“Como en toda América Latina estamos creciendo y frenando en la mayoría de los países, y uno es mejor que el otro”, mencionó el legendario comunicador y radialista Huberto Rubin. El reconocido comunicador dejó su testimonio en el marco de los 25 años del diario La Nación/Nación Media, sobre su perspectiva sobre el desarrollo del país.
“Pasamos un momento bueno, Paraguay está en un momento muy interesante, no debe a nadie gran suma, podemos hacer cosas mejores, pero yo creo que le va bien al Paraguay. Yo lo veo perfectamente bien”, agregó el radialista.
Por otra parte, también se refirió al rol fundamental que cumplen actualmente los medios de comunicación en ese desarrollo del país. “La prensa cuenta todo, así que en el ámbito periodístico tenemos colegas fantásticos, equipos fantásticos de información, no se oculta nada a nadie. La prensa paraguaya está en uno de sus mejores momentos”, sentenció Rubin.
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Rock nacional, con aniversario
Una de las bandas más reconocidas de la escena local, Salamandra, celebrará esta noche sus 25 años de trayectoria con un gran show, que tendrá lugar en Vöudevil, a partir de las 22:00.
La banda se encuentra rumbo al lanzamiento de su nuevo álbum, que será presentado en tres entregas a lo largo del año. Tras el estreno de “La mentira”, preparan el paquete de tres temas en el que se sumarán “Cigarrillo” y “El dedo acusador”, este último con tinte folclórico.
Con cinco discos de estudio, dos álbumes en vivo, giras por Paraguay, Argentina, Chile y México, y una trayectoria sólida como uno de los grupos más reconocidos de nuestro país, Salamandra atraviesa un 2025 cargado de actividad, lanzamientos y shows.
Las entradas están a la venta a través de tuti.com.py.
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“La inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles”
La banda celebra sus 25 años de carrera y prepara un nuevo álbum que se irá presentando en los siguientes meses. La agrupación ofrecerá un concierto de aniversario el siguiente fin de semana.
Decir que una banda de rock paraguayo cumple 25 años de trayectoria y que prepara su sexto álbum de estudio sin dudas se inscribe en la columna de las buenas excepciones en la escena local, un logro en puertas de Salamandra. Formado actualmente por Javier Zacher (voz y guitarra), Celso “Cachito” Galeano (bajo), Rodney Cords (guitarra) y José “Batoloco” Gaona (batería), este es un proyecto que reverberó por primera vez en la capital en los primeros años de la década del 2000.
Originarios de Ypacaraí, arribaron a la escena con virtuosas guitarras, conceptos claros y valijas enormes cargadas de sueños, que un cuarto de siglo después, tras mucho trabajo, hoy están llenas de aprendizajes, desafíos, aceptación del público y éxitos. Javier es el frontman de la banda, con un aire que mezcla la bohemia, el carisma constante, la picardía y la timidez, es el encargado de la pluma y la voz de Salamandra, y afronta el desafío de un nuevo proyecto: el sexto disco, esta vez con productores paraguayos, los hermanos Marcelo y David Arriola. Hace unas semanas lanzaron el primer adelanto, “La mentira”, y el próximo sábado 16 de agosto celebrarán sus 25 años en Voüdevil, donde presentarán los cortes “Cigarrillo” y “El dedo acusador”, este último con tinte folclórico. Zacher habló con La Nación del Finde sobre la historia de la banda y su presente de producción.
–Son 25 años de proyecto. ¿Qué cosas te parece que cambiaron en este tiempo y qué otras permanecen intactas?
–Lo que cambió bastante en estos 25 años es el conocimiento que fuimos adquiriendo con la experiencia en la música y en los escenarios. Lo que no cambió hasta ahora es que sigue siempre ese sueño, la ilusión de vivir de gira siempre, de tocar en nuevos escenarios. Siempre estamos con un sueño, hacer un disco más, subir a un escenario.
APRENDIZAJE
–¿Qué cosas aprendieron en este tiempo?
–En el escenario, hace 25 años no estábamos encontrando la presencia, el porte, esa performance, esa actitud que después fuimos forjando. Fuimos conociendo a muchos músicos en los escenarios y haciendo amistad con grandes músicos que también nos fueron enseñando cosas como armonía, progresiones, cosas de la tecnología, que hoy en día fueron cambiando también.
–¿Y en lo humano qué aprendieron en el relacionamiento entre ustedes?
–Realmente la relación con la banda es la más larga de mi vida y siempre va siendo prueba y error. Ya pasamos por muchos desacuerdos, también peleas, pero con el tiempo que llevamos juntos aprendimos también a ceder, aprendimos a hablarnos de lo que nos incomoda, que a veces justamente es algo difícil de hacer. Aprendimos que, si dejamos ayer abierta una heridita, con el tiempo se va haciendo cada vez más grande. Siempre se va aprendiendo y siempre lleva su esfuerzo.
