo, provocando una lluvia de escombros incandescentes sobre el Caribe y daños mínimos. Los incidentes reflejan la estrategia arriesgada de la empresa de Musk: lanzar múltiples prototipos para corregir gradualmente los problemas encontrados en situaciones de vuelo.
Musk se ha consolidado en los últimos años como un actor clave en el sector espacial de Estados Unidos, aunque su relación con el gobierno enfrenta un futuro incierto tras su explosiva ruptura con el presidente Donald Trump. Sus cohetes llevan astronautas de la NASA al espacio, realizan misiones sensibles para el Pentágono y deben desempeñar un papel central en el esperado regreso estadounidense a la Luna.