–¿Cuáles podrían ser puntos altos o curvas que marcaron a la banda en este tiempo?
–Algo que empezó a darle vida a Salamandra mucho más allá de Ypacaraí creo que fue cuando entramos en un concurso para presentarnos a tocar a un festival. Lo que quedó de esa competencia fue que se hizo un recopilado pirata, un disco de MP3 de rock nacional, que tenía la foto de Laura Martino con el cuerpo pintado de Paraguay, era algo bien trucho. En ese disco había músicas de un montón de bandas, y entre los 300 temas estaban cinco canciones de Salamandra, que era un demo que habíamos hecho. Eran cinco temas que, al terminar, volvían a sonar, o sea, estaban dos veces. Yo creo, y me lo contaron, que ese disco hizo que mucha gente conozca la banda porque, de repente, se escuchan los temas dos veces y eso les llamaba la atención a muchos.
–¿Cuál fue el festival o concierto que más recordás?
–Uno de los conciertos que más disfruté en lo personal fue uno que hicimos acá en Ypacaraí. Un amigo se accidentó y se organizó un concierto solidario, porque se partió bastante mal. Bueno, cuando ya estaba toda la gente ahí para el show, se largó una lluvia, y cerramos nosotros, teníamos que tocar seis a siete temas. Como llovía, no iba a ser diferente si tocábamos un poco más, porque con la lluvia nadie iba a salir de ese lugar. Finalmente, nos pusimos a tocar como unas cuatro horas ahí para todos los perros. Ese es un concierto que realmente todos los días lo recuerdo.
–¿Cuál es tu escenario más soñado?
–Un escenario que siempre soñé fue el anfiteatro José Asunción Flores. Siempre que tenemos la oportunidad de estar ahí creo que es algo mágico. Recuerdo de muy chico ver el festival de la OTI por la tele y toda la historia que se contaba del anfiteatro. Siempre soñé con, alguna vez, ser parte de ese escenario.
SEXTO ÁLBUM
–Están con un nuevo disco en puertas
–Sí, estamos encarando el sexto álbum de Salamandra, en Covenant, y los productores son Marcelo y David Arriola. A mí me llenaba de intriga esta posibilidad, hace mucho que quería trabajar un disco con ellos. Empezamos ya en setiembre del año pasado a gestarlo desde las maquetas. Ahora tenemos ya cuatro canciones y vamos a ir tirando en tandas. Se siente lanzar como unos pequeños EP. En diciembre se completaría todo el álbum.
–¿Cuál fue el flujo de trabajo para este material?
–Antes de este disco nos encontramos en una etapa en la que ensayábamos los temas para los shows, y decidimos ponernos un día diferente de ensayo para dedicarnos netamente a hacer las canciones nuevas. Ahí nos encontramos con que estábamos un poco saturados de nosotros mismos, que sentíamos eso de estar haciendo lo mismo y, aunque te digo, hacer lo mismo no es algo que a mí me disguste para nada, pero era como que nos faltaba algo, un incentivo nuevo o una visión más fresca de lo que hacemos. Entonces, ahí fue donde paramos los ensayos, entonces llevamos la canción cruda al estudio con los productores, como son personas que conocen Salamandra, que trabajaron mucho ya con Salamandra.
–¿Son temas que surgieron para el disco o son ya temas que fueron juntando?
–A diferencia de discos anteriores, en los que presentamos temas que ya veníamos trabajando y que teníamos bien afianzados, este disco tiene canciones que se fueron desarrollando ahora, son sentimientos muy actuales de la banda en cuanto a la letra, en cuanto a la música misma y una cosa que disfruto mucho en lo personal es ese aire nuevo que le da esta producción artística, esta guía que nos vienen dando los Arriola.
–¿Qué le pidieron los productores a la banda para traer a la mesa de trabajo?
–La relación que tenemos con ellos es bastante orgánica, porque hace años que venimos trabajando juntos. Lo que pidieron fue más bien llevar la canción cruda al estudio, solo guitarra y voz. Después ellos nos presentan una nueva propuesta, desde una visión externa, la que escuchamos y nos sorprendió, exactamente eso era lo que quería hacer con esa canción, pero no sabía cómo, pensé. Justamente es eso lo que uno busca cuando trabaja con un productor.
“BUSCARLE EL SENTIMIENTO”
–¿Cómo te manejás con esa dinámica de composición?
–A mí me suelen llegar momentos en los que, ponele, agarro la guitarra y lo que sea que toco, ya me parece una canción, ya sea el mismo mi menor que todo el mundo toca, pero algo le siento que me hace ponerle una letra y generalmente cuando pasa esto, me pasa con unas cuatro o cinco canciones en ese momento. Luego hago eso de quedarme ahí con esa canción, hago eso de enamorarme, de buscarle, de sentirle. Tiene una letra primaria al nacer, y mientras voy tocando, le voy buscando una forma más que en la cual yo me siento mucho más a gusto, trato de encontrarle el significado o la palabra misma que me pide esa secuencia de acordes que tengo y buscarle el sentimiento que tengo, que me nace con esos acordes. Y lo voy puliendo hasta un punto donde siento que a mí me gusta mucho. Paso mucho tiempo con ese grupo de temas.
–¿Y qué hacés cuando ese tiempo de inspiración no está ahí?
–Y suelo enloquecer cuando me doy cuenta de que llevo tiempo y tiempo sin agarrar un acorde que me lleve a una canción. Así, bueno, voy tocando, y, por lo general, cuando me siento así seco de inspiración, empiezo a tocar los primeros temas que siempre toqué, generalmente Sui Generis, fundamentalmente. Me voy así recordando todas esas canciones que me llevaron a querer ser músico, a querer tener una banda y ahí me voy nutriendo otra vez hasta llegar a otro momento donde vuelvo a componer y que es algo así como decir que le da sentido a mi vida.
–¿Y de dónde vienen las canciones?, ¿de una idea, una sensación?
–La verdad que más bien es el estado ánimo en el que me encuentro, por lo general es el motor principal o el combustible de mi máquina mental. Dentro de este estado de ánimo es donde me encuentro como perdido, tocando la guitarra, haciendo ruido, hasta encontrar un acorde. Por lo general la inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles.
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Hasta siempre, Miguel Giménez: guió los móviles de La Nación por 30 años
El 5 de julio se confirmó el fallecimiento de Miguel Ángel Giménez, quien por más de tres décadas se desempeñó como chofer del diario La Nación, hasta su jubilación. Fue una persona muy querida por sus compañeros, quienes lo recuerdan como un trabajador honesto, respetuoso y responsable.
El 5 de junio de 1995, año en el que La Nación abría sus puertas, Giménez se sumó al equipo por sugerencia de su sobrino Carlos Giménez, quien actualmente es editor digital; él lo contactó al enterarse que había vacancia para choferes; desde ahí no soltó el volante, hasta que se acogió a la tan anhelada jubilación.
Era una persona muy discreta, de pocas palabras, amaba su trabajo; disfrutaba de cada uno de los viajes realizados detrás de una nueva cobertura periodística.
“Fue un compañero muy callado, honesto, trabajador, nunca escuché quejas de él. Todos los años que trabajó fue muy responsable”, así lo recordó Pánfilo Leguizamón, actual jefe de Fotografía de Nación Media.
En el departamento de Prensa destacan su calidez y empatía hacia el trabajo de sus compañeros. “Miguel era callado y sabía escuchar. Al finalizar cada cobertura, aunque haya sido bastante larga o lejos, siempre nos esperaba con una sonrisa”, mencionó Karina Ríos, periodista de La Nación.
Por su parte, Néstor Soto, del staff de Fotografía, resaltó la responsabilidad y puntualidad de Giménez. “No te abandonaba hasta terminar los trabajos, si pasamos nuestros horarios, jamás te decía nada, era un buen compañero, muy respetuoso”, exclamó.
Miguel Giménez falleció a los 68 años, nació un 30 de diciembre de 1958, en la ciudad de Asunción. Tras su jubilación, disfrutó de la compañía de sus seres queridos en la ciudad de Ypané, su sepelio y última modada será esta tarde en el cementerio municipal de dicha ciudad. Hasta siempre Miguel.
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Con éxito de público, se despide el show de humor “Gustavísimo”
Con éxito total y sala llena en cada función, “Gustavísimo” se despide del escenario este próximo fin de semana, coronando una temporada inolvidable. El espectáculo en homenaje a los 25 años de trayectoria de Gustavo Cabaña tendrá sus últimas funciones en el Teatro Latino, ubicado en Teniente Fariña entre Iturbe y Yegros, en Asunción, con entradas a la venta en Ticketea.
Las presentaciones serán el viernes 21 y sábado 22 de junio a las 21:00, y el domingo 23 de junio a las 20:00. Este show es un viaje por los momentos más memorables de su carrera: una celebración de los personajes, las historias y la pasión por el humor que marcaron a generaciones.
Lo acompañan en escena el cantante Maxi Medina, un cuerpo de baile dirigido por Claudia Ramos, con vestuario de Enrique Rivas, y la producción de AS PRO Entertainment y Vivi Amaral Producciones. “Gustavísimo promete una despedida cargada de emociones y carcajadas, que quedará para siempre en el corazón de quienes acompañaron este recorrido”, expresan los organizadores.
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